Actualmente, por menos de 400 euros podemos acceder a una cámara bridge avanzada capaz de satisfacer a un abanico muy amplio de usuarios. Sin embargo, muchos aficionados, aunque estén haciendo sus primeros pinitos en el mundo de la fotografía, prefieren no dejar escapar la posibilidad de contar con una DSLR o una CSC que les permita cambiar el objetivo con absoluta libertad. Este es, precisamente, el perfil de los usuarios a los que está dirigida la EOS 1200D de Canon, que es la cámara que protagoniza este análisis.
Aunque se trata de una DSLR de gama de entrada, o, como dicen sus creadores, para principiantes, ofrece, como veremos más adelante, una experiencia de uso muy satisfactoria y tiene unas especificaciones atractivas que conseguirán que su propietario no lamente poco después de comprarla no haber apuntado «más arriba» en el catálogo de esta marca. Veamos qué nos ofrece con más detalle.
Canon EOS 1200D, características técnicas
Sensor | CMOS APS-C de 18 megapíxeles con filtro de paso bajo y relación de aspecto 3:2 |
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Procesador de imagen | DIGIC 4 |
Montura | EF/EF-S |
Enfoque | TTL-CT-SIR. AF en 9 puntos |
Compensación de la exposición | +/-5 EV en incrementos de 1/3 o 1/2 paso (se puede combinar con AEB) |
Obturador | Obturador plano focal controlado electrónicamente. 30-1/4.000 s |
Cobertura y ampliación del visor | 95% / 0,80x |
Sensibilidad | ISO 100 a 6.400 (ampliable hasta 12.800) |
Pantalla LCD | TFT de 3 pulgadas y resolución de 460.000 píxeles |
Velocidad | Ráfaga de hasta 3 FPS |
Archivos | JPEG (Camera File System 2.0) y RAW de 14 bits original Canon 2ª edición |
Almacenamiento | Tarjetas SD, SDHC y SDXC |
Vídeo | Grabación a 1080p y 24, 25 o 30 FPS |
Dimensiones | 129,6 x 99,7 x 77,9 mm |
Peso | 480 g (con batería y tarjeta de memoria) |
Precio (solo cuerpo) | 349 euros |
Una cámara para principiantes ambiciosos
Como hemos visto en la tabla de especificaciones, la EOS 1200D tiene una configuración muy interesante en la que destacan un enfoque automático con 9 puntos seleccionables, que, como veremos más adelante, cumple con holgura; un rango ISO capaz de llegar a 12.800 en modo extendido; un disparo en ráfaga de hasta 3 instantáneas por segundo y la posibilidad de grabar vídeo Full HD (1.920 x 1.080 puntos) de hasta 30p. Y su sensor es un CMOS de última generación con una resolución de 18 megapíxeles efectivos. Como veis, no está nada mal, sobre todo si tenemos en cuenta que el cuerpo de esta cámara tiene un precio realmente ajustado (349 euros).
La mayor parte de las cámaras DSLR y CSC de entrada que he tenido ocasión de analizar no eran más que una versión «descafeinada» y más económica de las cámaras de gama media de esas mismas marcas. Carecían de una característica realmente diferencial que aporte valor añadido a los usuarios con poca experiencia. Pero la EOS 1200D sí ofrece un añadido interesante: una guía interactiva que permite explorar los controles y los modos de uso de la cámara. De esta forma incluso los aficionados que están haciendo sus primeros pinitos en el mundo de la fotografía conseguirán familiarizarse con ella en poco tiempo. Además, ofrece explicaciones en pantalla cada vez que se cambia el modo de disparo.
Experiencia de uso
En mano, la EOS 1200D transmite una sensación muy positiva desde el primer momento. Su grip es lo suficientemente pronunciado para ofrecer un agarre firme y cómodo. Además, los botones tienen un tamaño generoso, por lo que ni siquiera las personas con dedos gruesos deberían tener problemas para utilizarla. Por otra parte, es ligera. El cuerpo pesa 480 gramos, probablemente poco para los fotógrafos que suelen usar ópticas pesadas, pero es importante tener presente que esta cámara no ha sido ideada para profesionales, por lo que es poco probable que un usuario decida combinarla con un objetivo excesivamente voluminoso y pesado. Por todo esto, no tengo nada que objetar en materia de ergonomía.
