El sector de las compactas premium sigue teniendo gran tirón y Panasonic es una de las firmas que más están apostando en este segmento con su gama LX. En concreto, la Lumix LX15 es un modelo que promete altas prestaciones (como vídeo y foto 4K), control manual y calidad de imagen (gracias a su sensor de una pulgada y un objetivo Leica ƒ1.4 en la máxima abertura), todo ello en un cuerpo atractivo y muy compacto.
Como casi siempre que analizamos una cámara de Panasonic antes de nada es necesario situarla dentro de contexto ya que ésta es una firma que no se limita a ir renovando sus cámaras sin más. Más bien prefiere ir lanzando nuevos modelos que muchas veces abren nuevas gamas de producto constituyendo un catálogo muy amplio y diversificado.
Aunque en principio es la sucesora de la Lumix LX100, las diferencias entre una y otra van más allá del tamaño
En este sentido, en principio esta LX15 sería la sucesora de la Lumix LX100, presentada hace unos dos años y que fue la última representante de esta gama. Sin embargo, las diferencias entre ambas cámaras son notorias, empezando por el tamaño (más pequeña la LX15), siguiendo por el sensor (tipo Micro Cuatro Tercios en la LX100) y acabando por la integración de un visor en el modelo anterior. Así, no es de extrañar que algunos usuarios hayan podido ver un paso atrás en la LX15, más similar en realidad a la LX7, la anterior representante de la familia lanzada hace cuatro años.
Por tanto, no podemos descartar en absoluto que en un futuro (más o menos lejano) Panasonic presente una LX200 que incorpore visor electrónico y un sensor más grande, o una LX8 que siga apostando por la reducción de tamaño como premisa principal para competir en un mercado en el que la competencia, representada básicamente por las Sony RX100 V y Canon G7 X Mark II, aprieta con productos igualmente atractivos. Cualquier cosa podemos esperar, y si es calidad, como suelen ser los productos de Panasonic, siempre será bienvenida.
Panasonic Lumix LX15: Especificaciones
Sensor | MOS de 1” con 20,9 megapíxeles totales y filtro de color primario |
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Objetivo | Leica DC Vario-Summilux 8,8-26,4 mm (24-72 mm equivalentes en 35 mm en 4:3) |
Estabilizador óptico | 5-Axis Hybrid OIS |
Velocidad de obturación | De 60 a 1/4.000 s (obturador mecánico) y de 1 a 1/16.000 s (obturador electrónico) |
Formato de archivo fotografía | JPEG (DCF/Exif2.3) / RAW y DPOF |
Formato de archivo película | AVCHD y MP4 |
Grabación de vídeo | Calidad máxima 4K (3.840 x 2.160 puntos) a 30p (100 Mbps/MP4) y Full HD (1.920 x 1.080 puntos) a 50p (28 Mbps/AVCHD) |
Sensibilidad ISO | 100 a 25.600 |
Conectividad WiFi | 802.11b/g/n |
Conectividad | WiFi IEEE 802.11 b/g/n/2412 MHz |
Monitor | LCD TFT de 7,5 cm/ 3” (1040k puntos) con campo de visión aprox del 100% |
Soporte de grabación | Tarjetas SD, SDHC y SDXC (compatible con tarjetas UHS-I UHS Speed Class 3) |
Autonomía | 260 imágenes |
Dimensiones | 105,5 x 60 x 42 mm |
Peso | 280 g (sin batería ni tarjeta de memoria) |
Precio | 699 euros |
Construcción y ergonomía
Como venimos diciendo, efectivamente la Lumix LX15 tiene un tamaño muy contenido aunque al cogerla rápidamente se aprecia que no es una simple compacta; tanto por su peso, relativamente alto para el tamaño, como por su acabado, que da idea de su construcción en materiales resistentes, con predominio del metal combinado con plástico de calidad.
Su tamaño permite guardarla en un bolsillo siempre que éste sea grande (difícilmente cabe en el de unos jeans) y el ajuste de las piezas parece excelente salvo la tapa que aloja el conector HDMI y USB de carga que en el caso de la unidad probada no terminaba de cerrar como debería. Esto es algo que achacamos al hecho de ser una unidad muy temprana, pero que no podemos evitar mencionar (no tanto como crítica sino como aspecto a mejorar). También nos parecen mejorables las láminas que tapan el objetivo cuando apagamos la cámara y que tienen pinta de ser algo endebles.
Al cogerla se echa de menos algo más de grip, porque éste es casi inexistente. Y si no, al menos se agradecería que esta zona tuviera un mejor tacto, ya que su superficie es metálica (como la de casi todo el cuerpo) y al cogerlo da la impresión de que se nos va a caer.
