Hasta el 1 de abril, podemos disfrutar en La Fabrica (Madrid) de la exposición 11:11 de Alejandro Marote, última investigación del fotógrafo madrileño alrededor de la forma y la plasticidad de la imagen a través de la fotografía. Hablamos con él para conocer mejor como ha desarrollado la producción de su obra.
11:11 nos muestra un trabajo en el que combinas la doble exposición en negativo, creando piezas que lindan con la abstracción y en la que el color tiene una gran presencia. Para quienes no estén familiarizados con esta práctica analógica, que podríamos considerar que ya es marginal, ¿Podrías explicarnos como has desarrollado el proceso de captura y revelado de las imágenes?
El proceso de creación de estas imágenes es muy sencillo, se trata de dos tomas fotográficas similares en un mismo negativo. El punto de complejidad surge a la hora de crear con dos tomas una nueva fotografía que tenga un interés geométrico y visual.
Para tratar de conseguir esto he buscado las formas en la naturaleza más simples posibles como son el encuentro entre una vertical y una horizontal, o bien formas con tendencia a la esfera, ya sean cóncavas o convexas. Al unir dos de estas tomas opuestas el resultado que he buscado es el de formar entre ambas una unidad de forma.
En 11:11 podemos ver lo que probablemente sea una de tus producciones donde la abstracción es más palpable y donde la figuración asociada tradicionalmente a la fotografía se pierde definitivamente en un mar de color y texturas, o lo que se podría llamar Trinidad Visual (forma, color y textura). Este magma visual plantea dificultades en primera instancia para quienes se acerquen a tu trabajo sin conocer tu trayectoria ni tus intereses estéticos.
¿Podrías trazarnos una hoja de ruta para ver tu trabajo o precisamente es un proyecto que rompe con una lectura clara?
Mi trabajo comienza con un primer proyecto en blanco y negro llamado A que recientemente he publicado con la editorial RM Verlag (Iñaki Domingo y Ramón Reverte como editores).
Se trata de un proyecto de comprensión de la forma que durante siete años realizo y que arranca desde un estudio en la ciudad de la cara más visible de la realidad. Con el paso de los años el camino que sigo es el de la búsqueda de formas puras y eso me lleva a ir dejando la figuración atrás en busca de la abstracción. Una vez soy capaz de cerrar este primer proyecto y abandonar la ciudad y sus lineas rectas para encontrarme con la curva en la naturaleza comienzo a añadir capas de color a mis imágenes.
En este nuevo trabajo estoy volviendo a aplicar este proceso continuo en mi obra que va desde la realidad hacia la abstracción con una nueva plástica. Recurriendo a imágenes ya creadas en negativo de película, estoy en estos momentos utilizándolos como estructura serigráfica para, a partir de decenas de pasadas de una misma imagen con pigmento sobre tela volver a abstraer estas formas ya creadas y darles una nueva dimensión plástica.
Es decir, liberar la forma ya creada fotográficamente para que a partir de muchas pasadas de pigmento de la misma forma una capa encima de otra, tomen una nueva vida y se despojen de su propia realidad.
Al ver las imágenes de 11:11 no puedo olvidar tu anterior proyecto, A, un trabajo en el que has estado inmerso varios años y en el que realizabas un retrato a base de plano cerrado y búsqueda obsesiva de la linealidad de la ciudad contemporánea, para posteriormente ir diluyendo tus imágenes hacia la abstracción y el escape de la realidad palpable. Un sobrio blanco y negro y una palpabilidad casi táctil del hormigón eran las señas de ese trabajo. En tu nuevo proyecto, veo similitudes con este trabajo así como diferencias, más allá de que en este trabajo el color es central.
¿Qué hay de continuista y en qué rompes respecto a tu anterior trabajo?
Todo mi trabajo forma una unidad plástica en continua evolución. Cada vez que comienzo un nuevo proyecto, lo inicio desde el punto hasta donde he llegado en el trabajo previo e intento desnudarlo de las capas creadas para darle una nueva identidad. Se podría decir que todo mi trabajo es continuista, de ahí el nombre de mis proyectos que como grupos sanguíneos hermanos los denomino A-B-AB-0, y de alguna manera igualmente son rupturistas, pues es esta mi obsesión, la de hacer de lo que construyo una misma arcilla con la que moldear de nuevo.
Te defines como fotógrafo de película ya que si no me equivoco, tu producción se desarrolla siempre sobre este soporte. ¿Qué importancia tiene para ti el uso de este soporte frente a la facilidad del registro digital?
La diferencia entre el registro analógico y el digital para mí no se basa en diferencias técnicas sino que tiene que ver más con la cuestión de acumulación y edición. El hecho de tener un número limitado de disparos me ha obligado a elegir a la hora de fotografiar. Las infinitas posibilidades de producción digital, unidas a la imposibilidad de organizar un archivo digital infinito hicieron que me decidiera por usar un soporte analógico que te da como resultado un negativo matérico, algo que puedes tocar y archivar físicamente.
Una vez pasado este primer tramo a la hora de elegir el soporte, no cabe duda que al trabajar con película, los matices de color y la forma redondeada del grano ayudan a que las fotografías tengan una mayor atracción a mi vista y hoy por hoy descarte el uso de cualquier soporte digital a la hora de fotografiar.
Sin embargo, tu interés por lo analógico no implica que no te hayas interesados no solo por las nuevas formas narrativas, sino también por la aplicación de las nuevas tecnologías para contribuir a estas nuevas formas de contar lo visual.
Has producido un trabajo para The Portable Photo donde la interacción con las imágenes se lleva a un nuevo nivel. ¿Cómo te planteas crear un trabajo para una aplicación pensada para IPAD y qué nuevas posibilidades te ha abierto como fotógrafo?
La idea de crear una App surge a raíz de una propuesta de Gonzalo Golpe como editor para The Portable Photo. La misma idea que antes me preguntabas en cuanto a lo continuo o rupturista de mi trabajo la utilizo aquí para hablar de este concepto. Creo AB·STRACT para de alguna manera unir todos mis trabajos en un solo Ser. Poder mezclar todos los proyectos que había hecho hasta el momento me permiten comprender que todo mi trabajo es uno y que su nexo de unión más allá de la forma, el uso del Blanco y Negro o del color, se basan en la búsqueda de una misma estructura formal que une a cada una de mis fotografías desde su estructura interna, desde la relación entre los opuestos, el equilibrio entre lo lleno o lo vacío, o el encuentro entre colores.
Este punto de equilibrio es la raíz de mi búsqueda creativa, poder construir imágenes que estén equilibradas por sus opuestos y que sea este pulso continuo el que haga de ellas que cada vez que las observes sientas esa energía de lucha en equilibrio.
Web oficial | Alejandro Marote
Información de exposición | La Fábrica