No lo decimos nosotros, lo dijo la propia Ricoh (propietaria de Pentax) hace tiempo, cuando esta Pentax K-3 III que ahora probamos aún no estaba ni anunciada. Por tanto, la que es su nuevo buque insignia dentro de su gama de cámaras APS-C, debería ser la cámara que nos vuelva a hacer creer que las réflex siguen siendo las reinas ¿lo conseguirá?
Fuera "bromas", lo cierto es que el lanzamiento de este modelo llega en un escenario a contracorriente, cuando las dos grandes del mercado réflex se baten en retirada con los números ya claramente diciendo que las sin espejo son las dominadoras del mercado. Sin embargo, sea por convencimiento o por estrategia, Pentax sigue creyendo en las DSLR y pone sobre la mesa este modelo para demostrar que este tipo de cámaras aún tienen mucho que decir.
La Pentax K-3 III llega en un momento en el que las réflex se baten en retirada frente a las modernas mirrorless
Anunciada hace casi dos años, su lanzamiento se fue alargando en el tiempo mientras la marca japonesa iba revelando algunos detalles, insistiendo en las ventajas del sistema réflex y prometiendo un sensor "completamente nuevo" con una sensibilidad máxima de 1.600.000 ISO (sí, un millón seiscientos mil, no es un error) y mejoras en la tarea del procesado de información para poder disparar 12 fotos por segundo y grabar (por primera vez en la casa) vídeo en resolución 4K.
Claro que seguramente lo que más llamó la atención de los pentaxeros son otras dos características: su nuevo visor, que promete explotar al máximo una de las principales señas de identidad de las DSLR; y el nuevo sistema AF de detección de fase con 101 puntos, 25 de ellos en cruz, que promete un gran avance en un campo en el que la marca lleva flojeando hace bastantes años.
Vamos a ver si todas estas promesas se han cumplido o no, pero antes repasemos la tradicional tabla de especificaciones:
Especificaciones técnicas de la Pentax K-3 III
Sensor | CMOS de 25,73 Mpíxeles APS-C (23 x 15.5 mm) AA |
Visor | Pentaprisma con ampliación de 1.05x aprox y 100% campo visión |
Resolución máxima foto/ vídeo | Foto: 6192 x 4128 en JPEG y RAW PEF/DNG de 14 bits/ Vídeo: 4K 3840x2160, 30p/24p en formato MPEG-4 AVC/H.264 (MOV) |
Estabilizador | Desplazamiento del sensor de imagen en 5 ejes |
Enfoque | Sensor SAFOX 13 con 101 puntos AF (25 en cruz) y tecnología Phase-matching |
Pantalla | LCD de 3,2” con 1.620K puntos y sin articulación |
Modo de disparo en ráfaga | 12 fps a máxima resolución y hasta 37 fotos en JPEG/ 32 en RAW |
Conectividad inalámbrica | WiFi IEEE 802.11b/g/n y Bluetooth v4.2 |
Autonomía | 800 fotos aprox y 250 minutos de vídeo |
Dimensiones y peso | 134,5 x 103,5 x 73,5 mm y 820 gramos (con batería y tarjeta) |
Precio (solo cuerpo) |
Cuerpo cámara Pentax K-3 Mark III, Negro
Diseño y ergonomía
Comenzamos ya a contaros nuestras impresiones sobre la cámara y, como siempre, lo primero es el aspecto físico y sus consecuencias a la hora de coger la cámara. Del diseño no hay mucho que decir salvo lo que ya sabíamos desde que se desveló su aspecto: sigue fielmente las líneas conocidas en las reflex de la casa y, en particular, el diseño que viene de la Pentax K-3 original, que es de hace ocho años, y que a su vez derivaba del de la K5 y, aún antes, de la K7, esta última con doce años a sus espaldas.
¿Significa esto que el diseño está anticuado? Ni mucho menos (desde nuestro punto de vista). Puede gustar más o menos, pero desde luego su aspecto es el de una clásica réflex y su diseño contribuye a ofrecer una excelente ergonomía que se ha ido mejorando con los años. Además, mantiene la idea de ofrecer una cámara de altas prestaciones en un tamaño relativamente comedido, aunque es cierto que su cuerpo resulta contundente.
