Sony A6500, análisis: un escalón más alto para fotógrafos más exigentes

Sony no ha dejado de actualizar y mejorar sus cámaras sin espejo con sensor APS-C. Y la Sony A6500 llegaba para mejorar, aún más si cabe, a la A6300. No se trata de una actualización rápida para integrarle pequeñas mejoras. El fabricante japonés se ha afanado para dotarla de prestaciones para completar esta gama y convertirla en una cámara muy seria, potente, rápida y un escalón por encima. Muy cerca, por cierto, de la serie A7, si no fuera por el tamaño del sensor.

Ya realizamos una toma de contacto pero se trata de una de esas cámaras que ofrecen mucho y queríamos probar con más tiempo y analizar a fondo sus prestaciones y ver cómo responde a las prestaciones de las que presume. No en vano, aún siendo una cámara con sensor APS-C sus aspiraciones son muy serias y mira sonriente tanto a los profesionales que busquen un cuerpo pequeño y que responda en todas las situaciones, como a fotógrafos entusiastas y exigentes que quieren prestaciones de altura en un cuerpo compacto.

Sony A6500: características principales

Sensor	CMOS Exmor® tipo APS-C (23,5 x 15,6 mm)
Resolución	Aprox. 24,2 megapíxeles
Enfoque	Automático híbrido (con detección de fases/enfoque automático con detección de contraste)
Puntos de enfoque	425 puntos (enfoque automático con detección de fases)/169 puntos (enfoque automático con detección de contraste)
Visor	Visor electrónico (color) de 1,0 cm (tipo 0,39), XGA OLED y con 2.359.296 puntos
Pantalla LCD	7,5 cm (tipo 3.0) TFT panorámico, táctil y con 921.600 puntos
Velocidad de obturación	1/4.000 a 30 segundos
Estabilización	Mecanismo de cambio de sensor de imagen con compensación de 5 ejes (la compensación depende de las especificaciones de la lente)
Tamaño y peso	Aprox. 120,0 mm x 66,9 mm x 53,3 mm y aprox. 453 g
Precio	1.700€ (cuerpo) y 2.799 € en el kit con el objetivo Vario-Tessar T E 16-70 mm F4 ZA OSS

Diseño y ergonomía

Empezamos por su diseño, que como se puede comprobar sigue manteniendo claro el espíritu de esta serie, heredando su esencia desde las antiguas NEX. En cuanto a tamaño especialmente. Porque, la verdad, es que Sony no ha dejado de implementar cambios, nuevos controles, cambios de ubicación y pequeños retoques para intentar mejorar y optimizar su ergonomía.

Aquí encontramos que esa búsqueda de Sony sigue en marcha pero sigue sin haber concluido. Hay opciones que no terminan de convertirla en una cámara tan intuitiva como debería, ni tan cómoda como se espera. Los controles aún tienen que mejorar para llegar a un diseño más convincente y acorde con lo que se espera de un fabricante innovador que escucha a sus usuarios.

Pongamos ejemplos de esto. La pantalla ahora es táctil. Bien. Funciona correctamente y parece muy lógico para una cámara tan pequeña poder accionar muchos parámetros tocando los menús de la pantalla. Pero para ello es necesario una interfaz mucho más cómoda, más intuitiva, más fácil de manejar. Requiere mucha paciencia para quien no haya usado una Sony anteriormente. Se acaba uno haciendo pero creemos que este apartado es mejorable desde hace tiempo y a Sony le cuesta dar con la tecla.

La pantalla es basculante, pero sigue sin articulada en todas las direcciones. No tiene mucho sentido, cuando es fácilmente solucionaba sin comprometer en exceso el diseño ni el tamaño. Y para una cámara con opciones de vídeo tan serias debería ser obligado. Asimismo, aunque no es algo tan reseñable, el brillo cuando se graba a máxima resolución no nos deja la posibilidad de su máxima intensidad y, cuando estamos a pleno sol, se echa en falta.

