Hace un año probamos en Xataka Foto el entonces novedoso Profoto B10, un flash de estudio de 250w que llamó la atención de todos los fotógrafos. Apenas un año después hemos tenido la posibilidad de probar la nueva versión, el Profoto B10 plus, un flash que mantiene la esencia del original pero que llega a los 500w.
El Profoto B10 plus es un flash de estudio profesional. Su precio es muy alto para un aficionado. Pero si te dedicas al mundo de la fotografía es una inversión que se puede amortizar muy pronto dada su versatilidad. Es verdad que en el mercado encontramos otras marcas mucho más económicas que pueden hacer lo mismo.
Pero es como comparar un coche de gama baja con un deportivo con aspiraciones. Los dos te llevan al mismo sitio pero durante el trayecto todo es distinto. Es un flash que vale lo que cuesta. Pero no es para todo el mundo.
Es un flash de 500W compacto, que se puede utilizar en el estudio o sacar a la calle y competir directamente con la luz del sol. Tal es su potencia y versatilidad. Es la versión vitaminada del B10. Apenas más largo y un poco más pesado. Y exactamente la misma batería.
Durante el tiempo que lo hemos estado probando lo hemos podido llevar sin problemas en una mochila Photo Hatchback 22L junto con una Sony A7 III, un objetivo fijo y el Profoto Connect, un disparador que nos ha sorprendido mucho por su versatilidad, compacidad y duración de su batería.
Es un flash fiable, que permite 200 disparos a plena potencia (y el doble si bajamos un punto su potencia) sin variación alguna entre disparos y que además permite iluminar durante 75 minutos un vídeo con una única carga de batería. Sin cables ni problemas de transporte. Nada que ver con un Elichrom de 500W o productos similares de mayor volumen y peso.
Si nos quedamos en la marca, tenemos el B1X. Pero al ser más robusto y tener una batería mayor es más caro y casi un kilogramo más pesado.
Características del Profoto B10 Plus
Como comentamos el día de su presentación, estamos ante un flash que es el doble de potente que su antecesor, pero con prácticamente el mismo tamaño y peso. Apenas 400 g, lo que es insignificante teniendo en cuenta las posibilidades de que ofrece.
Potencia máxima | 500 w |
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Rango de potencias | 10 f-stops (1.0-10) |
Tiempo de recarga | 0,05-2,5 s |
Estabilidad de potencia | 0,2 f-stops |
F-stop a 2 m/100m/100 ISO | 32,7 con OCF Magnum reflector |
TTL | Sí |
HSS | Sí |
Potencia máxima (lúmenes) | 2500 lm |
Tipo de lámpara | LED |
Rango de atenuación (%) | 100-10 % |
Temp. color (⁰K) | 3000-6500 K (+/-500 K), ajustable |
Renderización de colores (IRC) | 90-96 |
Fuente de alimentación | Batería de Li-Ion para B10 |
Capacidad de la batería | Hasta 200 disparos a plena potencia Hasta 75 minutos con luz continua a plena potencia. La batería se carga en menos de 90 minutos. |
Conectividad inalámbrica | Sí, compatible con todos los Air Remote de Profoto y el Profoto A1 |
Características de compatibilidad con Air | Sincronización de flash Control remoto TTL High-Speed Sync |
Rango de Air sync | Control remoto y de sincronización, 0,5-300 m HSS y TTL: 0,5-100 m |
Bluetooth | Sí |
Precio | 1.999,00 € |
Todo en un equipo unos centímetros más largo que versión de 250W. Y dentro de un cuerpo minimalista, con apenas tres botones que permiten controlar todas las funciones de un flash profesional de estudio. Creo que uno de los aciertos es que a un lego en la materia no le puede dar miedo manejar un equipo de semejantes características. Da la sensación de simplificar el complejo mundo de la iluminación.