Es una cámara bastante grande y contundente, con un grip generoso que aporta una gran autonomía
La Pentax K-3 III es una cámara para amantes de las réflex, a los que les gusta coger un cuerpo de buenas dimensiones y peso, que se note firme y seguro y dé confianza gracias a una empuñadura de buen tamaño. Quizá es un poco más gruesa que sus hermanas de sensor APS-C, lo que hace que haya que abrir bien la mano para agarrarla y puede ser un poco incómodo para quienes tengan manos un poco pequeñas.
Por supuesto también es relativamente pesada, porque su cuerpo llega a 820 gramos y con el SMC Pentax 18-135 mm f3.5-5.6 que nos prestaron para la prueba alcanza el kilo y 240 gramos. Pero hay que pensar que hablamos de una cámara réflex, y si la comparamos con posibles rivales no se tratan de unas dimensiones nada exageradas.
En cuanto a los controles, ante la opción de construir un cuerpo con más o menos botones, Pentax apuesta por el "más es mejor", y ha dotado a la K-3 III de un montón de ellos, con abundantes botones de acceso directo, cinco ruedas y también el típico joystick para manejar el punto de enfoque. Un elemento que ya hemos visto en muchas cámaras de otras marcas pero aún no había aterrizado en ninguna Pentax.
A destacar los controles situados en la parte delantera izquierda, junto a la montura, y donde normalmente muchas marcas sitúan solo el selector de enfoque. Aquí no sólo hay un conmutador de AF/MF sino hasta tres botones más. No es algo novedoso porque ya los modelos anteriores tenían botones similares, pero es algo que no habíamos probado hasta ahora y lo cierto es que resulta muy útil.
Por supuesto también encontramos el botón verde típico de Pentax y, como ha venido siendo habitual desde hace mucho, todos los controles son personalizables de tal manera que siempre podamos tener acceso directo a las funciones que más usemos.
Múltiples botones de acceso directo personalizables, cinco ruedas y un joystick para el punto AF; sin duda, no se le puede pedir más en cuanto a controles
En cuanto a las ruedas, decimos que tiene cinco aunque una de ellas, situada en la parte superior derecha pegada a la mocheta del visor, sea bastante pequeña y esté destinada en exclusiva a seleccionar si queremos disparar mirando por el visor, a hacerlo por la pantalla o a grabar vídeo.
Luego está la típica rueda de modos que está situada a la zona superior izquierda y tiene un mecanismo doble de bloqueo (que nos parece un pelín exagerado). Además también tenemos una rueda situada en la parte superior derecha, que no viene serigrafiada, y denominan Smart Function y sirve (como su nombre indica) para ajustar funciones inteligentes. Finalmente están las típicas ruedas delantera y trasera que suelen tener todas las Pentax, sirven para manejar velocidad y diafragma y son ideales para quien esté aprendiendo fotografía.
Por supuesto hay que hablar también de la LCD trasera porque es uno de los aspectos más controvertidos del nuevo modelo. Porque sí, tal y como se ve en las fotos, es una pantalla totalmente fija, sin articulación de ningún tipo (aunque sí es táctil). Una decisión de diseño que parece arriesgada en los tiempos que corren, donde cualquier cámara que se precie (no sólo las sin espejo) tiene una LCD trasera con algún tipo de articulación (porque resulta muy útil, por cierto).
La ausencia de una pantalla abatible en algún grado llama la atención y supone un punto flaco en la cámara
Por supuesto ignoramos si esta decisión tiene que ver con la necesidad de recortes (ya sea de peso o de componentes que subieran el precio) o simplemente a que los ingenieros de la marca les pareció que era algo poco útil. Lo que sí es que esta característica ya nos avisa de que la cámara no está muy pensada para la grabación de vídeo, campo en el que sí se suele incluir una pantalla versátil; y eso que estamos ante la primera Pentax que graba en 4K (pero de eso hablamos más adelante).
