Moisés Fernández o Moi Foto, fotógrafo de publicidad cuyos trabajos más interesantes están relacionados con los actores y el teatro. Le entrevistamos para Xataka Foto porque sabíamos que podíamos aprender mucho de su buen hacer y su experiencia. Y así fue. Su formación, su forma de trabajar, sus exposiciones y sus nuevos proyectos. Todo en una entrevista que servirá de inspiración para aquellos que quieren especializarse en este tipo de fotografía.
Fotógrafo sobre todo de publicidad, posees una técnica que te hace destacar en todo aquello en lo que trabajas, tanto lo industrial como en retratos así como en otras imágenes donde puedes dar más rienda suelta a tu creatividad, ¿cuál es tu formación? Todo comenzó en Huelva, de forma muy autodidacta. Mi hermano Francis tenía una Nikon y varios libros técnicos de fotografía y la curiosidad hizo el resto. Luego me trasladé a Madrid, para seguir formándome en el C.E.V. Allí hice varios cursos de formación, especializándome en fotografía publicitaria, creativa y retrato. Todo es importante en la formación, pero sin duda, lo que me aportó más fue trabajar como ayudante de fotógrafos profesionales, destacando a Álvaro Ortiz. Pasé dos años aprendiendo mucho con él, antes de comenzar a trabajar como freelance.
Te mueves como pez en el agua sobre todo con los retratos a actores y personajes de la cultura en general, ¿podrías dar unos consejos para llevar a cabo este tipo de trabajos? ¿Cómo preparas las sesiones? Lo digo especialmente por un retrato en concreto donde aparece Alberto Amarilla con una lágrima cayendo por su rostro, para llegar a reproducir ese tipo de sentimientos, aparte de que sea actor que siempre lo hace más fácil, deber haber complicidad entre fotógrafo y retratado, ¿hay mucho de "director" por tu parte o surgió por parte suya? Retratar es lo que me apasiona, lo que me hace disfrutar. Me gusta fotografiar personas, poder dialogar con imágenes. Es un modo de conocerlos, de ver cómo se muestran, lo que piensan, sienten. Mi método de trabajo es sencillo, procuro en todo momento crear cercanía y complicidad. Paso más tiempo hablando con los retratados que haciendo fotos. Si tú te muestras tranquilo y sereno, por lo general, se lo transmites a ellos, se desvanecen las barreras y nerviosismos. Cada sesión es un misterio, nunca sabes cómo se va a desarrollar. Hay que estar preparado para todo, es la clave, no tener un guión preescrito. Para mi, trabajar con actores es algo único, son muy generosos, me apasiona lo mucho que aportan. En el caso concreto de Alberto Amarilla, pues es una de esas personas especiales que se te cruzan en el camino, de la que acabas siendo amigo, por el corazón tan grande que tiene. Ese retrato concreto, el de la lágrima, es del día que le retraté por primera vez.
Es importante que cada fotógrafo mantenga su sello o que posea algún detalle que le haga reconocible, en tu caso vemos que has creado una homogeneidad en cuanto a la fotografía de retrato en blanco y negro y destacando las manos frente al rostro. En este sentido ¿tienes algún referente? o ¿cómo surgió esa idea de retrato? Admiro todo tipo de fotógrafos, de muy distintas disciplinas. Sigo disfrutando viendo la delicadeza de Arnold Newman e Irving Penn, las texturas de Herb Ritts, la genialidad de Richard Avedon, la cercanía de Alberto García Alix, la inteligencia de Chema Madoz, el desparpajo de Mondino o Lachapelle, por ejemplo. Pero hay tantos fotógrafos que admiro, profesionales y amateurs, que en el fondo me nutro de todos ellos, todos te aportan un poco de creatividad y ganas de seguir fotografiando. Asimismo, influyen en mi trabajo todo tipo de disciplinas artísticas. En cuanto a mi serie de “Retratos de primera mano”, pues más que influencias, lo que hay es una búsqueda de expresividad, un modo de contar historias no sólo con la mirada, sino añadiendo una nueva fuente de comunicación, las manos y sus gestos.
