‘Stop Motion’: Retratando una Cuba que se debate entre el ayer y el mañana

Hace unos meses ya os mostramos el trabajo de un lector enamorado de Cuba, algo similar a lo que le ocurrió a José Díez Bey. Este fotógrafo madrileño afincado en Teruel visitó durante un mes la isla centroamericana y decidió iniciar su proyecto ‘Stop Motion’ con la idea de acercar “al resto del mundo las singularidades de un país único a través de retratos anónimos e imágenes costumbristas”.

El proyecto nació tras una viaje de un mes de duración que el fotógrafo realizó a Cuba el pasado verano con la inquietud de retratar una sociedad singular como aquella desde el punto de vista de un europeo. Así, si en un primer momento se lo planteó como una búsqueda de influencias extranjeras en una sociedad teóricamente cerrada, pronto cambió radicalmente al chocar con la realidad cubana.

Entre el movimiento y el estancamiento

El autor nos relata como descubrió que “con el desarrollo de zonas wifi, el auge del turismo (sobre todo en casas particulares), y la gran cantidad de familiares viviendo en el extranjero, el ciudadano cubano está perfectamente informado de todo lo que pasa en el resto del mundo, así como influido por sus modas y símbolos”.

“Esto convierte la idea inicial en algo vacío y con poca trayectoria. En cambio descubro una vía de investigación que de pronto se vuelve apasionante. La evolución contra la no-evolución. El movimiento y el estancamiento. Observo que debido a la idiosincrasia única de Cuba, además de otras curiosas dualidades, existe una vertiginosa y constante evolución social enfrentada a un estancamiento tecnológico y arquitectónico”.

Según el fotógrafo “Cuba se debate entre la salsa y el reggaeton, entre los Chevrolet y los Hyundai, […] entre “Fresa y chocolate" entre los Van-Van y los Buena Vista Social Club, […] entre el ayer y el mañana, entre el movimiento y el estancamiento. Entre Stop y Motion...” Por eso 'Stop Motion' “habla de dualidades, de gente que lucha por adaptarse a una nueva realidad que no termina de llegar y gente que escoge perderse en la comodidad de lo cotidiano”.

Un libro y una exposición

Para acercar al resto del mundo las singularidades de un país único José reunió una colección de retratos anónimos e imágenes costumbristas tomadas con una Nikon D800 de formato completo y objetivos de 35, 50 y 85 mm. Además, por “tratarse de un reportaje en el que los retratos y sus emociones tienen un alto peso ―nos cuenta José―, se ha optado por un tratamiento de las imágenes en blanco y negro". Para ello convirtió las imágenes a blanco y negro en un programa de edición RAW pero “huyendo del retoque excesivo y el fotomontaje”.

Además, José ha concebido su proyecto en dos fases, primero la edición de una publicación en formato libro, con una tirada de 500 unidades, seriada, numerada y firmada, y después la producción de una exposición de las fotografías pensadas para ser mostradas en salas y espacios especializados.

Para el proyecto, José optó por realizar un proyecto de crowdfunding a través de la plataforma Verkami con el fin de sufragar los costes de producción del libro y de la exposición. Así, si queréis contribuir podéis conseguir una copia del libro por 22 euros o bien el libro más una copia de una fotografía de ‘Stop Motion’ Firmada por 42 euros.

Sobre el autor

José D. Bey nos cuenta como descubrió la fotografía a los 10 años cuando “me regalan una Minolta Hi Matic de segunda mano”, aunque no fue hasta el año 2008, momento en que pasó a formar parte de la Sociedad Fotográfica Turolense, cuando descubrió “el potencial expresivo de la fotografía”. Desde entonces, José compagina su trabajo tradicional, técnico informático, con el de fotógrafo colaborando con medios como El Diario De Teruel y Heraldo de Aragón además de impartir cursos de iluminación y edición en varias entidades de la región.

“Considero la fotografía ―concluye José― como un medio para transcribir y para expresar a partes iguales. Me motiva la búsqueda del surrealismo en la vida cotidiana, pero sin fallar a la sensibilidad social. Activar el pensamiento crítico a través de la ironía o la contradicción, pero manteniendo una fuerte tendencia a la estética. Me siento a gusto utilizando las calles para expresarme y encuentro en ellas el soporte ideal para comunicarme”.