La cuestión es que la cámara se ha diseñado para cogerla con las dos manos, poniendo la izquierda en el barrilete del objetivo donde se encuentra el anillo de diafragmas y otro multifunción (que, por cierto, son prácticamente los únicos salientes de un cuerpo muy compacto). Lo cierto es que usando ambas manos el agarre es bueno, pero también que, no teniendo visor que “echarnos al ojo”, parece que no apetece tener que usar ambas manos y se acaba haciendo fotos muchas veces con una sola.
Sin visor y con un grip casi inexistente, la idea de sus diseñadores es coger la cámara con las dos manos para un mejor agarre
Como os contamos en la toma de contacto que tuvimos en la pasada edición de Photokina, la ausencia de visor obedece, según los ingenieros de Panasonic, al sacrificio necesario para poder ofrecer un cuerpo tan compacto y en el que tuvieron que elegir entre incluir un flash o el visor (y se decantaron por el primero). Pero lo cierto es que la gama RX de Sony es un buen ejemplo de que se pueden montar ambas cosas en un cuerpo muy pequeño, así que sospechamos que otra variable, la del precio, ha influido también mucho. De hecho, la Sony RX100 V cuesta de partida 1200 euros, mientras que esta Lumix sale a un precio notablemente inferior, 699 euros.
El caso es que no hay visor pero sí un pequeño flash escamoteable suficiente para situaciones concretas o flash de relleno, y por supuesto no falta la aportación de Leica en el apartado óptico que se materializa en un objetivo Leica Vario-Summilux f/1.4-f/2.8 ASPH con una distancia focal de 24-72 mm (equivalente). Este elemento sin duda llama la atención, tanto por su luminosidad como por su tamaño. De hecho, su diámetro ocupa casi toda la altura de la cámara y desplegado en su máxima focal tiene un tamaño considerable, aunque al apagarla se queda plegado dentro del cuerpo a excepción de los citados anillos de diafragma y control.
La distribución de botones es correcta pero el pequeño tamaño del cuerpo hace que estén demasiado juntos. Eso sí, tenemos todo lo que podamos necesitar, incluidos dos ruedas de control y tres botones de acceso directo, a los que se suman otros cinco táctiles a través de la LCD.
Ésta es de muy buena calidad y se aprecia bien desde casi todos los ángulos. Una pena que sólo se pueda girar en vertical y en sentido ascendente, de tal manera que ayuda a hacer las fotos si la cámara está por debajo de nuestra cabeza, pero no sirve de nada si levantamos la cámara hacia arriba. La idea, claro está, es permitir hacer selfies con comodidad, pero teniendo en cuenta el público al que va dirigida (en teoría fotógrafos relativamente avanzados) nos parece que hubiera sido mucho mejor una pantalla más flexible aunque no sirviera para los autoretratos.
Como viene siendo norma de la casa, su característica táctil permite ver las fotos y manejarse por los menús de una forma más rápida pero la abundancia de elementos dentro de ella complican la experiencia de uso (aunque de eso os hablamos a continuación).
Manejo de controles, menús y opciones
La cuestión es que, como hemos contado en varias ocasiones, las Panasonic suelen ser cámaras muy bien dotadas de características, con un montón de opciones que hacen que sus menús sean largos y complejos. Igualmente, la pantalla está llena de iconos que permiten hacer muchas cosas y los botones de acceso directo están asignados por defecto a sus novedosas funciones relacionadas con el 4K en vez de a los ajustes más tradicionales.
La cantidad de botones y opciones y la capacidad táctil de la LCD hace que sea bastante fácil tocar algo sin querer
Todo esto implica ciertos problemas de manejo y exige un periodo de aprendizaje más largo que otras marcas, ya que no es difícil perderse entre los menús y los iconos de la pantalla. En este caso además hablamos de un cuerpo muy reducido en el que la mezcla de pequeños botones y pantalla táctil para manejar multitud de opciones hace que sea fácil activar cosas sin querer.
Encima, en ocasiones esto implica que pulsemos algo que luego no sabemos desactivar. Por ejemplo, en el “trajín” de las pruebas activamos dos veces (lo que ya no debe ser casualidad) el modo de bracketing. Y lo peor fue que nos costó quitarlo porque esta opción no se encuentra dentro de las que aparecen por defecto ni en los accesos directos ni en el menú rápido.
Total que eso que solemos llamar la curva de aprendizaje es bastante más empinada que en otras ocasiones y requiere tanto de un proceso de adaptación y pruebas hasta “domarla” como de preocuparnos de configurar los botones a nuestro gusto. Ah y por supuesto muy importante leerse “de pé a pá” el manual de instrucciones avanzado (descargable desde la web).
