Las Nikon D800 y D800e rompieron moldes en su momento, con una resolución efectiva de 36 Megapíxel que dejaba a la competencia muy atrás. Pasados poco más de dos años, Nikon anunció la D810 que hoy ocupa nuestro análisis y muchos la percibieron como una actualización menor de las anteriores. Pero queridos lectores permitidme que os anticipe algo: la Nikon D810 es una cámara mucho más completa y sus actualizaciones son vitales en varios ámbitos.
¿Qué hay de nuevo, viejo?
Las mejoras de la D810 en fotografía (el vídeo lo trataremos en un aparte) respecto a sus antecesoras las podemos ver listadas a continuación:
Respecto al cuerpo y ergonomía, hay pocas diferencias. En el dial superior izquierdo, el braketing ha dejado su hueco para el sistema de medición, el BKT ahora se encuentra en la parte delantera de la cámara. Por otro lado, tenemos el botón "i" aparte del de info en la parte trasera. El grip ha sido mejorado levemente, con algo más de profundidad. No tuve problemas con la D800e en este apartado, pero si que es una mejora notoria cuando tienes la nueva D810 en la mano.
Si queréis saber más sobre la ergonomía, echadle un ojo a la review de la D800, ya que en este artículo vamos a centrarnos más en las diferencias que redondean este gran producto. En todo caso mencionar que la falta de cambios de calado, responde a la máxima de que si algo funciona, no lo toques. Porque es excelente, sin más, siempre que estés acostumbrado al peso de este tipo de DSLRs.
Calidad de imagen
Hoy ya a pocos sorprendería que afirmara que estamos ante uno de los cocos en este apartado, especialmente cuando hablamos de resolución y rango dinámico. Yo como usuario de una D800e tengo que decirlo: un año más tarde aún me sorprendo con la definición de esta cámara. Es realmente sublime, aunque uno corre el riesgo de caer rápidamente en el "pixel-peeping".
No obstante, ¿existe alguna diferencia con la D800e? Pues lo cierto es que no. Al menos no con las ópticas con las que lo he podido probar, incluído el Nikkor 600mm f4. La anulación del filtro de paso bajo de la D800e parece tener exactamente el mismo efecto que la supresión de éste en la D810. Eso sí, respecto a la D800, hay una leve mejoría, la misma que se pudo ver en su momento con la D800e. No hay problemas graves de moiré en ninguna de ellas tampoco, aunque en alguna ocasión pueda darse, especialmente con ciertos tejidos.
Con respecto al rango dinámico, estos sensores de fabricación Sony marcan otra vez el record, eso sí, siempre a su ISO base (recordemos que los sensores Sony pierden rango dinámico a medida que aumentamos el ISO). Gracias a ello, podemos subexponer la imagen por completo para conservar brillos o luces directas, y con poco más que unos minutos en Lightroom levantando sombras y haciendo curvas, vamos a tener una imagen de un rango dinámico increíble.
Nikon D810, ISO y exposición
Respecto al ISO, pese a las pequeñas variaciones (nuevo ISO base de 64, ahora llega hasta ISO 12.800 sin forzar y 51.200 forzado) he de decir que las diferencias reales son prácticamente nulas. El modo forzado en la D800e a ISO 12.800 produce resultados difícilmente distinguibles de la D810, aunque en ésta sea nativo. Solo el ISO base de 64 parece un añadido interesante para evitar el uso de filtros densidad neutra con una focal abierta a plena luz del día. Parece haber una ínfima mejora únicamente respecto al tipo de ruido: algo menos de ruido de crominancia. En definitiva, un ruido algo más agradable para la vista.
Pese a ello, su rendimiento es muy bueno. Imágenes limpias hasta ISO 800, perfectamente utilizables y con alta capacidad para ampliaciones hasta ISO 3200 y usables aún hasta ISO 12.800. El modo forzado a ISO 51.200 simplemente olvidadlo, como si no existiera.
Pasamos a la exposición, porque las Nikon aquí son algo curiosas. Tienen una cierta tendencia a la subexposición con la medición matricial, y en mi opinión, es todo un acierto, dado que hay tanta información en las sombras. Además y por si no bastara en ciertas situaciones su conservadurismo con la medición matricial, el nuevo modo de conservación de altas luces funciona a la perfección, evitando que se le escapen fuertes zonas de luz. Ideal cuando se fotografía en conciertos, o cuando queremos sacar el sol en nuestras fotos.
Mejorando los puntos flojos
Algo que afecta a la calidad de la imagen, y que fue el gran escándalo (magnificado hasta el ridículo) de las anteriores D800 y D800e, fue la combinación espejo-obturador. No obstante, desde que haces el primer disparo con esta D810, el cambio resulta evidente: hace mucho menos ruido. Y menos mal, porque las anteriores parecían auténticas escopetas de feria. Ahora, la D810 es tan silenciosa que puede ser incluso una buena cámara para fotografía callejera, siempre que no te importe su peso.
