Sony ha vuelto a las andadas con esta compacta, la Sony RX 100 Mark V, a la que ya tuvimos ocasión de hacerle una toma de contacto el pasado mes de octubre. La compañía japonesa puede presumir de haber llenado el mercado, con su gama RX, de compactas avanzadas que no dejan a nadie indiferente.
En 2015 el fabricante introducía a la predecesora de la cámara que protagoniza este análisis, la Sony RX Mark IV, y ya por aquel entonces pudimos comprobar que se trataba de una compacta enfocada a usuarios avanzados que buscasen un segundo cuerpo que cubriera con creces sus necesidades. Con la nueva RX 100 Mark V Sony ha añadido mejoras, y aunque quizás no son demasiadas, todas ellas van en aras de conseguir la compacta perfecta, ¿lo habrá conseguido?
Características
Sensor | CMOS Exmor RS® tipo 1.0 (13,2 x 8,8 mm), relación de aspecto 3:2 |
Objetivo | Lente ZEISS Vario-Sonnar® T* |
Rango focal | Equivalente al formato de 35 mm, f = 24-70 mm. |
Apertura | f/1.8-2.8 |
Visor | Electrónico retráctil, XGA OLED Tru-Finder™ con 2.359.296 puntos y revestimiento ZEISS T* |
Pantalla | LCD TFT Xtra Fine de 3 pulgadas, formato 4:3, resolución 1.228.000 e inclinable hacia arriba 180º y hacia abajo 45º (aprox) |
ISO | 125–25.600 |
Obturador | 30" - 1/32.000 s |
Grabación de vídeo | XAVC S, compatible con el formato AVCHD, versión 2.0, MP4 |
Dimensiones | 101,6 x 58,1 x 41,0 mm |
Peso | 271 g (solo el cuerpo), 299 g (con batería y soporte) |
Precio | 1.200,00 € |
Sony RX100 V: diseño y ergonomía
La Sony RX 100 Mark V se mantiene en la línea de diseño del resto de la serie RX, en la que priman el acabado compacto y la solidez de construcción. Las dimensiones exactas de esta cámara se elevan a 102 x 58 x 41 milímetros que para ilustrarlo, diremos que cabe perfectamente en un bolsillo estándar de un pantalón vaquero. En cuanto al peso, al igual que en el modelo anterior, no alcanza ni 300 gramos incluyendo batería y tarjeta.
El pequeño visor XGA OLED retráctil reproduce la imagen y los colores de manera impecable
Si bien las dimensiones de esta cámara la convierten en una compañera extraordinaria de batalla, el agarre es quizás algo dificultoso debido a su pequeño tamaño, especialmente cuando utilizamos el visor. Y ya que hablamos del visor, cabe remarcar que es un XGA OLED retráctil con tecnología Tru-Finder™ que, quizás es demasiado pequeño como ya pasaba en el modelo anterior.
Pero a pesar de su tamaño, y de lo dificultoso que puede resultar accionarlo, sorprende por su calidad de imagen, pues cuenta con 2.359.000 puntos que reproducen imagen y colores de forma impecable. También es de agradecer que a pesar del poco espacio disponible cuente con ajuste de dioptrías.
En cuanto a la manipulación de los controles, estos en general son bastante pequeños y a veces manipularlos resulta un tanto incómodo, pero es que no debemos olvidar que aunque se trate de una cámara premium, sigue siendo una compacta.
Otro elemento que también hereda de su predecesora es la pantalla basculante. Hablamos de un panel LCD retráctil en 180 grados que desafortunadamente, no es táctil. Dependiendo de lo acostumbrado que te encuentres a utilizar los controles desde la pantalla esto es algo que sí se nota, sobre todo porque hoy en día es una funcionalidad presente en la mayoría de las cámaras.
En la base del objetivo, la cámara cuenta con un anillo de ajustes personalizables que nos permite seleccionar, por ejemplo, la apertura. Es un elemento curioso que nos nos traslada, mediante una especie de retroalimentación háptica, al uso de cámaras clásicas.
Enfoque híbrido, rápido y preciso
Hablábamos al comienzo de las mejoras que Sony ha incorporado en esta pequeña gigante. Si bien comparte la misma resolución de 20 megapíxeles con la RX100 original, el sensor de 1.0 pulgadas incorporado en esta cámara responde de forma sorprendente. Vuelve a ser un CMOS Exmor RS que, a diferencia de un CMOS al uso, es capaz de convertir la luz capturada en electrones gracias al efecto fotoeléctrico.
El CMOS Exmor RS convierte la luz capturada en electrones gracias al efecto fotoeléctrico.
Pero si hay algo que debemos destacar considerablemente en esta cámara, eso es su nuevo sensor de AF con enfoque híbrido que presume ser el más rápido del mercado (0,05 segundos AF).
