Resistente al agua, el polvo y las bajas temperaturas y con algunas características novedosas como el primer sistema AF híbrido de Pentax y un sensor sin filtro de paso bajo hacen pensar que la Pentax K-70 podría ser un modelo de gama alta. Pero no, se trata de una cámara para el usuario medio que nos llega con un montón de características y dispuesta a someterse a nuestras pruebas.
Y es que hace tiempo que Pentax, un clásico del mercado fotográfico tradicional, lucha por destacar en el mundo digital ofreciendo cámaras muy bien dotadas, con precios competitivos y características adicionales que los dos grandes suelen ser reacios a montar. Así, aunque esta K-70 se presenta como la réflex para la fotografía al aire libre, lo cierto es que ya hace tiempo que Pentax se ha especializado en ofrecer cámaras resistentes a los elementos.
De hecho, prácticamente todas las DSLR actuales de Pentax están selladas contra el polvo y las salpicaduras, incluyendo tanto la K-50 que sería su antecesora más estricta, como la K-S2, que estaría situada en una gama inferior. En la lista de referentes además habría que citar la Pentax K-3 II, que hasta la llegada de la reciente full frame K-1 era el buque insignia de Pentax en el mercado réflex, y de la que hereda algunas características como el sensor sin filtro de paso bajo y el Pixel Shift Resolution System (del que hablamos más adelante).
Por tanto, situada dentro del catálogo, podemos concluir esta introducción diciendo que es una réflex para un usuario medio pero que ofrece características que le sitúan un poco por arriba de lo que suelen ofrecer las cámaras de esta gama de modelos. Otra cosa es qué tal se porta sobre el terreno, lo cual vamos a ver más adelante, aunque antes os ofrecemos la tradicional tabla de especificaciones.
Especificaciones técnicas
Sensor | CMOS de 24,24 Mp efectivos con filtro de color primario y simulador de filtro AA |
Objetivo del kit | SMC Pentax DA 18-135 mm 1:3.5-5.6 ED AL (IF) DC WR |
Visor | Pentaprisma con ampliación de 0.95x aprox y campo visión 100% |
Resolución máxima foto/ vídeo | Foto: 6000 x 4000 en formato JPEG y RAW PEF/DNG de 14 bits/ Vídeo: Full HD 1920 x 1080 píxeles a 60i en formato MPEG-4 AVC/H.264 (MOV) |
Estabilizador | Desplazamiento del sensor de imagen en 5 ejes |
Enfoque | Por visor: TTL autoenfoque por detección de fase y 11 puntos de enfoque/ En Liveview: TTL vía sensor CMOS con AF Híbrido |
Pantalla | LCD de 3” con 921K puntos y ángulo variable |
Modo de disparo en ráfaga | 6 fps a máxima resolución y hasta 40 fotos en JPEG/ 10 en formato RAW |
Sensibilidad ISO | 100 a 102.400 |
Velocidad obturación | 30 - 1/6.000 segundos más modo Bulb |
Sistema de exposición | Medición TTL apertura abierta en 77 segmentos, ponderada al centro y puntual |
Conectividad | Salidas USB 2.0 y HDMI y Wifi IEEE 802.11b/g/n |
Dimensiones y peso | 125 x 74 x 93 mm y 628 gramos (sólo cuerpo) |
Precio | 999 euros |
Construcción y ergonomía
Para nuestra prueba, la marca nos facilitó el kit de la cámara más el objetivo 18-135 mm WR, que no sólo tiene un recorrido focal bastante versátil sino que está sellado contra los elementos, lo que le convierte en un complemento perfecto de la cámara. Como podéis ver en las fotos, su tamaño es adecuado para formar una buena pareja con ella.
Eso sí, su peso (según nuestras mediciones) es de algo más de 400 gramos, lo que unido a los 600 y pico del cuerpo den un conjunto que supera en algo más de cien gramos el kilo de peso. Una cifra que no está mal para una réflex “de las de toda la vida”, aunque desde luego no es que sea liviano si la comparamos con cualquier sin espejo.
