En el proceso de rebautización de Sony con su gama de CSC con sensor APS desde la denominación NEX a Alpha ha dado un paso más con la Sony A6000. Una cámara que viene a sustituir a la exitosa y valorada NEX-6 (y parece que a la NEX-7), con una evolución lógica que incluye algunos de los últimos avances de la serie A7, pero manteniendo el concepto general del modelo anterior.
La gran cuestión que plantea esta Sony A6000 es si realmente supone una evolución notable con respecto a la NEX-6 y si, sus resultados, la pueden hacer olvidar tan fácil y rápidamente como Sony se propone. Hemos tenido ocasión de probarla y analizarla y vamos a detallar sus principales aspectos y resultados. Un modelo que por precio y prestaciones debe convertirse en una referencia entre las CSC con sensor APS del escaparate actual.
La familia A7 ha conseguido despertar un enorme interés. Su velocidad, enfoque y rendimiento están provocando que Sony empiece a ser más considerada como un fabricante líder en soluciones tecnológicas en el campo de la fotografía.
Aunque hay que reconocer que por gama de precios compite en una liga diferente, más lejos del aficionado y más enfocado en el profesional. Por lo que la nueva A6000 debe ser la referencia en un escalón inferior, en el del aficionado que quiera una cámara de última tecnología, con buenos resultados pero con un tamaño y, sobre todo, un precio inferior.
Pero empecemos a desgranar lo que encontramos en esta cámara.
Sony A6000, características técnicas
Sensor | CMOS Exmor APS HD de 24,3 MP |
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Ráfaga | 11 fps con seguimiento de enfoque automático |
Velocidad de obturación | De 1/4000 a 30 segundos |
Pantalla LCD | TFT panorámico de 3 pulgadas y resolución de 921.600 puntos. Ajustable hacia arriba hasta aprox. 90 grados, hacia abajo hasta aprox. 45 grados |
Visor | Tru-Finder OLED y resolución de 1.440.000 puntos |
Puntos de enfoque | 179 puntos (enfoque automático con detección de fases) / 25 puntos (enfoque automático con detección de contraste) |
Enfoque | Enfoque automático híbrido (enfoque automático con detección de fases/AF con detección de contraste) |
Sensibilidad | ISO 100 a 51200 | Batería | NP-FW50. 310 disparos aprox. (visor) / 360 disparos aprox. (pantalla LCD) |
Dimensiones | 120 mm x 66,9 mm x 45,1 mm |
Peso | 344 g (con batería y tarjeta) |
Precio | 649 euros (cuerpo) y 799 euros (con objetivo 16-50 mm) |
Las principales novedades
Como vemos, su nuevo sensor CMOS APS-C de 24,3 megapíxeles encabeza la renovación. Un aumento de resolución con el mismo tamaño de sensor que parece un atrevimiento y que genera una primera duda en cuanto a su posible aumento de la señal de ruido a sensibilidades altas. Algo, por otra parte, a lo que Sony no tienen ningún temor dado que sus últimos sensores precisamente pueden presumir de un rendimiento más que sobresaliente en este sentido (y podemos poner el ejemplo de lo que puede alcanzar la A7s, por ejemplo).
Aunque lo más destacado del sensor es que incorpora píxeles para el enfoque lo que le lleva a convertirse en uno de sus principales argumentos. Cuenta nada menos que con 179 puntos de enfoque automático (frente a los 99 que incorporaba la NEX-6), por detección de fase, pero de ellos, 25 son puntos de detección de contraste, que completa su potente sistema de autofocus híbrido. Y con ello argumentar que es la CSC con sensor APS con enfoque más veloz del marcado. Pero ya sabemos que esto es un habitual argumento de márketing cuyo mérito no suele tener mucho recorrido.
No podemos tampoco obviar la inclusión del último procesador de Sony, el Bionz X que ya está presente en la A7 y A7r, por ejemplo. Y su posibilidad de alcanzar una máxima sensibilidad ISO de 25.600. Así que encontramos una A6000 con una equipamiento base de sensor y procesador que es lo último en su tecnología y que promete (y lo vamos a constatar) unos resultados magníficos.
Diseño y ergonomía
A primera vista cuesta distinguirla con respecto a la NEX-6, ya que guarda un enorme parecido. Solo cuando uno se para a comparar los pequeños detalles es cuando se aprecia la evolución. Ahora el cuerpo parece más sólido, la empuñadura algo más prominente y las líneas más rectas y sobrias que intentan alejarse de la NEX para acercarse a la familia A7. Aunque, todo ello de forma muy ligera y sin cambios muy drásticos.
