El fotógrafo sevillano Manolo Espaliú, con el que ya hemos hablado en otra ocasión, mantiene un particular idilio con Irán. Un fotógrafo que ha encontrado en el país asiático el escenario de sus últimos trabajos y proyectos, y donde está encontrando más posibilidades artísticas y profesionales. Durante cuatro años ha estado fotografiando la Ashurá, un equivalente a nuestra Semana Santa, llegando a exponer recientemente en Teherán.
Mientras tanto, entre sus viajes de ida y vuelta, otro proyecto se ha ido gestando y tiene a Irán como escenario principal. Un proyecto muy curioso y estimulante que ha recibido una beca de AECID con la que realizará en próximos meses un trabajo sobre la ruta del español García de Silva y Figueroa que realizó hace 400 años. De la Ashurá y de este nuevo proyecto nos ha contado Manolo Espaliú los detalles.
¿Cómo comenzó tu idilio con un país como Irán?
Empezó de manera casual aunque luego me fui dando cuenta de que realmente hay unas bases que lo pueden justificar. Todo empezó con un encargo que hicieron hace ocho años para fotografiar las estaciones de esquí en Irán. Estuve dos semanas, reservándome algunos días para conocer un poco el país y me quedé muy sorprendido. La imagen habitual que suelen ofrecer los medios dista mucho de lo que me encontré en Irán.
A raíz de esto me sentí profundamente atraído y me puse a investigar y a leer más sobre Irán: historia, sociedad, religión… y descubrí un país apasionante. Con una mezcla de tradición y modernidad muy interesante.
A todo esto, mi padre casualmente estuvo trabajando hace 40 años en Irán y siempre había sido un país como mágico del que tenía ganas de conocer.
O sea, que había una atracción fuerte que decidiste explorar como fotógrafo
Así es. Me lancé de motu proprio a fotografiar el Ashurá, que es como la Semana Santa de los chiíes. También porque estaba influenciado por esas imágenes sangrientas y duras que han mostrado algunos medios, con los chites con cuchillos y haciéndose cortes. Quería descubrir qué era en realidad el Ashurá y descubrí que nada de eso se corresponde realmente con lo que hay. Es cierto que en otros países como Pakistán o Líbano sucede eso, pero no en Irán. Está prohibido, de hecho.
Entonces, investigar sobre esta celebración era lo que te interesó y a lo primero que te le lanzaste a fotografiar ¿es así?
Tras cinco años fotografiando la Semana Santa de aquí, quería conocer el Ashurá para encontrar similitudes
Me atraía mucho, especialmente por el hecho de que llevaba cinco años fotografiando la Semana Santa de aquí y quería conocer el Ashurá para encontrar similitudes y diferencias. Cuando llegué allí la primera vez tenía cierto respeto, no sabía lo que me iba a encontrar. Iba solo y estaba influenciado por esa imagen del musulmán cerrado que solemos tener.
Si bien es cierto que he estado en Marruecos trabajando y allí no fue fácil entrar en algunos lugares. En Irán me encontré todo lo contrario, no solo te dejan entrar en las mezquitas sino que te ayudaban, explicaban y te daban de comer y beber. Mucha hospitalidad y agradecidos de que alguien de fuera estuviera tan interesado.
Así, mi primer año allí fotografiando el Ashurá me encontré con unos paralelismos con nuestra Semana Santa realmente increíbles. Esta celebración recuerda el martirio del Imam Husain, un poco de la misma forma que nosotros recordamos el martirio de Jesucristo. Hay muchos puntos similares: en algunas ciudades hay pasos o tronos muy similares a los de Sevilla y Málaga, hay procesiones…
Este año ha sido la cuarta vez que lo he fotografiado y tras estos cuatro años me surgió la posibilidad de realizar una exposición en Teherán que se realizó en el pasado mes de noviembre y de la que quedé gratamente satisfecho. Se cuidaron mucho todos los detalles.
Aunque te interesaba mucho este tema ¿habías visto trabajos de otros fotógrafos que te pudieras tomar como referencia?
Había visto el trabajo de Abbas, que tiene un proyecto que gira en torno a la religión. Pero lo que realmente me interesa es investigar desde un punto de vista más personal. Uso la fotografía para aprender y conocer temas que me interesan. Y con la fotografía quería aproximarme a Irán y el Islam, para conocerlos de verdad.
Es curioso que allí se hayan interesado en la visión de un fotógrafo de fuera
A ellos les interesó cómo se muestra con la mirada de otros. Al ser un país que ha estado tanto tiempo cerrado muestran especial interés ver cómo gente de fuera conocen y valoran su cultura y sus tradiciones, valoran mucho esa curiosidad.
Siendo extranjero y con un tema religioso ¿te resultó difícil hacer el trabajo?
He estado trabajando aquí durante cinco años la Semana Santa y he encontrado más dificultades de las que he tenido allí. Enseguida te abren las puertas, te explican y te dan de comer y beber. Todo es facilidad. Mientras que aquí vas a una iglesia y te ponen problemas, trabas, mucho trámites… y no tiene mucho sentido. Aunque también es cierto que aquí es algo que está mucho más masificado y allí es algo mucho más tranquilo.
