¿Cómo se adquiere experiencia en documentar un conflicto armado si nunca se ha estado en uno? Felipe Passolas, fotoperiodista

¿Cómo se adquiere experiencia en documentar un conflicto armado si nunca se ha estado en uno? Felipe Passolas, fotoperiodista
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Hemos querido hablar con Felipe Passolas, fotógrafo especializado en fotografía de viajes y fotoperiodismo - fotógrafo de aventura como le gusta decirse a sí mismo - a raíz de su estancia reciente en Ucrania, país del cual sabréis está pasando por uno de los conflictos armados más sangrientos de los últimos tiempos. Casi todos hemos sabido de lo que estaba ocurriendo en Ucrania desde octubre del año pasado, pero hay mucho más detrás, como me contaba hace unos meses un amigo de aquel país, que pudo escapar de allí hace años. La cosa se estaba fraguando muchos años atrás.

Felipe Passolas cuenta que, hasta el momento, ha podido dedicarse a sus grandes pasiones: viajar y explorar nuevos territorios, personas y culturas. La belleza y el misterio de cómo la humanidad se reúne y vive en estado salvaje encendió su interés en la fotografía. Tras años viajando, ha sido capaz de documentar muchos lugares y realidades diferentes. Ha tratado de especializarse en zonas extremas: el calor de los desiertos de Asia central, los vientos del norte de Noruega, las selvas de América Latina o las tormentas de arena en Africa. Nueva York, Bogotá y Madrid han sido escenarios de la exposición de sus obras.



A finales de 2013, la Revolución Maidan obligó al presidente Yanukovich a abandonar el poder, después de la anexión de Crimea por Rusia, y el sentimiento independiente surgió en el este del país, convirtiéndose en este conflicto en una guerra civil .Mi trabajo sólo pretende ser un testigo de la convulsión militar, política y humana que Ucrania vivió en abril y mayo de 2014.

Hola Felipe ¿qué tal?

Bien, muy bien.

Comencemos ¿qué es lo primero que uno piensa cuando decide ir a un sitio como Ucrania, en la situación que conocemos?

Muchos periodistas van por dinero, por ganarse la vida y por desarrollar una carrera profesional, un conflicto cercano a casa y con posibilidades de que fuera rentable, otros van para “salvar el mundo”, colaborar en difundir una información y con eso aportar algo positivo. Muchos, muchos van por aventura, sobre todo los más jóvenes, sobrados de pasión y con poca experiencia, algo muy criticado, pero como en todas las carreras profesionales, ¿cómo se adquiere experiencia en documentar un conflicto armado si nunca se ha estado en uno?, ¿dónde se aprende? Me recordaba cuando sales de la universidad y al pedir un trabajo te pedían experiencia, un tedioso circulo vicioso.

Yo no renuncio a ninguno de esos motivos, pero en lo que para mi son su justa medida. Yo pensé que había estado en zonas de conflicto pero que nunca había documentado explícitamente el mundo de las armas y profesionalmente quería transmitir eso, que valoraran zonas de conflicto en las que ya había trabajado. Podía rentabilizar mi experiencia en ellas para conseguir documentar el conflicto. También fui con la intención de vender mi trabajo y de cualquier modo estar orgulloso de lo que hago y aportar en la medida de mis posibilidades. Persigo que mi trabajo me haga feliz, es un objetivo egoísta pero intento ser muy feliz con mi trabajo y procuro que mis motivos a la hora de encara un trabajo sean constructivos para mi y los que me rodeen en la medida de mis posibilidades.

Coincidía lo que pensabas con lo que te encontraste o la realidad superó todas tus ideas preconcebidas

He sido testigo de atrocidades, algunas llevadas a cabo por las armas o las minas anti-personas, otras por el hambre, la miseria o la mera injusticia, algunas con mi cámara presente y otras no. Los conflictos no siempre están representados por un Kalashnikov como foto de portada. Es muy importante informarse, investigar, la información es tu mejor aliado cuando trabajas en zonas complicadas. Me aferré a lo que estudie antes de ir y a mi experiencia en países como Colombia.

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No sabía que iba a pasar. Lo que encontré estaba dentro de lo esperado pero porque en una guerra no hay limites y cualquier cosa puede ocurrir. No me sorprendieron tanto como para paralizarme o pensar que nunca pasaría algo así. Te puede parecer bien o mal, muchas veces dentro del conflicto sabes menos que desde fuera, pero es que trabajas en un entorno bélico, la guerra no tiene limites - repite con insistencia - . La guerra esta hecha para eso para romper limites, los tratados no se cumplen y no se respeta nada. Cuando las armas salen a la calle te mueves en un escenario sin reglas fijas. Mi trabajo más importante es medir el riesgo ser un gestor de riesgos. Primero soy un gestor de riesgos, luego fotógrafo y luego periodista. Mi obligación es establecer el mayor número de escenarios posibles para trabajar con la máxima seguridad pase lo que pase por si no es viable salir de ahí. Y esto implica proyectar escenarios a todos los niveles.