Por terminar con el diseño, cabe apuntar que la nueva rueda de control situada a la derecha no termina de ser del todo cómoda y, hemos accionado por error, el dial de modos cuando queríamos ajustar el diafragma.

Por suerte, la Sony A6500 ofrece un buen nivel de personalización de los controles (incluyendo un nuevo botón y ampliando el tamaño del disparador) para poder ajustarlos a cada gusto y mejorar la agilidad en el manejo. Eso sí, ahora tenemos la opción de manejar el enfoque de forma táctil que añade una ventaja añadida por comodidad en muchas situaciones, aunque también cabe apuntar aquí que aún se puede mejorar en cuanto a velocidad de respuesta (y manejo, porque ofrece varias opciones de zonas de AF táctil que no siempre responden como uno espera, es necesario afinar y probar varias veces).

El visor funciona a un gran nivel, como esperábamos y está muy bien integrado en el diseño. Nos gusta que mantenga esa ubicación para evitar que nuestra nariz se quede pegada a la pantalla cuando miramos por él.

Y siendo muy exigentes también nos gustaría que tuviera una segunda ranura para usar dos tarjetas. A una cámara con su velocidad y su capacidad de vídeo no le vendría nada mal. Y justificaría aún más el incremento de precio de este modelo.

Enfoque, manejo y velocidad

Ya conocíamos cómo la A6300 se situaba en entre las mejores sin espejo en cuando a velocidad de enfoque. Esta A6500 sigue la misma línea y ofrece unos resultados muy notables, tanto como para no perder ninguna imagen en casi cualquier situación. Y sí, se defiende muy bien en deportes y acción. Tanto como para que sea una opción perfectamente válida para los que fotografíen deportes y quieran una cámara pequeña. De verdad que consigue sorprender por su buena efectividad en este sentido, ya sea usando la “zona amplia” de enfoque o bien el punto flexible, aquí ya depende del gusto de cada uno y el tipo de escenas.

Sorprende también su excelente velocidad de grabación, con un buffer sobrado para no temer a disparar ráfagas continuas. Eso sí, usando siempre tarjetas rápidas como exige una cámara así, pero es cierto que la demora es casi inexistente. Podemos disparar varias ráfagas y acudir al instante a visualizar las tomas casi sin latencia. Potente procesador al nivel de cámaras muy superiores en este campo.

Incluye detalles que a muchos les agrada como la posibilidad de de vincular la medición puntual a la zona activa de autoenfoque. Aunque lo cierto es que con 425 puntos de AF en casi toda la superficie del encuadre consigue unos resultados muy efectivos, tanto disparando a su máxima ráfaga (11 fps sin visualizar) o cuando usamos 8 fps. con Live View.

Uno de los aspectos más notables de esta Sony A6500 es el sistema de estabilización. Es una de las opciones más bienvenidas en un modelo así y hace las delicias para quienes experimenten fotografiar a bajas velocidades de obturación y lograr resultados estupendos. No es exagerado comentar que incluso llegar a 1/2 segundos de obturación con la cámara firmemente sujeta permite obtener imágenes nítidas. Buen trabajo aquí. Por supuesto, para vídeo es toda una ventaja.

Calidad de imagen y rendimiento

Como esperábamos los resultados en cuanto a calidad de imagen son similares a los de la A6300. Es decir, siguen siendo muy buenos. Un sensor APS-C de 24 megapixeles que rinde de forma sobresaliente y que pide ópticas de calidad para sacarle todo el partido que ofrece.

En cuanto a su comportamiento en altas sensibilidades hay que volver a colocarla en lo más alto en cámaras sin espejo de sensor APS-C. Capaz de alcanzar valores donde otros no lo hacen o llegan con resultados poco brillantes, la Sony A6500 permite disparos con valores ISO altos sin pestañear y sin perder detalles en exceso. Muy bien controlada la señal de ruido, como es habitual en los sensores de Sony. Para muchos puede llegar a ser realmente sorprendente si antes no ha probado cómo rinde una Sony, pero lo cierto es que encontramos un nivel tan elevado como para ser la cámara de su segmento que mejor se sitúa.

