Profoto es una de las marcas de iluminación que más modelos está presentando en los últimos años. Ha pasado de ser una marca casi desconocida para el gran público a tener algunos de los equipos más deseados por los fotógrafos. Uno de los grandes culpables de este cambio fue el Profoto A1, un flash de cámara que prometía una luz de estudio. Vamos a ver en el análisis si la nueva versión, el Profoto A1X sigue los mismos parámetros de calidad y fiabilidad.
Profoto lleva en el mercado desde 1968. Nació en Estocolmo de la mano de Conny Dufgran y Eckhard Heine. La idea era facilitar la mejor luz posible a los fotógrafos profesionales. Nunca han sido equipos económicos, porque están pensados para trabajar todos los días. Unos dicen que son equipos sobrevalorados; otros que valen lo que cuestan. Los detractores dicen que por el precio de un sueco puedes comprarte cuatro chinos. Los defensores, los que han podido probarlos, dicen que la fiabilidad de estos equipos son motivo suficiente para comprarlos.
En esta ocasión Profoto ha presentado la nueva versión del A1. Para ser sinceros han cambiado muy pocas cosas respecto al anterior. La más reseñable es que es compatible con la marca Sony. Por fin viene con una zapata dedicada para una de las marcas que más han subido en el escalafón. El A1 solo se aprovechaba al 100% con Canon y Nikon. El A1X lo es también con las populares cámaras sin espejo de Sony.
Es un flash de zapata pero alcanza toda su plenitud cuando se separa de la cámara y permite utilizarlo con la misma soltura que uno de estudio.
Es un flash de zapata pero alcanza toda su plenitud cuando se separa de la cámara y permite utilizarlo con la misma soltura que uno de estudio. Desde luego por tenerlo nuestras fotografías no van a ser mejores pero sí que nos facilita mucho más las cuestiones técnicas, además de la calidad y constancia de la luz.
Profoto A1X, características principales
En esencia, no ha cambiado nada. Sigue el mismo diseño que tanta polémica ha suscitado. Desde que no fue el primer flash de cámara con una ventana circular hasta que una marca china les ha copiado de arriba abajo sin miramientos. Pero si lo miramos con calma y nos fijamos en las especificaciones algún cambio importante.
Potencia máxima | 76 W |
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Rango de potencias (incluido HSS) | 9 pasos (2.0-10) |
Luz de modelado | LED integrada en la antorcha |
Tiempo de reciclado | 0.05-1.0s |
Conectividad | Receptor y control remoto AirTTL integrado (300 m) Con TTL y HSS alcanza 100 m |
Alimentación | Batería Li-Ion recargable e intercambiable. Hasta 450 flashes a plena potencia |
Modos de flash | TTL/MAN |
Zoom | Zoom motorizado integrado con control manual |
Compatibilidad | Canon, Nikon y Sony |
Tamaño | 108 × 75 × 165 mm |
Peso | 560 g (batería incluida) |
Precio | 888,43€ (+IVA) o 971,07€ (+ IVA) con Profoto Connect |
Lo más llamativo es la compatibilidad total con los equipos Sony, como hemos señalado más arriba. Y cómo han conseguido aumentar el número de disparos con una sola carga a 450 disparos. Eso si disparamos a plena potencia. Con bajar solo un punto de la potencia tendremos el doble, 900 disparos con una batería que se carga en un poco menos de dos horas. Y con el mismo tamaño final.
También es reseñable el tiempo de carga a plena potencia entre disparos. Ha bajado a solo 1 sg frente a los 1,2 del modelo anterior. Esto nos hace temer que pueda calentarse con más facilidad pero durante las pruebas el resultado ha sido exactamente igual que con el A1.
Diseño y ergonomía
El A1X no ha cambiado ni en peso ni en tamaño. Es exactamente el mismo cuerpo tipo cobra con el cabezal redondo. Sí que hay cambios en la interfaz que desgraciadamente sigue siendo solo en inglés. Ahora es más sencilla todavía. La botonera es igual, solo que esta vez no tenemos nada serigrafiado. Nos tenemos que basar en la intuición.
El botón izquierdo sirve para encender y la rueda central para activar el funcionamiento. Con el botón central de dicha rueda podemos acceder a la configuración del equipo que brilla por lo espartana que es. Y aunque no se domine el inglés cualquiera que haya utilizado equipos profesionales podrá elegir la opción que más le convenga.
En la parte izquierda del cuerpo tenemos el interruptor TTL/Manual, uno de los talones de Aquiles del modelo anterior. Podemos decir que es un poco más duro que el anterior, por lo que no es tan fácil cambiar los modos de forma accidental. Sería mejor otra solución pero por ahora es lo que tenemos.
