Javier Sánchez-Monge Escardo (Madrid, 1965) es una mente inquieta, estudió Biología, Filosofía, Administración de Negocios Empresariales, fotografía, habla varios idiomas, vive a caballo entre tres continentes. Es casi como un hombre del Renacimiento, inquieto y que además dos de sus trabajos han sido premiados en la ultima edición de los International Photography Awards.
Su trabajo trata de no permitir que que la situación en algunos pasíses asiáticos caiga en el olvido. Pobreza extrema, violencia pero también ritos y costumbres son los temas que conforman el grueso de su obra. Su mirada tranquila y respetuosa, lejos de preujicios le ha servido para recibir ha recibido numerosos premios, entre ellos recientemente dos de sus trabajos han recibido un segundo y un tercer premio en el International Photography Awards, "Into the trance State" recibió el segundo premio en la categoría profesional de Eventos, Tradiciones y Culturas y "Portraying the Children of the dumpsite" el tercero en la categoría profesional de Gente y niños.
Háblanos de tu trabajo, ¿cual es el punto de partida de las fotografías en el Sudeste Asiatico
El Sudeste Asiático, tanto para mi mujer –de Taiwan- como para mi supuso un alto en el camino, llevábamos cinco años recorriendo Asia y trabajando en el proyecto “Asian Rituals” que recoge rituales ancestrales de etnias de Asia y que están a punto de desaparecer.
En un país del Sudeste Asiático –prefiero no decir cuál- se me ofrecio el poder documentar la violencia de ácido -precaución imágenes muy duras-, consistente en ataques a otros seres humanos en que el agresor se vale de ácido para destruir a otras personas**. No sólo tenía que hacer un seguimiento de la evolución psicológica y física de algunos pacientes, sino documentar agresiones recientes. Era **algo absolutamente terrible, podías llegar a conocer casos como el de una pobre cantante que unos días atrás había sido una belleza y que después de la agresión apenas parecía un ser humano y le habían retirado todos los espejos a que podía tener acceso.
"cambiar de un proyecto a otro hace que se descanse sin parar de trabajar y aumenta la creatividad."
A veces tenía un lado gratificante, como cuando pude mediar para que una actriz financiara un ojo biónico a un amigo -víctima de ácido- que había quedado ciego, y aunque pudo llegar a ver durante un tiempo, luego volvió a perder la visión.
Después de varios meses en este trabajo empecé a padecer del mismo estrés postraumático que sufrían las víctimas, y por ello y para alejarme de aquella atmósfera, ideé trabajar en un nuevo proyecto, que se corresponde en parte con series fotográficas como “Portraying the Children of the Dumpsite” basado en retratar las vidas de todos esos seres humanos que viven en la miseria extrema, a esos niños que no saben lo que es un juguete o una escuela y a todos esos que nuestro mundo de “civilización y de progreso” decide dar de lado.
Por otra parte continué trabajando en “Asian Rituals” y haciendo colaboraciones para ayudar a gente realmente necesitada, además de centrar mis trabajos en temas medioambientales.
Tu trabajo es muy antropológico, con unos contrastes sorprendentes entre las dos realidades de un mismo pueblo, por un lado los rituales tradicionales de "Into the Trance State" y por el otro el día a día de uno de los pueblos más deprimidos del mundo "Portraying the Children of the Dumpsite", pero con dos miradas completamente distintas, ¿cuales son las diferencias a la hora de enfrentarte al trabajo?.
Efectivamente, hay una línea de estudio profundamente antropológica en los proyectos fotográficos que abordo y de la que tengo que decir que aprendo muchísimo, el mundo civilizado podría aprender valiosísimos mecanismos de supervivencia de los pueblos que han sufrido catástrofes o de los que sobreviven en circunstancias realmente difíciles.
