De Pau Buscató, uno de los fotógrafos callejeros más relevantes de la actualidad, ya os hemos hablado en varias ocasiones. De hecho es uno de los que os recomendamos en nuestra última recopilación de street photographers españoles (o residentes en nuestro país) de hace unos meses. Ahora hemos tenido la oportunidad de entrevistarle y conocer de primera mano cuál es su filosofía de trabajo y cómo entiende él este genero de la street photography.
Pau Buscató nació en Barcelona pero vive en Oslo, la capital de Noruega. Allí había pasado un año de Erasmus en el curso 97-98 en la AHO (Universidad de Arquitectura de Oslo) y allí dejó buenos amigos. En parte por ellos y en parte empujado por la crisis, finalmente decidió trasladarse a esta ciudad allá por 2009, y allí sigue (de momento) intentando vivir de la fotografía de calle.
Por cierto que a finales de mes, en concreto el 29 de Septiembre, inaugurará una muestra de su trabajo bajo el título ‘Hopscotch’ en la galería Space Place de Nizhny Tagil (una pequeña ciudad industrial sita en los Urales, Rusia). Allí se expondrán 18 de sus fotografías elegidas para reflexionar sobre el sentido lúdico de la fotografía de calle, algo que como podéis ver tiene mucho que ver con el estilo de este fotógrafo. Y esta exposición no será la única ya que, a lo largo de 2018 (en una fecha aún por determinar), habrá otra con el mismo título y concepto detrás en la galería Fotografiens Hus de Oslo.
Pero pasamos ya a hablar con Pau al que, por supuesto, agradecemos que nos haya concedido esta entrevista. Y, como suele ser habitual, comenzamos preguntándole por su trayectoria.
¿Cómo empezaste? ¿Qué es lo que te llevo a convertirte en fotógrafo?
Trabajaba en una gran empresa de arquitectura e ingeniería en Bergen (Noruega), pero tras dos o tres años allí empecé a sentir la necesidad de escapar de aquella rutina. El 99% de mi trabajo no era nada creativo, me aburría profundamente y el día a día en la oficina, cada mañana frente al mismo ordenador, se empezó a hacer insoportable para mí. Para escapar un poco de todo aquello, compré mi primera cámara "seria" a finales de 2010, si no recuerdo mal.
Mis primeros pasos fueron los típicos de un principiante: no sabía en qué dirección ir y caí en la trampa de pensar más en el equipo que en las fotos. Aún estaba fascinado por lo que la cámara u objetivo podían hacer (bokeh, nitidez, etc), en vez de centrarme en mis propias capacidades creativas.
Comecé probando un poco de todos los géneros pero me fui dando cuenta de que donde me sentía más cómodo era con la fotografía de calle
¿Cuándo y cómo te especializaste en street photography? ¿Tuvo algo que ver tu traslado fuera de España?
Tras un año y medio de ir acumulando objetivos de todo tipo y probar un poco de todos los géneros, me fui dando cuenta de que donde me sentía más cómodo era con la fotografía de calle. Así que un buen día decidí centrarme, y para ello tomé la decisión de vender todo mi equipo (cámaras, objetivos, trípodes, etc) y pasar un tiempo aprendiendo con una cámara telemétrica analógica y un sólo objetivo fijo. Compré un montón de carretes en blanco y negro (Tri-X), el material para revelar en casa y pasé un año aprendiendo los aspectos más básicos de la fotografía.
Mis fotos en aquel momento (2012) eran meros ejercicios de composición, bastante simples en forma y contenido y con referencias demasiado directas a maestros como Kertesz o Bresson. Pero todo esto me sirvió para centrarme y tener al fin un rumbo fijo en la fotografía.
Al cabo de un tiempo, y tras descubrir y conocer mejor a algunos fotógrafos de calle contemporáneos, me pasé definitivamente a la fotografía en color (febrero de 2014), y empecé realmente con lo que ahora me ocupa. No creo que el vivir fuera de España tuviera nada que ver con mi elección por este género, aunque quizás sí que me acercó un poco más al tipo de fotografía de calle con más acento británico que llegaba, principalmente, del colectivo iN-PUBLiC.