Tras usar la D810 en escenarios donde tuve más de un problema con la D800e, debo decir que la mejora es evidente: el espejo ya no introduce tanto movimiento y los problemas al usar teles sin trípode desaparecen, siempre que tengamos luz suficiente. Pequeños cambios que se traducen en una gran mejora en facilidad de uso.
Recalco que pese a ello, sigo aconsejando un acercamiento a esta cámara como si de una cámara de formato medio se tratara: o usas trípode, o usas velocidades de obturación más altas. Mi regla particular es multiplicar por dos la regla de la inversa de la focal (si uso un 50mm, VO mínima disparando a mano de 1/100). No me ha fallado ni una vez. Cuidado con el VR, al intentar compensar el movimiento del espejo consigue el efecto contrario al esperado en ciertas ocasiones.
Para evitar aún más este problema, Nikon ha incorporado, aunque con poca gracia debo decir, un modo de obturación con primera cortinilla electrónica. Solo lo vamos a poder emplear con el espejo levantado, el modo MuP, diferente a la implementación de este tipo de obturación híbrida que se puede encontrar en otras cámaras como Sony o Canon.
Aún más extraño resulta el que también debes estar en modo MuP para tener la primera cortinilla electrónica cuando estás en Live View, donde el espejo ya está levantado por defecto, y además, hay que presionar dos veces el botón para realizar la toma. Recordemos que habitualmente, la primera vez que presionamos el botón es para levantar el espejo. En este caso, simplemente no hace nada. Aquí supongo que con una actualización de firmware, Nikon puede mejorar algo.
En todo caso, para largas exposiciones con detalles finos en escenas sin movimiento (para evitar el efecto jello) pese al uso de un trípode, este modo no es recomendado, sino de obligado uso. Es la única forma de asegurarnos la máxima nitidez.
Excelente autofocus
Esta es la característica más mejorada respecto a las anteriores. Particularmente, una de las cosas que más me fastidiaba de la D800e, es que para fotografía de animales en la naturaleza y más concretamente de aves, no estaba a la altura. Ya no solo por sus cuatro fotogramas por segundo (ahora cinco), sino porque su AF no estaba pensado para ello.
Con una resolución tan alta, podemos pensar en ella como la cámara ideal para este menester: no eres la única persona que hace ruido y espanta a las aves, aparte por mucho que quieras no siempre son sociables, por lo que la enorme posibilidad de ampliación es de ayuda, y por supuesto, cuanto más detalle y más rango dinámico, más impresionantes quedarán las fotos en esos días ideales en los que las aves nos aman.
La D810 con su nuevo modo de AF denominado "Group AF" y en modo de autofocus continuo resuelve la papeleta tremendamente bien. Ojo, estamos hablando de que, independientemente de mis capacidades técnicas, he pasado de tasas de fotos buenas de un 30-40% de la D800e a, durante esta prueba, entorno a un 90% con la D810.
En el modo Group-AF se nos habilitan cinco puntos centrales de enfoque. Esto nos da un gran área centrada donde enfocar, y su eficacia es tremendamente superior a los modos Auto o 3D, al no tener que ir analizando movimientos ni nada por el estilo. Todo cuanto pase por dicha zona, lo enfocará.
Con el enorme Nikkor 600mm F4, creedme que las aves pasan muy rápido, seguirlas no es fácil. Aparte, tiene un rango de enfoque tremebundo, y una PDC ridícula. Pero la D810 hizo del trabajo algo para niños, es así de simple. No esperaba tan buenos resultados con tanta facilidad, la diferencia es abismal. Era un punto crítico para Nikon respecto a Canon, y aunque han tardado, ya están a la altura.
Más pequeñas diferencias
Siempre existen algunas pequeñas diferencias que no vienen en las especificaciones, y alguna me ha resultado cuanto menos curiosa en esta D810. Al ir a realizar las pruebas técnicas y comprobar los resultados, me he llevado una sorpresa. Los ISO están desplazados respecto a la D800e. Concretamente, subexpone un tercio de paso respecto a la misma a igualdad de parámetros e iluminación.
He de decir que, dada la enorme cantidad de información que posee esta cámara en las sombras, no lo veo un fallo grave, más bien una mera curiosidad, y algo que me hace pensar en la necesidad de establecer algún tipo de estándar real que regule los ISO. Pese a que las fotos, como es normal con los RAW, salen carentes de toda vida, lo cierto es que la cámara preserva a la perfección las luces altas, su medición es buena aunque subexponga más de lo habitual, e incluso en post, puede resultar beneficioso.
