María Moldes lleva más de 10 años fotografiando por todos los rincones del planeta, pero no ha sido hasta que dejó su cámara réflex y se apoderó de su teléfono móvil para explorar la ciudad donde vive, Benidorm, que encontró una estética propia que es todo un éxito en Instagram. El próximo jueves inaugura exposición colectiva en Hamburgo junto a otros fotógrafos que se han hecho populares gracias a Internet, así que hemos aprovechado para entrevistarla y conocerla algo mejor.
Tu popularidad se desata con Escenas de la Vida Radioactiva, retrato de la población playera de Benidorm, donde queda clara tu pasión por los sujetos entrados en años, la estética kitsch y los encuadres cerrados.
En este trabajo, tu campo de trabajo es el área donde resides. Sin embargo, antes de llegar aquí, has estado 10 años viajando por todo el mundo realizando fotografías. ¿Crees que ha sido imprescindible esta experiencia previa para llegar a donde estás ahora? ¿Qué te ha aportado?
Sin duda, viajar me ha ayudado muchísimo a entender mejor el mundo en el que vivimos, a tener una imagen más global y real de hacia dónde va la sociedad.
Vayas donde vayas, la sombra del consumismo y del mal gusto, siempre aparece, incluso en países emergentes
En mis viajes siempre he tenido la sensación de que menos la Naturaleza, que nunca decepciona, todo lo demás, lo que tiene que ver con el ser humano, suele ser peor en persona, vayas donde vayas, la sombra del consumismo y del mal gusto, siempre aparece, incluso en países emergentes, o menos desarrollados, en cuanto hay oportunidad, aparece para estropearlo todo.
El caso de Benidorm aunque llevado al extremo, es un reflejo de la sociedad que nos ha tocado.
Tienes claro que el tamaño y lo habituada que está la población al l teléfono móvil te ha permitido acercarte a los sujetos que fotografías hasta distancias muy cortas, algo que no podrías hacer con una cámara réflex sin producir cambios en la actitud de tus retratados. Esto te ha llevado a definirte como artista visual y no como fotógrafa, debido al uso de la herramienta con que capturas las imágenes. ¿A qué se debe?
Me defino como artista visual para precisamente no tener que dar explicaciones, utilizo la fotografía cómo medio de expresión, única y exclusivamente, decir que soy artista visual, me permite más libertad de movimiento, para hacer lo que quiero, cómo quiero, no me interesan las etiquetas, ni las visiones puristas sobre fotografía.
He utilizado el móvil en principio, porque me parecían muy interesantes las oportunidades que me daba para experimentar, para acercarme a los sujetos sin interferir en sus vidas. Además he querido que las fotos se puedan situar cronológicamente en una época, que se note que han sido hechas con un móvil de ahora, me gusta que se note como en ocasiones la lente del móvil deforma la imagen. Esto es probable que con el tiempo lo mejoren, quizás entonces, deje de interesarme el móvil como herramienta, no lo sé.
Reconoces que te atraen y te gustan los sujetos que fotografías, pero que esto es la consecuencia de replantearte una situación previa, en la que no te encontrabas nada conforme con lo que veías en la calle. ¿Cómo ha sido ese proceso? ¿Ha sido para ti la fotografía en cierta una forma una terapia para superar un escenario con el que estabas inconforme?
La fotografía me ha servido para reconciliarme con una realidad que no me gusta. Los que hemos crecido en los ochenta teníamos la visión optimista de que el mundo cada vez sería mejor, que cada vez se viviría mejor, que seríamos más cultos, más elegantes, que se acabaría con el hambre en el mundo, con las guerras… pero cuando llegas a tu edad adulta y ves que todo eso era un espejismo, te quedan dos opciones, hacerte Hare Krishna o adaptarte, sin perder la esperanza de que esto cambie algún día. Yo he optado por esta última, aferrándome a mi imaginación y en ocasiones al sentido del humor, he conseguido que lo que en principio me desagradaba, ahora lo vea con otros ojos.
Pese a la cercanía de tus encuadres, da la impresión de que tomas fotografías desde una distancia emocional muy fuerte. Defines tu trabajo fotográfico como un trabajo de caza, en el que vistes con colores planos, llevas gafas de sol y te acompaña la música en tu ipod. Sin duda, esto te ayuda a pasar desapercibida a la hora de tomar imágenes. ¿Crees que cierto distanciamiento respecto al sujeto fotografiado ayuda a la hora de pensar en imágenes?
Cuando salgo a hacer fotos llego a un nivel de concentración muy alto. Ese nivel de concentración me distancia necesariamente del sujeto y me ayuda a crear mi discurso. Lo que hay en la calle me sirve como escenario para desarrollar mi trabajo, pero nunca busco representar la realidad, en los sujetos busco que sus expresiones corporales digan lo que yo quiero decir, que no es siempre lo que ellos dicen.
La concentración y el pasar desapercibida hacen que todo fluya de una manera más fácil.
Está claro que fotografías lo que ves al salir de casa, sin embargo has confesado que te gusta fantasear con las historias que hay detrás de tus retratados y las razones de su particular estética. ¿Qué ve María Moldes en sus fotos y los sujetos retratados?
Nunca busco representar la realidad, en los sujetos busco que sus expresiones corporales digan lo que yo quiero decir, que no es siempre lo que ellos dicen
Siempre fantaseo con mis retratados, desde el primer momento en que los veo, tienen que inspirarme algo, mi cabeza siempre se va a algún personaje de película de ciencia ficción o intriga. Las mujeres mayores en particular, son las que más juego me dan, me gustan con carácter fuerte y expresivas, con peinados exagerados y maquillaje, para mí son todas heroínas, desde el momento que las fotografío, nunca más vuelvo a verlas de forma normal, pasan a formar parte de mi imaginario personal.
Muy probablemente tu trabajo se convierta en un icono estético de la España del siglo XXI con grandes focos de población organizando su vida alrededor de la playa y una combinación de población extranjera y foránea muy envejecida. ¿Eres consciente del valor documental y antropológico que se esconde en tu trabajo? ¿Lo has tenido en mente cuando comenzaste con este trabajo?
Eso sería la mejor recompensa para mi, se verá con el tiempo si es así.
En cuanto al carácter antropológico de mi trabajo, sí fui consciente desde el principio, aunque ciertos aspectos del ser humano no me gustan especialmente, sí me gusta analizar y observar sus comportamientos en sociedad, sacar mis conclusiones, divagar y reflexionar sobre ello. No fue tanto una intención de documentar, mi trabajo tiene una visión muy personal, no pretendo reflejar la realidad tal cual, aunque la gente que ve la sociedad cómo la veo yo, la reconozca en mis fotos.
Te encuentras desarrollando un nuevo trabajo, Bloop, del que nada se sabe a excepción de una fotografía que tienes publicada en tu página web en la que podemos ver el mar. ¿Podrías darnos alguna pista sobre qué trata este proyecto?
Bloop, sigue en la misma línea de mis otras dos series, vuelvo a trabajar sobre una situación cotidiana, dejando que mi imaginación la interprete cómo quiera, en este caso, me he acercado más que nunca a la ciencia ficción. El resultado es una serie muy marciana. He utilizado el móvil y una cámara compacta, volveré en unos meses a retomarla, pero ya está prácticamente terminada.
Como anécdota puedo decir que ha sido muy divertido trabajar en ella, he tenido que camuflarme literalmente para pasar desapercibida y poder aproximarme a los sujetos fotografiados.
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Instagram | María Moldes
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