Sandra Morante es, tal y como ella misma nos ha contado, “una catalana que se pasea por Asia tanto como puede. Bueno, miento: una catalana que busca excusas para quedarse en Asia tanto como puede.” Se trata de una fotógrafa viajera (de momento aficionada) que nos hizo llegar estas estupendas imágenes de Asia que reflejan su pasión tanto por aquellas tierras como por la fotografía con la que mantiene una “relación cautivadora”.
“Yo no la descubrí a ella, sino que ella me ha descubierto a mí”, continúa, afirmando que lo suyo con este arte fue “un flechazo en toda regla”. Sandra estudió ingeniería pero trabaja como diseñadora gráfica y web porque desde pequeña siempre tuvo muy presente su vertiente plástica. “La fotografía ya me hacía tilín en el instituto, incluso coqueteé con la técnica analógica en su estado más puro. Pero el affair desgraciadamente no fue a más”.
“Más tarde, después de descubrir que viajar provocaba un en mí no-sé-qué y que se estaba convirtiendo en una necesidad peligrosa, opté en firme que haría lo posible por combinar cualquier trabajo con esta incipiente pasión. Y fue entonces cuando la fotografía empezó a tener un papel protagonista en mi vida”.
Como estáis viendo, el campo en el que Sandra se mueve “como pez en el agua” es el de los viajes, básicamente en países orientales como Bangladesh, Japón, India, China, Tailandia o Camboya, y la foto de retrato: “Adoro retratar a personas, llegando a la conclusión que la fotografía me da la licencia –y el valor– suficiente para acercarme a ellas e intentar entender su papel en el mundo y, a su vez, descifrar el mío. Por si fuera poco, me gustan los destinos no tan populares ya que elevan mi fascinación al infinito.”
“A veces me creo narradora —continúa— y me gusta contar mis historias a partir de lo experimentado. O dar rienda suelta a la combinación de creatividad con una pizca de poesía”. Por cierto que Sandra no es devota de grandes artilugios o lentes caras; De hecho, hasta hace nada utilizaba una Canon EOS 1000D con un par de objetivos relativamente sencillos.
Ahora tiene una Sony a6000 con una óptica Sony 50 mm y un Tamron 28-75 mm, un equipo que desde luego no es especialmente profesional. Y es que Sandra le da poca importancia al equipo y mucho más a la composición: “Lo admito, tengo espíritu primitivo pero eso no me ha impedido retratar lo que me ha apetecido en cada momento”.
Por cierto que, curiosamente, Sandra es hermana de Víctor Morante otro fotógrafo apasionado de los viajes y la foto callejera de quien ya os mostramos su trabajo hace como un año. Sin duda, lo del buen ojo para la fotografía les viene de familia. Felicidades.
Sandra Morante | Página web | Instagram
Fotografías de Sandra Morante reproducidas con permiso de la autora para este artículo
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