En la parte superior encontramos que el dial de control y el de modos ahora se separan para estar uno al lado del otro, una especie de simbiosis entre lo que encontrábamos entre la NEX-6 y la NEX-7. En este sentido el cambio estético y de ubicación apenas es reseñable a la hora de modificar su activación. Es cómodo y casi mejor que no se encuentren en el mismo eje para no accionar accidentalmente el que no es. También la textura es diferente para ayudar a distinguirlos con un sólo roce.
En la parte posterior encontramos más variaciones en cuanto a los botones. Se cambian algunos de sitio y aparecen nuevos. Ahora la apuesta de Sony es por aumentar las opciones de personalización y dejar que el usuario sea quien lo configure a su gusto.
Cabe señalar también que el menú de la interfaz ha variado y para bien. Ahora más similar a su gama alpha, con unos menús y opciones más serios, lógicos y fáciles de utilizar. Algo que se agradece y que parece por fin cumplen las plegarias de los que hemos sufrido los horribles menús de modelos anteriores, impropios de cámaras con tantas y tan potentes prestaciones.
Pantalla ahora en 16:9 y visor con menos resolución
Otro aspecto que cabe destacar es que no encontramos una pantalla táctil. Sí que ha cambiado en cuanto a su aspecto (ahora es formato 16:9, lo cual nos gusta menos), pero parece que Sony ahora ya no apuesta tanto por el control táctil en sus cámaras (quizás ha constatado que los usuarios más avanzados no lo usan tanto como pensaban o deseaban). Es algo que, quizás, debería haber incorporado para convertir a la A6000 en una evolución más completa.
Por último, aunque puede pasar algo inadvertido, lo cierto es que el nuevo visor electrónico supone el único paso atrás (incomprensible) con respecto al modelo anterior. Ahora el visor es ligeramente más pequeño (poco inapreciable), pero sobre todo cuenta con una menor resolución. Quizás Sony pueda argumentar aquí que ha optimizado su rendimiento, pero lo cierto es que no tiene mucho sentido este paso atrás. Como mínimo, lo suyo hubiese sido mantener un visor idéntico y más cuando el de la NEX-6 era uno de los mejores en su gama.
Además, hemos encontrado el sensor de infrarrojos junto al visor que sirve para desactivar la pantalla cuando nos acercamos el mismo al ojo demasiado sensible. Cuando decimos demasiado es que apenas pasa por delante cualquier objeto o nos la acercamos al cuerpo a menos de un palmo ya detecta la presencia y se activa. Quizás aquí un ajuste más fino sería más apropiado y ojalá pueda llegar en una futura actualización por firmware.
Conectividad: ahora con NFC y desde PC
Volvemos a encontrar conectividad Wi-Fi, algo que ya parece imprescindible para muchos. Y, además, llega la conectividad NFC que supone una opción más rápida para traspasar las imágenes a un dispositivo móvil compatible, además de sacar partido a las aplicaciones como PlayMemories para el control remoto de la cámara.
Aunque sí encontramos un avance más interesante como es el del control remoto a través de conexión a PC o Mac. Quizás no sea una característica muy frecuente para el usuario común, pero si abre posibilidades para utilizar la cámara de forma remota para determinadas situaciones.
Igual ocurre con la opción de obtener una conexión micro HDMI (con salida sin compresión), se agradece pero no se entiende que se prescinda de una opción para conectar un micrófono o auriculares. Esto hubiese potenciando enormemente sus prestaciones para la grabación de vídeo, que por otra parte, se mantienen con respecto a la NEX-6 con la excepción de la salida sin compresión a través del puerto micro HDMI.
El autofocus: uno de sus puntos fuertes
Lejos queda ya cualquier duda que pudiera surgir sobre las cámaras CSC en cuando a su enfoque automático. Los enormes avances de los que presume la A7 y A7r no se han limitado a ellas, y la A6000 cuenta con unas posibilidades realmente notables. Tanto como para valorar su autofocus como uno de sus puntos más fuertes.
No solo por los puntos de enfoque (recordemos 179) y su optimizado sistema híbrido, sino porque resulta realmente eficaz con poca luz y asombrosamente veloz con buenas condiciones de luz. Un gran trabajo aquí de Sony que impresiona. Además, cuenta con la opción de detección de ojos y autofocus de seguimiento lo cual ayuda aún más a evitar cualquier mínimo error al enfocar a personas para retratos, aunque éstos se encuentren en movimiento.
Y sin olvidar que la velocidad de ráfaga es otro de sus principales argumentos, en este caso aumentando a 11 fps, lo cual es simplemente magnífico superando a muchos modelos de la competencia y acercándose a rendimientos de cámaras profesionales.