Lo cierto es que, aunque sea de una gama inferior, las dimensiones de su cuerpo son muy similares a las de la K-3 II y resulta contundente por su grosor. Comparándola con la K-50 la nueva cámara ha perdido altura y anchura pero su profundidad ha crecido dos centímetros y medio y eso ha repercutido también en un peso mayor.
Así, la sensación al cogerla es la de una cámara contundente, con un peso considerable y un buen agarre. De hecho la empuñadura es generosa y permite colocar bien los dedos e incluso agarrarla sólo con la mano derecha cuando sea necesario. Esta zona es casi la única recubierta de material tipo goma mientras que el resto es plástico de buen tacto y calidad. Por cierto nada que reprochar al acabado de las tapas de los compartimentos de la tarjeta o la batería o al ajuste de botones y demás.
Respecto a los controles, en la parte superior encontramos la rueda de modos, algunos botones de control directo (incluyendo uno personalizable y el botón verde típico de Pentax) y el disparador rodeado por la clásica rueda de encendido/apagado que en este caso tiene además una tercera posición.
Esto es algo que ya hemos visto en otras Pentax pero con otra función porque, en este caso, lo que hace es poner la K-70 en modo de vídeo. Para diferenciar el modo en el que estemos, un led luminoso alrededor del botón de disparo se encenderá en color verde cuando encendamos la cámara y la dejemos en modo foto, y será de color rojo cuando esté en modo vídeo. Nos puede gustar más o menos pero, desde luego, es original y, aunque al principio nos puede hacer confundirnos, con la práctica no debería dar problemas.
Lo que no encontramos en la parte superior de la cámara es la típica pantalla de información secundaria que sí suelen tener los modelos más avanzados, dejando la info de la toma para la LCD principal. Esta tiene las tres pulgadas que ya se han convertido en estándar en la mayoría de cámaras del mercado y es de ángulo variable, aunque para ello haya que separarla bastante del cuerpo de la cámara. Lo que no tiene es capacidad táctil, algo que a estas alturas empieza a resultar un poco anacrónico.
Por lo demás, encontramos los botones más o menos clásicos pero algo justos: dos ruedas de control, un botón para activar el modo Live View y otro típico de Pentax en la parte lateral izquierda, sobre el selector de AF/ MF, denominado Raw/ Fx1 y que, siendo configurable, está pensado para activar momentáneamente la toma de fotos en formato crudo. Se nota, en definitiva, que no es un modelo de gama alta y por eso, aunque sea de un tamaño similar, no tiene ninguna rueda para seleccionar directamente cosas tan útiles como el modo de medición de la luz, o el de selección del modo AF.
Por último, el visor es el típico de una réflex de formato APS-C como es la K-70 . Algo estrecho para los que aprendimos con una cámara de formato full frame (de película, claro) pero suficientemente luminoso y con la típica franja inferior con la información básica de la toma.
Manejo y sistema de enfoque
En la mano, como decimos, la cámara se ajusta bien aunque a la hora de usarla cuesta un poco acostumbrarse al manejo y sobre todo se hace complicado cambiar los ajustes sin apartar la vista del visor, más allá del diafragma y la velocidad. Por ejemplo, algo tan sencillo como el valor ISO tiene un botón de acceso directo pero éste no es el típico que pulsas y con la rueda seleccionas el valor deseado, sino que da acceso a un submenú donde elegir si queremos fijar un valor concreto o decidir un abanico entre el cual la cámara se ajuste automáticamente.
Bien es cierto que la cámara tiene un modo (exclusivo de Pentax) de prioridad a la sensibilidad en el que, de forma similar a los típicos de prioridad a la abertura/ velocidad, nosotros ajustamos la sensibilidad y la cámara elige los otros parámetros, pero si no queremos usar este modo ajustar el ISO sin apartar el ojo del visor resulta complicado.
Algo similar ocurre con otros controles, como el que activa el modo WiFi o permite que podamos seleccionar los puntos de enfoque, en el que en vez de pulsar para activar (que sería lo suyo), hay que mantener pulsado el botón, lo que complica un poco el manejo y hace que la curva de aprendizaje sea más empinada que en otras réflex.
