Innovar en la fotografía resulta complicado en un mundo ampliamente interconectado como en el que vivimos en el que según leía hace poco un adulto procesa más de mil fotografías al día. Por eso lograr que tu proceso creativo sea diferenciador de lo que hacen muchos es realmente difícil.
Seguro que recordáis cuando estábamos en el colegio y en alguna de aquellas clases de ciencias el profesor nos mandaba traer unas patatas conectarlas a unos cables y lograr encender unas bombillas. Visto así sacábamos la conclusión de que los organismos vivos éramos fuente de energía. Pero qué ocurre si un experimento tan sencillo como ése lo aplicamos para inventarnos un proyecto fotográfico como el de Caleb Charland.
En esta fotografía anterior, de verano de 2012, Caleb Charland pasó dos días cableando 300 patatas a una lámpara y fotografió el resultado. Ahí comenzó un proyecto fotográfico y distinto que ha ido evolucionando hasta conseguir unos resultados más que curiosos en algunos casos.
Este proyecto, es un alegato al uso de energías alternativas, una cierta denuncia al uso indiscriminado de combustibles fósiles que debe recordarnos que la naturaleza nos puede aportar todo aquello que necesitamos al más puro estilo de la teoría o hipótesis de Gaia, por la que según un conjunto de modelos científicos de la biosfera se postula que la vida fomenta y mantiene unas condiciones adecuadas para sí misma, afectando al entorno.
Un proyecto mezcla de física, matemáticas y fotografía que nos recuerda que la madre tierra nos da todo aquello que necesitamos para sobrevivir en este planeta azul, ¿todavía?
Más información | Caleb Charland Vía | Wired