En cualquier caso, a nosotros nos parece una ausencia importante, que también se echa de menos a la hora de hacer fotos ya que resulta muy útil, por ejemplo, cuando queremos disparar con la cámara levantanda en alto por nuestros brazos o cuando intentamos disparar a nivel de suelo.
Por lo demás, dejar constancia de un excelente acabado y de, como decíamos, un cuerpo contundente que da la sensación de estar construido para resistir muchos años y a casi cualquier circunstancia ya que está sellado contra el polvo, la lluvia y demas y, por cierto, incluye doble ranura para tarjetas de memoria.
Manejo y rendimiento
Llega el momento de hablar de las primeras sensaciones tras encender la cámara, mirar por el visor y probar el enfoque. Claro que estos dos últimos puntos han sido tan clave en esta cámara que los dejamos para el siguiente epígrafe. Ahora hablemos del manejo en sí de la cámara a través de los distintos controles que hemos descrito anteriormente.
La abundancia de botones puede hacer que nos sintamos un poco perdidos al principio a menos que ya tengamos experiencia con una réflex Pentax. Hay algún cambio respecto a modelos anteriores, como el botón de reproducir las fotos que normalmente estaba en la parte izquierda; pero aún así, si hemos utilizado alguna antes será fácil sentirnos como en casa muy rápidamente. Es cierto que tantos botones de acceso directo puede que al final tengan poco uso, pero desde luego entre tenerlos o no, apostamos por lo primero sin duda.
Luego hay pequeñas cosas que podrían mejorarse como que no se pueda usar el joystick para movernos por los menús (al menos nosotros no hemos sabido cómo hacerlo), pero son cosas con poca importancia. Por cierto ya que hemos hablado de los menús, se han renovado respecto a los modelos anteriores y ofrecen un buen aspecto, siendo relativamente sencillo movernos por ellos. Y si decimos "relativamente" es únicamente porque la cantidad de opciones disponibles es muy, muy alta, teniendo en cuenta que estamos ante una cámara muy completa, con multitud de funciones, y muy personalizable.
La velocidad de disparo es elevada e incluso se puede emplear el formato RAW sin que se resienta (salvo por la cantidad de fotos que se pueden hacer)
Por lo que toca al rendimiento, otra de las novedades de la cámara era su nuevo procesador Prime V y una Accelerator Unit II diseñados para ofrecer mayor velocidad de procesado de imágenes. Y lo cierto es que se nota, y bastante, sobre todo cuando nos ponemos a disparar en ráfaga porque la velocidad de disparo es otra de las grandes virtudes de la cámara y donde se nota la evolución lograda.
El dato ya en crudo, 12 fotos por segundo, de por sí ya está bastante bien para una réflex. Para probar su capacidad, alternamos ráfagas realizadas disparando en formato RAW+JPEG de alta calidad (que es como hacemos las fotos por defecto) y sólo en JPEG, entendiendo que de esta segunda manera la cámara sería más rápida; por eso, nos llamó la atención que prácticamente no hubiera diferencia y que la experiencia fuese muy similar.
Es cierto que si disparamos de la primera forma podremos hacer bastantes menos fotos (unas 38 llegamos a hacer nosotros) mientras que en JPEG aguanta aproximadamente el doble (hasta 78 fotos en nuestras pruebas) en agotar el buffer. Pero la velocidad de disparo es la misma, y sólo se nota una bajada de velocidad cuando dejamos el enfoque en continuo, momento en el que la ráfaga pasa a ser mucho menor.
Esto deja bastante claro que, a pesar de los avances en el campo del enfoque, esta cámara no está pensada para fotografía deportiva. A pesar de ello puede defenderse, como lo demuestran estas secuencias animadas que adjuntamos realizadas a partir de ráfagas de fotos. El de arriba está realizado con una ráfaga hecha en RAW+JPEG, mientras que el de abajo está hecho en formato JPEG exclusivamente. El resultado son unas secuencias bastante decentes, en las que el enfoque se comportó bastante bien, aunque hay que decir que no en todas las pruebas logramos mantener a foco al sujeto en movimiento.
