Presentada a finales del pasado agosto, la Sony A6600 se situó como el modelo más potente de toda la familia de cámaras sin espejo con sensor recortado del fabricante japonés. Y aunque casi instantáneamente tuvimos la oportunidad de tener una amplia toma de contacto con ella, es ahora cuando la hemos podido probar en profundidad.
Tal y como os contamos, con su anuncio (junto a la A6100) Sony también quiso mandar un mensaje a los usuarios. Algo así como que, aunque últimamente haya dado prioridad a las cámaras de formato completo, no se ha olvidado de los muchos que prefieren el polivalente sensor tipo APS-C.
Y para estos va dirigido un modelo que pone la guinda a una nutrida familia de cámaras, que ahora mismo se puede encontrar en los escaparates en forma de A6000, A6100, A6300, A6400, A6500 y A6600. Por supuesto no son la misma cámara, pero sí comparten muchas características, incluido un cuerpo muy similar y un mismo sensor, el conocido CMOS de 24,2 MPíxeles. Así que vamos a ver en concreto las principales características de la cámara que hemos probado en esta ocasión.
Especificaciones técnicas de la Sony A6600
Sensor | CMOS Exmor tipo APS-C (23,5 x 15,6 mm) de 24,2 Mpíxeles |
Enfoque | Automático híbrido (con detección de fases/enfoque automático con detección de contraste) |
Puntos de enfoque | 425 puntos (enfoque automático con detección de fases)/425 puntos (enfoque automático con detección de contraste) |
Visor | Visor electrónico (color) de 1,0 cm (tipo 0,39), XGA OLED y con 2.359.296 puntos |
Pantalla LCD | 7,5 cm (tipo 3.0) TFT panorámico, táctil y con 921.600 puntos |
Velocidad de obturación | 1/4.000 a 30 segundos |
Estabilización | Mecanismo de cambio de sensor de imagen con compensación de 5 ejes |
Autonomía | 720/ 810 disparos aprox (visor/LCD). 140/150 minutos en grabación de vídeo |
Tamaño y peso | 120,0 mm x 66,9 mm x 69,3 mm y 503 gramos (aprox.) |
Precio | 1.600 (cuerpo) y 2.000 euros en el kit con el objetivo E 18-135 mm F3.5-5.6 OSS |
Una “familia numerosa”
Si mencionabamos antes los distintos modelos que forman actualmente esta gama de cámaras es por una razón. Se trata de seis modelos con un cuerpo común, con muy pocas diferencias pero que en base a un mismo diseño cubren un espectro muy amplio. Empezando por el novato que comienza en fotografía con una cámara “seria”, para el cual estarían dirigidas la A6000 y A6100, y siguiendo con el “entusiasta” que busca un modelo muy versátil que bien podría ser una A6300 o A6400.
Por su parte, el usuario avanzado que busca una cámara con muchas opciones profesionales (pero no está interesado en el full frame) encontraría “acomodo” con la A6500 y la A6600. Las segundas de cada pareja citada serían el modelo más moderno, y las primeras el ya relevado por la otra pero que, por cosas de la “especial” política de Sony, siguen a la venta (con un precio más atractivo).
En cualquier caso, como se puede entender, todo esto resulta un pequeño galimatías de modelos que fácilmente puede desorientar al comprador. Pero no es nuestra intención criticar cómo lleva su negocio Sony (menos cuando parece que le funciona), sino lo que queríamos poner de manifiesto es que en base a un cuerpo muy similar se trata de satisfacer a usuarios bastante distintos.
Diseño, construcción y ergonomía
Cosas del mercado actual, suponemos, pero que influyen en las cámaras claro, empezando por el apartado del diseño y el consecuente manejo. Por ejemplo, es cierto que la A6600 tiene un grip bastante más prominente que su antecesora que viene muy bien para el agarre, pero no es menos cierto que, por herencia, se trata de un cuerpo en el que se echan en falta cosas como un joystick para manejar el punto de enfoque (más cómodamente que con el dedo en la LCD táctil) o una doble ranura para tarjetas.
Al compartir un cuerpo tan similar en modelos para usuarios muy distintos, Sony se ve obligada a hacer ciertos sacrificios que se notan sobre todo en las cámaras más avanzados como la A6600
Más grave aún es la ausencia de una segunda rueda de control para manejar de forma independiente (y más cómoda) velocidad de obturación y diafragma. Cierto que se puede usar la rueda que hace de cruceta, pero tener una rueda de control en la empuñadura sería bastante lógico para una cámara de nivel semiprofesional, y quizá no tanto para una menos avanzada.
Pero al compartir cuerpo, la marca se ve obligada a hacer unos equilibrios bastante delicados y ciertos sacrificios para diferenciar unos modelos y otros. Sacrificios que, en este caso, perjudican más al modelo de gama más alta. Porque, por ejemplo, ¿qué diferencias hay entre una A6400 y una A6600? Pues básicamente el estabilizador integrado, el sistema AF más avanzado, un cuerpo sellado con algún botón más y una batería más capaz, cosas que son importantes pero casi inapreciables a simple vista.