Sus controles están pensados para adaptarse al gusto del consumidor, así que al tiempo que exige aprendizaje a cambio ofrece posibilidades de customización
Por el lado positivo, sus controles están pensados para adaptarse al gusto del consumidor. Es decir, es una cámara que se puede personalizar de forma bastante amplia para que el usuario se sienta a gusto con unos controles personalizados. Es decir, exige aprendizaje pero a cambio ofrece customización, lo que dependiendo del tipo de usuario interesado debería ser un factor a tener en cuenta.
Por lo que toca al enfoque, como decíamos la K-70 monta un sistema híbrido por primera vez en Pentax. La cuestión está en que la forma de enfocar es distinta dependiendo de si usamos el visor o si utilizamos la pantalla en modo Live View. Así, con el visor seguimos teniendo el sistema AF por detección de fase típico de las réflex (con 11 puntos de enfoque) mientras que con la LCD pasamos a un sistema híbrido que permite una personalización bastante extensa, y un pelín complicada, sobre la forma y el modo de enfocar (con seguimiento de sujetos, caras, etc).
En la práctica, si uno se compra una réflex lo normal es encuadrar y enfocar a través del visor con lo que esta característica resulta un poco superflua. Ciertamente sí es verdad que a través de la LCD el enfoque es bastante más rápido que con otras réflex que hemos probado, pero lo que de verdad importa es el enfoque vía visor. Y en este sentido lo cierto es que éste nos ha parecido rápido y preciso para tratarse de una cámara del segmento medio.
Desde luego no puede competir con cámaras del segmento profesional ni está pensada para fotografía deportiva o similar, pero en nuestras pruebas se comportó de forma muy aceptable. Y el hecho de que vía monitor ofrezca un tipo de enfoque más preciso y personalizable no deja de ser un añadido que se agradece.
Además, al poder girar la pantalla LCD con bastante libertad se pueden tomar fotos y vídeos desde perspectivas complicadas (incluida la ya casi inevitable opción selfie). Por otro lado, la pantalla ofrece un amplio rango de visión y una buena calidad visual. Incluso quizá demasiado buena ya que a la hora de revisar las tomas realizadas nos parece que lo que vemos no se corresponde demasiado con lo que luego observamos en un monitor.
Al revisar las imágenes, el ruido apenas se aprecia incluso ampliando al máximo, muy probablemente porque lo que vemos es una JPEG muy procesado
Concretamente, el ruido de las imágenes apenas se aprecia ni siquiera a pesar de que permite una gran ampliación de las fotos. La explicación muy probablemente no es otra que lo que vemos en la pantalla es una imagen JPEG procesada para eliminar el ruido (principalmente el de crominancia), algo similar a lo que ocurre con las fotos de los móviles.
Por último, en el tema del manejo hay que hablar de la conectividad inalámbrica que corre a cargo del WiFi incluido de serie y que, a través de una app dedicada, permite conectar la K-70 a smartphones y tablets. Lo cierto es que la conexión se realiza de forma aceptable (podría ser más sencillo pero bueno) y que la app permite acceder a la cámara para controlar las tomas o acceder a las fotos.
En el primer caso hay que decir que la aplicación ofrece el control de muchos parámetros si lo que queremos es disparar remotamente, por lo que nos ha gustado bastante. En el segundo, si nuestra intención es sólo ver las fotos que hemos hecho con la cámara y/o pasarlas al móvil tanto la interfaz como el funcionamiento general nos ha parecido mejorable.
Otras características
Abrimos un apartado distinto para comentaros algunas de las características “especiales” que ofrece la Pentax K-70 y que sin duda merecen ser mencionadas. De entre ellos quizá el más destacado es el sistema Pixel Shift Resolution, que aprovecha el sistema de estabilización de imagen (que hace bien su trabajo) para ofrecer fotografías con mayor resolución. La manera de lograrlo es tomar cuatro imágenes diferentes en la misma toma desplazando el sensor un píxel en cada una de ellas (para obtener los datos de color RGB y de brillo para cada píxel) y combinarlas a posteriori.
