Hemos entrevistado a Iñaki Domingo, jurado del concurso de fotografía Nexofoto, comisario y fotógrafo con una interesante evolución en su trabajo. Las polémicas asociadas a los concursos de fotografía, las nuevas formas que adopta la fotografía contemporánea y su posicionamiento como fotógrafo son algunos de los temas de los que hemos hablado.
Eres parte del jurado de Nexofoto junto al fotógrafo Javier Vallhonrat, la curadora latinoamericana Rosina Cazali y el comisario Alejandro Castellote. ¿Podrías explicar a quienes no lo conozcan qué es este concurso?
Nexofoto es una convocatoria, organizada independientemente por los artistas Lola Guerrera y Alejandro Maureira, que busca establecer vínculos entre creadores y agentes culturales de Europa del sur y Latinoamérica. El hecho de que la organicen artistas en lugar de una institución es en sí mismo reseñable. También, creo que es una buena oportunidad para que fotógrafos, noveles o con experiencia, puedan dar a conocer su trabajo ante un jurado internacional, lo cual resulta fundamental para el desarrollo de la carrera de cualquier creador.
Además del premio económico, la organización también se hace cargo de la producción y la exposición del proyecto ganador, que se mostrará en dos galerías en España y en una en Chile. Estas son las principales razones por las que he decidido formar parte del jurado de este concurso. Ojalá que a la gente también le resulten interesantes y se animen a participar.
Concurso de fotografía y ganadores suelen ir siempre asociados a la polémica cuando mostramos trabajos que han recibido becas o sido premiados en nuestro medio. ¿Crees qué nos tomamos demasiado en serio los concursos como barómetro indiscutible a la hora de valorar un trabajo fotográfico?
Bueno, supongo que es normal que en un proceso controvertido como es tener que elegir a unas personas en lugar de otras, sea en la esfera que sea, haya cierta polémica respecto a los resultados. Lo raro sería que todo el mundo estuviese de acuerdo, me parece a mí. Por otro lado, todo el mundo tiene una opinión, y el jurado de un concurso no es más que un grupo de personas aportando su criterio de selección sobre un total de trabajos presentados a un certamen.
Evidentemente, los jurados normalmente suelen estar formados por expertos, con lo cual su opinión tiene un peso específico, pero esto no hace que el proyecto ganador invalide la calidad de otros trabajos presentados. Es normal que cuando inviertes energía e ilusión en preparar un dossier para presentarte a un concurso y finalmente no sale adelante escueza un poco, pero creo que hay que tomarse estas cosas con deportividad, hacer autocrítica con espíritu positivo y seguir adelante.
¿Hasta qué punto puede impulsar un premio la carrera de un fotógrafo?
En general, no creo en fórmulas mágicas. Los premios facilitan el poder seguir desarrollando tu trabajo avalado por una institución, pero esto no quiere decir que no se puede conseguir lo mismo sin contar con ese apoyo. Tras años observando, me he dado cuenta de que la base de la carrera de cualquier buen artista es siempre la misma: trabajo duro. Hay fotógrafos muy poco premiados con una trayectoria y coherencia admirables, y también hay otros muy premiados cuyo trabajo es cuestionable.
Me gusta pensar en la idea de que el arte es una ciencia inexacta, y por tanto ofrece tantos posible resultados como artistas hay profundizando sobre ellos
Según mi punto de vista, la historia no se escribe a través de los premios sino a través de los proyectos y las trayectorias. Además, ¿cuántos casos hay de artistas cuyo trabajo ha pasado desapercibido durante su vida y luego, cuando muertos, ha ganado notoriedad internacional? Recientemente hemos visto el caso de Vivian Maier, por ejemplo.
Algunos lectores nos manifestaron bastante desconcierto ante los proyectos más vanguardistas becados por el Foto Pres La Caixa, del que formaste parte como comisario independiente. ¿A qué crees que se debe esta ruptura entre público y autores?