Así, mientras que los modelos menos Pro pueden competir en sus respectivas categorías, seguramente el que estamos probando pierda fuelle respecto a la competencia, representada por ejemplo por la Fujifilm X-T3. Una cámara que puede parecer muy distinta, pero que por características es equivalente; no olvidemos que estamos hablando de que la A6600 es lo más avanzado en mirrorless de formato APS-C de Sony… y que cuesta 1.600 euros (sólo cuerpo).
Todo esto explica porqué hace tiempo que se viene rumoreando el lanzamiento de un modelo de sensor recortado con un cuerpo más profesional, quizá similar al de sus hermanas de formato completo A7 y A9. Puede que esto implicara quitarles ventas a estas (sobre todo a la A7 III que es la más asequible) pero, por la parte positiva, sin duda ganaría enteros de cara al usuario y a la competencia.
Su cuerpo es compacto pero con el nuevo grip la diferencia con una A7 III resulta cada vez menos evidente
Así las cosas, y teniendo en cuenta todo esto que hemos comentado, hay que recordar que el diseño de la A6600 se nutre de las líneas que estrenaran tiempo atrás las Sony NEX y que, como es fácilmente apreciable, se encuadra en el tipo de cámaras de cuerpo compacto y visor lateral. Su estética puede gustar más o menos, pero tiene algunas ventajas apreciables, como la posibilidad de dejar visión libre para uno de nuestros ojos (muy útil) y de evitar que nuestra nariz tenga que estar pegada a la pantalla.
Además, al tener situados a ambos lados la empuñadura y la montura para el objetivo, se consigue un buen equilibrio de pesos ya que la cámara se sujeta de forma tradicional (la mano izquierda cogiendo el objetivo, la derecha la empuñadura) haciendo recaer el peso en los extremos. Por cierto que aunque se trate de un modelo de tipo compacto, la verdad es que si se compara con una A7 III (como tuvimos oportunidad de hacer) la diferencia no es muy grande, sobre todo al haber aumentado el grip.
Eso sí, esta renovada característica viene muy bien para mejorar el agarre, que ahora resulta muy bueno, incluso aunque el objetivo montado sea grande. Para nuestras pruebas contamos con el Sony E 18-135mm F3.5-5.6 OSS (que se vende en un kit con la cámara) y cuyo tamaño no es muy grande, pero tiene una versatilidad que le hace un buen compañero para la A6600.
Para acabar de hablar del diseño, acabado y demás, aparte de los problemas mencionados también tenemos que decir que la rueda superior se puede confundir fácilmente con la de modos (están juntas, tienen el mismo tacto y casi el mismo tamaño), otro punto que podría mejorarse. Por lo demás, ninguna pega al acabado y a la construcción de una cámara que además está sellada contra los elementos.
Manejo y enfoque
Los mencionados problemas de diseño afectan, cómo no, al manejo, pero hay que decir que en líneas generales no podemos reprocharle grandes cosas, y nos gustan mucho las posibilidades de personalización. Simplemente, añadir un joystick o una segunda rueda de control podría hacerlo más cómodo, pero con lo que hay uno puede exprimir la cámara sin problemas.
Aquí las mayores pegas son cosas conocidas por otros modelos de la casa. Como un abigarrado sistema de menús en el que es fácil perderse (muy recomendable memorizar nuestros ajustes preferidos en Mi Menú), o una pantalla táctil a la que apenas se saca partido (al menos en el modo de captura).
Si nos asomamos al visor (sin novedades respecto a sus hermanas de gama) nos encontramos con una buena experiencia tanto en resolución como refresco, y el hecho de contar con una gruesa pieza de goma alrededor ayuda a aislarse. Por cierto que esta pieza estorba a la pantalla si queremos hacernos selfies, pero se puede retirar.
Sin duda, sus sistemas Real Time Eye AF y Real Time Tracking son de lo mejor del mercado y superan a la competencia directa
A la hora de enfocar es donde la cámara empieza a despuntar, ya que no sólo es tan rápida como el resto de su familia (incluida su antecesora, claro), sino que viene prevista del avanzado sistema AF de las A7 y A9 que reconoce las caras de humanos o animales y permite el seguimiento de objetos de una manera muy precisa.
Estos sistemas, denominados Real Time Eye AF y Real Time Tracking, son de lo mejor del mercado y hacen que la A6600 ofrezca una excelente experiencia a la hora de enfocar. Su comportamiento es realmente bueno, por lo que podría usarse sin muchos problemas para hacer fotos de deporte y acción, terrenos en los que supera a sus rivales de otras marcas.
Sin embargo está lejos de ser perfecta y también resulta un pelín más perezosa al reconocer personas y rostros (o animales) que sus hermanas de formato completo. Pero claro, esto es algo totalmente lógico porque si no, no tendría sentido comprarse una Sony A9 II.
Rendimiento y autonomía
Otro punto destacado, que también viene heredado, es la velocidad de disparo. La ráfaga declarada es de 11 fps y permite capturar secuencias rápidas de acción sin demasiados problemas, lo que combina muy bien con sus capacidades de enfoque.