En las nuevas cámaras sin espejo puede resultar un poco voluminoso, como pasa con otros modelos como el Canon 600 EX-RT o el Nikon SB900, dos de los flashes que pueden ser de la misma liga. Pero es cuestión de acostumbrarse. En este sentido resulta más compensado el Nissin i60, mucho más compacto.
En la cámara el sorprendente Profoto Connect (por su compacidad y duración de la batería) y con el flash suelto he ido buscando iluminaciones distintas, sin ser esclavo de trípodes y demás
El Profoto A1X se puede llevar perfectamente en la mano. Y cabe, un poco justo, en el bolsillo de un pantalón vaquero holgado. Y como más lo he usado en esta ocasión es así, en la mano. En la cámara el sorprendente Profoto Connect (por su compacidad y duración de la batería) y con el flash suelto he ido buscando iluminaciones distintas, sin ser esclavo de trípodes y demás. No habré conseguido el mejor resultado pero no podéis imaginar lo que me he divertido y aprendido cambiando la luz de sitio en apenas unos segundos.
Trabajar con el Profoto A1X
Es muy sencillo de manejar. Solo hay que encenderlo, colocar el mando en TTL y empezar a disparar. Realmente hay que ajustar más cosas en la propia cámara que en el flash para que las fotografías empiecen a salir bien iluminadas. Tal es la facilidad de uso. Esto no quiere decir que las fotografías salgan solas. Simplemente es más sencillo ponerse a trabajar y conseguir buenos disparos. Y que nos podemos olvidar, si queremos, del clásico modo Manual.
He probado el flash en distintas situaciones, desde puros retratos a juegos visuales con más o menos acierto. En el 99% de las ocasiones la fotografía estaba perfectamente expuesta. Otra cosa es que dijera algo (pero esto es culpa solo del fotógrafo). La única precaución que hay que tener -y no estoy seguro de que no sea culpa mía- es que no se puede trabajar con ISO automático en la cámara.
Para aprovechar la compacidad del equipo, siempre he trabajado con el flash desnudo. Además es la única forma de disfrutar al 100% ese cabezal redondo que tan bien difunde la luz. Me imagino que los flashes de la competencia con semejante forma seguirán la misma estela. Donde esté un cabezal redondo, que se quite todo lo demás... Por algo los flashes de estudio son así.
Lo que más me ha llamado la atención, y esta es la virtud de Profoto, es que disparo tras disparo, la temperatura de color no cambiaba. Fotografía tras fotografía, aunque disparara en ráfaga, los archivos eran perfectos. Esto solo se consigue con equipos profesionales que valen lo que cuestan.
La opinión de Xataka Foto
El flash Profoto A1X cuesta 888,43€ (+IVA). Y sería un error comprárselo sin el Air Remote o el Connect. De hecho, si no tenemos estos disparadores remotos, la compra más lógica es el kit en el que viene con el más pequeño. Es la compra más acertada. Así conseguimos sacar el 100 % de rendimiento de este flash. En realidad de cualquiera. Es cómodo llevarlo encima de la cámara pero no es la mejor opción.
¿Merece la pena la nueva versión? Solo si tenemos una cámara Sony. Es verdad que podemos hacer más disparos y que se recarga más rápido pero no podemos olvidar que el Profoto A1 lo podemos comprar ahora por 770 €, y con ese precio no tiene competencia. Es idéntico en todo lo demás, desde la potencia hasta la facilidad de uso. La pantalla no será la misma que la del B10 plus, pero la luz y la fiabilidad (¿cuántas veces he repetido esta palabra en este artículo?) son las mismas.
Vuelvo a repetir, porque esta marca levanta también grandes pasiones en contra, que es un flash profesional. Que merece la pena comprarlo si lo tenemos que usar todos los días o trabajamos en el mundo de las bodas, bautizos y comuniones. Si solo lo vamos a usar en las fiestas de guardar no tiene sentido, salvo si sabes apreciar lo bueno, como un buen reloj de pulsera o un buen vino fuera de las denominaciones de origen.
Hay más opciones mucho más económicas en el mercado, como los ya mencionados Godox o Nissin. Al final todo depende de nosotros. De nuestro trabajo y necesidades. También de nuestra cartera, la mejor consejera. Mi abuela siempre decía que lo barato sale caro. Puede que al final estemos pagando la marca.
Pero con este Profoto tan pequeño es la primera vez que he conseguido que todos los disparos sean perfectos desde un punto de vista técnico. Nuestras fotos seguirán siendo igual de malas o de buenas, pero tenemos la seguridad de que nunca podremos echar la culpa al flash. Es lo que tiene comprar equipo profesional. Y nos guste o no, lo bueno es caro en la mayoría de las ocasiones.
9.4
A favor
- Tamaño y peso
- Calidad de la luz sin modificadores
- Manejo sencillo e intuitivo
En contra
- Menús en inglés
- Dependencia del servicio técnico
- Para muchos usuarios el precio es excesivo en comparación con el A1
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