Presentada hace algo más de un año, la Leica CL ha tenido algunas ediciones especiales y limitadas que han servido para seguir sacando partido a la montura L del fabricante alemán, concebida para cámaras de sensor APS (como la TL). Así, recientemente tras conocer la edición Street de esta pequeña Leica CL, hemos querido analizarla para comprobar sus bondades y descubrir de primera mano su diseño y respuesta en fotografía de calle.
Antes de nada nos ponemos en contexto para conocer mejor sus principales características, que la hacen una cámara especialmente concebida para la fotografía de calle, pero también de viajes y para casi cualquier menester, con estilo sobrio y con autoenfoque. Además, obviamente de un sensor CMOS de 24 megapíxeles, el procesador de imagen MAESTRO II y hasta 49 puntos de AF por contraste. Una Leica en toda regla pero pensada para los que quieren acoger con agrado el visor electrónico y el autoenfoque, pero apostando por un diseño más clásico, a diferencia de la Leica TL.
Características principales
Montura | Leica L-Mount (compatible con objetivos TL- y SL-) |
Sensor | APS-C tamaño CMOS (23.6 x 15.7 mm) con 24,24 megapíxeles efectivos y aspecto 3:2 |
Vídeo | 3840x2160p (4K) 30 fps, 1920x1080p (FHD) 60 fps, 1920x1080p (FHD) 30 fps y 1280x720p (HD) 30 fps |
Procesador | MAESTRO II |
Almacenamiento | Una ranura para tarjetas SD/SDHC/SDXC, con soporte UHS II. |
Sensibilidad ISO | ISO 100 hasta ISO 50.000 |
Velocidad | De 30 s a 1/25.000 s (hasta 1/8.000 s con obturador mecánico) |
Disparo continuo | Hasta 10 fps con obturador mecánico y electrónico. Max. 33 fotos en DNG+JPG y max. aprox. 140 fotos en JPG. |
Pantalla | TFT LCD de 3 pulgadas con resolución de 1.04MP y capacidad táctil. |
Visor electrónico | Resolución de 1024x768 píxels (2.36 MP); amplificación: 0.74x; aspecto: 4:3. |
Dimensiones | 131 x 78 x 45 mm |
Peso | 403 g (con batería) / 353 g (sin batería) |
Conectividad | WiFi a través de Leica CL App |
Precio | 2.500 euros (solo cuerpo) y 3.500 euros junto al objetivo Elmarit-TL 18 mm f/2.8 ASPH |
Diseño y ergonomía
El diseño sobrio y simple intenta emular, en su concepto, a la clásica Leica CL de los años 70
Lo primero que llama la atención es que, a pesar de compartir la montura L con la TL2 (y con recorrido tras la alianza con Sigma y Panasonic), su diseño es original, más clásico, muy sobrio, aludiendo al modelo de Leica CL original (de los años 70). Al menos en su espíritu: cámara compacta, ligera y de fácil manejo. No se puede obviar que el trabajo aquí del fabricante es exquisito. Al menos para los que gusten de cámaras de estilo clásico y más bien sobrias, como es el caso.
Si algo hay que destacar en primer lugar es la inclusión de un visor electrónico. El primero de la firma en una cámara de este formato, por cierto. Se trata de un visor con una excelente resolución de 2,36 millones de puntos, factor de ampliación 0,74x y una latencia realmente baja. Su uso es tremendamente cómodo y su ubicación en la esquina superior, la hacen muy cómoda, muy Leica (al estilo de sus clásicas telemétricas), en este sentido.
En el resto del cuerpo encontramos esa sobriedad que tanto suele cuidar Leica, con una botonería mínima y sencilla, que acompañan a su pantalla trasera y, una pequeña LCD en la parte superior, con información básica de los parámetros de disparo, sin muchos alardes gráficos, que consume pocos recursos.