Me es complicado hablar en boca de nadie, y más en la de vuestros lectores. Los motivos pueden ser múltiples y de lo más variados variados, imagino. Una vez más, esto no deja de ser una cuestión de opiniones. Si partimos de la base, por ejemplo, de que la gente entiende y practica la fotografía de manera muy distinta, imagínate si complejizamos y añadimos ingredientes a la fórmula. En todo caso, me parece mucho decir que haya una ruptura entre público y autores porque haya unas cuantas personas que no están de acuerdo con una decisión, creo que hay que relativizar un poco el asunto y no hacerse mala sangre con estas cosas.
Tampoco hay que olvidar que el jurado de un concurso suele estar formado por distintas profesionales del medio, con distintos gustos y procedencias, que se reúnen unos días a tomar una decisión, y es la mezcla de estos factores, aparte de otros muchos, la que suele dar como resultado un ganador. Tal vez si ese mismo jurado se reúne otro día o en otras circunstancias, el resultado podría ser diferente. O tal vez no.
¿Cómo valora Iñaki Domingo un trabajo fotográfico cuando es jurado o comisario? ¿Qué criterios tiene en mente?
Calidad, compromiso, pertinencia y contemporaneidad, estos son los principales factores que habitualmente tengo en cuenta a la hora de seleccionar trabajos, bien sea para concursos o para proyectos de edición o comisariado. También me gusta fijarme en la trayectoria de los artistas, ver cómo van evolucionando e incorporando nuevas estrategias creativas a su trabajo. Es decir, no me interesan tanto los proyectos aislados como que el artista demuestre una dedicación en el tiempo, que está desarrollando un proceso de investigación que va tomando diferentes formas a lo largo de sus distintos proyectos.
Dices que la fotografía es una herramienta que te permite conectar de una forma más íntima con la realidad. ¿Por qué la fotografía y no otro lenguaje? ¿Qué te llevo a centrarte en ella y no en la literatura o a música, por poner dos ejemplos?
Cuando estudiaba la carrera de periodismo estaba rodeado de colegas que tenían mucho talento para la escritura, mientras que a mi me costaba horrores tener esa fluidez. Sin embargo si que sentía una pulsión comunicativa, y eso me hizo darme cuenta de que debía encontrar un medio con el que poder expresarme con soltura y naturalidad, así que decidí hacer un curso de cine y otro de fotografía. El de cine me gustó mucho, pero con el de fotografía me volví auténticamente loco, y es una obsesión que me ha acompañado hasta hoy, aunque ha ido mutando y reformulándose a lo largo de los años.
¿Quién soy? y ¿Qué hago aquí?, las grandes preguntas de muchos artistas y sin duda una de tus motivaciones para tomar imágenes basándome en declaraciones que realizaste para otro medio. Durante más de 15 años has trabajado alrededor de temas que se entremezclan como son la muerte, el sexo, la nostalgia y la familia ¿Has conseguido acercarte a algo parecido a respuestas tras todos estos años trabajando alrededor de la imagen?
Precisamente, una de las cosas que más me interesa del arte es el hecho de no necesitar encontrar respuestas necesariamente. Me gusta pensar en la idea de que el arte es una ciencia inexacta, y por tanto ofrece tantos posible resultados como artistas hay profundizando sobre ellos. Lo visualizo mentalmente como una ancha autopista por la que se puede transitar de distintas maneras, realizado recorridos ligeramente distintos, aunque siempre en una misma dirección.
Respecto a las respuestas, nunca las he buscado pues me resulta un esfuerzo estéril, sin embargo sí que me interesa plantear proyectos con la vocación de generar preguntas, y de este modo estar cerca de las cosas que me interesan y me preocupan. Es como una especie de exposición constante e intensa a un cierto asunto, para asimilarlo y que, de algún modo, pase a formar parte de lo que uno mismo es.