Sony A6000: rendimiento
Conociendo bien la NEX-6 no podía esperarse que esta A6000 flaqueara en cuanto a rendimiento. Y así ha sido. Se trata de una cámara magnífica en cuanto a reproducción de color. Tiende a la ligera saturación pero no es molesto ni demasiado notable, lo que podemos modificar con alguno de los preajustes que incorpora. Y eso que hemos probado con el habitual objetivo del kit, el 16-50 mm f/3,5-5,6 que, a pesar de su ligereza, estabilización y velocidad, no es precisamente el objetivo que mejor rendimiento pueda sacar al sensor de la A6000.
En cuanto a la señal de ruido, quizás lo que genera más dudas con ese aumento de resolución que se ha aplicado a su nuevo sensor, hay que indicar que no se puede decir que empeore con respecto a la NEX-6. Ofrece resultados muy aceptables hasta ISO 3.200 y se puede encontrar señal de ruido en las sombras, sin ampliar la imagen a ISO 6.400. Pero sigue siendo un valor muy aceptable, aunque para nuestro gusto sería el límite para una calidad aceptable. La cámara nos permite subir hasta ISO 12.600 e incluso a ISO 25.600, ideal para situaciones de muy baja luz que no queramos perder, aunque el resultado no es tan óptimo.
Sí que podemos destacar que la A6000 incorpora un nuevo modo de ISO automático, además del habitual. Se trata de una opción solo con archivos JPEG donde combina la captura de tres imágenes para reducir el ruido.
En cuanto al balance de blancos, comentar que se comporta bien en modo automático pero tampoco es sobresaliente, sobre todo cuando las condiciones de luz son algo más complicadas. Pero no es algo grave, que siempre se puede solventar seleccionado el modo adecuado o personalizando el mismo.
Con todo hay que decir que la A6000 ofrece varios modos creativos y un par de opciones para ayudarnos en situaciones de mucho contraste o cuando queremos más detalles en las sombras. Lo habitual es que los desactivemos y dejemos que nuestro conocimiento y experiencia nos dicten la mejor exposición, pero no conviene olvidar estas opciones porque nos pueden salvar cuando no hay mucho tiempo para cálculos y pruebas.
Sony A6000, la opinión de Xataka Foto
El trabajo de Sony con la A6000 es notable en cuanto a que ofrece una cámara muy potente, con unos resultados notables, es muy veloz, enfoca rápido y posee unas opciones de personalización elevadas. En general, una cámara muy recomendable y que no decepciona en absoluto en ningún aspecto (apenas en el tema del visor), pero lo cierto que no entusiasma. Sobre todo si lo comparamos con lo obtenido con la A7, que sí ha supuesto una mayor ruptura, una innovación más potente. Junto con el hándicap de tener que renovar a una NEX-6 que había marcado un listón muy alto. No era fácil dar un salto sustancial en calidad y eso es precisamente de lo que adolece esta A6000.
Opciones muy completas, con la última tecnología en cuanto a sensor y enfoque automático, igualando a lo más alto que ahora mismo Sony fabrica con su gama A7, pero sí resulta demasiado similar al modelo que intenta reemplazar.
La elección más difícil es saber si esta A6000 realmente merece la pena con respecto a la NEX-6 y lo cierto es que, quizás, la solución a la duda la podemos encontrar en su precio. Recordemos que la NEX-6 cuando se lanzó hace un par de años rondaba los mil euros y, ahora, la A6000 está en 649 euros (799 euros con el 16-50 mm). Un precio inferior que viene a demostrar que se han ajustado y optimizado sus posibilidades para ser más competitiva y, sobre todo, marcar una mayor diferenciación con respecto a sus hermanas mayores de sensor full frame.
Con esto, comentar que la escasa diferencia de precio que ahora mismo mantiene (unos 200 euros) con respecto a la NEX-6 (hasta que se agote) hace que sí merezca la pena, sobre todo para quien quiera sacarle el máximo partido a su veloz enfoque y a su conectividad NFC.
También señalar que ahora Sony dispone de un catálogo de objetivos más amplio y eso anima a quien quiera dar el salto a la montura E de Sony.
En definitiva la Sony A6000 es una gran cámara, muy rápida y que no decepcionará en cuanto a resultados. Eso sí, es muy aconsejable apostar por un objetivo de mayor calidad que el habitual del kit, quizás su punto más débil.
La nota de la Sony A5000 en Xataka Foto
.7
A favor
- Gran velocidad de enfoque automático
- Permite ráfagas de hasta 11 fps con enfoque de seguimiento
- Mejora la conectividad con NFC y conexión remota a PC o Mac
- Elevada personalización de los controles
- El precio es competitivo en su gama
En contra
- El objetivo del kit no saca todo el partido al sensor
- El diseño es casi idéntico al modelo anterior
- El visor es algo más pequeño y tiene menos resolución
- La pantalla no es táctil y tiene formato 16:9
- No posee conexión para micrófono externo
En Xataka Foto | Sony A7 y A7R, análisis
La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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