Es una buena observación por parte tuya el que veas mi abordaje de realidades totalmente diferentes del ser humano, y además te tengo que decir que es algo totalmente deliberado; cambiar de un proyecto a otro hace que se descanse sin parar de trabajar y aumenta la creatividad. Por otra parte, también y como dices el abordaje es totalmente diferente, uno puede estar un día en medio de unas inundaciones que han arrasado un pueblo lleno de chabolas y cuya gente ha hallado refugio en una Pagoda Budista, y antes de que sepa cómo ha ocurrido todo me han invitado a un templo en que un Chamán poseído por un espíritu va a cortar con cuchillas a varios de sus iniciados tras una espectacular ceremonia.
¿Cuales son tus referentes fotográficos?
He aprendido mucho de estudiar el manejo de la luz en los grandes pintores clásicos, pero si tengo que dar referentes, Cartier Bresson lo fue para mí durante los casi tres años en que viví en Rusia y trabajaba con cámaras Zorki utilizando películas de emulsión antiguas. Por otra parte y en su momento también lo fueron James Nachtwey, Jan Saudek o Koudelka.
"Si quería continuar haciendo fotos tenía que pasar la misma ceremonia que los iniciados. Consistía en que el Chaman te atravesara la mejilla con una aguja, por supuesto dije que sí."
Quizá estoy un poco acostumbrado a que habitualmente los autores se decanten bien por el blanco y negro bien por el color en otro, me ha sorprendido mucho esa transición en los dos trabajos, ¿se debe a algo puntual o es una característica de tu trabajo?
Interesante observación, curiosamente me acaban de hacer la misma pregunta en una entrevista que he hecho para “Monovisions”, los que como seguramente sabeís son defensores extremos del blanco y negro.
Simplemente veo la fotografía como una expresión estética y como tal no creo en que forzosamente haya de hacerse en blanco y negro o en color, creo que hay que trascender esta concepción y saber elegir en que momento puede favorecerse más una técnica u otra, al fin y al cabo son sólo opciones estéticas.
En "Into the Trance State" pasas desapercibido completamente, algo bastante complicado teniendo en cuenta que eres un extranjero y que vas "armado" con una cámara de fotos en un ritual que supongo será bastante íntimo, ¿cuánto tiempo estuviste con ellos antes de hacer el trabajo?
Excelente pregunta en la que se ve cómo sabes meterte en la piel de un fotógrafo. Efectivamente, no todos saben que para fotografiar a determinados seres humanos en determinados sitios, lo más difícil es el saber ganarse a la gente, y que uno ha de pasar mucho tiempo con ellos antes de sacar la cámara. Hay que tener un profundo respeto por su cultura, vestir como ellos, no romper tabúes, saber sonreír y hacerse respetar. También hay que saber fotografiar rápidamente y marcharse rápidamente para que no lo vean como una intrusión, además de tener la sensibilidad de saber qué no se puede fotografiar.
En una ocasión, un Chaman Tibetano-Bon enloqueció de ira durante un ritual e hizo añicos la cámara de cine y el trípode de un equipo de cine Chino, y a mí me pego un botellazo en la espalda. Uno de los hechiceros me dijo que si quería continuar haciendo fotos tenía que pasar la misma ceremonia que los iniciados y que consistía en que el Chaman te atravesara la mejilla con una aguja. Por supuesto dije que sí sin pensarlo y todo el poblado en que se dio el ritual nos trató a mi mujer y a mí de una manera muy amable, invitándonos a comer y a cenar con ellos. Por suerte no tuve ninguna infección.
"ellos no consideran intruso a quien ha vivido las lluvias del monzón junto a sus familias, o quien ha comido ratas."
Me dices también que en la serie “Into the trance State” no parezco llamar la atención de los nativos sumidos en un profundo estado de trance, esto quizá se deba a que al haber presenciado tantos estados de trance profundo, uno desarrolla la habilidad de saber anticiparse y cuando puede franquear las barreras sin molestar sin permanecer un segundo más de lo necesario, que podría provocar una reacción violenta.
