Hemos tenido la suerte de poder hablar con Anna Surinyach de su trabajo. Es una fotoperiodista de las que no te dejan indiferente, sus fotos no necesitan artificios, ni piruetas, ni saltos mortales para ser espectaculares. Más preocupada por el discurso y la realidad de la imagen que por su efectismo..
De Surinyach me gustan muchas cosas, por un lado la limpieza y la honestidad con la que mira, por otro que plantea situaciones dramáticas desde la perspectiva humana, sin recrearse, pero que golpean a la conciencia de quien se atreve a mirar a los ojos de los refugiados que retrata.
Y también su valentía, no solo por lo que su profesión exige sino por el proyecto editorial en el que se ha embarcado con otros compañeros, la revista 5W con la que pretender devolver al fotoperiodismo al lugar que se merece.
¿Por qué empezaste en fotografía?
Yo estudié periodismo, pero ya sabía que mi manera de contar historias era a través de la imagen, así que poco antes de acabar la carrera me puse a estudiar fotografía y ya no he parado. Yo tenía claro que quería hacer fotografía, pero también me parecía importante la carrera de periodismo, porque quería hacer fotografía para contar el mundo.
Nuestro trabajo nos hace ver situaciones complicadas que evidentemente te remueven por dentro, si no me removiesen yo, personalmente, dejaría la profesión
No sabría definir tu estilo de fotoperiodismo, sin duda es humanista pero ¿con qué término te sientes más identificada?
Lo más complicado es desarrollar tu propio estilo fotoperiodístico, a la vez es algo muy importante que te define y diferencia. Yo siempre he tenido muy claro que quería contar historias, documentar. Pero siempre me ha preocupado más que la fotografía sea honesta, esto me parece más importante que ese estilo.
¿Te has planteado alguna vez por qué escogiste el camino difícil del fotoperiodismo?
¡Yo no sé si es lo difícil, eh! (risas) Para mí es más difícil ir todos los días a hacer fotos al gobierno en el Parlamento. Mis padres eran médicos en emergencias, quizá por eso yo tenía claro desde pequeña que quería ayudar, dudaba entre ser médico o periodista pero sabía que quería aportar mi granito de arena. Al darme cuenta que no servía para médico me planteé que esta era una manera de contar y visibilizar las injusticias. Pero no creo que sea la manera difícil, sino la que nos gusta.
Muchos os ven como heroínas y héroes invisibles que nos hacéis ver más allá de nuestras fronteras, que nos enseñáis esa realidad difícil y cruda. Otros os sitúan en el otro lado de la balanza y no entienden cómo podéis hacer la foto al ver situaciones de vulneración grave de los Derechos Humanos ¿qué les dirías?
Hay mucha mitificación con el fotoperiodista, quizá es lo que más se ve, pero yo que he trabajado con Médicos sin Fronteras te puedo decir que hay médicos que "se parten los cuernos" mucho más de lo que lo he podido hacer yo pero quedan más escondidos, y hay logistas, economistas que están en países en conflicto mucho más tiempo que el que yo he estado. Me sabe mal que los fotógrafos y periodistas nos llevemos el mérito. Además siempre hay que recordar que nosotros tenemos billete de vuelta y si hacemos esto es porque nos gusta y porque lo necesitamos.
Y luego no hay que olvidar el riesgo que corren los fotógrafos locales, por ejemplo en Siria, ha habido momentos en que nadie podía entrar en Siria y ellos no eligen ir, al final nosotros lo elegimos, ellos no. Incluso hay quien no era fotógrafo antes de la guerra en Siria y que han visto en la cámara un arma de ayuda, un instrumento de visualización.
Algo que llama la atención de tu trabajo es la limpieza, la honestidad, la ausencia de juicios, pero a la vez das "bofetadas" que hacen abrir los ojos al espectador y pararse a pensar "eso está pasando ahora"... ¿Cómo se conjugan las dos cosas?