Además, con 315 puntos de detección de fase y una cobertura del 65% del frame nos asegura un AF rápido y preciso. Desde luego esto se nota y mucho a la hora de disparar con esta avanzada pues para disparos rápidos en los que no hay tiempo apenas para enfocar, el sistema resuelve la escena sin problema.
En cuanto a la lente, no hay cambios en la óptica elegida frente al modelo anterior y volvemos a encontrarnos (sin ningún tipo de objeción al respecto) con un objetivo Zeiss Vario-Sonnar T* 24-70 mm f/1,8-2,8.
Velocidad de hasta 24 fps
La velocidad es sin duda un tema recurrente en esta cámara. A los 0,05 segundos AF se le añade una velocidad de ráfaga record, que nos lleva a 24 fotogramas por segundo con AF/AE activos frente a los 16 que alcanzaba la Sony RX 100 Mark IV.
Para estos menesteres la cámara cuenta con dos obturadores. Por un lado, un obturador mecánico que se puede utilizar con velocidades hasta 1/2000 segundos y un obturador electrónico que se activa a velocidades de hasta 1/32000 segundos.
Sin duda esta característica sorprende en una cámara que, pese a su precio, no deja de pertenecer al rango de las compactas y los resultados tanto a la hora de fotografiar con el disparo en ráfaga como a la hora de grabar en modo slow motion son realmente buenos. ¿Pegas? Cuando disparamos en ráfaga la cámara sufre a la hora de grabar imágenes en la tarjeta de memoria y hay que tomarlo con paciencia.
Grabación 4K y slow motion
En este apartado también repetimos características frente al modelo previo, por lo que podemos grabar vídeos de hasta cinco minutos de duración con calidad 4K/UHD (3.840 x 2.160 puntos) utilizando el códec XAVC-S, con una cadencia de imágenes máxima de 30 fps.
La grabación en modo slow motion permite llegar hasta 960 fps para conseguir una grabación más larga, pero el precio a pagar es sacrificar bastante la calidad de imagen. Este formato de grabación tiene su propio modo en el dial principal HFR (High Frame Rate). Pese a ello, es quizás poco intuitivo a la hora de utilizarlo pues, una vez seleccionado el modo en el dial, tenemos que pulsar el botón de grabación y esperar que nos notifique con un "standby" en la pantalla (algo que tarda unos breves segundos) para poder disparar.
Rendimiento y calidad de imagen
Los resultados en la Sony RX 100 Mark V son prácticamente iguales a los que encontramos en su predecesora, siendo este dato algo positivo. La cámara responde muy bien en sensibilidades altas, donde el ruido no es ningún problema y solo se percibe su aparición a partir de sensibilidades ISO 6.400 y 12.800.
Hasta ISO 800 el ruido se controla perfectamente, pero a partir de ahí sí que podemos empezar a percibirlo de manera especialmente notable en las zonas de sombra de la imagen. Por otra parte, el rango dinámico se puede optimizar mediante ajustes específicos y es posible, incluso con archivos JPEG, recuperar detalles después de haber disparado, sobre todo en sombras.
En conclusión, los resultados son óptimos como ya esperábamos por su similitud casi mielga en características técnicas con la RX 100 Mark IV, y aunque claramente no nos ha sorprendido, solo podemos concluir de forma positiva.
Añadir también que la cámara cuenta con conectividad WiFi y NFC que permite compartir las imágenes de forma mucho más rápida con otros dispositivos.
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Conclusiones
La Sony RX100 Mark V es una de las mejores compactas avanzadas que hemos tenido la oportunidad de probar en mucho tiempo. Algunas de sus características superan incluso a muchas DSLR, pero quizás su fallo podría ser ése, un precio tan alto que, aunque está justificado claramente por sus especificaciones, quizás no sea lo que el mercado demanda para una cámara de bolsillo.
Por otro lado, faltan algunos detalles que echamos en falta en una cámara de sus características, como la pantalla táctil o una segunda ranura para tarjetas. Además, no hubiera estado de más que al dar un salto tan grande en el disparo en ráfaga o mejorar tan considerablemente el enfoque automático, hubieran hecho algún cambio en la óptica respecto al modelo anterior, pues un zoom óptico de 2.9x se nos queda un poco corto.
En el agarre quizás también hemos echado en falta algún grip, pues al ser tan compacta, al manipularla nos encontramos con problemas y riesgo de caídas. De la cámara en sí, pocas pegas, ahora de su precio y demanda ya es otro cantar. Por 1200 euros es probable que no sean demasiados usuarios los que estén dispuestos a pagar por una compacta, pues a día de hoy podemos encontrar en el mercado los modelos anteriores como la Sony RX100 Mark II por menos de 500 euros.
Sony RX100 V: la nota de Xataka Foto
.5
A favor
- Alta velocidad de enfoque
- Disparo ráfaga
- Calidad de imagen
En contra
- Ergonomía mejorable
- Velocidad de escritura de los datos en el buffer
- Precio muy elevado
El equipo ha sido cedido para la prueba por parte de Sony España. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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