También tengo que decir que, he podido desarrollar a veces una relación tan estrecha que cuando he vuelto a algunos países los participantes de los rituales me han reconocido y ha salido de ellos el invitarme a fotografiarles.
¿Son trabajos hechos de manera simultánea?
Si.
En Portraying the Children of the Dumpsite" ¿Cómo reaccionan cuando te ven haciendo fotos en su día a día?
Como decía, uno no aparece allí tomando fotos como si nada, sino antes bien intenta ser percibido como uno más, intenta salvar esa distancia. Para que se entienda mejor; ellos no consideran intruso a quien ha vivido las lluvias del monzón junto a sus familias, o quien ha comido ratas, ranas o serpientes porque sus padres le han invitado, o a quien les ha ayudado a recoger basura, o a quien ha sido sepultado por la basura en una ocasión al caer en una fosa del basurero, o a quien durante un tiempo les dio clases de inglés, o a quien como ellos se ha acostumbrado a los olores nauseabundos del basurero o a quien ha bailado Gagnam Style por la noche en una fiesta que organizaron con una radio cassette a pilas y unas lámparas de petróleo. Todo esto y mucho mas forma parte del poder acceder a realidades inéditas; cuando uno franquea esa barrera el fotógrafo ya no es percibido como tal.
Si existe una editorial española que pudiera interesarse, estaría encantado
El trabajo está teniendo muy buena acogida de crítica, ¿veremos una exposición por España?
Sinceramente estoy gratamente sorprendido por la crítica, cuando ví que las series totalmente diferentes “Into the Trance State” y la de “Portraying the Children of the Dumpsite” habían quedado una segunda y otra tercera en los International Photography Awards en los que participan mas de 180 países y con tantos miles de fotógrafos, me parecía que estaba soñando porque hacía sólo un par de meses que me había ocurrido lo mismo en el Prix de Paris de la Photographie 2015 y con otras dos series diferentes. Me parecía imposible. También tengo una espina clavada con España, soy Español y me daba pena que no se conociera mi trabajo en España, pero ahora si veo que poco a poco podría darse a conocer, si bien eso está en el público.
En cuanto a exposiciones, he tenido varios ofrecimientos de salas, eso no constituye ningún problema, el problema principal es el encontrar un patrocinador de la exposición. Los costos de una exposición en condiciones son relativamente elevados y además la meta sería el hacer una exposición itinerante. Si existe un patrocinador interesado en España y sus condiciones son adecuadas, podríamos ponernos de acuerdo.
¿Y lo ves en un libro?
La serie “Portraying the Children of the Dumpsite” pertenece a un trabajo de tres años de duración y que forma parte de un proyecto de libro que he llamado ‘The Forgotten World” (El mundo olvidado) y que analiza a través de un trabajo escrito y de cientos de imágenes las contradicciones de una sociedad que sobrevive con lo que los demás tiramos a la basura y que han llegado a desarrollar su propia filosofía de vida. El proyecto está ahí, listo para ser publicado, y si existe una editorial española que pudiera interesarse, estaría encantado. En el caso de “Asian Rituals” hablamos de miles de fotografías bastante espectaculares de tradiciones que están desapareciendo de varios países de Asia, también está documentado como proyecto de libro y también si hay una editorial Española que se pueda interesar podríamos sacar adelante el libro.
¿En qué estás trabajando ahora?
Estoy intentando documentar la vida de un grupo etnico Islámico del Sudeste Asiático, además de dos proyectos de temática medio ambiental, uno sobre la incidencia contaminadora del plástico y otro sobre la sobrepesca oceánica del que por cierto, una serie que hice ha sido medalla de plata en el Prix de Paris (PX3) de la Photographie 2015. Mi sueño ahora mismo, y en el que estoy trabajando sería el poder **encontrar un editor en España para el libro “El Mundo Olvidado”.
Foto de portada perteneciente a la serie "Into the trance state", por cortesía de Javier Sánchez-Monge Escardo
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