Como solo cambia la longitud, todos los accesorios de la marca son compatibles: ventanas, paraguas, difusores... Y por supuesto permite trabajar con los Air Remote, el Connect y los pequeños A1/A1X como disparadores inalámbricos. Además, para no quedarse descolgados en lo que se refiere a la tecnología, puede controlarse sin problemas con una aplicación móvil (solo para iPhone).
En la prueba de potencia, que no es otra cosa que ponerse a 1 metro con el fotómetro, este flash dio un f45 a 100 ISO. Una prueba evidente de lo que puedes llegar a hacer con él. Entre otras cosas el ya conocido HSS que permite disparar con altas velocidades de obturación par lograr efectos imposibles con flashes más pequeños.
Diseño y ergonomía
Ya hemos hablado de su diseño minimalista, de la simplicidad en la botonera, tan lejos de las cámaras sin espejo de la actualidad con mil botones y configuraciones. Profoto ha entendido que los profesionales no queremos presumir, sino queremos eficacia. Y lo simple funciona. Solo tenemos que encender la unidad y nos podemos poner a trabajar con resultados perfectos disparo tras disparo.
Profoto ha entendido que los profesionales no queremos presumir, sino queremos eficacia. Y lo simple funciona.
Aunque tiene una funda personalizada, es muy fácil llevarlo dentro de la mochila, sin miedo a perder una configuración. Es un cuerpo liso, sin protuberancias que molesten y por supuesto, el personal y llamativo frontal redondo que solo se puede cambiar en el servicio técnico oficial. Al igual que el tubo de flash y el LED.
El diseño se rompe evidentemente por el adaptador que se enrosca en la base para fijarlo en un trípode o transportarlo cómodamente en la mano, como si fuera una pistola de luz. No me termina de convencer el tacto de la rosca, prefiero una palomilla de toda la vida. Pero toca adaptarse al mundo minimalista. Y os aseguro que cambia mucho tu fotografía cuando puedes dirigir 500W donde quieras...
Su diseño es su identidad. Pero seguro que muchos agradeceríamos un soporte para sujetarlo con más seguridad, un asa como la que tienen los Elichrom o los Godox. Seguramente no serían tan bonitos pero serían más seguros a la hora de transportarlos. Y hubiera sido maravilloso que fueran resistentes al agua.
Las jornadas de trabajo con el Profoto B10 Plus
Nunca había trabajado con un flash tan potente en exteriores sin la necesidad de llevar cables. Es una auténtica gozada poder trabajar con ellos en cualquier lugar sin miedo a enredarse con cables, o a tener que cargar pesados generadores. Y es una sensación increíble no tener que depender de la sensibilidad ISO para poder disparar con cualquier condición de luz. Son 500W que podemos administrar como necesitemos.
En la prueba del Profoto B10 echábamos de menos, en algunas ocasiones, tanta potencia como tenemos ahora entre las manos. Puede parecer tópico, pero lo único que necesitamos ahora es ingenio e ideas para hacer nuestras fotografías, porque ya no hay limitaciones técnicas. Hay que tener proyectos de muy alto presupuesto para necesitar más luz.
Y aunque tengo ganas de probar los últimos modelos de la competencia, no dejo de asombrarme con la respuesta del sistema TTL de Profoto. Es casi imposible perder una fotografía. En mi caso, durante todas las pruebas, he trabajado con algo tan sencillo como el Connect. Solo tenía que colocarlo en la cámara, girarlo a la posición Auto y disparar una y otra vez.
El uso no puede ser más sencillo. Conectamos el disparador a la cámara, colocamos el flash en posición y lo encendemos solo con un botón y listo para disparar. Si disparamos en Manual tendremos que subir y bajar la potencia hasta encontrar la luz deseada. Es verdad que si tuvieramos un iPhone o el Air Remote no tendríamos que ajustar nada en el flash.