Visor y sistema de enfoque
Ya hemos empezado a hablar del enfoque pero, como hemos adelantado al principio, nos vemos obligados a dedicar a este tema, y al del visor, un epígrafe especial ya que seguramente sean las dos novedades más destacadas de la K-3 III. En concreto sobre el AF, un campo en el que la nueva cámara promete una revolución respecto a los problemas que la marca ha venido arrastrando en este campo desde hace muchos modelos.
El avance en el terreno del autoenfoque es importante, aunque el enfoque de seguimiento no llega al nivel de lo mejor del mercado
Lo cierto es que lo ha conseguido porque el avance es muy importante; sobre todo en el campo del AF-C de segumiento, punto en el que había mucho que hacer. Ya hemos dicho que si elegimos esta característica la velocidad de disparo baja considerablemente, pero aparte de esto hay que decir que el rendimiento en sí de esta característica es bastante bueno. No es que sea perfecta y, como ya hemos apuntado, no parece que sea la mejor herramienta para (por ejemplo) un fotógrafo deportivo, pero el resultado es decente.
Esto incluye el ya casi inevitable reconocimiento de rostros y ojos, que funciona bastante bien aunque con matices. Tal y como nos pasó cuando probamos la Pentax K-70 (que fue la primera de la casa en incluir un sistema AF híbrido) la forma de enfocar es muy distinta dependiendo de si usamos el visor o si empleamos la pantalla en Live View.
En este segundo modo la cámara detecta los rostros de forma bastante rápida y, lo que casi es más importante, lo indica al usuario claramente (mediante un recuadro de color). Sin embargo, usando el visor no se ve claramente si se ha elegido la cara y la impresión que da es que no funciona igual de bien.
Asímismo también detectamos los mismos problemas que otras cámaras a la hora de enfocar a personas usando mascarillas. En definitiva, no llega al nivel de las más modernas cámaras sin espejo, aunque sí que se aprecia claramente un avance para la marca en un campo que desde luego es importante.
En cuanto al visor, este elemento fue protagonista del largo proceso de desarrollo de la cámara, ya que Pentax no se cansó de recalcar el trabajo que la marca estaba haciendo en él, como una forma de decir "ya que no vamos a fabricar sin espejo (o eso decían) hagamos que una de las grandes diferencias de una réflex brille con luz propia".
Aunque no sea perfecto, seguramente es uno de los mejores visores réflex que se hayan fabricado
El resultado es uno de los mejores visores réflex que se hayan fabricado, con un nivel de información que sin llegar a una sin espejo es muy notable. De hecho ofrece incluso la posibilidad de cambiar su diseño (en cuanto a las líneas de ayuda a la composición, etc) en cuatro variantes, algo que, puede que nos equivoquemos pero creemos que no se había implementado en ninguna cámara antes.
Eso sí, tampoco es tan perfecto como podríamos pensar; primero está el problema ya apuntado de la visualización del punto AF; lo cierto es que los elementos del visor se iluminan en un brillante color rojo que deja ver muy bien las líneas de ayuda a la composición, pero los puntos de enfoque se ven peor. Además, recordemos que estamos hablando de una cámara APS-C con lo que el tamaño del visor tampoco es exagerado.
Por último, su propia idisioncracia como visor réflex hace que en situaciones de baja luminosidad lo que veamos no sea tan claro como en un visor electrónico. Eso sí, tenemos claro que buena parte de la culpa de esto reside en que ya la mayoría de cámaras que pasan por nuestras manos son mirrorless, y nos hemos acostumbrado a algunas de sus ventajas y las echamos de menos.
Sobre todo lo de ver una previsualización de la foto que vamos a obtener (con los ajustes de exposición que tengamos seleccionados) y, en menor medida, poder ver las fotos realizadas directamente en el visor o movernos por los menús. Pero dejando esto de lado, si no es el mejor visor réflex que se ha fabricado para una cámara debe faltarle muy poco, de modo que quien guste de este sistema encontrará aquí muy buenos argumentos.
Otras características
Antes de pasar a hablar del resultado de las tomas realizadas en la prueba tenemos que hablar de algunas otras características “especiales” que ofrece la Pentax K-3 III; en muchos casos heredadas de los modelos anteriores pero que las diferencia de lo que ofrece la competencia. Aparte de "detalles" ya característicos de Pentax como el botón verde, el de smart function o del modo de disparo con prioridad a la sensibilidad, tenemos cosas como el Astro Racer.
