Durante todo este fin de semana, hasta el día 18 de junio de 2017, se celebra en la ciudad de Salamanca el II Festival Luz y Vanguardias. Es una ocasión única para aprender a fotografiar en los festivales veraniegos. Vamos a descubrir las claves para lograr buenas fotografías en las noches culturales del verano.
En este festival dedicado a la videoinstalación en la ciudad de Salamanca, uno de los pocos del mundo y quizás el único dentro de una ciudad patrimonio de la humanidad, es una ocasión perfecta para los fotógrafos para aprender a sacar la luz de la noche. Todos las obras se conciben para ser vistas en el momento en el que el sol se va y los turistas guardan la cámara hasta el mediodía.
Podemos ver desde obras de artistas consagrados de talla internacional como el diseñador Cruz Novillo; o el mexicano Rafael Lozano (que inauguró el Guggenheim de Abu Dhabi), así como los primeros trabajos de los estudiantes de Bellas Artes de las universidades salmantinas. Es una ocasión única para disfrutar de lo que llaman, y con toda razón, el arte de la luz.
Es difícil la fotografía nocturna. Sobre todo cuando no tenemos el control de la luz y dependemos totalmente de los caprichos de los artistas que crean las instalaciones. Puede que no nos encontremos uno como el que se celebra este fin de semana, pero a lo largo del verano encontraremos por el ancho mundo festivales de teatro, de fuegos artificiales, fiestas populares, paganas y religiosas, en las que podemos aplicar todo lo que vamos a ver aquí.
La cámara
Aquí no valen las cámaras de sensores pequeños que no aguanten la poca luz de la noche. Y aunque vaya contra mi religión rechazar cámara alguna, en esta ocasión no recomiendo trabajar con móviles o compactas de pequeños sensores. Es así de duro. Puede que alguien sea capaz de sacar petróleo de un smartphone cuando la luz escasea y cambia tanto. Pero en esta situación las cámaras que mejor se defienden son las que llevan grandes sensores.
Durante la noche que he estado fotografiando el festival no he podido bajar de 1600 ISO para trabajar con tranquilidad, y con la seguridad de tener una imagen aceptable, sin ruido ingobernable. He utilizado una cámara de formato completo, aunque estoy seguro que uno de los últimos modelos con sensor APS-c se defenderá perfectamente.
¿Trípode o no?
Desde luego que la mejor opción sería ir con un trípode. Pero no os lo recomiendo en este festival ni en ningún otro. No tiene sentido llevar uno cuando hay tantas aglomeraciones de gente. Es peligroso en todos los sentidos y para todos los implicados. Si alguien tropieza podemos tener un disgusto, desde hacer daño a una persona hasta provocar la caída de nuestra cámara. Y por supuesto no queremos provocar daño alguno.
Los fotógrafos tenemos que evitar una mala imagen por conseguir una fotografía. Y si vamos con trípode las autoridades terminarán prohibiendo usarlo en la vía pública. Y no queremos eso. Es demasiado importante para nosotros poder hacer fotos en zonas con poca masificación con tal soporte. Y si cambian las normas no podremos utilizarlo ni en el campo.
Por eso recomiendo utilizar un monopie en estas ocasiones. Es mucho más ligero y sobre todo más práctico cuando hay mucha gente alrededor. Es verdad que no tiene ni la mitad de la estabilidad de un trípode, pero con buen pulso y con altas sensibilidades podemos hacer maravillas.
Rompe un poco la espontaneidad pero las fotos trepidadas pocas veces tienen fuerza. Por este motivo tenemos que elegir entre la libertad o la seguridad. Prefiero lo primero, pero muchas veces es inevitable.
La exposición y el enfoque
La mayoría de estos festivales veraniegos se viven desde la tarde, cuando cae el sol. Esto quiere decir que tendremos poca luz. La exposición se convierte en una pesadilla. Muchos alumnos me preguntan cómo exponer en tales situaciones, donde lo importante sigue siendo sacar el espectáculo, los juegos de luces y a sus protagonistas el público de la mejor forma posible.
Siempre doy la misma respuesta. Tenemos que medir en la luces y tratar de llevar el histograma a la derecha para conseguir la imagen más limpia posible. Es difícil por el cambio de iluminaciones constante que tienen muchos espectáculos, pero el reto es apasionante.
Puede parecer una locura, pero si ponemos la cámara con medición puntual (medir la luz con el menor ángulo posible) y con Prioridad al diafragma conseguiremos un alto porcentaje de aciertos en nuestros disparos. Medimos la luz más brillante del encuadre, elegimos un diafragma abierto para asegurarnos una velocidad de obturación alta y a buscar fotos para la posteridad.
El enfoque automático, y con la poca luz que habrá en muchos momentos será interesante trabajar con objetivos luminosos y los máximos puntos de enfoque para asegurarnos el disparo. La clave para conseguir siempre el foco es buscar zonas de contraste. Siempre tendremos la opción manual si nuestro objetivo es lento a la hora de trabajar.
Como siempre tendremos más errores que aciertos. La fotografía nadie ha dicho que sea fácil. Con esta técnica tengo un 80% de aciertos (en lo que respecta a la técnica). Otra historia es que desde el punto de vista de la composición o del momento decisivo sean realmente buenas, pero es la magia de estos festivales.
Cómo buscar la fotografía
En el festival Luz y Vanguardia de Salamanca que me está sirviendo para explicar esta forma de trabajar se repiten las mismas cosas que en los demás festivales veraniegos: un momento único en ciudades de ensueño, como Salamanca; gran afluencia de gente y la necesidad de desplazarse por todos lados para poder ver la máxima cantidad de cosas. Si encima vamos acompañados, el tema se complica.
Si quieres hacer las mejores fotografías tienes que ir solo, pero no tiene sentido viajar sin amigos ni familia a no ser que seas profesional. Si vamos acompañados tenemos que quedar en puntos de encuentro para evitar tensiones innecesarias. El buen fotógrafo se pierde entre la multitud, y no deberíamos perder el tiempo en encontrarnos. Solicita una hora libre y todo irá mejor.
Busca lo que mira la gente. No te conformes con las tomas evidentes y olvídate de no situarte frente a las cosas. A los fotógrafos turistas se les delata por mirar siempre de lado, desde un extremo del escenario. A veces no tenemos toda la libertad para movernos, pero el ingenio del fotógrafo se da por descontado, así que ese será nuestro trabajo.
Y sobre todo lo más importante es disfrutar con lo que estás viendo. No tiene sentido fotografiar algo que no nos guste. España está llena de festivales este verano. Solo tenemos que buscar el que más nos guste y empezar a aplicar todo lo que hemos visto aquí. Seguro que volveremos a casa con algo digno de enseñar.
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