La pintura ha tenido un papel muy importante como historiadora reflejando la época en la que se pintaron, desde las pinturas rupestres hasta nuestros días. Hoy por hoy, es la fotografía la que ha tomado el relevo de documento histórico y el fotógrafo de historiador para captar el momento en el que ha vivido.
El caso de Troy Wayrynen ha estallado tras los premios 'Best Of Photojournalism' de la NPPA (National Press Photographers Association) en la que Troy ha ganado el Primer Premio de la categoría Sports Feature, fotografiando a un chaval que empieza una carrera con un gran sprint mientras se hace un selfie.
Mentiría si afirmase que nunca he fotografiado a nadie absorbido por un smartphone en la mano y también mentiría si dijese que nunca me dejo absorber por mi teléfono móvil. Sin embargo, como fotógrafos, muchos de nosotros miramos todas estas situaciones desde ambas perspectivas: la de dentro y la de fuera. No podemos evitar que nos fascinen estas situaciones porque en cinco años hemos cambiado nuestras costumbres y nuestra forma de relacionarnos más que nunca, y si algo retrata la fotografía es a las personas y el cómo se relacionan. Tomamos estas fotografías para documentar a los que vengan en el futuro que en el 2015 un autobús entero de caras iluminadas podía estar whatsappeando. En el fondo sabemos que esta situación cambiará rapidísimo y los fotógrafos, por puro instinto, no podemos evitar documentarlo.
En lo extraña de la situación debería estar pensando Troy al pulsar el disparador cuando vio a Jacob Gillingham, un chico de 17 años, salir a toda mecha de la línea de salida mientras se tomaba una foto. La razón de su premio y de que ésta sea una buena fotografía reside en poder captar el instante y que nos preguntamos "¿de verdad es necesario hacerse un selfie en una carrera?". La foto del corredor fue subida a Instagram donde se congratula del premio que Troy ha recibido por retratarle.
Sitio Oficial | NPPA 'Best of Photojournalism'
Foto | Troy Wayrynen
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