Eso sí, a la hora de grabar los datos en la tarjeta de memoria quizá se demore más de lo que sería deseable. Como siempre hacemos, nuestras pruebas se realizaron en la mayoría de casos grabando en formato RAW y JPEG, pero incluso cuando recurrimos sólo al JPEG (de máxima calidad eso sí) nos pareció que la cámara tardaba demasiado en grabar las fotos (y mientras lo hace no funcionan ciertos ajustes), quizá por no tener soporte para tarjetas UHS-II (otra sugerencia de mejora para una cámara de nivel semiprofesional).
También hay que mencionar el sistema de estabilización, que funciona muy razonablemente y ayuda cuando la luz baja, y a la posibilidad de hacer fotos en modo totalmente silencioso, muy útil en determinadas situaciones.
La mejorada autonomía es sin duda la característica que más aleja la Sony A6600 de sus hermanas de gama (y de la competencia
Respecto a la autonomía, sólo podemos aplaudir la mejora incluida en la A6600. Al incorporar las baterías de tipo Z que utilizan sus hermanas A7 y A9 (ese es el motivo por el que se hacía necesario agrandar la empuñadura como ya hemos comentado) Sony ha logrado paliar uno de los grandes defectos de las cámaras sin espejo.
Por fin podemos dejar atrás el temor a que se acabe la batería antes de tiempo. Es difícil decir si sería capaz de aguantar un día de uso intensivo (nuestras pruebas fueron algo más esporádicas) pero nos apostamos a que podríamos salir de casa sin batería de repuesto y no echarla de menos, algo que normalmente es imposible con una cámara de este segmento. Sea como fuere, en esto supera a sus rivales (y también a sus hermanas de gama) ámpliamente.
Calidad de imagen y vídeo
Llegamos por fin al apartado más crucial pero que, en este caso, resulta menos importante que otras veces. Y es que estamos hablando del mismo sensor que lleva ya unos años siendo el corazón de esta familia de cámaras, con lo cual no podemos esperar grandes novedades.
Por supuesto esto no quiere decir que la cámara haga malas fotos, porque de hecho las hace muy buenas ya que utiliza el mismo sensor CMOS de 24,2 MPíxeles que lucen sus hermanas y que ha demostrado de sobra su buen hacer. Así, ofrece unas fotos con alto contraste, un rango dinámico bastante amplio e incluso parece haber mejorado la reproducción del color, una de las cosas que le achacábamos a modelos anteriores.
Los niveles de ruido están muy controlados hasta los 6.400 ISO, pero la cámara es aprovechable bastante por encima de ese nivel ya que la reducción de artefactos que realiza el procesador está bastante ajustada.
En cuanto al detalle, el nivel es muy bueno incluso aunque el objetivo utilizado no sea un “pata negra”. De hecho, para comprobarlo hicimos una rápida prueba retratando a nuestro enanito preferido con la lente del kit y con un Sony Vario-Tessar T* FE 24-70 mm F4 ZA OSS de formato completo y el resultado es que, si nos mantenemos en aberturas razonables, el nivel de detalle es bastante similar.
Por supuesto hay que hablar del vídeo, un aspecto que como sabréis no es algo que tengamos mucho en cuenta en las cámaras que probamos. Lo cierto es que esta cámara viene muy bien preparada para ser usada como fuente de grabación de vídeo (por ejemplo por la entrada de micro y la salida de auriculares), y el resultado está a la altura. Eso sí, hay que tener en cuenta que hay algunos modos de grabación en los que no se utiliza el sensor al completo y eso a la fuerza tiene que notarse.
Sony A6600, la opinión de Xataka Foto
Recapitulemos; en la práctica la cámara no deja de ser un modelo muy bien dotado, al que poco podemos achacar. Pero, comparándolo con la competencia, vemos que parece estar pidiendo a gritos un cuerpo más avanzado, que no dependa tanto de las “herencias familiares” y pensado más para su target (el usuario avanzado o semiprofesional).
En estos tiempos de feroz competencia parece un contrasentido seguir insistiendo en un mismo cuerpo para cámaras dirigidas a públicos muy distintos
Ciertamente sigue ofreciendo algunas características difícilmente superables por ninguna otra sin espejo con sensor APS-C (sobre todo en enfoque y autonomía), pero en estos tiempos en los que la competencia es feroz parece un contrasentido que se siga insistiendo en un cuerpo que se queda pequeño para una cámara tan potente. Esto explica también que, así a bote pronto, los 1.600 euros que cuesta su cuerpo (o los 2.000 con el objetivo probado) parezcan una cifra bastante elevada.
Es como si no quisieran quitar ventas de sus cámaras de formato completo, pero sin darse cuenta de que la competencia en el campo del APS-C les come el terreno… Claro que si Sony ha demostrado algo en su (aún corta) andadura en el mundo de la fotografía es que sabe innovar, así que estamos seguros de que tomará nota.
Sony A6600: la nota de XatakaFoto
8.6
A favor
- Sistema AF
- Mejorada autonomía
- Calidad de imagen global
En contra
- Cuerpo mejorable
- Sin soporte para UHS-II
- Precio elevado
La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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