¿Podrías contarnos alguna anécdota que siempre recuerdes de tu trabajo con los retratados? Pues siempre guardo con mucho cariño, una en especial. El hecho de que Bebe viniera a posar para mis Retratos de Primera Mano, estando embarazada de siete meses y pico. Mis recuerdos de ella y de esa sesión son maravillosos.
Además de trabajos comerciales, tambien vemos que eres activo exponiendo tu obra. ¿Cuáles son tus próximas muestras? Estoy participando ahora mismo en una exposición colectiva en la Galería Binomio de Madrid, titulada “Gerardo Rueda y sus contemporáneos”. Recientemente he expuesto también “Por la Cara”, un conjunto de 40 retratos de actores en Microteatro, por lo que mi intención es esperar a finales de año para sacar a la luz mi nuevo trabajo, aunque siempre suelen surgir proyectos imprevistos, es la magia de nuestra profesión. Por otro lado, como exposición viva e itinerante que es, los “Retratos de Primera Mano” siguen creciendo y podrán verse seguro este año.
Y, ¿tus próximos proyectos? Si se pueden contar... Tengo en marcha dos exposiciones, de las que no se pueden dar muchos detalles. Protejo mucho el material hasta no ser expuesto, para que no se “quemen” en internet. Me gusta que se muevan, compartan y difundan las imágenes, pero una vez expuestas. Es un modo de darle prioridad a esa primera reacción del público en la sala de exposición. Si puedo contar que sigo trabajando y contando con actores en ellos, porque son series de retratos, con algo más de interpretación.
¿Dónde te sientes más cómodo? ¿Trabajando con objetos inanimados como puede ser la comida o con las personas? Sin duda, como intuirás, con personas, y no sólo con profesionales del medio, sino con cualquier persona que quiera ser retratada, que le apetezca pasar por esta experiencia y deposite la confianza en ti. De hecho, las sesiones con familias, amateurs, niños, etc.. Suelen ser muy divertidas, precisamente por la espontaneidad e ilusión que demuestran.
¿Sueles realizar el trabajo íntegro diseñando también carteles o sólo realizas la parte centrada en fotografía? Hoy en día estamos obligados a hacer de todo. Por lo general, cuando te encargan la cartelería o imagen corporativa, el cliente delega en ti todo el trabajo. A mí me gusta especialmente involucrarme en todo el proceso, no solo hacer la imagen, sino participar del diseño y creatividad, somos creadores. Es un modo de controlar que tu trabajo se respete, que vaya de la mano junto al diseño.
Como fotógrafo profesional, ¿cómo ves el mundo de la fotografía actualmente en un mundo cada vez más repleto de imágenes y cámaras semi profesionales al alcance de todos? Me parece fantástico que la fotografía sea un hobby tan generalizado y extendido. Todos, al fin y al cabo, sentimos la misma pasión por la fotografía. El que hace fotos siente la necesidad de expresar cosas, como el que escribe, actúa, pinta, etc... Mucha gente hace sus pinitos, te preguntan, se interesan por cómo haces las cosas. Eso, con otros trabajos no pasa, así que me considero afortunado de tener una profesión que levanta curiosidad en la gente, que les atrae. Lástima que sea un hobby tan caro, eso sí. Pero siempre doy la misma respuesta, la cámara no te hace mejor fotógrafo, sino tu propia creatividad. Así que, tengan la cámara que tengan, nunca dejen de hacer fotos, porque como siempre digo, cada foto que hagan, es vuestro diario escrito en imágenes, nos trasladan a unos recuerdos y emociones vividas.
¿Un sueño? Que nada nos mate la ilusión, ya suficientemente dura es la vida y como están las cosas, como para dejar que algo nos impida soñar, somos los dueños de nuestras ilusiones, nos pertenecen.
Desde aquí le agradecemos a Moisés su tiempo para concedernos esta entrevista y le deseamos mucho éxito en sus nuevos proyectos. Al resto, os invito a visitar su espacio web para ver el resto de sus fotografías, sobre todo en las secciones de "Retratos" y "Exposiciones". Descubriréis esa complicidad con los protagonistas de sus imágenes, porque como bien nos contaba "Paso más tiempo hablando con los retratados que haciendo fotos".
Fotógrafo | Moisés Fernández
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