Fujifilm X100F, análisis: sube un peldaño para continuar en lo más alto de las compactas premium

La cuarta generación de la serie X100 de Fujifilm llegó a comienzos de año con la X100F. En apariencia una renovación para seguir actualizando y mejorando un modelo de compacta premium (de focal fija) con pocos rivales en la competencia y con un lugar que se ha ganado por méritos propios en cuanto a rendimiento, diseño y personalidad.

Su visor híbrido sigue siendo muy peculiar, pero además esta nueva X100F sigue manteniendo la esencia de la serie X con mejoras tanto en el exterior como en sus características. Más resolución, mejor enfoque (algo más que una ligera mejora) y más potencia hacen que sea una compacta casi única, con unas prestaciones que pueden justificar su elevado precio en el mercado. Tras probarla a fondo durante unos días, vamos a desgranar nuestras impresiones.

Fujifilm X100F, características principales

Sensor	X-Trans CMOS III de 23,6 mm x 15,6 mm (APS-C) con 24,3 millones de píxeles
Visor	Híbrido: Visor óptico con pantalla de encuadre brillante electrónico, Aumento de 0,5x, cobertura de área de encuadre vs. área de captura: aprox. 92%. Visor electrónico: LCD de color de 0,48 pulg, aprox. 2.360 mil puntos, cobertura de área de visión vs. área de captura: aprox. 100%
Objetivo	FUJINON 23 mm F2; 6 grupos 8 lentes
Sensibilidad	ISO 200 hasta 12800 (ampliada: 100 / 25600 / 51200)
Pantalla	3 pulgadas, con 1040 mil puntos (cobertura aprox. 100%)
Vídeo	Full HD (1920x1080) 59,94p / 50p / 29,97p / 25p / 24p / 23,98P, Grabación continua de 36 Mbps: hasta aprox. 14 min.
Batería	Batería Li-ión NP-W126S (Aprox. 270 fps con EVF / 390 fps con OVF)
Dimensiones	126,5 mm (An) x 74,8 mm (Al) x 52,4 mm (Prof)
Peso	Aprox. 469 g (incluyendo la batería y la tarjeta de memoria)
Precio	1.399 euros

Diseño y ergonomía

Su diseño sigue siendo inconfundible y es uno de sus principales argumentos. Es una cámara única, de estética clásica, con su inconfundible visor híbrido y su compacto objetivo Fujinon 23 mm f2. En esta X100F se mantiene invariable este apartado, aunque encontramos ligeros cambios heredados de sus hermanas X-Pro2 y X-T2.

Detalles como la rueda de control de valores ISO que está integrado en el dial de velocidades de obturación. Un sistema que no nos convencía en la X-Pro2 y que aquí se ha incluido sin variación. Es una forma ingeniosa de integrar este control pero no resulta excesivamente acertado. Queda casi camuflado y disimulado y es fácil manejarlo (tirando hacia arriba de la rueda externa), pero no es tan intuitivo cuando no contamos con mucha luz o cuando necesitamos realizar un cambio rápido (pudiendo desplazar el dial de obturación sin darnos cuenta).

Otro ligero cambio lo encontramos en la palanca delantera que sirve para cambiar entre visor óptico y electrónico, además de la inclusión de un pequeño joystick junto a la pantalla como en la X-Pro2. Con ello se ha simplificado la parte trasera reduciendo el número de botones y ahora quedando desplazados a la derecha de la pantalla. El resultado simplifica el diseño y sigue siendo muy cómodo, especialmente para el manejo con un sola mano.

La capacidad de personalización de los controles es alta, como corresponde a una cámara avanzada. Eso sí, ahora destaca la capacidad de control de algunos parámetros (balance de blancos, modos de simulación de película…) en el propio anillo de enfoque del objetivo

Nueva batería: muy bienvenida

Otro de los cambios más notables de esta X100F es el nuevo modelo de batería que incorpora. Un cambio casi obligado para mejorarla y dotarla de una autonomía más notable. Así que se ha incorporado el mismo modelo que para las X-T2 y X-Pro2 (y X-E2S), que además ayuda al intercambio entre los que poseen uno de estos modelos. Pero, en lo principal, se gana mucha más autonomía y es algo que se agradece, sin sacrificar tamaño ni peso.