En la parte superior encontramos también dos diales con sus correspondientes botones en el centro que son los principales para manejar los parámetros (además del disparador y el dial de encendido). Son configurables, sin indicaciones y de fácil manejo. Leica ha buscado la máxima sencillez sin renunciar a todas las posibilidades que se pueden ofrecer con la personalización.
El resto del cuerpo se caracteriza por simpleza de líneas, sin ningún tipo de grip que ayude a su agarre firme. A pesar de su ligereza y su gran acabado sólido, es cierto que se echa de menos un poco de mayor comodidad en el agarre, sobre todo si se trabaja con una sola mano, obliga a sujetar con seguridad la cámara en todo momento (y no hay goma ni material plástico antideslizante, solo metal pulido). En el Kit Street se facilita un pequeño grip que se puede ajustar en el lateral y nos gustaría que viniese de serie, no solo en una edición especial.
En la parte trasera tenemos una pantalla LCD de 3 pulgadas con capacidad táctil y, nuevamente, máxima sencillez de botonería. Los esenciales que obligan a una navegación laboriosa para alcanzar determinados controles y configuraciones (solo uno es realmente configurable). Nada que no se pueda adaptar con un poco de práctica, a cambio de disponer simplicidad máxima, que se agradece para enfocarnos en lo principal al trabajar con ella.
El enfoque automático
Si algo puede atraer a potenciarles compradores de esta pequeña Leica es precisamente la incorporación de un sistema de enfoque automático
Si algo puede atraer a potenciarles compradores de esta pequeña cámara es precisamente la incorporación de un sistema de enfoque automático. Para quien quiere una Leica pero no gusta de usar telémetro y enfoque manual. Así, esta Leica en busca de la sencillez incorpora un autofocus de 49 puntos por detección de contraste. Para una cámara de su valor puede parecer pocos, sobre todo si echamos uno ojo a las especificaciones de los últimos modelos de cámaras, donde los puntos que se ofrecen son más numerosos.
En principio, el AF funciona muy bien, correcto en la gran parte de las escenas, sin brillar en el apartado de velocidad pero sin fallar en exceso cuando la luz escasea. Todo esto acompañado del Summicron-TL 23mm f/2 ASPH. También podemos optar por el enfoque manual, ya que el objetivo es cómodo de manejar en este sentido y la ayuda para enfocar que ofrece el sistema es muy práctico, con un asistente para ampliar la imagen y poder afinar.
No encontramos sistema de estabilización aunque sí conectividad Wi-Fi (nada de Bluetooth ni NFC, por cierto), para poder enviar las capturas al smartphone cómodamente, además de disparo remoto, algo ya habitual en casi cualquier cámara del mercado.
Calidad de imagen y rendimiento
Las primeras imágenes capturadas con la Leica CL nos sorprendieron gratamente al primer vistazo. En pantalla se aprecia una estupenda nitidez y una calidad de imagen global bastante interesante. Tras probarla en diferentes escenarios y comprobar los archivos en el ordenador, corroboramos el buen hacer del sensor APS-C (que no cuenta con filtro de paso bajo). Con una reproducción de color muy fiel y un rango dinámico excelente.
El desenfoque que ofrece a su máxima apertura es suave y de calidad sublime
Además del buen rendimiento del sensor, también hay que destacar el trabajo del objetivo, cuya calidad óptica deja evidencias del nivel habitual del fabricante alemán. Sensacional en retratos, en detalles y en escenas generales con diferentes luces. El desenfoque que ofrece a su máxima apertura es suave y de calidad sublime.
En cuanto al rendimiento a altas sensibilidades, encontramos que el sensor y el procesador rinden bien hasta ISO 6.400. Aunque ya a ISO 1.600 empieza a notarse el ruido, pero es contenido. Cuando se incrementa la sensibilidad para llegar a sus máximos valores es cuando el rendimiento baja notablemente, ofreciendo archivos con un ruido muy notable haciendo que a partir de ISO 6.400 no sea muy aprovechable sin aplicar alguna reducción de ruido en cámara o, posteriormente, a través de software de post-procesado.
