Aunque era algo rumoreado desde hace tiempo, la noticia se confirmó ayer: LG cierra su división de móviles, tras seis años consecutivos de pérdidas, para concentrarse en mercados más rentables. De modo que la surcoreana deja un negocio que nunca terminó de dominar pero donde ha destacado por sus productos innovadores; de hecho, en el campo de la fotografía móvil deja unas cuantas innovaciones que merece la pena repasar.
Nuestros compañeros de Xataka Móvil ya han contado alguna de las innovaciones más curiosas de esta marca, con terminales que resultaron ser totalmente únicos como el LG G Flex, el reciente LG Wing o el concepto de móvil enrrollable, pero la coreana también ha jugado un papel destacado innovando en el ámbito de la fotografía móvil a lo largo de sus años de historia en el sector.
El primero de los móviles destacables en este sentido fue el LG G4 de 2017, un smartphone que traía una cámara revolucionaria. De hecho, fue de los primeros en incluir una aplicación de cámara con modo manual, permitiendo controlar la velocidad de obturación, el ISO, el balance de blancos y el enfoque. Además, también fue uno de los primeros teléfonos en ofrecer un objetivo con luminosidad ƒ1.8, ya que fue precisamente LG quien comenzó a hablar del concepto de fotografía en condiciones de poca luminosidad. Posiblemente era demasiado pronto para ofrecer un modo nocturno dedicado que usara IA para emular tomas de larga exposición, pero aquello sólo acababa de empezar.
Sólo un año después llegó el LG G5, otro teléfono lleno de innovaciones que llamó la atención por su concepción modular y, en el apartado fotográfico, fue de los primeros en ofrecer una doble cámara pero con la peculiaridad de ser pionero en incorporar un objetivo ultra angular equivalente a 12 mm y con un campo de visión de 135º. Además, también fue pionero en ofrecer grabación de vídeo en 4K y en permitir usar sus dos lentes en modo manual.
Más tarde llegaría el LG G7 ThinQ, que estrenó el uso de la IA en sus terminales (aunque en este caso no fue pionero) y luego el LG V40 que, éste sí, fue el primero en incorporar tres cámaras traseras (y dos delanteras, para un total de cinco cámaras). Sin embargo, aquello quizá llegó demasiado tarde y con la competencia (encarnada por Google, Samsung, Huawei y OnePlus) muy bien posicionada.
Hablamos ya de una época en la que, definitivamente, se había consolidado la idea de que el rendimiento de la cámara y la calidad de la imagen debían ocupar un lugar destacado en los argumentos de ventas de los teléfonos de gama alta; un terreno en el que, por supuesto, LG luchó por tener su lugar, aunque a la postre está claro que no lo logró.
Desde Petapixel apuntan a varios factores que influyeron en ello, como "su aparente incapacidad para mejorar el software de sus teléfonos" y, consecuentemente, mejorar la calidad de las fotos, o sus problemas de integración con Android.
Lo que está claro es que su desaparición es una lástima ya que la innovación, sin duda, juega un lugar destacado para que los fabricantes hagan evolucionar su smartphones. Y, como hemos contado, LG jugó un papel muy importante en este sentido.
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