Otra diferencia ha sido el balance de blancos. Gran mejora. Si el obturador de la D800e se caracterizaba por sonar como una escopeta de feria, en el disparo el balance de blancos tenía un desvío propio de dichos artilugios. Problema resuelto en esta D810, que verdaderamente no falla una.
Respecto al modo S RAW, al que le veo una utilidad limitada, decir que su funcionamiento es óptimo. No obstante, le veo mucho más sentido en una D4s que en una D810, principalmente porque puede ser un gran añadido para fotografía periodística, pero no tanto para el mercado al que va encaminado la D810. Aún así, en caso de que utilicemos la cámara para dicho trabajo esporádicamente, como segundo cuerpo o para Internet, es un añadido interesante. Tienes la flexibilidad del RAW para editar, pero en una calidad muy inferior, aunque más que suficiente. Yo personalmente no le daría ningún uso, pero ahí está para quien lo valore.
Vídeo: nada nuevo bajo el Sol
No vale la pena alargarse mucho aquí. Estamos ante lo habitual en Nikon: el vídeo es solo un añadido por necesidad, pero no está cuidado. Las mejoras son pocas: un perfil plano (que podía instalarse antes en la D800e) y zebras. Seguimos sin focus peaking, lo que hace de la simple tarea de enfocar una auténtica odisea. Aunque tengamos zebras, seguimos sin histograma y por supuesto aún menos monitor en forma de ondas.
Tenemos todo lo mínimo exigible: 1080p24, 1080p25 y 1080p30 para que nunca tengamos problemas estemos donde estemos, sea cual sea la salida que le vayamos a dar al vídeo, e incluso 50p y 60p para cámaras lentas. Tiene algo más de definición que la 5D Mark III, mejora muy nimia sobre la D800e, y su rango dinámico con el perfil plano es bastante aceptable. Pero la potencia sin control no sirve de nada.
No me entendáis mal: como añadido para quien no emplee el vídeo profesionalmente, es bastante aceptable. El jello está más o menos controlado, desde luego no es tan acusado como en la Sony A7s. Las imágenes permiten algo de retoque básico, sin mucha floritura, siempre que ajustemos bien a la hora de grabar nuestra exposición. Pero desde luego no la recomendaría como cámara para un uso profesional, ni siquiera como cámara B, debido a la falta de controles más específicos para vídeo. En definitiva, nada que destacar aquí una vez más para Nikon (y van...). Es una cámara de fotos a fin de cuentas.
Para vídeos personales está más que bien, para grabar un lugar del que hemos sacado unas fotos por tener otro tipo de recuerdo, o por qué no, si te la llevas simplemente de vacaciones. Con el añadido del auto-ISO para vídeo, podemos controlar el resto de parámetros manualmente y a medida que varíe la luz, variará solo el ISO, con lo que no tendremos efectos extraños con la cadencia de movimiento. Algo es algo, ¿no?
Conclusión
Resumiendo en una frase: la D810 es un gran paso adelante. Y es que si las anteriores D800 y D800e eran grandes cámaras, tenían una serie de contrapuntos que las hacía mucho menos utilizables de lo deseado. Con la mejora en el espejo y el obturador, así como en el autofocus, ahora sí que tenemos una DSLR de 36 Megapíxels que no va a tener problemas allá donde la llevemos. Es curioso, porque sus mejoras son muy poco llamativas a nivel de marketing, pero a nivel de la mejora de uso, son muy grandes.
Ergonómicamente y por menús, tenemos todo cuanto podemos esperar o necesitar, raro sería encontrarte incómodo o echar de menos opciones en esta cámara. Lo más achacable sería quizás la falta de una pantalla abatible una vez más en el sector profesional. Tienes resolución para dar y tomar, un rango dinámico tremendo y un ISO mucho más que simplemente aceptable (sigo pensando para qué queremos ISOs tan altos, pronto pasaremos del millón). Un autofocus de envidia, y hasta cinco fotogramas por segundo de disparo continuo en RAW.
Cumple a la perfección como cámara de fotos en un gran abanico de situaciones, y gracias a sus mejoras, ahora es una buena alternativa como cámara para fotografía callejera incluso, y también para animales en la naturaleza, donde la resolución y el rango dinámico realmente pueden suponer marcar la diferencia. Para bodegones o retratos es sencillamente una de las mejores opciones de su categoría.
Pequeños cambios que, ahora sí, ponen a esta cámara de alta resolución al servicio de muchos profesionales que necesitan una cámara más todo terreno de lo que fueron sus antecesoras. En este caso, a la segunda va la vencida.
9,2
A favor
- Calidad de imagen sublime
- Autofocus de primer nivel
- Batería para más de 1000 disparos
- Controles y ergonomía
En contra
- Falta de pantalla abatible
- Nula conectividad inalámbrica
- Pocos objetivos con los que sacarle pleno rendimiento
- Precio
El equipo ha sido cedido para la prueba por parte de Nikon España. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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