La mecánica (para la que, por supuesto, hace falta un trípode) parece interesante pero ¿realmente se nota? Pues lo cierto es que sí, y bastante, aunque depende de la toma en cuestión (nosotros hicimos varias pruebas en diferentes condiciones y con diferentes motivos). Aunque en todos los casos vimos que la imagen “tuneada” presenta un mayor contraste en general, el nivel de definición sí que mejoró claramente en algunas tomas (ver ejemplo de la corteza del árbol que tenéis arriba) y apenas en otras. Incluso en algunas (ver foto debajo) hay bastante diferencias entre zonas que apenas sufren variación (el fondo) y otras que sí mejoran claramente (la zona de los ladrillos).
En cualquier caso se trata de otra característica que es muy de agradecer para una cámara de este segmento y que sin duda puede ser muy aprovechable. Como la denominada Astro Racer, que permite realizar un seguimiento automático de los cuerpos celestes, aunque para ello requiere de un módulo GPS que se vende aparte. Si nos interesa el tema, hay que saber que la K-70 es capaz de mover el sensor de imagen de forma sincronizada al movimiento terrestre para capturar los cuerpos celestes sin estelas. Otra característica quizá puntual pero sin duda valiosa para usuarios interesados en este tipo de tomas.
También hay que mencionar el sistema de simulación del filtro AA. Como decíamos al principio, el sensor de la Pentax K-70 no lleva delante el tradicional filtro de paso bajo que se coloca para evitar el efecto moiré pero sí que utiliza un sistema por software para simular el trabajo de este filtro. Y aunque en nuestras pruebas generales no sufrimos problemas de este tipo, por supuesto nosotros lo testeamos.
El resultado es que corregir un posible moiré no es sencillo ya que el sistema tiene varias opciones y el manual apenas explica en qué consisten, por lo que en la práctica sólo servirá en situaciones muy controladas (aunque, una vez más, es otro añadido que puede ser muy útil).
Por último podemos mencionar otras opciones incluidas en la cámara como el modo HDR, que permite capturar imágenes de alto rango dinámico a base de combinar tres tomas (y que en la prueba que hicimos nos devolvió una imagen demasiado irreal), el disparo a intervalos, las exposiciones múltiples, el nivel digital o la buena cantidad de filtros digitales incluidos así como los modos de imagen personalizados para distintas situaciones. En definitiva, una cámara muy, muy completa.
Rendimiento y calidad de imagen
Claro que todo esto no serviría de mucho si el funcionamiento y la calidad de imagen no están a la altura de lo que se espera de la cámara. Del enfoque ya hemos hablado y de la velocidad de funcionamiento general hay que decir que sí es la esperada, no siendo especialmente rápida pero aprobando sin problemas.
Respecto a la velocidad de disparo, la ráfaga declarada es de seis imágenes por segundo. Una cifra que no está nada mal para la gama media y que, según nuestras pruebas, puede cumplir sin problemas siempre que disparemos en JPEG. Si lo hacemos en RAW la cosa cambia, pero sobre todo lo que más se nota es la diferencia entre la cantidad de imágenes que es capaz de grabar al tiempo. Mientras que en JPEG se muestra bastante ágil (según el fabricante puede llegar a las 40 fotos) con el formato en crudo pronto se bloquea y nos recuerda que no estamos jugando en la liga principal (osea, en la gama alta) y que almacenar archivos que rondan los 30 Mbytes (en formato DNG) requiere de su tiempo.
Por lo que toca a la calidad de imagen, los archivos resultantes sin ningún tipo de retoque resultan un poco blandas y con colores algo apagados. Así, rápidamente queda claro que la cámara está hecha para disparar en RAW y luego procesar, o bien para hacer uso de algunos de los muchos modos que la K-70 ofrece para mejorar los resultados de las imágenes a nivel de contraste, color, nitidez, etc. Modos que seguramente funcionen bien pero que requerirán de un aprendizaje y pruebas que no nos parece que tengan mucho sentido.
