La gama de tecnología para nuestros sensores fotográficos es amplia, y eso se refleja en multitud de opciones a la hora de comprar nuestra cámara. Aunque por ahora hay poca variedad y en el futuro tal vez disfrutemos de sensores orgánicos o de grafeno, hay unas cuantas diferencias a tener en cuenta, especialmente en las cámaras de gama media y baja que es donde más triquiñuelas de marketing se emplean para ganarse una compra.
Sensores CMOS con filtro Bayer
En primer lugar, hablamos de los sensores CMOS con su clásico filtro Bayer. Este sensor es el que incorporan muchas cámaras del mercado pero que poco a poco se están sustituyendo por sensores retroiluminados.
Los sensores clásicos se componen de un sensor al que se le aplica un patrón cromático en el que cada fotoreceptor es sensible a un espectro de onda específico RGB: unos son rojos, otros azules y otros verdes. La cantidad de fotorreceptores verdes es el doble al rojo y al azul porque son también los que se encargan de captar la luminancia de la fotografía.
Sensores retroiluminados
El sensor retroiluminado no deja de ser un sensor CMOS con filtro Bayer pero con una sustancial diferencia: el orden de su construcción. Este tipo de construcciones fue desarrollado y patentado por Sony, por lo que solo los equipos que equipen un sensor construído por la compañía tendrá estas características.
Cada sensor tradicional está construído en tres capas. En primer lugar está el filtro Bayer que hace que cada fotorreceptor sea sensible a un espectro de onda visibe. En segundo lugar, encontramos los transistores y el microcableado que afectan directamente a la cantidad de luz recibido por la tercera capa, compuesta por los fotodiodos que recogen la luz.
Así, con simplemente invirtiendo la construcción de los sensores tradicionales, tenemos sensores con una mayor sensibilidad. Hoy por hoy casi todos los smartphones incorporan sensores fabricados por Sony que incorporan esta tecnología. También se usan en toda la gama de sensores de Sony, incluyendo las nuevas Sony A7 II y Sony A7R II, así como toda la gama de productos intermedios.
Sensores Foveon
El que promete ser el cambio de paradigma de los sensores fotográficos corresponde a los sensores Foveon, una tecnología que 'apila' los filtros de color para dejar de hacer uso del filtro Bayer. Por ahora solo Sigma tiene la patente para los sensores Foveon, pero próximamente muchos más fabricantes se atreverán a experimentar con estos sensores intentando buscar mejores resultados.
Es más fácil verlo en una imagen que explicarlo, pero poniéndolo en palabras, podemos decir que el filtro Bayer tiene un mosaico en el que uno de cada cuatro fotorreceptores pertenecen a un color, mientras que dos de cada cuatro, pertenecen al verde (uno para luminancia y otro para el color verde). A nadie se le escapa que con este orden, la captación y calidad del color se ve seriamente dañada y no reproduce los tonos tan bien como debería, o al menos no con tanto detalle.
En este caso, los Foveon apilan tres capas: una sensible al rojo, otra al azul y otra al verde. Así, en vez de uno de cada cuatro o dos de cada cuatro, cada color tiene una capa completa sensible a un espectro de la onda visible.
Tanto la calidad como la cantidad de detalle del color se dispara por la mayor cantidad de fotorreceptores sensibles a los diferentes colores, que pueden realizar cálculos con una gama mucho mayor de muestras, mejorando la nitidez y color de nuestras fotos.
Fotografía de portada | Zeiss Microscopy
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