Virgilio Hernando Vañó siempre ha sido un apasionado de la fotografía pero se lanzó de lleno en 2009 de una forma más seria y organizada. Ha publicado 'Il cuore di Napoli', un libro en el que cuenta su particular visión de una de las ciudades más caóticas del mundo. Cuando llegó no sabía todo lo que le iba a dar Nápoles. Y como fotógrafo encontró su propia forma de contarlo.
Publicar es uno de los grandes sueños de los fotógrafos. Una exposición es todo un logro pero lo único que queda es el libro. Un libro de fotografía queda siempre. Lo ves y los disfrutas en el momento. Y con el paso de los años te sirve para recordar y encontrar nuevas lecturas. Exactamente igual que una buena novela.
'Il cuore di Napoli', de Virgilio Hernando Vañó es el viaje a una ciudad viva que arrastra la fama de ser compleja, caótica y peligrosa. Pero allí llegó con su cámara dispuesto a mirar, a ser un cronista visual en blanco y negro de un lugar que es:
laberinto de sirenas, residencia de reyes, refugio de artistas, escenario de todos los teatros, auditorio de todas las músicas, anárquica y monárquica ciudad que gusta de tener rey los domingos y república el resto de la semana
Entrevista a Virgilio Hernando Vañó, autor de 'Il cuore din Napoli'
Así que hemos entrevistado al fotógrafo, al autor para buscar el significado de un libro autoeditado, con 118 fotografías, 148 páginas y algunos textos, impreso a 4 tintas en papel estucado mate de 170 grs. Un libro que te entrega siempre dedicado y con una presentación original.
¿Qué es lo que te llevó a tener una cámara entre las manos? ¿Es una afición reciente o empezó con el mundo digital?
Empecé hace treinta años comprando una réflex en una conocida tienda de Madrid. Realmente no sabía qué comprarme. La gente se peleaba por Nikon o Canon. Así que yo aposté, como si fuera la aldea gala de Asterix, por Pentax de la que todo el mundo hablaba bien. Me la compré con objetivos fijos aunque nunca me encontré cómodo con la historia de tener que cambiarlos. Así que la devolví y termine con una compacta sencilla... en 2009 volví a intentarlo y me compré ya una digital para un viaje familiar... y de nuevo fue un fracaso.
Pero a los cuatro meses de volver me apunté a un curso de fotografía en Guadalajara. Descubrí la magia. Y me aficioné tanto que pedí consejo al profesor para comprar un objetivo que me sirviera para avanzar. Pero el punto de inflexión fue el reto 365, una foto al día.
Este reto fue lo que me llevó a fijarme más en la técnica. Y además conté con el apoyo de la gente de los buenos foros de internet que me animaban y criticaban de forma constructiva. Al final del proyecto aprendí tanto que ya en 2010 me animé a participar en La abeja de oro y gané. Hasta hoy...
En una entrevista dices que tu profesor disparó al suelo y lo que sacó te llamó la atención. ¿La fotografía depende solo del punto de vista, de la propia mirada?
Estoy convencido de que el fotógrafo es el que hace la fotografía, pero es verdad que a muchos nos gustaría tener la mejor cámara posible. sin embargo, las cámaras que utilicé para el libro son muy sencillas porque no me fiaba mucho de la seguridad de Nápoles. Al final llevé dos Fuji antiguas para evitar las tentaciones de los ladrones, incluso una de ellas tenía el sensor sin el cristal protector.
La fotografía no se hace desde el ojo hacia delante, sino desde el ojo hacia detrás, hacia el fotógrafo. Es más importante el contenido de la imagen que saber cómo se ha hecho.
La fotografía no se hace desde el ojo hacia delante, sino desde el ojo hacia detrás, hacia el fotógrafo. Es más importante el contenido de la imagen que saber cómo se ha hecho.
Tu fotografía es fundamentalmente en blanco y negro… ¿Qué te da el blanco y negro que no te ofrece el color?
Yo entiendo la fotografía de calle en blanco y negro, quizás por asimilación de la fotografía clásica. Así que configuro la cámara en jpeg+RAW para ver el resultado directamente en escala de grises. Así te haces una idea de cómo va a resultar.
Pero no hay que dejar de experimentar, así que ahora mismo estoy inmerso en un proyecto en el que salgo del blanco y negro para ver cómo funciono con el color.
Vemos que tus series están relacionadas con las ciudades que visitas… Recientemente has presentado ‘Londoners’ y acabas de publicar tu libro ‘Il cuore di Napoli‘… tu trabajo es puramente documental y destaca por trabajar la serie más que fotografías únicas… ¿Cómo desarrollas eliges tus proyectos?
Yo no sé trabajar con imágenes únicas. Lo que me gusta es hacer series, proyectos. Siempre tengo ideas en la cabeza sobre el tema. Ahora estoy viendo una estantería con libros y me gustaría contarlo con varias imágenes... gente mirando los libros, distintas estanterías, lomos...
El proyecto de Nápoles surgió de la necesidad de fotografiar a las personas y encontrarme con el detalle de las calles... Todo surge por un acuerdo que tengo con mi familia. El regalo navideño, en vez de ser la típica corbata o la colonia, siempre es un viaje fotográfico para mi solo. Porque si vas de turista con la familia no puedes ir de fotógrafo.