Y tras más de 15 años trabajando alrededor de temas que te afectaban a ti de una forma más o menos directa, tu trabajo da un giro importante y te centras en la forma y en la estética de una forma mucho más bruta. Fotografías que casi se convierten en pinturas minimalistas y una gran obsesión por la forma. ¿Qué te ha motivado a este cambio?
Si echas un vistazo en retrospectiva a mis trabajos, verás que mi registro ha ido variando a lo largo del tiempo, a pesar de que hasta ahora había trabajado siempre sobre un mismo eje temático, siempre relacionado con la intimidad. Este periodo ha sido para mi lo que Tarkovsky llamó el estadío de toma de consciencia, una etapa del yo que me ha servido para comprender cual es mi posición en el contexto en el que vivo.
Una vez cerrada, he decidido comenzar a trabajar sobre la materia de la que se componen lo visual, ya que es un tema que por un lado me resulta fascinante, y por otro crucial, debido al cambio ontológico que atraviesa la fotografía actualmente. Ciertos teóricos defienden que está llegando a su fin tal cual la conocemos, y es algo con lo que estoy de acuerdo en buena medida, por tanto aportar mi punto de vista sobre esta cuestión. Estos son los principales motivos por los que he decidido cambiar, una vez más, mi registro, y además también mi método de trabajo.
¿Crees que esta nueva línea que estás llevando conecta con la realidad y con el momento histórico que estamos viviendo?
Yo no hago arte político, pero creo que mi trabajo sí tiene una dimensión política, aunque no desde la lectura más evidente, como es obvio. La realidad que veo a diario me resulta tremendamente compleja y encriptada, y los niveles de abstracción de casi todo lo que sucede a mi alrededor bajo un manto de aparente serenidad son asombrosos. Esta situación se filtra en mi rutina, y afecta a mi forma de hacer y entender el arte. Es decir, me resulta una respuesta lógica al momento histórico que vivimos, es un intento de aportar sencillez, limpieza y levedad frente a todo lo obtuso que hay ahí afuera.
¿Crees que si sigues durante cierto tiempo la línea estética que has tomado ahora que llegará un momento que la imagen se te termine como soporte y mudes hacia otros formatos?
Bueno, de hecho llevo un tiempo incorporando nuevas formalizaciones en mi trabajo, aunque eso no significa que tenga intención de abandonar la fotografía, al contrario. Simplemente creo que hay ocasiones en que la mejor manera de hablar de asuntos relacionados con la percepción visual, no siempre es la imagen fotográfica. He comenzado distintas líneas de trabajo con objetos, también estoy investigando con el vídeo y la instalación, e iré incorporando tantas nuevas disciplinas como vaya sintiendo necesario para expresarme. En resumidas cuentas, no es más que ampliar el lenguaje a fin de poder expresarte con mayor precisión, ¿no?
He visto la línea de imágenes que estás construyendo, pero no he llegado a ver que se hayan plasmado en algún proyecto concreto. ¿Hay algún proyecto a la vista o algún trabajo que se me haya escapado? ¿En qué consisten?
El cambio en mi manera de trabajar también implica un cambio de método, como explicaba más arriba. hasta ahora había trabajado siempre en proyecto, pero de desde hace un tiempo he sentido la necesidad de probar otras formas de abordar el trabajo. He decidido centrarme en crear piezas, que a veces son fotografías y otras no, que tratan de dar respuesta a cuestiones específicas. A la vez, todas ellas se engloban en un cuerpo de trabajo grande y rizomático llamado From Somwhere to Nowhere, que precisamente habla sobre la evolución de lo figurativo a lo abstracto.
Puede ser que más adelante intente mostrar todo este grupo de obras en su conjunto, o piense en crear una publicación con ellas, pero aún es pronto para hablar sobre ello ya que me encuentro en pleno proceso de investigación y desarrollo, y de momento prefiero centrarme en eso.
Página web | Iñaki Domingo
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