Creo que algo importante cuando llegas a un sitio es entender lo que está pasando, si tú no entiendes lo que está pasando dificilmente vas a poder contarlo o explicarlo.
Mi escuela fue Médicos sin Fronteras y mi referente, mi maestro es Juan Carlos Tomasi, que lleva trabajando para la organización 20 años, y sus fotos son muy honestas, aparte de que es una gran persona y eso se ve reflejado en su trabajo. Evita por todos los medios el artisteo y recuerdo, cuando entre como becaria con 20 años, que le veía gritar cuando algún fotógrafo ganaba un premio con fotos trucadas.
Yo me he formado con él, esa es la línea que quiero seguir, quiero ser muy honesta. Yo ando buscando un lenguaje propio, sobretodo un "¿por qué?" y a veces hago fotos que las ve Tomasi y me dice "A ver Surinyach, pero ¿qué es esto?, esto es postureo... fuera" (risas).
No creo que haya fotografía masculina y fotografía femenina, pero la mirada de una mujer a veces cuenta cosas distintas que la mirada de un hombre, pero estos reportajes no se ven tanto en los medios de comunicación
¿Es fácil mantener la sonrisa entre tanta tragedia?
Yo he visto gente que se quema en el fotoperiodismo y lo dejan porque dejan de creer en la fotografía, porque ven que no sirve entonces se hacen "logistas" porque por lo menos ven que van y que se construye un hospital.
Nuestro trabajo nos hace ver situaciones complicadas que evidentemente te remueven por dentro, si no me removiesen yo, personalmente, dejaría la profesión. Al final lo importante no es si nosotros podemos mantener la sonrisa, nosotros al fin y al cabo tenemos un billete de vuelta siempre, y aunque a veces necesitas coger aire para seguir, somos nosotros los que hemos escogido esto.
Cada vez hay más tragedias entre los fotoperiodistas.
Siendo "freelance" puedes tener más riesgo porque no tienes medios para seguridad u hoteles, hay que luchar para conseguir dignificar la profesión y poder contar con los recursos para preservar tu seguridad, pero al fin y al cabo esto se hace por vocación y muchas veces se asumen los riesgos como parte de ese trabajo.
¿Cómo conseguís mantener la ilusión con el panorama fotográfico que hay en España en estos momentos?
Llevo una semana mirando las portadas de los periódicos para una charla que tengo que dar en Bilbao, es alucinante lo que pasa en este país con la fotografía y los medios. Si pretendemos vivir (los fotoperiodistas) de los medios en este país, lo llevamos claro. Por suerte hay otras vías.
¿Cómo ves el futuro de la fotografía y de la fotografía periodística en concreto?
Yo creo que uno de los futuros del fotoperiodismo, por lo menos por el que yo apuesto, es uno en el que el fotógrafo tiene una voz. Ya no basta con ser el primero en llegar a un sitio, es más, seguramente ya habrá llegado alguien a ese sitio antes que tú, lo que tiene que tener el fotógrafo es desarrollar un discurso visual; yo creo que el fotoperiodismo tiene que ir en esa línea.
¿Y cómo se consigue eso?
Se puede conseguir haciendo reportajes de largo recorrido, es decir, siguiendo un tema durante mucho tiempo, pero también se puede hacer en las "breaking news", creo que es por ahí por donde tiene sentido nuestra profesión.
Por otro lado creo que hay que hacer un esfuerzo visibilizar más el trabajo de la mujer fotoperiodista. En España, hay muchos trabajos de mujeres que te hacen reflexionar sin el discurso de sangre y muertos, por ejemplo, yo desde que conocí el trabajo de Carole Alfarah lo pongo de ejemplo, la foto que más me ha marcado de Siria es una suya en la que no hay nadie, solo un sofá tras una puerta ametrallada y, para mí, esa foto dice mucho más que muchas fotos que llegan de Siria de fotógrafos mucho más reconocidos que ella.
