Sony presentó, a finales del pasado mes de febrero, un nuevo teleobjetivo luminoso: el Sony FE 135 mm F1.8 GM. Una focal fija en la línea habitual del catálogo de la serie GM del fabricante japonés, para la montura full frame de Sony, concebido especialmente para retratos y que, con esa gran apertura máxima presume de producir un bokeh muy atractivo.
Para comprobar cómo rinde, sus virtudes y defectos, hemos podido probar durante unos días una unidad de este potente Sony 135mm F1.8 GM. Hay que recordar que dentro de este catálogo de Sony ya encontramos el Sony FE 85 mm F1.4 (y el Sony 100 mm 2.8), con lo que este nuevo teleobjetivo se presenta como una alternativa, para quien necesite de una focal más larga para primeros planos. Lo cierto es que apunta tan alto como su precio, como hemos comprobado.
Principales características
Hay que repasar, antes de nada, sus especificaciones para conocerlo en detalle: cuenta con un diámetro de 89,5mm, un diámetro de filtro de 82mm y cuenta con un peso de 950 g. En su interior cuenta con 11 palas redondeadas con 13 elementos en 10 grupos. Siendo su distancia mínima de enfoque de 70 cm.
Construcción y diseño
Al formar parte de la serie GM este 135 mm es lo que cabe esperar, lo mejor de la gama alta que Sony ofrece para atraer a nuevos fotógrafos y ampliar la oferta de ópticas para los ya usuarios de su sistema. Es una construcción sólida, resistente (está sellado contra polvo y salpicaduras) y cuenta con un anillo de enfoque manual suave y cómodo de accionar.
Cuenta con el anillo de diafragmas y el habitual interruptor para activar y desactivar el AF/MF. Además, posee otros dos botones programables y un limitador de enfoque.
No se trata de un objetivo excesivamente voluminoso ni pesado para sus características
El parasol es sólido, bien fabricado, fácil de colocar y desmontar, pero lo cierto es que aumenta las dimensiones del objetivo. Algo normal, pero que invita a usarlo solo en casos estrictamente necesarios, para no perder comodidad y discreción con el tamaño relativamente compacto del objetivo, si es que valoramos esta opción.
A pesar de su casi kilo de peso, no es un objetivo excesivamente voluminoso ni pesado para su focal y características, no olvidemos que es muy luminoso y que, sin el parasol, es realmente comedido (muy similar, incluso algo más compacto, que el FE 24-70mm f/2.8 GM)
Enfoque y manejo
Tiene dos características que valorarán especialmente los que suelan necesitar de este tipo de teleobjetivo tan específico: un enfoque silencioso y veloz. El enfoque rápido se consigue gracias a sus dos motores que mueven los grupos ópticos con enorme precisión y velocidad, a lo que también ayuda el estupendo sistema que las cámaras Sony (en este caso lo hemos probado con la A7R III).
Además, hemos podido comprobarlo en combinación con el nuevo sistema de detección de ojos que ha incorporado en el último firmware y consigue unos resultados sensacionales. Es un objetivo que disfrutarán los amantes de la precisión en el autoenfoque de retratos. Se puede confiar en él, en cualquier circunstancia y no hemos encontrado casi ningún error de foco automático. Siempre con entornos cuidados y más o menos controlados, el resultado es fantástico.
De hecho, la combinación con el sistema de enfoque continuo de la A7R III hace que este teleobjetivo corto tenga también otros usos potenciales, más allá del retrato, como puede ser la fotografía deportiva y de acción. Es una focal fija, pero ideal por su facilidad para conseguir una gran precisión de enfoque, al margen de su estupenda nitidez y gran desenfoque como veremos.
Nitidez suprema, bokeh adictivo
La nitidez es sencillamente espectacular. Incluso a f1.8. Sí, incluso con su máxima apertura, consigue unos resultados sobresalientes.
Dos de sus principales virtudes y por los que merece la pena apostar por este objetivo. No decepciona. La nitidez es sencillamente espectacular. Incluso a f1.8. Sí, incluso con su máxima apertura, consigue unos resultados sobresalientes. Es cierto que encontramos un poco de viñeteo pero en algunos casos apenas perceptible y fácil corregir. En el resto de aperturas, especialmente a partir de f2.8, el rendimiento en cuanto a nitidez sigue siendo superior. Es de los objetivos más nítidos que hemos probado últimamente.
Las primeras impresiones cuando se aprecian las tomas en pantalla ya lo hacían intuir, pero cuando ves los resultados ampliados y en pantalla grande, se confirma. La nitidez es su principal virtud y reclamo. Es sencillamente brutal.
Por otra parte, cabe apuntar que la construcción del objetivo cuenta con una capa Nano AR que permite reducir la refracción, evitando los efectos de flare e imágenes fantasma. Y lo cierto, es que en las pruebas, disparando con diferentes luces, incluso con fuentes directas y frontales, mantiene a raya cualquier efecto posible. Menos cuando la luz es muy potente, pongamos el caso de disparar contra el sol, donde aparece un ligero velo.
Además, mirando en detalle, tampoco hemos encontrado rastros de aberración cromática en las pruebas realizadas.
Por cierto, no cuenta con sistema de estabilización, quizás sea el precio a pagar en la construcción para conseguir un enfoque veloz, silencioso y que no comprometa lo más mínimo la nitidez.
Ofrece un bokeh bien contrastado, no tan suave como cabía esperar
El bokeh que consigue, cuando usamos las máximas aperturas es totalmente adictivo. Gracias al recubrimiento y a la construcción ofrece un bokeh contrastado, no tan suave como a veces suele valorarse, pero es cuestión de gustos. Porque los resultados son estupendos, limpios y, como indicamos, de los que ofrecen desenfoques muy atractivos.
Sony FE 135 mm F1.8 GM: conclusiones
Lo cierto es que cumple con lo que cabía esperar de una óptica de máxima calidad de la serie GM de Sony. En este sentido no sorprende, buena construcción, cómodo manejo... incluso cuenta con un tamaño y peso realmente contenido para sus características. Hace un tándem sensacional con el cuerpo de la A7R III, bien equilibrado, pero también este cuerpo es el que consigue extraer sus grandes virtudes, como es la nitidez.
Es un teleobjetivo muy específico, pensado especialmente para retratos y bodas
Se trata de un teleobjetivo muy específico, una distancia focal pensado para retratos y fotógrafos de boda, especialmente (no hay más que ver las imágenes de muestra y los vídeos que el propio fabricante ha acompañado su promoción y lanzamiento), pero también interesante para acción y deportes, porque su enfoque es silencioso, veloz y muy preciso.
La nitidez es suprema. Solo con esto, como hemos indicado, ya se justifica su compra. Quien necesite retratos o primeros planos con una nitidez máxima, este es su teleobjetivo. Además, si aprovechamos su gran luminosidad, su f1.8 nos dará muchas alegrías porque consigue unos desenfoques sensacionales, que serán muy apreciados.
Pero tenemos que hablar del precio. Es alto, sí, y más para un objetivo específico, pero sinceramente tras las pruebas, concluimos que su valor se justifica al ver las primeras capturas. Hay competencia dura que hacen difícil elegir: El Sigma ART, el Zeiss Sonnar o el Samyang incluso, todos con misma distancia focal, son una alternativa clara, pero creemos que este Sony no va a decepcionar en absoluto a quien apueste por él. Si buscamos un objetivo similar y podemos encontrarlo en alguna oferta, sin duda es de esos objetivos que merecen la pena.
El objetivo ha sido cedido para el análisis por parte de Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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