Nuevo enfoque: rápido y mucho más completo

Otro de los aspectos que han ido mejorando con cada generación es el sistema de autoenfoque. En la X100F encontramos un avance considerable, especialmente en escenas complejas. No solo en cuando puntos de enfoque y velocidad, también en el manejo y control. Ya que, ahora, con el joystick incorporado podemos mover el punto de enfoque con comodidad y rapidez.

En este sentido podemos concluir que quizás sea uno de los aspectos que más ha mejorado. Tras las pruebas no hemos encontrado errores en el enfoque automático, incluso en escenas con poco contraste o en el modo de seguimiento, cumpliendo correctamente su cometido. Quizás no sea el AF más veloz, ni el seguimiento el más intuitivo pero ahora sí que no encontramos esto como punto débil en la X100F. Algo mejorable es el sistema de reconocimiento de caras, que funciona pero tiene margen para ser más acertado y veloz.

Calidad de imagen y rendimiento

En este apartado es donde encontramos la justificación de su prestigio y valor. La X100F sigue dotando una gran calidad en las capturas, el sensor rinde a gran nivel, ahora con más velocidad y mejorando el control del ruido. Como siempre, la reproducción de colores es realmente sorprendente y entre lo mejor que podemos encontrar (al nivel de las cámaras profesionales más avanzadas).

Buena parte de sus grandes resultados en calidad de imagen vienen también por su extraordinario objetivo Fujinon 23mm f2. Un rendimiento óptico indudable que, quizás, llegando a esta cuarta generación esté preparado ya para una renovación para seguir siendo competitivo. Es un gran objetivo, compacto con un gran rendimiento, destacando su excelente bokeh y una aberración cromática muy controlada.

En cuanto a la calidad general de las imágenes tenemos que destacar que el gran resultado en los archivos RAW, que nos van a dar mucho más detalle, un color muy fiel y real (uno de sus grandes virtudes) aunque tampoco podemos obviar que los JPEG son realmente estupendos, incluso cuando tenemos activada la opción de reducción de ruido a valores ISOs altos.

El rango dinámico es muy bueno, con gran rendimiento y se aprecia en la flexibilidad y versatilidad de los archivos RAW en el revelado. Y en cuanto al rendimiento en altas sensibilidades se mantiene en un gran nivel.

Fujifilm X100F, la opinión de Xataka Foto

La X100 no necesita ya grandes presentaciones. Es un modelo de compacta premium muy conocida. Un gran diseño retro, un rendimiento excelente, gran calidad de imagen… que ahora vienen mejorados con mayor resolución y, especialmente un mejor sistema de enfoque, además de otros detalles como la mejora de autonomía que hacen de este modelo una referencia.

Estamos convencidos que se trata de una cámara que no decepciona, teniendo en cuenta que no es para cualquier tipo de fotógrafo. Estamos hablando de una compacta con un gran sensor APS-C y un objetivo de focal fija (equivalente a 35 mm), con lo que su versatilidad no es tan alta como otras compactas con zoom.

Eso sí, es una cámara ahora más veloz, con mejor ergonomía (ese joystick y la nueva ubicación la hacen mucho más ágil), lo que se aprecia como un escalón más arriba, que mira con buenos ojos a los profesionales exigentes.

A pesar de sus renovadas mejoras no parecen suficientes para que los poseedores de una X100T se planteen un cambio, y sí mucho más enfocada en atraer a fotógrafos que busquen una cámara con gran diseño y una respuesta de altura para cuando se quiere llevar un equipo ligero que responda bien.

La X100F es una excelente combinación de diseño retro, ahora mucho mejor facilidad de uso y con la mejor calidad de imagen y velocidad de todas las generaciones. Una de esas cámaras bien pensadas para fotógrafos, para que los que gustan de tener un gran control de todos los aspectos. Eso sí, no es una cámara especialmente barata y su concepto no es para todos los gustos, se trata de una cámara muy específica (con una focal fija y no intercambiable) que no decepciona y brinda grandes resultados especialmente para fotografía urbana, de reportaje y de viajes, que es donde más y mejor preparada la encontramos.

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La nota de la Fujifilm X100F en Xataka Foto

La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Fujifilm España. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.