La Sigma FP es una de las cámaras más extrañas y llamativas que han pasado por nuestras manos. No sabes cómo definirla después de probarla a fondo. Es una máquina modular que según lo que compres como accesorio, puedes convertirla en una excelente cámara fotográfica o en uno de los mejores modelos del mercado para hacer vídeo. Nosotros hemos intentado sacarle el jugo desde el punto de vista de la fotografía porque en vídeo, sobre el papel, es una de las mejores opciones. Y desde luego sorprende mucho en todos los aspectos.
La Sigma FP es una cámara modular con un sensor de formato completo. Es de tipo CMOS con una matriz Bayer de 24,6 MP. Y tiene el honor de ser la cámara de formato completo más pequeña del mercado, por encima de otras marcas que se apropiaban del título en la publicidad.
Podría decirse que estamos ante un concepto prácticamente nuevo en el mundo de la fotografía, que además ha mejorado mucho con un nuevo firmware. El usuario se comprará el cuerpo y, en función de sus necesidades, decidirá los complementos que necesita adquirir... Pero este modelo tiene tantas posibilidades que muy pocos lo tendríamos claro.
Como dicen en la página de Sigma:
Un sistema abierto y flexible que permite combinar la cámara con objetivos y accesorios de SIGMA u otras marcas, completado con una escalabilidad versátil que hace que la cámara se adapte a cualquier situación.
Es algo diferente a lo que estamos acostumbrados en la fotografía. Es solo un módulo que se adapta a las necesidades reales del usuario profesional. Por poner un ejemplo de sus configuraciones permite trabajar como visor para directores de cine, ya que puede adaptarse a los ángulos de visión de una Arri Alexa LF o una RED Monstro 8K.
No he podido aprovechar todo su potencial solo con el cuerpo y un par de objetivos. Es una cámara muy completa pero me faltaba algo. Y a pesar de todo creo que es una de las apuestas más valientes del mercado para los profesionales, incluso para los fotógrafos que no quieren oír hablar del vídeo.
Sigma FP, principales características
La Sigma FP es una cámara modular. La mínima expresión que le permite presumir de ser la más pequeña del mercado con un sensor FF. Pero a su vez es una de las más robustas y la que responde mejor al exceso de calor que a muchas paraliza en poco tiempo gracias a su inteligente y práctico diseño.
Sensor de imagen | Bayer CMOS de formato completo 24.6MP (6.072 x 4.056)’ |
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Sensibilidad ISO | 100-25600 |
Sistema de enfoque | Sistema de detección de fase + detección de contraste |
Montura | Montura L |
Profundidad de color | 14-bit |
Pantalla LCD | TFT LCD a color de 3″ y aprox. 1.620.000 puntos |
Formato de imagen | DNG sin compresión (14-bit), JPEG (Exif2.3), RAW+JPEG |
Almacenamiento | Tarjeta SD/SDHC/SDXC / SSD portable (conexión USB 3.0) |
Conectividad | USB (USB3.1 GEN1 Type C, HDMI Type D (Ver. 1.4) |
Batería | Batería BP-51(7,2V 1200 mAh). |
Dimensiones | 112.6 x 69.9 x 45.3mm |
Peso | 370g (solo cuerpo); 422g (cin batería y tarjeta SD) |
Precio | 1.999 € |
Diseño y ergonomía
No es una cámara que destaque por su presencia, no llama la atención por su aspecto. Tampoco es ergonómica. Sin embargo es muy pequeña y ligera para poder montarla sin problema en cualquier dron profesional o para llevar en un gimbal. Cabe en la palma de la mano y casi se podría decir que es una cámara de bolsillo.
Llama la atención la proporción del cuerpo. Es una pura caja, sin accesorios superfluos. La pantalla no es abatible y no tiene protuberancia alguna. No tiene visor, ni óptico ni electrónico. Por no tener, no tiene ni obturador ni estabilizador mecánicos.
A pesar de todo es muy ancha. ¿Por qué? Porque cuenta con un sistema de ventilación pasiva que permite sacar de una forma muy eficiente todo el calor que puede generar esta cámara al grabar vídeo en 4K. Esta ranura es muy visible y puede llegar a preocupar sobre la estanqueidad del cuerpo. Nada más lejos de la realidad, estamos con un cuerpo sellado en distintos puntos.