Experiencia de uso
Superadas estas dificultades, la verdad es que la cámara se comporta bien. Es totalmente silenciosa si así lo decidimos y rápida enfocando. Eso sí, los modos de AF son también muy variados (de nuevo toca estudiar y probar) y la sensación que tuvimos es que no todos funcionan igual de bien. El modo de seguimiento por ejemplo no nos gustó demasiado porque parece que sólo funciona bien con objetos medianamente asilados, y el AF en 49 áreas resulta algo dubitativo en la elección del punto a enfocar, tanto en el modo de enfoque sencillo como el continuo.
Por eso, al final casi siempre uno acaba recurriendo al dedo para, a través de la pantalla, indicarle a la cámara el sitio exacto donde debe enfocar. Eso sí, cuando se le dice dónde enfocar la cámara es muy rápida. Aunque en alguna ocasión nos encontramos con que, inexplicablemente, la cámara se quedaba como bloqueada (otro problema que achacamos a lo de ser una unidad de pruebas).
Por cierto que la cámara también tiene la posibilidad de enfocar de forma manual para lo cual viene muy bien el anillo de control multifunción del objetivo que permite hacerlo bastante cómodamente.
En cuanto a la rapidez de disparo, desde Panasonic se anuncia una ráfaga de hasta 10 fps (con AF sencillo) y hasta 6 fps (con AF continuo) pero en la práctica por supuesto depende del formato de archivo que hayamos elegido. Si estáis grabando en RAW más JPEG de alta calidad (que es como solemos hacer las pruebas) veréis que la ráfaga se acaba en apenas cuatro o cinco fotos; si nos limitamos al JPEG entonces sí que podemos hablar de una ráfaga de verdad, demostrando la rapidez de la cámara.
Eso sí, está claro que ésta no es una cámara para fotografía de acción, deportes o similar, y encima siempre está la posibilidad de recurrir a los modos de fotografía en 4K que precisamente son muy útiles para esto siempre que nos conformemos con unas fotos finales de ocho megapíxeles de resolución.
Foto 4K, post focus, selfies y más
Como venimos diciendo, las posibilidades de la cámara son tantas que tenemos que dividir la experiencia de uso en más de un apartado. Este segundo lo dedicamos a hablar de algunas de las características específicas de la Lumix LX15 que hemos citado en el titular. Incluidos por supuesto los modos de Foto 4K con lo que Panasonic lleva meses tratando de diferenciarse de otras marcas.
Como todos los últimos modelos de Panasonic, la LX15 incorpora las interesantes funciones de fotografía en 4K
Como ya hemos contando en varias ocasiones, las capacidades de grabación en ultra alta definición han posibilitado crear una serie de modos fotográficos que consisten en extraer imágenes fijas de estos vídeos 4K. Esto permite capturar acciones muy rápidas o realizar el enfoque de imagen a posteriori.
Esta posibilidad, por ejemplo, ya está disponible tanto en la modalidad que permite elegir un solo punto de enfoque como en la que permite varios (algo que no se podía hacer en los primeros modelos que tenían Foto 4K), lo que resulta muy interesante. Eso sí, conviene practicar y saber bien cómo funciona porque si no podemos obtener resultados como el que tenéis a continuación.
Como veis, combinar en una imagen una toma con el foco en primer plano con otras en las que el foco está por el resto de la imagen (porque la cámara usa una foto por cada punto de enfoque que se elija) y donde hay elementos que se mueven puede echar a perder la toma.
Otra opción que es interesante comentar viene del tema de los selfies. Como decíamos, la pantalla está articulada de tal manera que nos permita hacernos autoretratos con facilidad. De hecho, en cuanto situemos la pantalla en esta posición, la cámara automáticamente se configura en disparo retardado y muestra un menú especial a través del cual configurar unas opciones ad hoc. Éstas no sólo posibilitan elegir si queremos que el retardo sea mayor o menor sino que también permite configurar cuántas fotos hacer de un tirón (para que podamos hacer poses) y si queremos aplicar algún tipo de filtro específico.
Por supuesto también hay que hablar de conectividad que en este caso corre a cargo de tecnología WiFi (esta vez no está disponible la NFC) y funciona de manera sencilla y efectiva. Al menos por lo que se refiere a la conexión con un teléfono móvil con sistema Android y la aplicación correspondiente (que es necesario instalar). Gracias a esto, de forma inalámbrica es posible tanto controlar la cámara (con múltiples opciones manuales) como pasar rápidamente las fotos al móvil para compartirlas.