¿Cómo definirías este género? ¿Dirías que el elemento más importante es la improvisación o estar preparado para captar el momento?
La fotografía de calle es prácticamente tan vieja como la fotografía misma, y encerrarla en una definición única e indiscutible siempre ha sido difícil y no falto de polémica. Eso pasa porque es un género con unos límites algo difusos y que se superpone en algunas áreas con otros géneros como el documental, por un lado y la fotografía más artística por el otro. Y entre medio de esos dos existen miles de posibles variaciones, todas ellas válidas dentro del mismo género de calle.
El único punto común e indispensable en todas esas variaciones debería ser el que las fotos no estén preparadas. Que sean momentos reales de la vida cotidiana que el fotógrafo encuentra y, mediante su visión, eleva a algo con más significado. Porque lo importante no es lo que estaba ahí, sino cómo lo vio el fotógrafo.
Para mí, tanto la improvisación como el estar siempre alerta y preparado son indispensables. Y algo muy importante a nivel personal es el aspecto lúdico de la fotografía de calle. Para mí es un juego, y la ciudad es como un gran tablero en el que dejarme guiar por la intuición y dar rienda suelta a mi imaginación. Lo tomo muy en serio, pero si me he pasado incontables horas cada día durante los últimos años es porque me divierto como un niño haciendo lo que hago. Y precisamente el ver lo cotidiano con los ojos de un niño, como si fuera la primera vez, es una de las mejores herramientas para mi trabajo.
Has conseguido varios premios en prestigiosos festivales de foto callejera ¿qué valor tiene este tipo de premios para tu trabajo?
Esos festivales son básicamente grandes escaparates y sirven sobre todo para ganar exposición y difusión. Lo más gratificante es el reconocimiento por parte de grandes y respetados fotógrafos que como parte del jurado eligen el trabajo de uno. Ganar premios está bien y significa un impulso, pero también los varios tropiezos que he tenido me han servido para crecer tanto o más que los premios.
En tus fotos suele haber muchas veces un toque de humor ¿Lo buscas o simplemente te lo encuentras?
No es algo premeditado, simplemente sale así. Mis fotos suelen ser el resultado de pequeñas ideas que surgen espontáneamente cuando deambulo por las calles. Cuando uno trabaja dejando de lado la lógica y siguiendo ciegamente su intuición, el resultado acaba siendo inevitablemente un reflejo de lo que somos, así que supongo que en el fondo debo tener algo de comediante.
¿Cuántas fotos hay que hacer para conseguir una realmente buena en tu género? ¿Cuántas haces tú?
Hay que hacer muchísimas fotos hasta conseguir una realmente buena, aunque en mi caso a menudo va por rachas
Esto es muy difícil, y creo que si fuera fácil ya no tendría tanto interés para mí. Hay que hacer muchísimas fotos hasta conseguir una realmente buena, aunque en mi caso a menudo va por rachas. Hay días en los que estoy realmente inspirado y veo fotos por todas partes aunque esté en un descampado, mientras que otras veces no consigo "ver" nada ni en mitad de la Gran Manzana. Alex Webb dijo una vez que la fotografía de calle implica un 99,9% de fotos fallidas, y creo que con ese número (1/1000) aún se quedó corto.
¿Qué es lo más raro que te ha pasado haciendo fotos? ¿Y lo más emotivo?
Una vez fui atacado por un cuervo mientras hacía fotos en Oslo. Otra vez, en uno de mis viajes a Londres, llevaba varias horas haciendo fotos y ya por la tarde, en Oxford Circus, miré a un lado y tenía a Matt Stuart haciendo fotos a dos metros. No le dije nada y seguí mi camino, cogí el metro y me fui a otra zona de la ciudad. Al cabo de media hora miré otra vez a un lado y ahí, de nuevo, Matt Stuart con su Leica MP haciendo fotos.