Su construcción no está mal, pero su cuerpo es de resina de policarbonato (según Canon está reforzada con fibra de carbono y vidrio), algo comprensible si tenemos en cuenta su precio. Por esta razón, carece de la robustez y la rigidez que ofrecen las cámaras con chasis de aleación de magnesio, que, dicho sea de paso, suelen ser mucho más caras. Esta característica no la hace especialmente resistente, por lo que es conveniente prevenir en la medida de lo posible golpes y caídas que, de producirse, podrían depararnos un buen disgusto. Aun así, tampoco es una cámara endeble, por lo que no es necesario preocuparse. Simplemente es conveniente tratarla con un poco de «cariño».
En lo que concierne al menú en pantalla, no tengo nada que objetar. La navegación es simple e intuitiva. De hecho, es muy similar al de otras cámaras de Canon de última generación. Encontrar los parámetros que queremos manipular no representa un gran esfuerzo porque suelen estar agrupados de una forma bastante clara, aunque en ocasiones la búsqueda puede obligarnos a avanzar de forma secuencial durante unos instantes debido a que los valores no están apenas anidados. Aun así, no hay grandes diferencias, en mi opinión, entre la interfaz de la EOS 1200D y otras cámaras de su categoría.
El enfoque de la EOS 1200D
El sistema de enfoque automático que incorpora esta cámara se apoya en su sensor, un chip CMOS de tipo TTL-CT-SIR, que debe ser idéntico, o, al menos, similar, al que incorpora la 60D, lo que, a priori, debería garantizar unas prestaciones cuando menos interesantes. Y, en combate, la verdad es que el enfoque de la EOS 1200D deja un buen sabor de boca. En condiciones de buena luminosidad su comportamiento es muy digno, aunque, desde luego, no es el enfoque más rápido que he tenido la ocasión de probar.
En entornos con escasa luminosidad o al utilizar el Live View el enfoque se vuelve claramente más lento, lo que lo sitúa un paso por detrás del que ofrecen otras cámaras de gama y precio superior. Aun así, siempre podemos optar por el enfoque manual, que en la mayor parte de las situaciones comprometidas nos ofrecerá un resultado más convincente que el automático. Eso sí, como veremos a continuación, cuando tengamos bien definida nuestra composición y el motivo que estamos fotografiando en el foco, el resultado que nos deparará esta DSLR de pretensiones modestas va claramente más allá de lo que su precio parece indicar.
Canon EOS 1200D: rendimiento
Honestamente, «en combate» esta cámara me ha sorprendido. Para bien. El objetivo que utilicé durante las pruebas fue el Zoom Lens EF-S 18-55 mm f/3.5-5.6 IS II que nos cedió Canon junto a la EOS 1200D. Como imaginaréis, es una óptica económica y poco ambiciosa, lo que unido a mi experiencia con otros objetivos pensados para acompañar a los cuerpos en kits de precio competitivo no me hizo precisamente prever una calidad de imagen realmente alta. Pero, como acabo de adelantaros, el binomio formado por esta cámara y esta modesta óptica me ha sorprendido gratamente.
Su nivel de detalle es realmente bueno, aunque, lógicamente, no puede competir con el de otras cámaras más ambiciosas y mucho más caras que he tenido ocasión de probar recientemente. Aun así, como podéis intuir en las fotografías que ilustran el post, está realmente bien. También me ha dejado buen sabor de boca su gama dinámica, que tiene la amplitud necesaria para recrear una paleta de colores extensa y capaz de respetar con fidelidad los tonos que percibimos en el mundo real.
Por otro lado, su solvencia al enfrentarse a tomas con contrastes intensos es convincente. De hecho, tuve ocasión de probarla durante una de las procesiones que se celebraron durante la pasada Semana Santa, un escenario complejo en el que se entremezclaban las zonas en penumbra y otras con fuentes de luz muy potentes, y el resultado que arrojó en estas condiciones, aunque no es sobresaliente, sí tiene un gran nivel. Su nivel de detalle en las zonas en sombra no está nada mal, y, además, no llega a saturar las altas luces.
