Rubén Salgado Escudero es, ante todo, una persona valiente. Dejó un trabajo estable y bien remunerado en la principal desarrolladora de videojuegos de Alemania para estudiar fotografía por su cuenta y abrirse camino en un sector, el de la fotografía profesional, que hasta ese momento le era prácticamente ajeno. Tan solo lo conocía a través de la experiencia de su madre, que es fotoperiodista.
Aunque es español, actualmente vive en Myanmar, antigua Birmania, pero tiene una buena razón: dar voz a las personas que no la tienen y contar su historia. Y sabe hacerlo bien. Muy bien, de hecho. De lo contrario con tan solo dos años de carrera como fotógrafo profesional medios como TIME, The New York Times, The Independent o Al Jazeera no habrían publicado su trabajo. Y tampoco habría sido premiado en los Sony World Photography Awards 2015 como el fotógrafo de retratos del año gracias a su colección «Solar portraits in Myanmar», en la que reivindica el uso de la energía solar como forma de llevar la electricidad a las comunidades rurales y, así, mejorar su calidad de vida. Rubén tiene mucho y muy interesante que contar. Esta es su historia.
Los primeros pasos
Rubén, ¿cómo se despertó en ti el interés por la fotografía? ¿Te viste influenciado por alguna persona cercana, o fue por «motu proprio»?
En realidad, vivo de la fotografía desde hace solo dos años. He trabajado durante diez años en el mundo de los videojuegos, como responsable de animación en 3D en la empresa de videojuegos Crytek, la más importante de Alemania en su sector. Nunca me había tomado la fotografía como algo que quisiera hacer profesionalmente, quizás por no seguir los mismos pasos que dio mi madre, que es fotoperiodista. Quería encontrar mi propio camino. Pero llegó un momento en el que me di cuenta de que quería contar historias reales, y no virtuales. Siempre me ha interesado mucho la condición humana, y eso me animó a empezar a hacer fotos. En cualquier caso, mi mayor influencia ha sido mi madre.
¿Cómo describirías en pocas palabras tu fotografía? ¿Cuál es tu intención cuando miras a través del visor de tu cámara? ¿Qué pretendes captar?
Buena pregunta. Ante todo, intento contar historias de gente que no tiene voz en su comunidad o su cultura, pero mostrándola con dignidad y no como víctima. No pretendo indagar en el lado miserable, sino en la parte humana y positiva. Creo que estamos muy saturados de imágenes de miseria, negativas, de dolor… Por las opiniones que me llegan creo que esta serie de fotografías [la colección premiada en los Sony World Photography Awards 2015] está teniendo éxito porque cuenta una historia acerca de un problema real, pero de una forma positiva y describiendo al menos una parte de la solución.
¿Por qué Myanmar?
Mi buen amigo, y mentor, Arturo Rodríguez, que es un fotógrafo canario muy bueno que, si no recuerdo mal, ha ganado dos World Press [Photo], lleva dos años y medio trabajando en Birmania, desarrollando un proyecto a largo plazo y yendo y viniendo de Canarias a Asia. Cuando yo estaba saliendo del mundo de los videojuegos él ofrecía una oportunidad de aprendizaje en la que tú te ibas un mes con él a Birmania, le asistías en su proyecto y hacías tus propias fotos, enriqueciéndote con la experiencia de alguien que lleva casi dos décadas dedicándose profesionalmente a la fotografía.
Al principio yo solo iba a ir un mes, con este proyecto y con él, pero cuando llegué me fascinó la historia de este país, la gente, su energía… La gente es increíble en Birmania. Y vi que no había muchos fotógrafos viviendo allí, y, sin embargo, había muchas historias que contar porque es un país que ha estado cerrado al mundo exterior desde hace más de medio siglo. Me pareció un buen sitio para empezar mi carrera y encontrar las historias que buscaba.
¿Tienes en mente continuar a medio plazo tu carrera en Myanmar?
Llevo ya dos años allí, intentando entender su cultura, su situación política… En noviembre van a llegar sus primeras elecciones democráticas (ya veremos lo democráticas que serán), pero quiero estar allí para documentar la transición, el cambio de una dictadura de más de cincuenta años al capitalismo, a la democracia, con todo lo que eso conlleva, y que además se está produciendo a la velocidad de la luz. De un día para otro han llegado allí los móviles, la Coca Cola y muchas otras cosas que no existían hace muy poco. Quiero quedarme para ver qué sucede políticamente, pero la verdad es que me están saliendo proyectos en otros sitios que también hago aparte, lo que me obliga a viajar de vez en cuando a países como Etiopía o la India. Tengo mi «cuartel general» en Birmania, pero no tengo muy claro si me quedaré mucho más tiempo, sobre todo porque es difícil meterte de lleno en la sociedad cuando no dominas el idioma.
