Llegaba a principios de este 2013 como una puesta a punto de la Fujifilm X10, una cámara compacta de altas prestaciones que ya pudimos probar aquí y que nos dejó un muy buen sabor de boca. La Fujifilm X20 acepta el reto de mejorar un modelo muy bien considerado en un marco actual en el que la cámara compacta asume competencias características de cuerpos superiores.
Con más cambios por dentro que por fuera, algunos verdaderamente interesantes y que afectan a temas tan determinantes como el enfoque o el visor, esta Fujifilm X20 asumirá uno de los papeles protagonistas en su nicho de mercado fotográfico.
Diseño y ergonomía
Recuerdo cuando hice el análisis de la Fujifilm X10 que tenía mis dudas sobre si un diseño retro podría llegar a enamorarme. Lo cierto es que aquella pequeña cámara consiguió hacerlo con el paso de los días y esta Fujifilm X20 no va a ser menos porque el diseño exterior es exactamente el mismo.
Pequeña, manejable, con un peso que ronda los 350 gramos y con el diseño retro antes comentado puedo decir, desde el primer día, que la cámara me gusta. Como la anterior, esta cuenta con dos pequeños grip, uno delantero sutil pero muy útil y otro trasero perfecto para acomodar el pulgar.
El sistema de encendido de la cámara vuelve a estar integrado en el anillo del zoom, en el mismo objetivo, cosa que es de agradecer porque optimiza los tiempos de encendido y fotografiado. Igualmente la distancia focal la manipularemos girando el citado anillo, de manera mecánica, lo que a la postre resulta un sistema infinitamente más preciso y rápido que el automático que usan otras compactas.
Es la óptica uno de los puntos fuertes del equipo. Esto es una compacta y no podemos cambiar de objetivo, por eso el incorporado ofrece una luminosidad y calidad digna de mención. La distancia focal que cubre es 7,1-28,4 mm (28-112 mm aproximadamente si hacemos la conversión a 35 mm) y la apertura máxima, aunque no es constante en toda el recorrido, ofrece un f2 para el angular y f2.8 para el tele.
No hay cambios en lo que respecta a la botonera, al menos en su disposición. Se mantiene el selector de modo de enfoque en la parte frontal y se apuesta por nuevo acceso directo trasero de nombre "Q" (donde estaba el botón RAW en la Fujifilm X10) que nos lleva directamente a las opciones más comunes del fotografiado.
Se agradecen las acciones añadidas en algunos botones al hacer una pulsación prolongada. Si la hacemos sobre el botón FN podremos configurar la respuesta de ese botón y pulsando en otros podremos activar el modo museo en el que se desactivan sonidos y flash, bloquear algunos botones para que no se pulsen accidentalmente o activar un modo en el que la pantalla sube el brillo considerablemente, ideal si estamos a pleno sol.
Calidad de imagen y rendimiento
Es importante poner en contexto a esta cámara para no llevarnos a engaño. Pasó con la Fujifilm X10 que había quien pretendía comparar lo que ofrecía un sensor minúsculo con lo que ofrecía el sensor de la Fujifilm X100.
Esta Fujifilm X20, manteniendo resolución con la X10, monta un nuevo sensor CMOS de 2/3 pulgadas y 12 megapixels de resolución de nombre X-Trans CMOS II. El procesador de imagen que interpretará los datos será un EXR II. Por supuesto podremos disparar en formato RAW y tendremos completos modos manuales. Se echa en falta, tal vez, poder configurar el espacio de color.
Vamos a comentar, antes de mostrar ejemplos, esas pequeñas grandes mejores de las que hablábamos. Pequeñas porque se pueden contar con los dedos de la mano pero enormes porque mejoran considerablemente la experiencia de uso de la cámara.
Empecemos con el visor. Recuerdo que alabábamos el visor de la X10 porque ofrecía algo que no era usual entre las compactas: un visor nítido, luminoso, que acompañase el recorrido del zoom... y nos parecía genial aunque fuese tan limitado porque era mucho más de lo que podríamos tener en otras cámaras. El visor de la X20 es mucho más útil que el de la X10 y en cambio ahora puede sabernos a poco. Sería una crítica injusta pretender meter aquí el visor híbrido de otros modelos superiores.