Por supuesto he disparado en Manual con mi fiel fotómetro Sekonic, sobre todo al principio. Y confieso que lo hice porque no conseguía clavar la exposición. Pronto me dí cuenta de que era culpa del ISO automático de la cámara. Pero salvo este pequeño error por mi parte, confieso que nunca me he sentido tan cómodo disparando con un flash de 500W.
He podido hacer noche americana, oscurecer el día, disparar contra el sol y ganarle la partida
He podido hacer noche americana, oscurecer el día, disparar contra el sol y ganarle la partida. Gracias a los accesorios, o herramientas de modelado, como el OCF Softbox Octa que me ha acompañado todas las sesiones, (salvo cuando disparaba con el flash desnudo), la fotografía con flash es un juego. No he tenido la presión de crear, sino experimentar para ver hasta dónde podía llegar. Si la fotografía es difícil, iluminarla con flash requiere mucho tiempo hasta conseguir la más alta calidad. Pero con estos flashes, de verdad, se simplifica.
La opinión de Xataka Foto
Esta semana he tenido una sesión en la que he tenido que retratar a seis personas. He tenido que cruzar medio Madrid cargado hasta los dientes con cables y un flash de 500W que casi no entraba en la mochila más grande que tenía. Montarlo y desmontarlo con su octa ha sido una pesadilla. Sobre todo porque hace apenas una semana estaba probando el B10 Plus.
Como estaba acostumbrado, he disparado en Manual. Y me ha costado encontrar la mejor iluminación sin la ayuda de un asistente... (al final he optado por aprovechar las paredes blancas de los despachos). Todo ha salido bien, pero estoy seguro de que con el Profoto B10 Plus todo hubiera sido más rápido.
La calidad de la luz de Profoto parece una leyenda urbana, pero cuando comparas se nota la diferencia. No sabría decir qué es, pero noto la luz más limpia e uniforme. Hace tiempo hicimos una comparativa con el Profoto A1 y era otra historia. La luz está mejor repartida, desde luego. Igual es solo una sugestión, pero merece la pena pagar por ello.
Lo que sí es verdad, y no se puede discutir, es que la potencia, temperatura y calidad de luz es una constante disparo tras disparo. Desde el primero hasta el último. Todos son iguales. El uso de baterías es igual que conectar el equipo a la red. Nunca lo he visto en flashes alimentados por batería o pilas.
Todo esto supone un precio. Es un producto profesional con un precio alto. No es para aficionados, es para fotógrafos que puedan sacar beneficio económico con cada una de sus fotografías. Por ejemplo, un fotógrafo de estudio que quiera hacer sesiones en exteriores. Ya no necesita comprar equipos distintos. Puede utilizar el mismo flash en el interior y llevárselo a casa del cliente o al campo o a una boda en la que paguen lo suficiente.
Con este B10 Plus tienes por fin la posibilidad de sacar el estudio a la calle sin tener que llevar el coche lleno de cables, generadores y demás. Es muy pequeño en comparación con todo lo que permite. Y encima empieza a ser una marca de prestigio. Es como tener un Mac en el estudio o llegar al trabajo en un BMW. Todos sabemos que no es necesario pero el cliente te mirará de otra forma.
Muchos lectores se llevarán las manos a la cabeza por el precio, 1.999,00 €, pero no nos podemos olvidar que es un producto profesional, en el que se busca la durabilidad, la fiabilidad y la sencillez de manejo para ser más productivo. Esta es la clave de este B10 Plus. Lo mejor para los que quieran sacar rendimiento económico de su trabajo. Pero si lo pruebas, no lo podrás olvidar.
9.4
A favor
- Tamaño y peso
- Calidad de la luz
- Manejo sencillo
- Excelente rendimiento del modo TTL
En contra
- Los menús siguen en inglés
- Dependencia del servicio técnico
- La aplicación no es compatible con Android
- El Air Remote o el Profoto Connect no vienen de serie.
El flash ha sido cedido para el análisis por parte de Innovafoto Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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