Lo mejor es usar el formato RAW para aprovechar un sensor con un buen nivel de detalle, amplio rango dinámico y bajo nivel de ruido en sensibilidades sobre 3200 ISO
Lo suyo es utilizar el formato en crudo para aprovechar las cualidades de un sensor que ofrece un buen nivel de detalle, un amplio rango dinámico y un bajo nivel de ruido en sensibilidades relativamente altas, siempre teniendo en cuenta el segmento en el que nos movemos.
Decimos relativamente teniendo en cuenta que desde Pentax se publicita su capacidad de llegar hasta los 102.400 ISO, un valor que nos parece absurdo para una cámara APS-C de gama media. Como era de esperar, disparar a esas sensibilidades es un disparate así que mejor nos fijamos en niveles más terrenales, en el entorno de los 1600-3200 ISO, los que la K-70 se mueve con soltura. Pasando de ahí las imágenes son aprovechables pero el ruido ya empieza a ser un problema.
En el caso del rango dinámico, parece un sensor que acepta bien la subexposición. De hecho, permite recuperar muy bien zonas de sombra completamente oscuras, aunque sea a costa de aumentar el ruido en esas partes subexpuestas (pero en niveles aceptables).
Respecto al nivel de detalle, viendo las pruebas queda claro que el objetivo de serie del kit probado no es la mejor opción, por muy WR que sea. Resulta versátil pero, como era de esperar, no deja de ser un objetivo de kit con lo que la nitidez que es capaz de ofrecer no es la mejor y su rendimiento en las esquinas baja bastante (sobre todo en la focal más larga).
Y terminamos hablando del vídeo, al que apenas le hemos dedicado alguna línea. Y es que en este caso la cámara destaca más que cualquier otra cosa por una carencia: la de resolución 4K. Las grabaciones son muy estables y ha mejorado respecto a sus hermanas de gama ya que es la primera Pentax que tiene la habilidad de realizar enfoque continuo en modo Live View. Esto mejora la experiencia del usuario que quiera grabar vídeos con la cámara, pero la ausencia de la ultra alta definición hace que Pentax sigue por detrás de la competencia en este terreno. Si bien es cierto que no es una característica que debería echar para atrás a un comprador medio, esta posibilidad ya casi se ha convertido en un estándar que busca quien quiera una réflex para usarla como videocámara.
Imágenes a resolución completa | Pentax K70 en Flickr
Pentax K-70, la opinión de Xataka Foto
Resumiendo, estamos ante una cámara atractiva que, siendo de gama media, ofrece un montón de características más propias de cámaras de un segmento superior. Empezando por un cuerpo sellado contra el polvo, el agua y las inclemencias del tiempo y acabando con una característica tan específica para la astrofotografía como es la función Astro Racer.
Del mismo modo, no es una cámara diseñada para un usuario principiante, sino más bien para uno avanzado que busque un modelo con muchas posibilidades y al tiempo que sea capaz de “domar” la Pentax K-70 para tener opciones de aprovechar todo lo que puede llegar a ofrecer.
Y todo ello a un precio que podemos considerar competitivo (el cuerpo sólo, sin objetivos, cuesta 699 euros) teniendo en cuenta todo lo que ofrece. Esto es un poco la principal arma de batalla de Pentax para destacar en el mercado: ofrecer productos mejor dotados que la competencia a nivel de características y a precios similares o ligeramente más bajos.
Eso sí, si nos dan igual todas esas características añadidas quizá su precio resulte elevado dentro de la gama media. Sobre todo si nos fijamos en el precio del kit que se pone en unos redondos mil euros, cifra por la que ya es posible encontrar muchas opciones en el mercado.
La nota de la Pentax K70 en Xataka Foto
7.7
A favor
- Cuerpo sellado y robusto
- Características adicionales
- Calidad de imagen y control del ruido
En contra
- Manejo exigente
- Sin vídeo en formato 4K
- Sin LCD táctil
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