Con este trabajo, al final el objetivo que tengo (aunque no lo he tenido del todo claro desde el inicio) es la comparación. No por decir qué es mejor y peor, sino que poseen tantas semejanzas que creo resulta muy interesante mostrarlas. Aunque también es cierto que la comparación es un tema delicado, hay determinada gente de allí no le hace gracia que hay detalles y cosas que son heredadas del catolicismo, como así es. Y aquí ocurría lo mismo, si lo planteo como una comparación no lo tendré fácil para poder exponerlo.
¿Tienes ya este proyecto cerrado o seguirás trabajando en él?
Creo que lo del Ashurá realmente lo tengo finalizado (he tenido incluso la oportunidad de dar una conferencia y fui invitado a un programa de televisión). Este año lo he vuelto a fotografiar pero no quiero acabar repitiéndome y realmente lo he retomado por la exposición que me plantearon. Pero el trabajo sobre el Ashurá en Irán lo considero terminado.
No es lo único en lo que he estado trabajando en Irán, ahora estoy dando forma a otros trabajos, como "Learning Faith", que realicé hace unos meses en la ciudad sagrada de Qom, donde acompañé a una comunidad chií de España y pude conocer y mostrar desde dentro el chiismo.
Cambiando de proyecto, te han concedido una beca Artex de AECID para otro proyecto en Irán con una base histórica muy curiosa ¿Cómo surgió?
Como te comentaba, en los últimos años estoy leyendo todo lo que puedo sobre Irán, especialmente sobre historia, cultura y sociedad. Y descubrí un personaje y un acontecimiento muy interesante: el viaje de García de Silva y Figueroa, embajador de Felipe III, a Persia para visitar a la corte del shah Abbas, que fue quien modernizó e hizo un país importante hace 400 años. El encargo era obtener una alianza de los persas en contra del imperio otomano.
Vi que en este viaje había mucho para sacarle partido fotográfico, porque me apasiona lo de revisitar la historia
Me empecé a documentar sobre esta misión diplomática y descubrí el libro que escribió, con más de un millar de páginas, donde narró toda su aventura que duró diez años entre la ida y el regreso, aunque solo en Irán estuvo dos años. Vi que en este viaje había mucho para sacarle partido fotográfico, porque me apasiona lo de revisitar la historia. Además, algo que me empujó al proyecto es que se trata de una figura poco conocida en España, cuando García de Silva y Figueroa es el primer occidental que identifica las ruinas de Persépolis, que la escritura cuneiforme es realmente una escritura y no son elementos decorativos. Así que la figura de este hombre merece reivindicarse.
El viaje fue larguísimo hasta llegar a Irán, porque tuvo que rodear África y pasar por la India para evitar a los otomanos. Llegó a la isla de Ormuz, donde estuvo mucho tiempo esperando autorización para desembarcar en Persia y luego ya recorre durante dos años el país siguiendo al sha que le va dando largas. En ese recorrido de más de dos mil kilómetros que realizó, fue documentando y anotando todo lo que encontraba y este proyecto versa precisamente sobre rememorar ese viaje y fotografiar los lugares por donde pasó.
Para comenzar el proyecto estuve el año pasado en algunos lugares para ver qué posibilidades había para realizarlo y en unos diez días me percaté que realmente había mucho interés, donde identifiqué lugares por donde pasó. Estuve investigando posibles rutas que tomó con ayuda de Google Earth y tengo ahora ya identificado y previsto aproximadamente como un 90% de su recorrido, teniendo en cuenta dificultades como que el español de hace 400 años no es el de ahora ni el persa de entonces es como el de ahora, y que tampoco lo hablo (aunque estoy aprendiendo).
Es decir, que el proyecto sería como una especie de diario de viaje ¿no es así?
No quiero hacerlo personal, sino calzando sus escritos y comentarios, los lugares que describe y por donde él pasa con las fotografías de esos lugares hoy en día. Aún tengo que realizar el proyecto, pero al menos ya la beca me la han concedido y en unos meses partiré para realizar las fotos, realizando el viaje desde el principio. Aun no tengo decidido si lo haré en formato medio o en digital, así que aún estoy ultimando detalles.
Lo que sí tengo seguro es que con la beca hay un compromiso de exponerlo, al menos una expo en Teherán y otra en Madrid. Aunque mi idea sería realizarlo en forma de libro.
¿Cómo vas a realizar el viaje?
Tenía previsto en inicio hacerlo con un guía, pero estoy valorando hacerlo solo, porque me motiva. En cuanto al viaje lo realizaré en coche de alquiler e iré realizando todo el recorrido quedándome a dormir en ciudades próximas, con etapas de 100-200 kms, aunque habrá etapas en las que apenas hay desierto así que tocará dormir en el coche o en una tienda de campaña. Hay que tener en cuenta que Irán es un país muy seguro. También ayuda que he estado aprendiendo algo de persa para poder defenderme.
Gracias Manolo por tu tiempo, mucha suerte con este proyecto y esperamos que podamos verlo y contarlo aquí en Xataka Foto.
Foto inicial | Una estudiante chií cubre su rostro con el chador junto al santuario de Fatima Ma'sumé. Qom, 2014.
Web oficial | espaliu.com