Presentada oficialmente el pasado mes de febrero, la Lumix GX9 de Panasonic llegaba para continuar completar la gama más alta del catálogo de marca japonesa e incorporar la última tecnología. Dicho esto, el trabajo con la GX9 no nos ha deparado grandes sorpresas, pero sí nos han gustado varios aspectos, tras el análisis que hemos realizado.
A priori es una actualización sin grandes novedades. Se trata de una cámara sin espejo muy completa, compacta y con algunos puntos fuertes que la convierten en una opción muy interesante, especialmente para fotógrafos viajeros, amantes de la fotografía urbana o los que busquen un equipo ligero pero de garantías para casi todo.
Lumix GX9, principales características
Repasando su cuadro de especificaciones nos encontramos como Panasonic ha apostado por tecnologías para colocar esta cámara como un modelo altamente competitivo, en un sector que cada vez es más exigente. Así, encontramos el estabilizador de cinco ejes, un sensor sin filtro de paso bajo, más velocidad de enfoque o un curioso visor de ángulo variable.
Sensor | Live MOS Sensor (17,3 x 13 mm, aspecto 4:3) con 20,3 megapíxeles efectivos. |
Visor | LCD Live View Finder (equivalente a 2760k puntos), reclinable |
Pantalla | LCD TFT con control táctil estático, monitor reclinable, de 7,5 cm (3,0 pulgadas) y aprox. 1240k puntos |
Estabilización | I.S. dual de 5 ejes |
Vídeo | 4K/30p: 100 Mbps/4K/25p: 100 Mbps/4K/24p: 100 Mbps |
Conexión | Wi-Fi y Bluetooth® v4.2 |
AF | Sistema de Contraste AF (con Post Focus) |
Sensibilidad ISO | 200-25600 ISO |
FOTO 4K | 30 fotogramas |
Dimensiones (ancho x alto x profundo) | 124 x 72,1 x 46,8 mm |
Peso | Aprox. 450 g (tarjeta SD, batería y cuerpo) |
Objetivo kit | LUMIX G VARIO de 12-60 mm / F3.5-5.6 ASPH. / POWER O.I.S. |
Precio | 999,90 € |
Diseño y construcción
La Lumix GX9 es una cámara muy compacta ligera y que en sucesivas generaciones se ha ido renovando pero que sigue siendo una cámara muy completa sin comprometer el tamaño ni el peso.
Lo que más nos llamaba la atención es su renovado e innovador visor electrónico de ángulo variable hasta 80 grados hacia arriba y 45 hacia abajo. Situado en la parte izquierda de la cámara, es fácil de manejar, con un valor de aumento de 1,39x, un campo de visión del 100% y una resolución notable de 2,760k puntos.
Funciona correctamente y es muy cómodo, especialmente para los que gustan de la situación del visor (al estilo telemétrica) que nos permite desplazar la cámara a la derecha y no tener que pegar la nariz a la parte trasera del cuerpo. El ángulo variable es una utilidad para encuadres que requieren una postura difícil, aunque depende del tipo de usuario, tampoco es algo vital puesto que la pantalla trasera también es incunable y más cómoda incluso, pero los que más usan el visor seguro lo agradecerán. Además, aunque de calidad del mismo es buena, el formato no lo es tanto. Su proporción es de 16:9 frente al 4:3 del sensor, hace que quede algo recortado.
En el resto del cuerpo encontramos un doble dial para la compensación de la exposición y encima el habitual dial de modos. Es fácil manejarlo, al igual que la rueda delantera con el disparador. Posee conexión de zapata para accesorios y también un pequeño flash (esto es novedad frente a la versión anterior) que nos ha sorprendido por su calidad, para lo que es habitual en este tipo de soluciones en cámaras pequeñas.
La pantalla táctil está muy bien optimizada y resulta útil para manejarse por los menús. Es fácil acostumbrarse y podemos acceder a nuestros controles frecuentes con un par de toques, sin que la excesiva sensibilidad (o su falta de ella) nos haga errar al accionarlos.
En el resto, la cámara es pequeña, ligera, tiene buen agarre, aunque tampoco es su fuerte, puesto que se ha apostado por un grip poco prominente que para manos grandes resultará más complicada de sujetar y manejar.
Donde sí encontramos un margen de mejora y no nos ha convencido es en la situación de la rueda trasera, la que habitualmente manejaremos la velocidad o apertura, según el modo en el que nos encontremos. Está colocado de forma muy discreta en el extremo superior derecho, justo encima de una pequeña protuberancia que sirve para apoyar el pulgar. Para accionarlo hay que esquivar esta protuberancia y colocar el dedo muy perpendicular, con lo que a veces se pierde en agilidad de manejo y, por supuesto, en comodidad. La solución pasa por desplazar la rueda algo más a la izquierda o eliminar esa protuberancia que busca ayudar la comodidad y ergonomía y acaba siendo un poco estorbo. Especialmente para quienes tengan manos grandes.
El botón de encendido también tiene una palanca excesivamente diminuta y algo escondida que requiere algo de maña y precisión para un encendido sin mirar y rápido.
La pantalla es también inclinable pero se echa en falta que fuera completamente articulada, así sería un complemento perfecto al visor de ángulo variable, permitiendo trabajar en todos los ángulos.
Por último, destacar el ingenioso sistema que oculta los puertos de conexión (como el micro USB habitual para cargar la cámara), con una pequeña tapa retráctil que se oculta y se extraer aprovechando muy bien el espacio y evitando una manipulación que acabe deteriorando la misma (a menudo se acaban rompiendo por quedarse abierta mientras manipulamos).
Sistema de enfoque automático y estabilizador
Dos de sus principales mejoras convierten a esta GX9 en una cámara avanzada y a la última en tecnología para justificar su llegada al marcado. Además de encontrar su propio estilo, más allá de las potentes cámaras tan preparadas para el vídeo como ya conocemos de la marca.