No creo que haya fotografía masculina y fotografía femenina, pero la mirada de una mujer a veces cuenta cosas distintas que la mirada de un hombre, pero estos reportajes no se ven tanto en los medios de comunicación. Y no quiero que se interprete esto como "la fotografía de las mujeres es mejor", ni mucho menos, pero hay que reflexionar sobre lo que se enseña en clase, la poca presencia que tiene la mujer en la historia que se cuenta, o en los festivales y concursos. Al final, como mujer, mis referentes son masculinos, con su mirada masculina y a mí me ha costado separarme de esa mirada.
Es alucinante lo que pasa en este país con la fotografía y los medios. Si los fotoperiodistas pretendemos vivir de los medios en este país, lo llevamos claro
¿Por qué surge 5W?
El espíritu de la revista no solo lo compartimos los fundadores, muchísima de la gente que se dedica al fotoperiodismo y al periodismo internacional comparte lo que pretendemos, que al fin y al cabo es contar el mundo de una manera reposada saliendo de "los breakings". Ideas como 5W la ha tenido mucha gente, vamos que no hemos inventado nada, lo que pasa es que nosotros lo hemos llevado a cabo.
Tengo entendido que está funcionando muy bien.
Yo creo que el éxito principal de 5W es que somos periodistas haciendo lo que nos hubiera gustado hacer en otros medios. Lo que nos ha sorprendido es que el público lo quiere, no es cierto que la gente no se interese por esos temas, obviamente no vamos a competir con un vídeo de Gerad Piqué y Shakira en Facebook, no vamos a llegar a ese nivel de visitas, pero no es el camino.
Funciona porque respetamos al profesional y pagamos por el trabajo, todos pensamos que hay que conseguir subir esas tarifas, pero es complicado. Respetamos tanto al periodista como al fotógrafo y, por supuesto, respetamos al lector. Creo que esas son las claves.
A finales de 2016 escribisteis un artículo llamado "El Significado de la imagen" donde se dibuja el espíritu de 5W, pero más allá de eso y centrándonos en el título de ese texto ¿Cómo crees que puede afectar la sobredosis de imágenes que tenemos en el "Significado de la Imagen"?
Es cierto que al tener esa "sobredosis de imagen" cuesta más que una foto impacte. Si vemos lo que se ha publicado en los medios sobre Siria son tantas las atrocidades que ya la gente ni reacciona. Aún así creo que la fotografía tiene una fuerza que no tienen otros medios. La fotografía es capaz de generar vínculos entre el fotografiado y el espectador y esos vínculos precisamente son los que consiguen remover conciencias.
¿Qué proyectos tienes en mente?
Uno de los proyectos mas grandes es 5W, intentar que el fotoperiodismo vuelva a estar donde se merece, tenemos en España grandes profesionales, cada vez mejores, que no están suficientemente valorados y desde 5W nuestra obsesión es enseñar esos curros y demostrar que la imagen sigue teniendo sentido y es muy importante para poder contar lo que está pasando en el mundo.
Otro de los proyectos que estoy empezando reflexiona sobre porqué las mujeres dan a luz en sus casas. Busco los motivos y razones que llevan a las mujeres a dar a luz en casa, para ello he escogido tres países: Colombia, España y Sudán del Sur. Creo que son tres contextos que reflejan la disparidad de este mundo. No se trata de un alegato a favor o en contra del parto natural, que ahora se discute mucho, sino que pretendo mostrar cómo son las realidades sociales de estos países a través de este tema. He empezado por Colombia, es un proyecto largo, sin prisas, espero que al finalizarlo se vean las incongruencias de este sistema y el mundo en que vivimos.
¿Hay o habrá libro?
Uff, todavía no. Me encantaría que lo hubiera en un futuro pero para eso hay que tener una voz propia, creo que yo aún no la tengo, así que de momento me voy a centrar en el proyecto que te he dicho y después... ya veremos.
Muchas gracias Anna por tu tiempo, tu disposición y por pelear por el fotoperiodismo en un momento en el que la batalla es tan complicada.
Anna Surinyach | Página web | 5W
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Foto de inicio | Louise Virault en Senegal