Sobre este conflicto, como muchos otros, la idea que nos hacemos los ciudadanos es la que los medios nos presentan. Tus fotografías, denuncian muchas cosas. Principalmente ¿qué es lo que pretendías transmitir?

Cuando era más joven y comenzaba en el apasionante mundo de los viajes me apasionaba fotografiar cosas diferentes, ahora lo que me encanta es ver que da igual donde estés, a ciertos niveles los seres humanos, da igual la bandera que vistamos, somos iguales. Nos hermanamos con las mismas cosas, comiendo, bebiendo, la familia y lo mismo que nos hermanamos sin hablar el mismo idioma, somos igual de frágiles.

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Me preocupan las guerras sucias, donde los civiles son los que siempre caen, me preocupa ver qué fácil es matar y que sencillo es empuñar un arma. Me preocupa el valor de la vida humana. Me preocupa ver que parece que quedan menos rincones en el mundo donde refugiarse de los conflictos porque no queremos poner paz, la paz no es rentable.

De lo que fotografiaste allí, ¿qué es lo que más te ha impactado?

Me impacta el odio en estado puro. Cuando alguien pierde la razón. He visto manifestaciones, protestas que independientemente que se vuelvan violentas rezuman odio, no hablo de quemar banderas, insultar o hacer un llamamiento a las armas, hablo de un odio descontrolado que por supuesto desea el exterminio de la vida del “enemigo” y de todo lo que lo rodea.

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¿Llegaste a pensar que no volverías?

Pasé miedo, pasé nervios, todo el espectro de emociones y - añade - he tenido que correr mucho, mucho. Pero me obsesiona medir los riesgos, como freelance estás solo, no tienes backup, tu presupuesto es de risa en comparación con el entorno en el que estás, tu mejor seguro es pensar, mucho y bien, y no dar un paso sin medir las consecuencias. Busco el mejor trabajo que sea capaz, pero cuando la balanza juega en mi contra, me retiro. No se apuesta con la vida humana, ni con la propia ni con la de nadie. Si algún día me pasa algo, será por mala suerte o por medir mal los riesgos nunca por imprudencia.

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Cómo afrontas tu trabajo fotoperiodístico a partir de esta experiencia

Igual, pero con un instrumento más afinado. Los fotógrafos somos hombres orquesta, si queremos sobrevivir en este negocio siempre nos toca continuar buscando, nuevos proyectos, nuevos clientes y estudiando mucho.

Nuevos proyectos, cuéntanos.

Este verano descanso, atenderé algunos clientes con los que ya tengo compromisos y alternaré vacaciones con mis proyectos de formación; talleres y charlas. Mejoraré los proyectos en curso con mis patrocinadores para ampliar horizontes y viajes fotográficos comerciales en Octubre. Mediáticamente, España esta solo centrada en la abdicación del rey y la copa del mundo, el interés por los conflictos se ve supeditado a la rentabilidad mediática del fútbol, un terreno en el que no destaco a día de hoy.

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¿Cómo ves la situación del fotoperiodismo en nuestro país?

Hace un año ya casi, daba una charla en un festival de fotografía y uno de los compañeros ponentes, consagrado tras años en el mundo del periodismo afirmaba que no había futuro. Discrepo, aunque sospecho que lo que no expreso con nitidez es, que hay grandes fotógrafos en España pero que la financiación del fotoperiodismo se ha desviado a otros medios. Los medios españoles han gastado una fortuna en cubrir el conflicto de Ucrania durante meses, recordemos que empezó en 2013, pero lo han hecho a través del vídeo, la televisión, conexiones vía satélite. No se ha invertido, financiado o pagado fotoperiodismo en este país y como cualquier otra industria nos nutrimos de potencias extranjeras.

Es cultural, en este país, se valoran los productos no los servicios y la fotografía. No se concibe como producto y, por lo tanto, si el servicio es darle al botón y no te cuesta trabajo lo puedes regalar, es muy cultural, eso unido a la coyuntura de nuestra economía más las lagunas en la formación en el campo de la fotografía hacen que las alternativas tarden más en llegar. En España, es algo que ya he planteado en otros artículos. hay dos cosas que no se enseñan en una escuela de fotografía; 1) como montar un negocio y 2) como vender tu trabajo. Por lo tanto a los fotógrafos les cuesta mucho trabajo plantearse nuevas formulas para capitalizar su trabajo.

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Nuestra responsabilidad es salvar nuestro trabajo y reinventar la industria si hace falta, los que nos pagan poco por nuestro trabajo no van a venir a pagarnos mas, ¿por qué? Porque lo valemos, de nuevo tenemos el problema cultural. Somos nosotros los que tenemos que buscar fórmulas y luchar por ellas. Es duro pero como en tantas otras industrias y como todo en esta vida.

Hasta aquí la entrevista con Felipe Passolas, al que sinceramente agradecemos su disponibilidad y amabilidad para mostrarnos algunas de las fotografías más impactantes que ha tomado en Ucrania así como las reflexiones que ha hecho sobre el conflicto en aquel país. Si deseáis ver más fotografías de este trabajo podéis verlo en su web.

Más información | Felipe Passolas

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