En visor de la X20 es óptico, luminoso y tiene una cobertura del 85%. Acompaña también al zoom y aunque a veces veamos parte del objetivo no es mayor problema. Ahora, por fin, podremos ver información en él. Veremos la exposición elegida, el botón de confirmación de enfoque y el indicador de sub o sobreexposición. También veremos el recuadro sobre el que fijaremos el enfoque, pero solo cuando pulsamos el obturador. Es decir, para elegir el punto de enfoque habrá que mirar en la pantalla LCD. Para ayudar al ahorro de energía se ha incluido un sensor de proximidad que detecta cuando acercamos el ojo al visor y desactiva la pantalla LCD.
El enfoque es otro de los puntos que han mejorado con esta actualización. En general podemos afirmar que se comporta mucho mejor, más rápido y fiable en la X20 que en la X10. Bien, esto es muy general pero es así. En buenas condiciones de luz se el enfoque es prácticamente inmediato aunque empieza a perder eficacia conforme alargamos la focal.
La gran novedad llega de la mano del focus peaking cuando elegimos el enfoque manual. El sistema funciona de la siguiente manera: preenfocamos de manera automática a un punto con el botón de bloqueo de exposición para, una vez pulsamos el anillo de la pantalla trasera, ver aparecer en el LCD una ampliación de la imagen que usaremos para perfeccionar el enfoque. Las zonas enfocadas se resaltan en un color, en este caso gris, facilitando la operación. Genial.
Si tengo que poner una pega al focus peaking de la X20 es que no podemos cambiar el color de resalto. Un color más fuerte, verde o rojo, por ejemplo, hubiese sido mucho más indicado que gris. Hablando de configuraciones que no se me olvide recalcar la mejora de los menús de la cámara, aun se pueden pulir un poco pero mejoran a los de la X10.
Donde no ha mejorado la cosa es en el tema de las dependencias extrañas que sufrí con la X10. Aquí por ejemplo tenemos un rango ISO 100-12800 que suena muy bien pero que solo es real si disparamos en JPG. Si hemos decidido disparar en RAW el rango ISO será 100-3200.
En general el tratamiento del ruido a ISOs altos es muy bueno, pudiendo, cuando cae la luz natural, subir por encima de 1000 alegremente y conservando unas imágenes realmente dignas. Como siempre digo esto es muy relativo porque siempre va a depender del tamaño final que necesitemos. No obstantes estas cosas las vais a poder juzgar ustedes mismos viendo las muestras.
La ráfaga de la cámara, uno de esos puntos de los que nos gusta presumir, es de 9 fps a máxima resolución (RAW), una cifra importante, desde luego. La grabación de vídeo cumple expediente grabando FullHD a 60fps. Aunque no tendremos ningún tipo de control durante la grabación de exposición o focal sí podremos tomar imágenes fijas de manera simultánea.
Conclusión
Yo suelo aconsejar a la gente que no compre cámaras compactas, que los smartphones hoy ofrecen posibilidades parecidas o incluso superiores en algunos casos. No obstante esta opinión hace referencia a esas compactas más básicas a las que realmente se les puede sacar lo justo.
Esta Fujifilm X20 es mucho más que una cámara compacta aunque el tamaño del cuerpo o del sensor puedan indicar lo contrario. Si sintiese la necesidad de llevar una compacta sin duda sería algo parecido a lo que ofrece ésta: disparo RAW, completos modos manuales, un buen número de opciones automáticas y filtros creativos tanto para foto como para vídeo para los momentos más relajados, buena gestión del ruido, calidad de imagen...
El precio ronda los 500 euros. Si fuese un poco, solo un poco más barata, sería una opción perfecta, aunque hay que reconocer que el precio no es desorbitado para lo que ofrece. Quizá nos condicione un poco el precio de las DSLR más elementales, que puede acercarse al de estas compactas, pero ese es otro cantar.
Sin duda alguna, la Fujifilm X20 es una de las mejores opciones disponibles dentro de su sector y hay pocas cosas que reprocharle.
Fotos de muestra | Xataka Foto en Flickr
La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Fujifilm. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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