Una carrera corta, pero ya brillante
¿Qué representa para ti ganar un premio como el de Sony desde una perspectiva profesional y personal? ¿Cómo se percibe tu trabajo a partir de este galardón?
Una de las cosas que más me agrada de este premio es que el jurado haya sabido ver la importancia que tiene el acceso a la electricidad en las zonas rurales de Birmania. Mi proyecto pretende dar visibilidad a cómo la energía solar, una tecnología que hoy en día es bastante económica, puede cambiar la vida de millones de personas de un día para otro. Desde que se publicó en TIME Magazine y en GEO he recibido un montón de e-mails de lectores preguntándome cómo pueden poner su granito de arena para apoyar esta causa. Junto a un par de lectores que están muy interesados y a una ONG muy importante en Birmania he creado una plataforma de financiación colectiva para recaudar fondos y, de esta forma, distribuir más electricidad procedente de la energía solar en una zona rural de este país. El premio, sin duda, puede ayudarme a dar mucha visibilidad a esta iniciativa.
Y, desde un punto de vista personal, alcanzar este premio después de dedicarme a la fotografía tan solo desde hace dos años me motiva para seguir adelante. Me anima a continuar contando historias y defendiendo los proyectos en los que creo.
Teniendo presente tu pasado en la industria de los videojuegos, ¿tu formación en fotografía es autodidacta?
Así es. Nunca he tomado una clase de fotografía. Los dos talleres que he hecho, como el Eddie Adams Workshop, los conseguí cuando ya tenía un nivel que me facilitó el acceso a ellos. Pero inicialmente tuve que leer y estudiar mucha fotografía por mi cuenta, y recurrir a muchos tutoriales en YouTube. Aprender a usar una cámara es muy fácil; es el ojo humano el que requiere entrenamiento. Afortunadamente para mí, mi experiencia como animador estudiando el movimiento, la luz, las siluetas, etc., me resultó muy útil y ya tenía este trabajo hecho. Lo más difícil, de hecho, yo todavía estoy en ello, y lo estaré porque creo que es un proceso de toda una vida, es encontrar «tu idioma», «tu voz», definir aquello que te hace distinto y configura tu estilo. La fotografía es un aprendizaje de por vida.
Un apunte para nuestros lectores más frikis: grosso modo, ¿qué equipo fotográfico utilizas?
Uso una RX1, de Sony, que es la cámara que he utilizado en todos los retratos ganadores de esta serie de fotografías, y también una Canon 5D Mark III. Pero la que más me gusta es la RX1 porque uso más que nada 35 mm, y esta cámara tiene un objetivo increíble, y, sobre todo, es completamente silenciosa. En muchas situaciones, como un campo de refugiados en el que estuve, podría no haber podido hacer algunas fotografías de no haber contado con esta cámara. Es pequeña, silenciosa, pasa desapercibida…
¿Qué opinas del futuro de la fotografía profesional? ¿Crees que la popularización de las herramientas fotográficas propicia el intrusismo? ¿Es una amenaza o una ventaja?
Yo creo que es positivo. No lo veo como una amenaza en absoluto. Que sea muy fácil sacar una foto bonita con un iPhone no quiere decir que sepas contar una historia o consigas transmitir emociones, empatía a través de una fotografía. Los días en los que una revista envía a un fotógrafo a hacer un reportaje dos semanas a un país con todos los gastos pagados y un sueldazo prácticamente se han acabado. Solo se lo pueden permitir una o dos revistas, entre ellas, National Geographic. El periodismo en general está ahora menos valorado, pero no por culpa de que las herramientas resulten accesibles a más personas, sino porque las empresas ya no venden igual que antes.
Las redes sociales y estas nuevas plataformas de Internet pueden ser muy útiles si te sabes vender. Pueden ayudarte a incrementar tu visibilidad. Depende de ti. Hoy en día gracias, por ejemplo, a Instagram, hay fotógrafos que están ganando dinero haciendo fotos con su iPhone. Hay menos revistas y periódicos, eso es indudable, pero medios como TIME, The New York Times, The Wall Street Journal o CNN tienen sus fotoblogs, y también pagan. Son nuevas vías para mostrar y publicar tu trabajo.
Agradecimiento
Antes de dar por concluido el post nos gustaría aprovechar para dar las gracias a Rubén por dedicarnos el tiempo necesario para realizar esta entrevista. Si queréis conocer mejor su obra no dudéis en pasaros por su página web. Merece mucho la pena.
Instagram | rubensalgadoescudero
Más información | Rubén Salgado Escudero
En Xataka Foto | «Intento mantener el concepto artístico en todos mis trabajos», Julia Hernández, ganadora del LUX Oro 2014