De cuando en cuando nos gusta enseñaros colecciones de fotografías como ‘Modernising Nature’, un excelente ejemplo de cómo la fotografía infrarroja nos proporciona una nueva e increíble visión de la realidad, muy diferente a lo que podemos ver con nuestros ojos. Porque las fotos que veis no son (ni mucho menos) un paisaje de marte sino que están realizadas en los Alpes suizos, lugar donde reside Zak van Biljon.
Aunque este fotógrafo nació bastante lejos de allí, en Sudáfrica, donde se graduó como el mejor estudiante en el Colegio Nacional de Fotografía. Años después, en 2004, emigró al viejo Continente y tras pasar por Roma y Londres terminó asentándose en Zurich (Suiza), en el corazón de los alpes. Una zona de épicos paisajes que él se propuso retratar de una forma diferente.
Su idea era “obtener una mirada fresca de la belleza de la naturaleza en los tiempos modernos en que vivimos”. Una mirada alejada de la percepción clásica, con imágenes que siempre muestran la naturaleza con abundancia de tonos verdes. Algo que normalmente aceptamos como auténtico pero que no tiene porqué serlo ya que, como todo, depende de la percepción.
Por eso, Zak decidió ir más allá del espectro visible por nuestros ojos y emplear la técnica infrarroja, de modo que pudiese crear “una nueva manera de ver la naturaleza en el siglo XXI”, necesaria según el autor porque medios como Instagram prostituyen nuestra percepción de la naturaleza y “la creciente urbanización de la humanidad está terminando con nuestra relación simbiótica con lo natural”.
Y sin embargo, continúa Zak, “la humanidad nunca puede liberarse de la naturaleza”, de modo que él quiere, a través de su arte, “que el espectador recuerde el paisaje real cuando mire el ostensible mundo irreal de mis fotografías”. Unas imágenes en las que, como estáis viendo, predominan los rosas eléctricos y los rojos vibrantes.
Esto tiene una explicación técnica: La clorofila presente en las plantas les permite absorber la luz visible que utilizan como fuente de energía en el proceso de la fotosíntesis. Sin embargo, al mismo tiempo reflejan algunas longitudes de onda invisibles al ojo humano con el fin de evitar el sobrecalentamiento de la planta (lo que, posiblemente, dañaría sus tejidos).
Todo ello provoca que en sus fotos infrarrojas de la naturaleza predominen estos tonos cálidos, creando un paisaje onírico de indiscutible belleza. Surrealista y onírica, bien es cierto, pero naturaleza al fin y al cabo.
Zak van Biljon | Página web | Instagram | Facebook
Fotografías de Zak van Biljon reproducidas con permiso del autor para este artículo