Resultados sobresalientes que mucho deben también al procesador tan avanzado que permite corregir la reducción de ruido (si la activamos) en determinadas zonas y no en todo el conjunto, para conseguir un resultado donde la textura y el detalle se mantienen a un gran nivel.

Eso sí, cuando disparamos en JPEG la reproducción de color no alcanza unos resultados tan notables. No están mal, pero hay cámaras de la competencia que resuelven mucho mejor el color en situaciones de poca luz y con altas sensibilidades. Gracias a los archivos RAW esto lo podemos solucionar, por lo que es más que obligado usarlos cuando disparamos con poca luz sin falta.

En cuanto al rango dinámico está a la altura de de lo esperado ofreciendo un resultado elevado, aunque sin demasiadas sorpresas. Muy similar a la A6300 por tanto.

Vídeo y autonomía

Otro de las características de peso con las que llegaba esta A6500 es su capacidad de grabar vídeo en resolución 4k. Es una apuesta fuerte y los más aficionados a la imagen en movimiento seguro que lo agradecerán. Nos entran dudas, eso sí, si con el diseño y las opciones que permite es suficiente para lograr resultados en 4k de mucha altura, pero para quién quiera experimentar, probar y grabar vídeos sin muchas pretensiones pero con semejante resolución tiene una opción muy válida.

En cuanto a la autonomía mantiene la misma batería del modelo anterior, pero al incorporar la capacidad táctil y el estabilizador hace que la autonomía se resienta un poco más. No obstante, podemos superar los 310-330 disparos con una sola carga sin problemas. Al mismo nivel que el resto de modelos de la competencia y con una cámara con tantas opciones es realmente complicado pedirle mucho más. Bueno sí, ya que estamos, por ese precio no estaría de más ofrecer una segunda batería con cada kit.

Sony A6500, la opinión de Xataka Foto

Nos ha quedado claro que Sony ha subido la apuesta en esta gama de cámaras sin espejo con sensor APS-C y que se sitúa en lo más alto. Hay mucha competencia pero ha logrado una cámara que mantiene un tamaño y diseño muy compacto y con opciones completísimas, como ese estabilizador que es una aportación muy positiva. Así como su capacidad táctil, aunque menos, la verdad.

Destacar sus puntos más fuertes: una velocidad de enfoque automático sorprendente, a un gran nivel. Un rendimiento del sensor fantástico, especialmente cuando le exigimos más a una cámara: en escenas rápidas o poca luz, es cuando la A6500 extrae todo su potencial para ofrecernos resultados de mucha categoría. Con archivos que podríamos comparar con los tomados con una A7 y superarlos si cabe. Y, por último, un sistema de estabilización efectivo que supone un plus para muchas escenas con baja luz, donde, sin duda, esta cámara se defiende realmente bien. También cuenta con 4k que muchos valorarán y, por supuesto, conectividad inalámbrica que no le falta y funciona con agilidad (WiFi y NFC).

El diseño es mejorable, su interfaz sigue evolucionando pero aún sigue siendo confuso para quien no haya manejado una Sony anteriormente y, definitivamente, sorprende que no hayan apostado por una pantalla completamente articulada. Igual que con el diseño y ubicación de algunos controles que requieren práctica para adecuarse. No podemos olvidarnos de un precio también algo más elevado (1.700 euros, solo cuerpo) que puede suponer un escalón que muchos no querrán subir.

En conclusión, Sony ha logrado mejorar a la A6300 y ofrecer una cámara muy convincente, muy completa, rápida y que es una apuesta muy seria en su gama. Como indicábamos al inicio, muy tentadora para profesionales y altamente recomendable para los más entusiastas y exigentes.

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La nota de la Sony A6500 en Xataka Foto

La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Sony España. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.