En lo concerniente al nivel de ruido, una vez más, esta EOS 1200D se portó realmente bien. A las cámaras semiprofesionales y profesionales suelo exigirles mucho (algo que hice, por ejemplo, cuando analicé las estupendas A7 y A7R de Sony), pero mi nivel de exigencia inicial ante esta propuesta era más comedido. Curiosamente, no tardé en darme cuenta de que esta cámara respondía por encima de mis previsiones. Su nivel de ruido es inferior al que cabe esperar en una unidad de su precio, y, además, entrega ficheros JPEG con una presencia de artefactos de compresión prácticamente despreciable (aunque yo prefiero disparar en RAW, sinceramente).
Y concluimos con nuestras pruebas de sensibilidad. Como hemos visto en la tabla de especificaciones, esta cámara es capaz de desenvolverse con soltura en el rango de valores ISO que oscila entre 100 y 6.400, aunque su límite máximo puede ampliarse hasta alcanzar el valor 12.800 ISO. Durante las pruebas ha demostrado que por debajo de 3.200 ISO el nivel de ruido permanece siempre bajo control, por lo que es posible obtener buenos resultados. A 3.200 ISO el ruido comienza a hacer acto de presencia, pero no arruina las fotos, y es a 6.400 ISO cuando ya es claramente perceptible. En definitiva: hasta 3.200 ISO se desenvuelve sin problemas, pero por encima hay que andarse con cuidado.
A continuación, podéis ver una galería de muestra, o bien visitar la galería en Flickr a toda resolución:
Conclusiones
A favor
- Calidad de imagen global
- Ergonomía muy lograda
- Interfaz de usuario intuitiva
- Ligereza y agarre
- Buen control del ruido
- Estupenda relación calidad/precio
En contra
- Enfoque lento en modo Live View
- Robustez mejorable
- No tiene ni WiFi ni NFC
- Carece de pantalla táctil
- Es ruidosa al conmutar para activar la visualización a través de la pantalla LCD o el visor
- Pantalla LCD fija
Canon EOS 1200D, la opinión de Xataka Foto
[[image: {"alt":"Canon EOS 1200D","src":"c1d006\/650_1000_controles-1","extension":"jpg","layout":"normal","height":371,"width":650}]] A pesar de que las pretensiones de esta cámara son, a priori, modestas, por el segmento de mercado al que está destinada, me ha sorprendido positivamente. Como he mencionado varias veces a lo largo de este análisis, ofrece una experiencia «en combate» muy convincente, en la que destacaría una ergonomía muy lograda y una interfaz intuitiva. Además, la calidad de la pantalla no está mal.Su enfoque es un poco lento, aunque solo puede molestar ligeramente en escenarios de uso exigentes o al utilizar el Live View. Pero su gran baza, además de su estupenda relación global precio/prestaciones, es su calidad de imagen. Y es que incluso con el objetivo que hemos utilizado en las pruebas, el EF-S 18-55 mm IS II que podemos comprar junto al cuerpo en un kit que cuesta solo 399 euros, ofrece una calidad notable. Por supuesto, no me cabe ninguna duda de que esta cámara agradecería una óptica de un nivel mayor, pero incluso con este modesto objetivo ofrece un nivel de detalle y una gama cromática amplios, y logra mantener bajo control el ruido.
Obviamente, la EOS 1200D no es perfecta. Su conectividad es claramente mejorable; de hecho, no tiene ni WiFi ni NFC. Además, su construcción es sencilla, y su pantalla LCD no es táctil, una característica que sin duda habrían agradecido muchos usuarios a los que resulta más cómodo contar con una interfaz táctil. Pero no debemos perder de vista que cuesta menos de 400 euros, y por ese precio me parece una opción muy apetecible para cualquier aficionado con poca experiencia que quiera una cámara de objetivo intercambiable y con controles manuales flexibles.
La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Canon España. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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