Una función que ya conocen bien los usuarios de la casa y que permite realizar un seguimiento automático de los cuerpos celestes de tal manera que es capaz de capturarlos sin estelas a base de mover el sensor de forma sincronizada. Una opción muy interesante para aficionados a la astrofotógrafía que sigue presente en la nueva cámara pero capada, ya que es necesario comprar un módulo GPS opcional. Nada raro en principio si no fuera porque el modelo anterior, la K3 II, sí lo incluía en el propio cuerpo... y eso que aquel modelo tenía un precio sensiblemente menor.
La ausencia del GPS que sí tenía la K-3 II parece incomprensible teniendo en cuenta el precio del nuevo modelo
Otra opción interesante es la simulación del filtro AA, el tradicional filtro de paso bajo que se coloca en muchas cámaras para evitar el efecto moiré y aquí está ausente. Lo que hace esta función es simularlo por software y, aunque es difícil valorarlo porque es algo que se da en casos muy concretos (nosotros hicimos una pequeña prueba y no notamos diferencia) no cabe duda de que está bien que la cámara ofrezca esta opción.
Otra curiosa es la función Pixel Shift o agrupamiento de píxeles que, como sabréis, es una característica por la cual se aprovecha el movimiento del sensor vía estabilizador para capturar varias fotos con un leve movimiento del CMOS de manera que luego se mezclen las tomas logrando una imagen final con mayor calidad. Pues bien, aunque esto es algo que tienen otras marcas, la Pentax K-3 III llega con la novedad de que, por primera vez (que nosotros sepamos), esta función se puede usar sin trípode.
El modo pixel shift sin trípode en realidad está pensado para tomas con algo de movimiento
O al menos eso dice Pentax en su web porque en el manual especifican que hay que usarlo sí o sí. Es cierto que la función tiene dos posibilidades, con movimiento o sin él. Nosotros probamos ambos y comprobamos que, efectivamente, disparando sin trípode podemos conseguir una mejora de las imágenes, pero siempre y cuando las tomas se realicen a una velocidad relativamente alta. Si no es así, lograremos imágenes trepidadas en las dos opciones. Y es que, por lo que hemos comprobado, más que para usarlo sin trípode este sistema se ha diseñado para mejorar el resultado en tomas de objetos que puedan tener cierto movimiento.
Cambiando de tercio, hay que hablar de la autonomía y la conectividad; con el primer aspecto nos ocurre justamente lo contrario a lo que nos pasaba a propósito del visor (donde echábamos de menos características de los más modernos EVF): aquí, lógicamente, nos encanta la gran autonomía que aporta la tecnología réflex, y que hace que casi podamos olvidarnos de cómo está la carga. La vida útil es de unos 900 disparos y aunque nosotros no llegamos a tanto, desde luego incluso aunque fueran doscientos menos es una cifra más que suficiente.
En cuanto a la conectividad, sólo decir que la conexión con un smartphone nos resultó bastante fácil (cosa que no suele ser habitual) y que la aplicación que se utiliza es bastante completa.
Por último, por supuesto también hay que hacer una breve reseña para el tema del vídeo. Un ámbito en el que, como adelantábamos, este modelo destaca por ser la primera Pentax con grabación 4K, aunque claramente no está pensado especialmente para este campo (como demuestra su pantalla totalmente fija). Por eso nos limitamos a hacer algunas tomas para comprobar que la calidad y estabilidad de la imagen es la esperada para esta resolución. Para comprobarlo, como siempre, lo mejor es ver una muestra:
Calidad de imagen y nivel de detalle
Hemos llegado ya a la que normalmente suele ser la característica más definitiva de una cámara y que, sin embargo, aquí pasa un poco más desapercibida eclipsada por tantas novedades que incorpora la Pentax K-3 III. Ojo, eso no significa para nada que no sea importante, así que vamos a ver las impresiones que nos han causado las fotos realizadas.