Algo raro también es que hay una de mis fotos que encontré de forma virtual, en Google Street View. Estaba buscando una dirección en mi ordenador, avanzando por una de las calles virtuales, cuando de repente me llamaron la atención unos soportes aparca-bicis que había en la acera. Todos estaban en perfecta formación excepto los dos últimos, que parecían estar bailando un tango o quién sabe qué. Así que decidí ir al sitio al día siguiente, a comprobar si aún estaban en la misma posición y por suerte ahí seguían, enfrascados en su pequeño acto de rebeldía.
Lo más emotivo son sin duda las personas que conocí mientras hacía fotos en mi reciente viaje por la India. Como por ejemplo Rahul, un niño de once años, de Delhi, que se pasaba casi todo el día en la calle y que en muchas ocasiones quiso acompañarme en busca de fotos, a veces también con su mejor amiga, Isha de nueve años.
¿Te dedicas exclusivamente a la fotografía o la compaginas con otros trabajos? ¿Se puede vivir solo de la fotografía?
Es muy difícil vivir exclusivamente de este tipo de fotografía, pero yo lo estoy intentando. Decidí poner toda la carne en el asador y apostar fuerte por lo que me apasiona. Antes tenía un trabajo de oficina muy bien pagado pero que, literalmente, me deprimía. Ahora voy justito económicamente pero disfruto con lo que hago.
Aparte de vender reproducciones de mis fotos, recientemente me han pedido que dé algunas charlas sobre fotografía de calle, que aquí en Noruega no están mal pagadas. También me han ofrecido impartir talleres y voy a empezar con ello próximamente. El primero será en octubre en Barcelona y ha tenido muy buena acogida. Y por suerte, Fujifilm se fijó en mi trabajo y me prestó un par de cámaras y apoyo logístico para los talleres. Toda ayuda es siempre bienvenida.
¿Qué opinas de la situación actual, de la masificación de la fotografía y de las dificultades de los profesionales para sobrevivir con este trabajo?
La llegada de la era digital ha cambiado el mundo en general y a la fotografía en particular también. Muchas profesiones se han visto obligadas a actualizarse y ponerse al día con las nuevas tecnologías. Algunas incluso han desaparecido, pero no creo que ese vaya a ser el caso de la fotografía. Ayer mismo eché por curiosidad un vistazo a una página con ofertas de trabajo, y casi todas las que buscaban un fotógrafo pedían también que supiera hacer vídeo. No queda otro remedio que adaptarse a lo que viene y saber usarlo a nuestro favor.
Otro tema es el de la masificación. Hay cámaras relativamente buenas a precios muy asequibles o incluso móviles con grandes capacidades de foto, así que parece que ahora todo el mundo es “fotógrafo”. Pero lo que no hay que olvidar es que lo importante nunca fue la herramienta, sino el ojo y la mente que hay detrás de ella, y ahí los grandes profesionales no tendrán nada que temer, siempre y cuando sus clientes sigan priorizando la calidad.
¿Y de la influencia que tienen las redes sociales en el trabajo de los fotógrafos? ¿Crees que son perjudiciales o que pueden ser una buena ayuda para darse a conocer?
Como en el punto anterior, no me puedo poner totalmente en la situación de un fotógrafo profesional que realiza encargos o un fotoperiodista, porque lo que yo hago no tiene mucho que ver. Pero está claro que la inmediatez de las redes sociales ha supuesto un vuelco en la manera en que nos llegan las imágenes de muchas noticias de alrededor del mundo.
Para la fotografía de calle las redes sociales pueden ser malas y buenas, dependiendo del uso que hagamos de ellas
Eso, para el fotoperiodista de sucesos, debe haber cambiado totalmente la situación respecto a hace diez años. Twitter se inunda de imágenes mostrando cada suceso en tiempo real, así que quizás el trabajo del profesional se tiene que enfocar más y profundizar en lo que ocurre tras el suceso y sus consecuencias para las personas involucradas. Justo ahí donde Twitter no llega, porque siempre se queda en la superficie de los hechos.