Para este libro no fui con la idea de ver la ciudad, sino encontrarme con la que yo quería. La única licencia fue Pompeya. No quiero ver las zonas turísticas cuando soy fotógrafo.
El estilo de un fotógrafo se define desde los temas que elige hasta la cámara que utiliza, pasando por su forma de revelar… ¿cuál es tu flujo de trabajo? ¿cuál consideras que es tu firma?
Quizás la clave es que me acerco mucho a la gente. En este sentido no tengo vergüenza alguna. La cámara me da fuerza para olvidarme de la timidez y estar cerca de lo que me interesa. Solo he tenido que borrar cinco disparos en mi vida. No me importa que la gente me vea para evitar problemas. Y hay que sonreír para que la gente no sospeche ni piense mal. Y siempre acercarse si notas que no están muy convencidos. La gente es más amable de lo que pensamos.
Trabajo siempre con Adobe Lightroom y me encantan las posibilidades de Silver Efex Pro de Nik Collection. En la asociación en la que estoy se ríen cuando me piden mi secreto y les contesto que es simplemente un botón ¿por qué? porque ya tengo creado mi estilo y solo necesita ir al ajuste preestablecido y listo.
En cuanto a las configuraciones de la cámara, no me duele decir que con las Fuji hay muchas veces en que, si las condiciones de luz son muy cambiantes, trabajo en automático. He perdido muchas fotos de calle por llevar la cámara configurada para una zona sombría, doblar la esquina y encontrarte la escena de tu vida... a pleno sol, y sacar una foto quemada. Como dijo el gran Garry Winogrand, pionero de la fotografía callejera:
Cuando hago una foto, yo soy responsable de lo que veo a través del visor y de cuándo disparar. El resto es responsabilidad de la cámara.
Suelo salir a la calle sólo con la cámara y un único objetivo, fijo (28 o 35mm son mis favoritos). En la fotografía de calle no puedes llamar la atención, debes ser discreto e intentar pasar desapercibido, como si no existieras. El objetivo fijo me permite concentrarme en la escena, sin tener que pararme a pensar si sería mejor tirar de zoom o de angular para sacar más o menos. Como llevo interiorizado en la cabeza el campo de visión que abarca mi objetivo, eso me permite centrarme en lo que veo delante de mí, no dudo en cómo quedaría mejor esa escena, si a 24mm o a 70mm.
¿Qué dirías a los que empiezan con la fotografía?
Menuda pregunta... Me vino muy bien el reto 365 para pensar en fotografía y llevar siempre una cámara encima. Es la mejor forma de pensar, de ver desde el punto de vista de un fotógrafo. Me apasiona hacer fotos más que tener que revelar luego.
Hay que practicar e intentar probar cosas nuevas, que se atreva. Intentar no quedarse en la típica postalita o con la foto que haría cualquiera, que busque hacer algo diferente. Hay ejercicios muy buenos, como quedarte de pie en un mismo punto y solo dando vueltas a tu alrededor intentar hacer fotos de lo que ves.
O buscarle los mil ángulos a un objeto, persona o edificio cualquiera. O salir a la calle con "un carrete" de 36 fotos en tu cámara digital y obligarte a no hacer en esa salida más que esas 36 fotos como máximo. Hay miles de ejercicios o de mini-proyectos interesantes para probar cada día. Hay una frase de George Bernard Shaw que me encaja perfectamente: "Ves cosas y dices ¿por qué?, pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo: ¿por qué no?". Y, por último, "Sal siempre a divertirte. Si te diviertes haciendo fotos, lo demás acabará saliendo".
¿Qué te ha dado publicar un libro como 'Il cuore di Napoli'?
Publicar un libro es estupendo. De hecho en las presentaciones siempre trato de insistir en que la gente se anime a hacerlo. Si haces una fotografía y la dejas en el ordenador los pixeles se apagan. Si la imprimes ya la puedes tocar y notarla. Si haces una exposición las ves y te sientes rey por un día... pero cuando termina la muestra las terminas guardando en un cajón.
Pero el libro lo ves nacer. Decides todo sobre él... y es muy complicado hasta que lo consigues sacar a la luz. La emoción que sientes al final, con él en las manos, no la tienes con ningún otro proceso.
Pero el libro lo ves nacer. Decides todo sobre él... y es muy complicado hasta que lo consigues sacar a la luz. La emoción que sientes al final, con él en las manos, no la tienes con ningún otro proceso. Los errores y aciertos son tuyos. Lo puedes vender y por supuesto regalar. Es un goce de principio a fin.
El libro tiene una fuerza inmensa. Es un proyecto pequeño pero cuenta la vida de un barrio, de unas calles y sus habitantes sin caer en los tópicos que tan fáciles son de encontrar. Además tiene el valor añadido de ser autoeditado, en un tiempo en el que es difícil hacer cualquier cosa relacionada con la cultura. Este libro te anima a buscar, a encontrarse uno mismo detrás de la cámara. Si no ha estado nunca allí, 'Il cuore di Napoli' te lleva sin tapujos. La vida no es bella, es así.
Virgilio Hernando Vañó| Página web
Foto de portada | Retrato de Virgilio (Fernando Sánchez). Resto de fotografías de Virgilio Hernando Vañó reproducidas con permiso del autor para este artículo.