Al ser tan pequeña cuesta sujetarla con seguridad si tienes las manos grandes... Para compensar cuenta con una serie de botones bien dimensionados y separados que se pueden manejar a ciegas cuando te hayas familiarizado con ella. Sobre todo llama la atención el tamaño del disparador frente al botón de grabación para una cámara que es ante todo para vídeo ¿no?
Hay diferentes accesorios como jaulas o empuñaduras para 'tunear' la Sigma FP. Porque en principio está dirigida más al mundo del cine que al de la fotografía... Y el precio que tiene el cuerpo permite hacerlo sin arruinarte.
Cómo trabajar con la Sigma FP
El manejo básico es relativamente sencillo. Primero enciendes la cámara en Power. Luego decides si haces foto fija -Still- o vídeo -Cine-. En función de la posición de este interruptor los menús cambian. Y muchas funciones pueden tener dos configuraciones distintas según su posición.
Como siempre, solo nos queda dar al botón Menu para entrar en la configuración de la cámara e ir ajustándola a nuestras necesidades. Tenemos tres grupos: Shoot o Ajustes de captura; Play o Reproducción y System o Ajustes de la cámara. Y si queremos ir más rápido solo tenemos que dar al botón QS para acceder a las funciones más comunes.
Con las dos ruedas que tiene la cámara, una alrededor del disparador y otra a la derecha de la pantalla, puedes controlar todos los parámetros, además del control táctil de la pantalla. Lo más llamativo para un fotógrafo son los botones que encontramos en la parte inferior de la pantalla.
Estos botones son, de izquierda a derecha, Reproducción, Visualización, Control de tono, Control de color y Modo de disparo. Control de tono y Control de color permiten al usuario diseñar una curva de contraste o ajustar el color de una forma precisa, respectivamente. Y es compatible tanto con la fotografía como con el cine.
La calidad del sensor
La Sigma FP tiene un sensor de formato completo de 24,6 MP. No estamos hablando de un sensor Foveon (muchos creíamos que era el futuro) sino un CMOS con ISO dual. Esto quiere decir que tiene dos circuitos analógicos, lo que permite trabajar con un ISO nativo mayor cuando haya menos luz con una baja reproducción de ruido.
En este caso partimos de un ISO 100 y un ISO 3200. Para entenderlo de una forma sencilla sería como si tuviera dos sistemas distintos con una misma base, uno para altas luces y otro para escenas más oscuras. En ambos casos llegaría a los 12,5 pasos de rango dinámico.
El ISO dual es una de las tecnologías más interesantes y también más complejas para el fotógrafo actual. El propio personal de Sigma reconoce que no es una cámara sencilla de utilizar ni entender. Ya no dependemos de la luz del momento para conseguir una imagen limpia. El propio procesador pone en marcha un circuito u otro en función del ISO seleccionado. El objetivo es conseguir una imagen limpia y sin ruido.
Trabaja con archivos DNG de 14 bits, el formato RAW abierto de Adobe. Y como podemos ver en las muestras el ruido hace acto de presencia de forma clara a partir de 12800 ISO. En Sigma aconsejan trabajar a 100-800 ISO si queremos aprovechar el potencial del sensor.
Con los objetivos de montura L que encontramos en el mercado, la nitidez de imagen es muy alta. Parece mentira todo lo que se puede llegar a hacer ya con un obturador y una estabilización electrónicas.
Respecto a este tema hay que señalar que debemos tener las precauciones de siempre con el obturador electrónico. Además la estabilización electrónica no es compatible con la estabilización óptica de los objetivos y se puede perder hasta el 2,5% del ángulo de visión por la corrección.
Los archivos tienen un nivel de detalle muy alto. A pesar de la ergonomía -y la falta de visor- podemos disparar a pulso sin miedo a perder la imagen.
Y si apostamos por el jpeg podemos afirmar que están muy controlados. Y puede ser interesante jugar con las diferentes posibilidades de control del color que ofrece.
