Hace aproximadamente un año y medio, el fotógrafo barcelonés Bernard Benavides comenzó un viaje por el continente africano. Desde Egipto hasta Sudáfrica, atravesando el continente (mal llamado) negro en zig zag de un lugar a otro para visitar 18 países (de momento). De este viaje está surgiendo una colección de fotos que nos quería enseñar y que han dado pie a una serie titulada ‘África: Un continente para conocer y reconocerse’.
Tal y como nos cuenta, todos los países que ha atravesado tienen algo en común aunque sean muy distintos: “las sonrisas de su gente. Sonrisas blancas, grandes y sinceras”. Por eso las sonrisas son recurrentes en las fotos que veis, en donde este fotógrafo ha retratado lo vivido desde su idea de “empaparme de esa fuerza cultural y dinamismo que envuelve la ciudad, el país, el continente”.
Bernard es un ávido viajero, que siempre que puede se escapa y viaja por el mundo con su cámara y su mochila y que “ha desarrollado su carrera profesional y artística a través de su pasión por los viajes y la fotografía”. Por eso, siempre ha estado “interesado en las culturas remotas de países lejanos” y en establecer “un vinculo personal y cercano para conocer en primera persona el día a día del grupo étnico, su cultura, sus rituales y sus particulares paisajes y paraísos perdidos”.
Para lograrlo, nada como viajar en autobús y mezclarse con la población: “Los grandes trayectos en los buses por el viejo continente, aunque pueden ser agotadores y provistos de fatiga, realmente son los que te llevan a saborear y entender la meticulosa vida. En esas prolongadas horas en el interior del bus olvidaba de repente, mientras observaba la constante belleza que entra por las ventanas […] que en el interior la gente continuaba su modesto rumbo de vida bajo esos pequeños grandes detalles”.
“Algunos vienen del trabajo ―continúa― van a visitar a la familia, suben con sus mejores prendas de domingo para ir a la iglesia. Bajan con sus gallinas, sus sacos abultados y, como si de un artículo más se tratara, las mujeres siempre llevan sujetando a sus espaldas con un trozo de tela increíblemente bien envuelto a sus niños […] Además, siempre llevan algo en la cabeza. Una imagen que no podré olvidar y está llena de tanto significado al ser una representación maravillosa de lo que para mí es el continente africano”.
Esta forma de viajar de Bernard hace que se pregunte por las distintas maneras de viajar que existen: “Podemos viajar como un simple y llano turista al que la historia del lugar, de su gente y del país poco le importa. O, como seres llenos de empatía interesados en saber cómo viven los locales del lugar, cuáles son sus costumbres, sus estigmas, su sociedad, su vida”.
Así, él mismo se pregunta “¿Qué influencia tenemos como visitantes en estos países cuando se viaja en masa? ¿No deberían los viajes ser, además de una gran aventura geográfica, una oportunidad de probar nuestra ética? Porque, dejamos huella. Solo depende de nosotros qué huella dejamos atrás. De si somos nosotros los que cambiamos el destino o el destino el que nos cambia”.
“Cabría preguntarnos si nos interesan realmente la cultura y país del otro. De si vemos realmente sus festivales como un conjunto de tradiciones y manifestaciones artísticas o, más bien, como un gran zoológico humano […] Este y otros dilemas asaltan mi paso por este continente. No tengo respuestas y de momento me basta con cuestionarme y detenerme a pensar quién soy, quiénes somos, mientras recorremos un lugar”.
Bernard Benavides | Instagram | Flickr
Fotografías de Bernard Benavides reproducidas con permiso del autor para este artículo