Por último, en cuanto a la autonomía, probándola nos dio la impresión de que la duración de la batería incluida de serie era algo escasa, pero lo cierto es que en todas las cargas cumplió con creces las especificaciones. Éstas dicen que se pueden hacer algo menos de 300 fotos con una carga y nosotros llegamos a hacer más de 500 una de las veces. Eso sí, si le vamos a dar un uso intensivo, por ejemplo en una jornada completa de visita turística, recomendaríamos tener otra batería de repuesto porque puede que con una sola nos quedemos en blanco.
Calidad de imagen
Y pasamos por fin ya al apartado más decisivo normalmente en el análisis de una cámara: la calidad de imagen que es capaz de ofrecer. Pues bien, podemos decir que la cámara ha estado a la altura aunque nos haya creado unas pequeñas dudas.
Las fotos directas en JPEG presentan un buen aspecto general, están bien contrastadas y con unos colores bastante fieles a la realidad. Eso sí, ampliadas al 100% nos parece que no son todo lo limpias que esperábamos (podéis ver las fotos en resolución completa en nuestra galería de Flickr). El nivel de detalle es correcto pero sin grandes alardes y de hecho si subimos la máscara de enfoque en Lightroom empezamos a apreciar ruido de luminancia incluso habiendo tomado las imágenes a ISO 125, ruido que se hace bastante evidente en las zonas sombrías.
Y sin embargo en altas sensibilidades el ruido sube (lógicamente) pero lo hace de forma bastante contenida. Así, hasta unos 1600 ISO podríamos usar las fotos sin demasiado problema ya que el ruido está bastante controlado y es fácilmente corregible, sobre todo el de crominancia.
De cualquier modo, la cámara parece perfectamente utilizable en entornos bajos de iluminación combinando esta buena respuesta del ruido con las grandes aperturas del objetivo y el estabilizador incluido. De hecho nosotros al final acabamos haciendo la mayoría de las fotos a ƒ1,4 (o la máxima abertura que nos permitía la distancia focal usada) y los resultados son muy aceptables sin que se aprecien grandes distorsiones o aberraciones (aunque lógicamente el rendimiento en las esquinas es peor).
Las imágenes en JPEG no son tan limpias como esperábamos y, sin embargo, el control del ruido es bueno hasta niveles en torno a 3200 ISO
Por supuesto, todo esto hay que valorarlo teniendo en cuenta que estamos hablando de una cámara con un sensor relativamente pequeño (de una pulgada) al que no le podemos exigir lo mismo que a una sin espejo (no digamos ya una réflex) por mucho que sea una compacta premium.
Por cierto que evidentemente el hecho de poder hacer fotos con un diafragma ƒ1,4 permite realizar desenfoques que no están al alcance de otros modelos compactos, pero aún así, no se pueden hacer grandes alardes dada la corta distancia que existe entre el conjunto de lentes y el pequeño sensor (nada que ver con cámaras más grandes).
Imágenes a resolución completa | Panasonic Lumix LX15 en Flickr
Panasonic LX15, la opinión de Xataka Foto
En conclusión, la Lumix LX15 es un interesante ejercicio del compromiso que supone tratar de conjugar altas prestaciones y calidad de imagen en un cuerpo pequeño y compacto. Ejercicio en el que no ha habido más remedio que hacer sacrificios, como la ausencia de visor o una calidad de imagen que nos parece podría ser mejor si se hubiera mantenido un sensor Micro Cuatro Tercios como el que llevaba su antecesora, la LX100.
Claro que eso sería el caso si vemos la cámara desde el punto de vista de un profesional o un usuario avanzado que busca una compacta con controles manuales para llevar siempre encima. Si por el contrario lo vemos desde el punto de vista de un aficionado "con posibles" y que no quiere una cámara grande, seguramente la calidad que ofrece la LX15 sea más que suficiente. Eso sí para disfrutarla del todo, como hemos comentado, habrá que pasar por un periodo de aprendizaje quizá más largo de lo habitual.
De cualquier modo también hay que decir que no todo son renuncias. Lo cierto es que esta cámara es muy completa y desde luego no echamos nada en falta. Incluso opciones como la Foto 4K o el modo selfie pueden ser en un momento determinado muy útiles tanto para un tipo de usuario como el otro. Así que siendo evidente que no se puede tener todo, lo que ofrece esta LX15 es mucho y bastante bueno. Incluso a un coste que, siendo alto en principio, resulta competitivo teniendo en cuenta los precios en los que se mueve la competencia.
La nota de la Panasonic Lumix LX15 en Xataka Foto
7.5
A favor
- Tamaño compacto
- Prestaciones y opciones
- Lente luminosa
En contra
- Manejo lioso
- Ausencia de visor
- Pantalla trasera poco flexible
La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Panasonic España. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.