Los valores ISO 12.500, ISO 25.000 y hasta ISO 50.000 que nos permite, no son especialmente buenos. Tampoco lo son con la temperatura de color en el modo automático del balance de blancos, que, en general, es correcto, pero tampoco muy brillante.
Velocidad, vídeo y autonomía
En lo que respecta a la velocidad, cabe señalar que la Leica CL es muy ágil, se nota ese procesador potente que incorpora. Su inicio es veloz, su autoenfoque con buena luz es bueno (no el más rápido, pero no desmerece) y su capacidad de alcanzar hasta 10 fps lo hacen muy potente para ráfagas. Por supuesto, usando tarjetas rápidas no tendremos ningún retardo.
En cuanto al vídeo, recordemos que es capaz de grabar en resolución 4K a 30 fps y en Full HD a 60 o 30 fps. Eso sí, no hay mucho margen para configurar la grabación, con gran parte de los ajustes son automáticos (incluido el ISO). Así que a pesar de contar con gran resolución, las opciones incorporadas y su limitación hacen que el vídeo esté concebido para usos ocasionales, sin muchas pretensiones.
La Leica CL se mueve en una línea aceptable en cuanto a autonomía. Lo habitual que encontramos en la mayoría de las cámaras mirrorless con visor electrónico. Así que para los que hacen un uso intensivo, o quieran viajar con ella, se recomienda una segunda batería.
Leica CL: la opinión de Xataka Foto
Es una cámara para los que gustan de fotografía urbana o de viajes, que quieran apostar por una cámara Leica, con todo lo que conlleva en cuanto a calidad soberbia de construcción y calidad óptica. Pero especialmente para aquellos que abrazan sin tapujos el uso del autoenfoque y de un visor electrónico y no son exigentes con disponer de múltiples opciones en la grabación de vídeo.
Destaca su diseño sobrio, simple y funcional y el hecho de contar con un sensor estupendo que rinde muy bien en todo tipo de escenas
Es una cámara pequeña, manejable, con una construcción sólida. Un diseño sobrio, simple y funcional que cuenta en su interior con un sensor estupendo que rinde muy bien en todo tipo de escenas. Ofrece una nitidez extraordinaria (no lleva filtro de paso bajo) y un desenfoque de los que enamoran a primera vista, especialmente con grandes aperturas (como la del luminoso objetivo Summicron-TL 23mm f/2 ASPH). Además, es una cámara rápida, tanto en su manejo general, como enfocando y disparando ráfagas si lo necesitamos. Su concepto sencillo hace que se pueda disfrutar del proceso fotográfico sin sentirse abrumado por menús interminables y opciones que pocas veces se usan realmente. Es el sello de Leica, sin duda.
Solo podemos encontrar algunas pegas en el balance de blancos automático, algo mejorable y, sobre todo, su rendimiento a sensibilidades altas, donde ofrece imágenes con demasiado ruido.
Es una cámara ideal para fotógrafos de calle, de viaje y que aprecien el diseño clásico y sobrio de Leica, pero con las ventajas de la fotografía digital más actual (AF, visor electrónico). El precio, como es habitual en la marca, es elevado comparado con otros modelos de la competencia de similares características (aunque no tan diferente de su competidora más directa como la Sony A6500, por ejemplo). Pero con todo es una Leica más accesible, con todas las posibilidades que ofrece esta montura (no es una M, pero tiene mucho potencial y buen abanico de ópticas disponibles) y la garantía de fabricación de Leica. Y es algo que se nota desde el primer contacto.
La nota de la Leica CL en Xataka Foto
8.5
A favor
- Calidad de construcción
- Diseño sobrio, sencillo y funcional
- Calidad de imagen y nitidez extraordinaria
- Visor electrónico grande y de gran calidad
En contra
- Ausencia de sistema de estabilización
- Pocas opciones personalizables para vídeo
- Rendimiento limitado a altas sensibilidades
- El balance de blancos automático es mejorable
La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Leica Camera AG. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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