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Cinco escenas de película en las que la fotografía tiene algo que decir

Cinco escenas de película en las que la fotografía tiene algo que decir

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Cinco escenas de película en las que la fotografía tiene algo que decir

La fotografía nos gusta mucho. Y si encima la podemos ver 24 veces por segundo, por lo menos, mucho más. El cine y la fotografía estarán siempre hermanados y en esta ocasión hemos buscado escenas en las que la fotografía tiene algo que decir en la trama de las películas. Es el momento de coger las palomitas, la manta que ya se acerca el frío y disfrutar.

Siempre se habla de la fotografía en el cine para alabar el trabajo de gente de la talla de Storaro, Alcaine, Deakins, Almendros, Aguirresarobe, Toland... o para hablar sobre los fotógrafos en el cine como protagonistas: 'Apocalypse Now', 'La ventana indiscreta', 'El ojo público', 'Pecker'... pero en esta ocasión nos vamos a fijar en escenas en las que la fotografía en sí tiene una parte relevante dentro del argumento o simplemente cuenta verdades como puños sobre el arte de la luz. Como siempre puede que nos dejemos alguna escena en el tintero, así que agradeceremos cualquier sugerencia para el uso y disfrute de todos los que gustamos de cualquier referencia a la fotografía.

'Smoke' (1995)

Empezamos con uno de los grandes títulos del cine. 'Smoke' de Wayne Wang, con guion de Paul Auster, gira alrededor de las historias de los clientes de un estanquero de Brooklyn, interpretado por el gran Harvey Keitel.

En esta ocasión nos centramos en la escena en la que enseña a Paul Benjamin (William Hurt) su gran proyecto fotográfico. Todos los días fotografía a la misma hora la esquina de su estanco. Ahí está la historia de su vida, día a día. Con frío y con calor. Esas imágenes, que parecen todas iguales, es una de las series que todos pagaríamos por ver. Y es una lección única para todos los fotógrafos que solo piensan en hacer fotografías bonitas.

La gran belleza (2013)

Una de las películas de Paolo Sorrentino que tuve la mala suerte de no poder ver en el cine. Un día, encendí la televisión y ahí estaba. Me dejo sin palabras. Yo soñé con ser el rey de la mundanidad, pero me conformo con hacer alguna vez una buena serie fotográfica. Jep Gambardella es un escritor y periodista que pasa su vida devastada entre fiestas y entrevistas. En una ocasión tiene que entrevistar a un artista que cuenta su vida sirviéndose del paso del tiempo.

El padre del artista empezó a fotografiarle todos los días desde que nació. Él, siguiendo la tradición de su padre, decidió autorretratarse en la misma línea día tras día desde los 14 años. El resultado es el que puede verse en ese palacio romano contenedor del paso del tiempo. Por cierto, es una escena llena de efectos especiales. Esas paredes nunca tuvieron fotografías colgadas.

Regreso al futuro (1985)

La existencia depende de la memoria. Y la memoria reside muchas veces en la fotografía. Si no salimos no existimos. Bajo esta sencilla premisa Marty McFly lleva en el pasado la fotografía de su familia para confirmar que en el futuro seguirá existiendo. Solo sabemos si las cosas están saliendo bien viendo el estado de la fotografía.

Es una fotografía lenticular. Cambia según como se mire. Si no consigue que en el baile de graduación sus padres se besen él desaparecerá de la imagen. De nuevo estamos siendo testigos del paso del tiempo y de la importancia que tiene hacernos fotos para saber que existimos.

Los otros (2001)

La gran película de Alejandro Amenábar jugaba con el miedo a los fantasmas. Nunca sabremos si la coincidencia con 'El sexto sentido' le benefició o le hizo perder el efecto sorpresa. Pero a muchos les hizo descubrir la fotografía post mortem, la fotografía de muertos. Es la primera pista que reciben de la realidad.

Como curiosidad hay que señalar que en una de las fotografías que vemos encontramos al propio director español posando con sus amigos como si estuvieran muertos. Como bien dicen, era una forma de recordar a los que se fueron.

El extraño caso de Angélica (2010)

Una película de fantasmas de un director de cine, Manoel de Oliveira, que empezó a rodar cuando el cine era mudo. Es una película lenta, muy lenta. Sale un fotógrafo con su cámara telemétrica. Y debería bastarnos a los fotógrafos. Pero habla de la relación del amor con la muerte. Y da la sensación de que la fotografía puede resucitar a los muertos.

Curiosamente es una película que no gustó a Carlos Boyero. Pero está llena de metáforas, de tiempos y es casi un testamento fílmico de uno de los directores más longevos del cine mundial. Murió con 106 años en 2015. Esto quiere decir que rodó esta película con más de 100 años a su espalda.

Espero que si no habéis visto estas películas en su momento las busquéis por todas las plataformas posibles y os paséis unos cuantos días disfrutando de las historias que nos puede contar el cine con la ayuda de la fotografía.

https://www.xataka.com/fotografia-y-video/29-peliculas-y-documentales-con-de-y-para-fotografos

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