La calidad del vídeo
Aquí es donde encontramos la fuerza bruta de la Sigma FP, por decirlo de una forma clara. En un tiempo en el que todos los fabricantes quieren evitar los problemas de la mala campaña que hizo Canon con las nuevas EOS R, Sigma fue capaz de diseñar una cámara con ventilación pasiva que permite grabar en RAW más allá de los 30 minutos acostumbrados y sin calentar el sensor de formato completo.
Las opciones que presenta la cámara son excesivas para la mayoría de los aficionados y muy completas para los profesionales de la imagen. Siempre hemos dicho que si cuesta una vida entender a la perfección todos los entresijos técnicos de la fotografía, necesitaríamos tres vidas para entender los del vídeo, que además cambian a una velocidad inusitada.
Las opciones que presenta la cámara son excesivas para la mayoría de los aficionados y muy completas para los profesionales de la imagen.
Hay muchas opciones a la hora de elegir el formato de grabación. Y depende de la tarjeta o del disco duro que tengamos. Como podéis imaginar grabar en Cinema DNG a 12 bits requiere al menos un disco duro SSD Samsung de 1 o 2 TB.
Grabar con tal calidad supone la grabación de 29,97, 25 o 24 archivos RAW por segundo... La calidad que podemos conseguir y sobre todo el control son impresionantes. Particularmente he podido hacer mis pinitos con este formato en Da Vinci Resolve. Y en Lightroom podemos ver archivo por archivo con un tamaño de 3840x2160.
El problema que podemos encontrar para trabajar con semejantes archivos es que necesitamos un ordenador mucho más potente de lo que podemos pensar. Para evitarlo una de las posibilidades es grabar todo con un Atomos Ninja V o un Blackmagic Design Video Assist 12G y que lo conviertan automáticamente en un formato ProRes más manejable y editable.
Porque no podemos olvidar que solo tenemos, por decirlo de una forma clara, el corazón y el cerebro de un conjunto que puede llegar a darnos archivos 4K 30p o FHD 120p sin comprimir. No llega a los 4K60p de una Sony A7SIII pero sería interesante comparar los resultados de un archivo comprimido contra el bruto que nos puede dar la Sigma.
Por supuesto tenemos acceso a formatos de imagen más ligeros y compatibles con todo tipo de ordenadores... Depende de las necesidades de grabación.
Además por su tamaño es perfecta para trabajar con un gimbal profesional -como hemos hecho- o con un dron. Y por supuesto con todos los complementos que podamos necesitar para una grabación profesional.
La opinión de Xataka Foto
La Sigma FP es un concepto nuevo. Al menos para los fotógrafos. No se parece a nada de lo que podemos encontrar en el mercado. Y es una gran idea para el usuario final. Te puedes hacer la cámara como la necesites. Es una opción cara pero en un futuro nos dejaría acercarnos a nuestro modelo ideal...
Para hacer fotos es incómoda, para el que esto escribe, porque carece de visor y es pequeña, pero a cambio tienes toda la calidad que puede darnos un sensor de formato completo. Es cuestión de acostumbrarse como con la Ricoh GRIII o la Hasselblad 907x-50c.
Para hacer una película es perfecta pues sigue la misma filosofía que las grandes cámaras de cine. A un precio mucho más bajo. Vas a poder conseguir más cosas según los accesorios. Desde luego que se pueden conseguir resultados profesionales solo con el cuerpo y un objetivo. Pero sería como conducir un deportivo por una ciudad atascada.
En el apartado fotográfico no destaca ni por la resolución ni por la rapidez de enfoque. Pero con los objetivos Sigma la calidad es muy alta. Y con una buena empuñadura y un visor se convierte en una cámara perfecta para un fotógrafo de paisaje, por ejemplo. Por no decir los sustanciales cambios de la nueva versión del firmware un año después.
Es una cámara excelente, no tengo duda. Pero aquel que se la compre debe conocer muy bien todos sus accesorios para dar con la configuración perfecta para sus fines. El fotógrafo quizás no saque tanto rendimiento como el cineasta, pero sus resultados hablan por sí solos.
8.1
A favor
- Calidad de imagen y vídeo
- Relación calidad/precio
- El concepto de cámara modular
En contra
- Una sola tarjeta de memoria
- Cuerpo pequeño
- No tiene visor incorporado
- Carece de obturación mecánica.
La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Reflecta. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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