Aparte de las novedades que se desvelan en Photokina, otra de las cosas buenas que tiene una feria como ésta es que es una buena oportunidad para tener una toma de contacto con los nuevos modelos de cámaras que suelen estar disponibles en los stands de las diferentes marcas. Es el caso de la nueva Canon EOS M5 que protagoniza esta entrada.
Un modelo que, no en vano, ha llamado mucho la atención en la industria. Y es que, tras desarrollar varios modelos que han tenido una acogida más bien fría, parece que por fin Canon se ha decidido a apostar fuerte por el sector de las cámaras sin espejo con objetivos intercambiables.
Parece que el hecho de que sean ya muchos los fotógrafos, tanto aficionados como profesionales, que se han pasado a este tipo de cámaras por sus evidentes ventajas (especialmente de tamaño y peso) por fin ha hecho reaccionar al líder del mercado para decidirse a lanzar un modelo que, como comentábamos, ofrece las prestaciones de una réflex en un cuerpo un 55% más pequeño.
Una EOS de dimensiones reducidas
Y efectivamente, como podéis ver en las fotos, la nueva EOS M5 tiene ese aire de pequeña réflex que últimamente está tan de moda en el mercado, con modelos como la Panasonic Lumix G80 que hemos probado hace muy poco, o la Fujifilm X-T2 que os presentamos hace unos meses y esperamos poder revisar en breve.
Modelos que lucen esa mocheta característica de las DSLR y que ahora en vez de albergar un visor réflex con espejo contiene un visor electrónico. Y sobre todo modelos significativamente más pequeños y ligeros pero que aportan unas prestaciones y una calidad que está a la altura de cámaras mucho más grandes.
Así es la EOS M5, una pequeña EOS que es sin duda muy atractiva al primer vistazo. A pesar de un diseño que poco tiene que ver con ninguna otra cámara de la firma es evidente desde el primer momento que es una Canon. Lo primero que llama la atención es que la zona superior es de un color diferente al resto del cuerpo. O, mejor dicho, que la parte inferior está recubierta de un material con tacto de goma mientras que la superior (y la que rodea la bayoneta del objetivo y la LCD trasera) es de un policarbonato con un color entre gris y champagne bastante atractivo.
La empuñadura, sin duda uno de los elementos más importantes de cara a la ergonomía, es bastante pequeña y no deja mucho espacio a los dedos, lo que invita a pensar que con objetivos relativamente grandes habrá que confiar mucho más el peso del conjunto a la mano izquierda que sujeta el conjunto de lentes.
No olvidemos que Canon lanza la cámara con un adaptador de lentes incluido para poder utilizar los objetivos tipo EF y EFS de las EOS. Una medida que tiene mucho de herramienta de marketing y que sin duda agradecerán sus usuarios. Sin embargo, no parece que el pequeño cuerpo de la EOS M5 sea el más adecuado para un objetivo relativamente grande.
Por lo que toca al acabado, nada que reprochar puesto que la cámara ofrece un tacto de calidad, como era de esperar de un modelo que no es precisamente barato. La disposición de botones y ruedas de control es similar a las de las réflex de la firma, aunque en la parte superior derecha hay una nueva rueda de función diseñada para usarse con el dedo gordo.
Por su parte, en la zona superior izquierda encontramos el botón de encendido y la rueda de modos de disparo, mientras que en la trasera, a la derecha de la pantalla táctil, se sitúa la típica rueda de Canon que gira (donde otras marcas sitúan una cruceta). Elementos todos ellos que son muy similares a las réflex de la marca y que han sido incluidos precisamente con esa idea, que los usuarios encuentren rápidamente los controles tal y como están acostumbrados.
Poniéndola en marcha
Con la cámara en las manos, queda claro que es un modelo ligero (poco más de 400 gramos sólo el cuerpo) y ergonómico, aunque se echa en falta, como decíamos, un poco más de agarre en la empuñadura. La LCD táctil es de 3,2 pulgadas y se puede girar en sentido vertical. Su respuesta es buena y ofrece una correcta reproducción del color, lo mismo que el visor electrónico. Un elemento que debuta en el sistema ya que hasta ahora todas las cámaras del sistema M (modelos sin espejo de Canon) carecían de visor.
También debuta en el sistema EOS el procesador Digic 7 que efectivamente parece dotar de gran velocidad a la nueva cámara. Por ejemplo a la hora de enfocar, donde se nota que es una pequeña EOS porque resulta muy rápida y precisa, aunque es evidente que las pruebas que pudimos hacer fueron muy limitadas y habrá que ver su comportamiento sobre el terreno.
Por su parte, a la hora de disparar ofrece una ráfaga considerable, aunque lo que nos llamó más la atención fue un sonido bastante grave que nos recordó a una cámara más grande. De hecho parecería que hay dentro un espejo que se eleva y se repliega y con ello produce ese peculiar sonido. Pero no lo hay, con lo que entendemos que el sonido se debe a otros motivos.
En cualquier caso, la EOS M5 es un modelo que efectivamente parece una pequeña réflex y que si se comporta como a priori debería de acuerdo a sus especificaciones (recordemos, sensor APS-C de 24,2 megapíxeles como el de una EOS D80) va a responder a las expectativas creadas. Por supuesto, para cerciorarnos de ello habrá que esperar a poder realizar una prueba completa.
Eso sí, una vez más tenemos que quejarnos de un precio de salida elevado. 1200 euros sólo el cuerpo, 1600 con el nuevo objetivo EF-M 18-150 mm f/3,5-6,3 IS STM (que se ha presentado al tiempo) nos parece excesivo teniendo en cuenta que carece de elementos que la competencia sí ofrece como la grabación de vídeo en 4K, un cuerpo sellado contra el polvo y las salpicaduras o un estabilizador que funciona tanto para el vídeo como para las fotografías.
Más información | Canon
En Xataka Foto | Canon EOS 5D Mark IV: Puntos fuertes y débiles del nuevo modelo
Ver 9 comentarios