Durante el pasado mes tuvimos la oportunidad de probar esta gran tableta, y como creo que somos muchos los que utilizamos este tipo de herramienta a la hora de hacer nuestro retoque fotográfico, me gustaría contaros mis sensaciones y opinión tras esta toma de contacto.
Se trata de una tableta muy avanzada y por tanto está claro que alguien que se dedique a la ilustración o diseño probablemente la aprovechará más que un fotógrafo. Pero para poneros en antecedentes, lo primero que debo aclarar es que no soy un gran ilustrador sino que estoy más cerca de lo opuesto, por lo que utilizo la tableta únicamente para hacer retoques corrientes: eliminar imperfecciones (manchas en el sensor, granos en la piel, etc.), pintar máscaras, oscurecer y aclarar zonas, difuminar… y otro tipo de tareas similares. Y para esto creo que la inversión no compensa habiendo opciones más económicas.
Dicho esto, la verdad es que esta Wacom está genial, aunque he de reconocer que a mí como fotógrafo se me queda un poco grande – en el sentido figurado, pues el tamaño generoso siempre viene bien y se agradece – ya que si os soy sincero no sé qué hacer con tanto botón y opciones configurables. En cualquier caso, siempre son útiles para asignarles funciones habituales y en especial aquellas para las que no te sabes el atajo rápido de teclado (en Photoshop, por ejemplo).
Quitando este hecho que os comento de la tremenda sensación que me produce de estar infrautilizándola, prácticamente todo lo que puedo decir de ella es bueno, empezando por sus 2.048 niveles de sensibilidad a la presión, que la verdad es que es una gozada, y siguiendo por todos los controles adicionales como las mencionadas ExpressKeys personalizables con pantallas OLED – que nos muestran la función configurada para ese botón en cada momento – o el anillo táctil Touch Ring para realizar acciones como zoom, scroll o ajustes de pincel (tamaño, dureza, navegar por los pinceles…).
Otro puntazo a su favor y que me ha encantado es que sea inalámbrica, de modo que no es necesario tenerla enchufada e inmóvil ocupando la mesa, y por el simple hecho de no molestarse en conectarla y desconectarla cada vez que la utilizamos.
Podéis ver las especificaciones completas siguiendo este enlace, así que preferimos contaros nuestras impresiones de primera mano a continuación.
<h2>Lo que más me ha gustado de la Intuos4 Wireless</h2>
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La conectividad inalámbrica por Bluetooth es toda una comodidad, como mencionaba.
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Batería de mucha duración y sustituible en caso de deterioro.
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Completísimo kit de accesorios incluidos: un grip extra, un buen juego de puntas (cinco puntas estándar, una punta flexible, una punta de trazo y tres puntas de rotulador), un soporte para el boli con dos posiciones posible y que esconde las puntas y herramienta para cambiarlas, una tapa como opción para eliminar la famosa etiqueta Wacom…
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Botones y controles configurables con displays OLED que muestran la acción asignada. Especialmente útiles para complementar los dos botones del lápiz, asignándoles funciones como las teclas CTRL, ALT o la barra espaciadora para cambiar entre herramientas sin tener que dejar el lápiz, por ejemplo. Personalmente, yo uso estas teclas muchísimo.
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Sensibilidad de presión tremendamente precisa como ya hemos visto, a lo cual también ayudan mucho las diferentes puntas disponibles y todas las opciones de configuración del software Wacom.
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Apagado automático con temporizador, de modo que si no la estamos utilizando y no está conectada mediante el cable USB dejará de consumir batería. También me gusta bastante que tenga indicadores de estado LED de encendido, conexión Bluetooth y carga.
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Diseño ambidiestro, que le vendrá “de perillas” a más de un zurdo, ya que se le puede dar la vuelta y todo funcionará igualmente (tanto los displays OLED como el área de presión cambian la orientación).
<h2>Lo que menos me han gustado de la Intuos4 Wireless</h2>
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Ausencia de posibilidad de usar las manos y funciones multitáctil (Touch) como sí podemos encontrar en otras tabletas. Probablemente esto no es un problema si no estás acostumbrado a ello como en mi caso con la Bamboo Fun.
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Demasiados botones para mí, ya que como decía se puede hacer lo mismo y más con el teclado si te aprendes las teclas y combinaciones, por lo que en realidad yo hubiese preferido menos y más grandes (para evitar errores de pulsación).
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Personalmente, en el equipo en el que la probé (Windows 7 Enterprise N x86 SP1), el controlador software me produjo ciertos contratiempos con el anillo táctil que fueron molestos, aunque no graves. Este anillo, dispone de un botón central que cambia su función: en modo zoom funcionaba con cierto retardo que no me agradaba, y en modo tamaño de pincel lo que hacía en realidad era cambiar el pincel seleccionado y no su tamaño, provocando con este handycap que al final acabase configurando los botones de una manera similar al habitual en una tableta sin este control táctil. Aunque entiendo que probablemente es un problema menor y sobre todo puntual en determinadas circunstancias, no deja de hacer mella en mi grata opinión sobre el producto.
<h2>Conclusión</h2>
Si al igual que yo, utilizas Lightroom o Photoshop para retoque fotográfico a un nivel dentro de la normalidad y estás ya acostumbrado a los atajos de teclado (o combinaciones de teclas, si preferís) probablemente no merezca la pena la diferencia de precio con una Bamboo Fun Pen & Touch, por ejemplo, que podéis encontrar con las mismas dimensiones – A5 en este caso – por menos de la mitad.
Se trata de una de las tabletas más avanzadas del mercado, con la mejor tecnología y un montón de detalles pensados para ayudar al usuario. El tacto y precisión son sublimes en este modelo, por tanto, si te dedicas a tareas creativas avanzadas, como podrían ser el retoque intensivo o la ilustración, seguramente sí que merece mucho la pena pues sabrás apreciar y exprimirás a tope las cualidades de esta tableta.
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