Lo primero es que, en líneas generales, los resultados son muy buenos, con una gran calidad de imagen, excelente contraste y una muy buena reproducción de los colores, además de buenos niveles de detalle. Eso sí, se nota que el objetivo con el que hemos probado la cámara, el todoterreno SMC Pentax 18-135 mm f3.5-5.6, no es su mejor compañero.
De hecho también pudimos hacer algunas tomas con un SMC Pentax-FA 50mm F1.4 y las diferencias eran evidentes como se puede comprobar en la foto de abajo donde comparamos el detalle de una misma escena realizada (a la misma distancia focal) con ambos objetivos.
A pesar de ello ya decimos que en general las fotos tienen una gran calidad de imagen, con un elevado rango dinámico como suele ser marca de la casa. Y es que, desde hace años, Pentax viene demostrando su buen hacer para sacar todo el partido a sensores fabricados por otros. En este caso, el CMOS APS-C de 26 Mpíxeles ofrece un gran rendimiento y sigue esta línea, ofreciendo la posibilidad de extraer bastante detalle en donde no lo hay a simple vista, es especial en las zonas subexpuestas.
Lo mismo pasa con el control del ruido usando ISOs elevados, otro campo el que Pentax suele brillar. Eso sí, esa sensibilidad máxima declarada de 1.600.000 ISO es más un argumento de marketing que otra cosa porque las fotos con ese nivel son prácticamente inservibles como se puede ver aquí abajo.
Sin embargo, esto da una idea de que podemos tirar de sensibilidad hasta niveles bastante altos con buenos resultados. Diríamos que hasta ISO 12.800 se comporta bastante bien (y eso ya es un nivel alto), porque además la reducción de ruido aplicada por la cámara a los JPEG de forma estándar es bastante eficiente.
Como siempre, os dejamos con una galería de imágenes para que podáis echar un vistazo a los resultados y a la calidad de imagen que ofrece la cámara.
Pentax K-3 III, la opinión de Xataka Foto
Estamos ya acabando pero, a la hora de valorar la cámara, hay que volver un poco la vista atrás. Si pensamos en el modelo anterior a éste, la Pentax K-3 II, podemos afirmar que el salto ha sido muy importante. El problema es que su precio de partida es justo el doble que aquel modelo.
Si nos abstenemos de considerar el precio, la Pentax K-3 III es una gran réflex para quien aún apueste por este tipo de tecnología
De hecho, su precio de 1.999 euros es prácticamente el mismo que el de la Pentax K-1 II, que no deja de ser un modelo de formato completo.
Encima ausencias como el GPS integrado (necesario para la función Astrotracer) o un cargador externo para la batería (que ciertamente cada vez es más raro ver) añaden argumentos para los que piensan que el precio de la cámara es desorbitado. Por eso no tenemos más remedio que preguntarnos ¿de verdad es justo que haya doblado su PVP? Y la respuesta es que no, no nos parece justificado.
Por supuesto nosotros no somos quién para decirle a Pentax a qué precio debe vender sus cámaras, pero sí que es una pena que la firma pierda su buena fama de construir cámaras que ofrecen una excelente relación calidad-precio. Es cierto que esto tampoco ha sido una ventaja que le haya hecho tener una gran cuota de mercado, así que esa podría ser la razón de este cambio.
En cualquier caso, si nos abastraemos del precio, estamos ante una gran réflex para quien todavía quiera apostar por esta tecnología. Puede que una de las últimas grandes DSLR que se fabriquen si el mercado sigue por los derroteros que lleva en los últimos años.
La Pentax K-3 III ofrece muchos de los argumentos que ya hacían muy atractivas sus hermanas anteriores y encima redobla la apuesta con importantes mejoras en campos como el AF y la velocidad de disparo. Pero ¿es una cámara que pueda convencer a alguien que ya se haya pasado a una sin espejo a que vuelva al mundo DSLR? Pues, sintiéndolo mucho, lo dudamos.
La nota de la Pentax K-3 III
8.6
A favor
- Cuerpo sellado, robusto y ergonómico
- Características adicionales
- Calidad de imagen y control del ruido
En contra
- Precio elevado
- LCD trasera fija
- AF-C con margen de mejora
La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Reflecta. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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