La fotografía es un arte en el que la mirada del fotógrafo es plasmada en una imagen. Sin embargo, la evolución tecnológica está poniendo más y más de las máquinas en todo el flujo de trabajo del artista. La inteligencia artificial y demás procesos de imagen computarizada afectan de una u otra manera a nuestras capturas. ¿Esto será un cambio en la mirada fotográfica?
Continúan los procesos
Recientemente Google presentó un ‘teaser’ de Pixel 6 y lanzó una entrada en su blog sobre Tensor, su nuevo procesador. El nuevo chip de la californiana está enfocada en procesos inteligentes y esto estará presente en el sistema de cámara y en los procesos de reconocimiento de voz. En cámara hemos visto cómo Google realiza ajustes como mejorar la información de rango dinámico, permite que se haga astrofotografía y trata de emular procesos como el desenfoque en modo retrato. Por eso es una de las cámaras más avanzadas en fotografía móvil.
Igualmente, Oppo presentó recientemente un nuevo sistema de cámara frontal que queda por debajo de la pantalla del móvil. Como reporta PetaPixel, esta utiliza un sistema en el que la luz que pasa entre los píxeles de la pantalla van al sensor. El problema físico es que esta tecnología presenta una gran baja de calidad debido a la información a medias que llega, la pérdida de luz y la suciedad óptica por los elementos frente al sistema de captura. Para contrarrestar esto, Oppo ha desarrollado su propio sistema computacional para la reconstrucción de esa información faltante.
Estos son dos de los más recientes ejemplos de cómo la industria móvil está más enfocada en los procesos computacionales para ofrecer capturas de alta calidad. Con este enfoque, es cierto que la máquina tiene un gran poder sobre el resultado final, modificando la luz, los tonos y ajustando ciertos elementos de manera artificial.
Visión híbrida
Sin embargo, la creatividad no se deja de lado. Si bien las compañías cada vez agregan más cambios a los sistemas para sacar el máximo de las tecnologías basadas en IA, la fotografía y el vídeo son puntos de venta central, por lo que las herramientas se crean pensando en quienes quieren manipular sus ventajas.
El modo pro es algo que ya está en casi todos los móviles y permite controlar la mayoría de parámetros. Así no todas saquen un archivo RAW, muchos de los JPEG pueden ser mejorados con otras herramientas de edición para suplir pérdidas de calidad. El flujo de trabajo está cada vez más optimizado en mezclar por eso la captura con un software de edición que permita suplir algunos de esos errores.
La edición entonces se transforma en el principal espacio de este flujo. Si bien hay herramientas como Luminar o las nuevas herramientas neuronales de Photoshop que tratan de ayudarnos en muchos de estos procesos, acá es donde podemos dar el acabado creativo de estilo a nuestras imágenes. El contraste, la textura y el manejo del color se transforman en el cierre de nuestra imagen.
En ese sentido la fotografía no ha cambiado frente a la IA, y por el contrario, estas herramientas tan solo nos ayudan a obtener un mayor rango de lo que podemos conseguir nativamente con el móvil. Los fotógrafos seguimos controlando la composición y la luz en la captura, luego reforzamos estos elementos a través de la edición y el retoque de imagen para cerrar con nuestro sello.
Por eso, es importante entender los procesos inteligentes como herramientas para obtener nuestras imágenes. Son nuevas letras y palabras que se agregan a nuestro flujo de trabajo, pero somos nosotros quienes construimos las frases fotográficas con ellas.