Acostumbrados como estamos a ver cientos de fotos al mes es difícil, como podéis imaginar, que una imagen nos sorprenda. Sin embargo, debo confesar que cuando vi la foto de portada me llamo mucho la atención. ¿Qué era eso? ¿La habitación de un palacio encantado? Dese luego, a primera vista ni se me pasó por la cabeza que fuese el interior de un violín. Pero sí, eso es, y forma parte de una serie que el artista Adrian Borda ha venido a denominar ‘Inner Perspective’ (o “Perspectiva interior”).
En ella Adrian ha fotografiado el interior de varios instrumentos (violloncello, contrabajo, guitarra, saxofón…), aunque él mismo nos cuenta que su idea inicial no era hacer una serie: “No lo pensé como un proyecto, hice un experimento y luego traté de mejorarlo, encontrar mejores fuentes de luz, mejores ángulos…”. Por cierto que, por si os lo estáis preguntando, por supuesto que para las fotos no rompió ningún instrumento.
En realidad eran instrumentos que “estaban rotos y abiertos para ser reparados, lo que le facilitó meter la cámara dentro”. Para entenderlo mejor conviene saber que Adrian vive en Reghin, una tranquila población de Rumanía conocida como “la ciudad de los violines” porque tiene una larga tradición de producción de instrumentos musicales.
Para hacer las fotos, Adrian utilizó dos cámaras Sony (una Nex 6 y una A7) y las controló de manera inalámbrica desde el teléfono. En cuanto a los objetivos, la mayor parte de las fotos las hizo con ópticas ojo de pez de Samyang y Laowa. “Muchas fueron hechas dentro de instrumentos relativamente grandes, como un violonchelo y un contrabajo, por lo que no necesité macro. Probé también dentro de un medio violín, pero fue un fracaso, era demasiado pequeño, necesitaba usar un objetivo macro y la poca profundidad de campo que tenía con mis lentes lo complicaba demasiado”.
Por supuesto, la iluminación también fue crucial para conseguir el resultado final: “Primero probé con la luz del sol, pero era una luz muy fuerte y dura, me obligaba a hacer exposiciones cortas y la textura del humo era demasiado obvia. Luego lo probé con luz artificial, con una bombilla, y quedó mucho mejor”.
Por último os interesará saber que Adrian no es fotógrafo (ni músico, por cierto), sino pintor surrealista. “Soy un viajero interior, explorando el misterioso y extremadamente complejo mundo subconsciente. Mis pinturas son profundas meditaciones llenas de símbolos sobre la vida y sobre las tendencias y reacciones más íntimas ... no necesariamente para crear algo que a la mayoría de la gente le guste, sino para abrir una ventana a imágenes inquietantes imposibles de olvidar”.
Desde luego, lo de pintor surrealista casa muy bien con estas sugerentes fotos por las que le felicitamos y que os queríamos enseñar. Un excelente y original trabajo ¿No os parece?
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Fotografías de Adrian Borda reproducidas con permiso del autor para este artículo
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