Para la fotografía de calle las redes sociales pueden ser malas y buenas, dependiendo del uso que hagamos de ellas. Hay que saber filtrar, porque hay sitios que valen la pena dónde se puede aprender mucho e intercambiar críticas y opiniones con grandes fotógrafos. Personalmente me han servido como una herramienta complementaria de inspiración y aprendizaje.
Cambiando de tercio ¿Qué equipo sueles utilizar? ¿Qué es lo que llevas en tu mochila normalmente?
Hasta hace aproximadamente un año usaba una Ricoh GR y una Sony A7S con un objetivo Voigtlander Color-Skopar (28 o 35mm). Después tuve la suerte de que Fujfilm me prestara alguna de sus cámaras, y he usado la X70 y un poco la X-Pro2, aunque pronto voy a cambiar esta última por una X-T2.
Para mí lo más importante es que la cámara se interponga lo menos posible entre la escena y el ojo, y que prácticamente desaparezca. Por eso siempre trabajo pre-enfocando a dos metros y con una apertura de entre ƒ8 y ƒ16 (dependiendo de la luz), para poder centrarme sólo en la foto y olvidarme de los aspectos técnicos.
Muchas veces salgo sin mochila, sólo con una cámara en la mano y alguna batería y tarjeta de memoria en los bolsillos. Cuanto más ligero mejor. Cuando la llevo, suelo meter algo para picar, un botellín de agua y el móvil, para evitar distracciones.
Imagino que eres de lo que llevas siempre tu cámara a todos lados…
Sí, soy uno de esos. Con cámaras tan pequeñas ya no hay excusa para no llevar una siempre encima.
¿Cuáles son tus referentes? ¿Hay algún fotógrafo al que admires especialmente?
Cuando empecé me fijaba sólo en clásicos como los citados Kertész o Cartier-Bresson, luego fueron apareciendo otros como Elliott Erwitt, Richard Kalvar, Fred Herzog o Ernst Haas, y más tarde otros como Nils Jorgensen, Jeff Mermelstein, David Gibson o Melanie Einzig. También me gusta Raghubir Singh, Cristobal Hara y la sutileza de fotógrafos como Chema Hernández o Rafa Badía.
Pero las influencias no deberían limitarse sólo a fotógrafos. De hecho me parecen más interesantes aquellas que vienen de otros ámbitos de las artes, como la literatura, la pintura, el cine o la música, ya que aparecen de forma más sutil en nuestro trabajo. Mis fotos no dejan de ser una proyección de mi mundo interior sobre el lienzo de lo cotidiano, y hay varias fuentes de las que ese mundo se puede nutrir. En mi caso siempre estaré en deuda con genios como Julio Cortázar, Poe, Pedro Salinas, Rilke, Joseph Conrad, Stanley Kubrick, Julio Médem, Paul Klee o Sibelius y su séptima sinfonía, entre otros.
Las influencias no deberían limitarse sólo a fotógrafos. De hecho me parecen más interesantes aquellas que vienen de otros ámbitos de las artes
¿Qué le dirías a un fotógrafo que empieza y no sabe si especializarse en un tipo de fotografía en concreto?
Supongo que para averiguar qué es lo que más nos gusta tenemos que probar un poco de todo. Al menos así fue para mí al principio. Acabé “especializado” en fotografía de calle porque es lo que mejor sintonizaba con mi forma de ser. Mi decisión no estuvo basada en salidas profesionales ni en presiones externas, simplemente seguí el curso que en cada momento parecía más natural, sin forzar.
¿Te gustaría contar algo más a los lectores de Xataka Foto?
Nada, simplemente agradecer a los que hayan llegado hasta aquí después de tan largas parrafadas y casi diez minutos de su tiempo, y también al equipo de Xataka Foto por esta oportunidad. No olvidéis llevar la cámara cuando salgáis y, sobre todo, divertíos. Suerte a todos.
Lo mismo le deseamos nosotros a Pau, a quien agradecemos que nos haya dedicado su tiempo y esperamos que pueda seguir viviendo de sus fotos y nosotros disfrutándolas.
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Fotografías de Pau Buscató reproducidas con permiso del autor para este artículo
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