EL AF está a la altura de otros modelos en este aspecto, bien pero sin sobresalir
El nuevo sistema de enfoque automático incorpora la tecnología DFD (Depth from Defocus) que, a fin de cuentas, sirve para obtener un autoenfoque más veloz (0,07 segundos). En la práctica se aprecia cierta mejora en calidad en este aspecto. Buena precisión, incluso en escenas complicadas, con sujetos en movimiento o con poca luz. Está a la altura de otros modelos en este aspecto, sin sobresalir, pero sí que consigue añadir un excelente funcionamiento en aspectos como la detección de rostros o el control preciso de AF para fotografía macro o detalles. Muy bien en cuanto al enfoque por seguimiento, capaz de realizarlo por toda el área de enfoque.
La ráfaga permite hasta 9 fps manteniendo el enfoque o hasta 6 fps ajustándolo entre cada disparo. Al contar con un obturador híbrido, nos permite velocidades de hasta 1/4000 segundos con un sonido no demasiado elevado, y si activamos el obturador electrónico, podemos alcanzar hasta 1/16.000 segundos y en completo silencio. Esta opción no es nueva, ya la hemos visto en varios modelos de la competencia, pero convierten a esta cámara en una buena opción para los que buscan discreción.
Además, no podemos olvidar dos opciones adicionales que contamos en esta GX9: Photo 4K, en la que realiza una secuencia de 30 fps y podemos seleccionar a posteriori el fotograma que queramos (a una resolución de 8 megapíxeles) y el sistema Post Focus, que ya hemos visto en otros modelos, y que nos permite seleccionar la zona de enfoque tras el disparo. Ambas opciones funcionan bien y aunque no sean de uso cotidiano para el usuario tipo, sí que pueden solucionar alguna escena particular.
El segundo punto destacado en este apartado es el sistema de estabilización. Uno de sus principales reclamos. El sistema integrado en el cuerpo es de cinco ejes y es compatible con la estabilización de objetivos, lo que permite unos resultados mejorados.
Buen sistema de estabilización, que nos permite bajar hasta cuatro pasos de obturación sin afectar al resultado
En la práctica, y aunque la estabilización ya no debería sorprender a nadie, funciona realmente bien. Nos permite bajar hasta cuatro pasos de obturación sin afectar al resultado. Y esto se traduce en la capacidad para trabajar con poca luz y compensar la falta de alta luminosidad del objetivo (como es el caso del que suele acompañar al cuerpo en su habitual kit).
Calidad de imagen
Hay que reconocer que nos ha sorprendido muy gratamente en este aspecto. La reproducción de color es realmente mejor que en modelos anteriores, especialmente con archivos JPEG que ofrece colores más naturales y reales, no tan saturados. Y unos tonos de piel también mucho más atractivos. Además, si lo activamos, la reducción de ruido está muy bien lograda, con unos resultados finos y sin perder demasiado detalle.
Nos ha sorprendido especialmente el modo monocromático
Encontramos que los modos de simulación de película, que para muchos quedan relegados como mero complemento ocasional, se han mejorado y nos ha sorprendido especialmente el modo monocromático. Gran fidelidad en la simulación de película en blanco y negro, con posibilidad de agregar grano y con un resultado variable según seleccionemos, con un contraste muy realista.
En general el resultado en calidad es muy bueno, con ligera tendencia a subexponer en escenas muy contrastadas, pero fácil de solventar gracias al dial de compensación de exposición. Sus 20 megapíxeles y la ausencia de filtro de paso bajo otorgan un gran detalle y resolución.
En cuanto al trabajo en los diferentes valores ISO hay que destacar un buen comportamiento general. Muy sólido a la hora de manejar el ruido de las imágenes. A partir de 3.200 ISO es cuando empezamos a encontrar los primeros síntomas de ruido apreciable. Hasta 6400 ISO nos parece que consigue un resultado aceptable, pero más allá la calidad y definición se degrada en exceso, aunque permita alcanzar valores tan altos.
El rango dinámico es estupendo a valores ISO bajos, con una gran capacidad para recuperar altas luces y sombras. A menudo que aumentamos la sensibilidad esta capacidad disminuye, pero en general, su comportamiento es muy correcto.
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Lumix GX9, la opinión de Xataka Foto
No ha llegado haciendo demasiado ruido. Sin embargo, se trata de una cámara muy competitiva, que se ha actualizado con algunas novedades que la convierten en un modelo muy completo, pequeño, que resuelve bien y a un precio razonable.
No hemos encontrado grandes pegas, más allá de aspectos en su ergonomía o una autonomía mejorable. Por contra, cumple con creces en los aspectos más importantes como la calidad de imagen, una correcta (aunque no deslumbrante) velocidad de enfoque, un estupendo estabilizador de imagen y correctas opciones de vídeo (incluso 4K) para los más exigentes. La conectividad y la capacidad táctil son extras que también funcionan muy bien y completan sus prestaciones, como el modo Photo 4K o el Post Focus.
En conclusión, la GX9 se plantea como una estupenda cámara sin espejo, del tamaño y peso muy compacto, ideal para el fotógrafo avanzado que quiera una cámara versátil, con buen rendimiento e ideal para llevar de viaje o para fotógrafos callejeros.
La nota de la Lumix GX9 en Xataka Foto
8.3
A favor
- Excelente sistema de estabilización
- Vídeo 4K
- Modos simulación película
- Buena relación calidad-precio
- Capacidad táctil y conectividad
En contra
- Visor en formato 16:9 queda recortado
- Algunos controles difíciles de manejar
- Autonomía de la batería
La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Panasonic España. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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