Bajo nuestra lupa una nueva representante de las cámaras más modestas de la Serie X de Fujifilm, pensada para convencer a quienes quieran dar un salto de calidad ya sea desde una compacta o similar o (sobre todo) desde un smartphone. Se trata de la Fujifilm X-A5, que se presentó como la más ligera y compacta de su familia.
Cualidades sin duda imprescindibles para seducir a quienes están habituados a llevar la cámara en el bolsillo, algo que en este caso difícilmente va a pasar porque sus dimensiones, aunque contenidas, no dan para tanto (aunque de eso hablamos más adelante). De hecho, al sacar la cámara de la caja rápidamente tuvimos una sensación de déjà vu respecto a la Fujifilm X-A10 que probamos hace menos de un año y cuyas similitudes son más que evidentes.
Por eso, ante la imposibilidad de tener ambas en la mano, recurrimos a comparar las especificaciones para comprobar que, efectivamente, las medidas son casi exactas y que la X-A5 pesa 30 gramos más. Así las cosas, aparte de alguna diferencia en el diseño (como la inclusión de una zapata para flash y un conector minijack para el sonido), parece que la única característica que marca la diferencia es el nuevo objetivo Fujinon XC15-45 mm F3.5-5.6 OIS PZ. Una óptica que ha estrenado esta cámara y le permite ofrecer un conjunto más compacto que en el modelo inferior.
Aparte, aunque externamente puede parecer que la X-A10 y la X-A5 son la misma cámara, ciertamente hay diferencias importantes que están por dentro. Empezando por un sensor más moderno (el de 24,2 píxeles y filtro de color primario que estrenó la X-A3 frente a uno de 16 Mpíxeles), siguiendo por la posibilidad de grabar vídeo con definición 4K, y terminando por incorporar una pantalla trasera con capacidad táctil que, lógicamente, influye mucho en su manejo (como vamos a ver más adelante). Pero antes, como siempre, veamos sus principales características resumidas en la habitual tabla:
Fujifilm X-A5: Especificaciones
Sensor | CMOS APS-C de 24,2 megapíxeles efectivos con filtro de color primario |
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Montura | Fujifilm X |
Sensibilidad | 200 a 12.800 ISO (ampliada de 100 a 51.200 ISO) |
Estabilizador de imagen | Compatible con objetivos de tipo OIS |
Soporte de almacenamiento | Tarjetas SD, SDHC y SDXC (UHS-I) |
Formatos de archivo | JPEG (EXIF 2.3) y RAW (formato RAF) |
Tiempo de exposición | 30 a 1/4.000 seg/ 30 a 1/32.000 (obturador mecánico/electrónico) |
Disparo continuo | Máximo de 6 fps (aprox 10 fotos JPEG) |
Monitor | LCD TFT de 3 pulgadas (1040K puntos) inclinable |
Grabación de vídeo máxima | 4K 3840 x 2160 60p |
Conectividad | IEEE 802.11b/g/n y Bluetooth 4.1 |
Dimensiones | 116,9 x 67,7 x 40,4 mm |
Peso | 361 g (con batería y tarjeta de memoria) |
Precio | 599 euros con el Fujinon XC15-45 mm F3.5-5.6 OIS PZ |
Diseño, construcción y ergonomía
Como decimos, la cámara es casi calcada a la X-A10 con lo que podemos recordar lo que comentábamos en su review que os resumimos. En primer lugar, confirmar que, aunque siga estando fabricada mayoritariamente en plástico, el tacto es bueno y que su estética es muy atractiva (la correa, en color marrón, le aporta un toque de calidad). De hecho, pensado en ese hipotético comprador nos atrevemos a decir que enamorará a quien busque ese aspecto vintage tan de moda en los últimos años.
Por lo que toca a la ergonomía, nos sigue pareciendo que el agarre es razonablemente bueno gracias a la combinación de su pequeño grip y la pieza de plástico negro situado en la parte trasera para el dedo pulgar. Y del mismo modo seguimos pensando que las dos ruedas de control (situadas justo encima de esta pieza) están demasiado juntas, lo cual seguro se puede mejorar en un futuro. Igualmente nos seguimos quejando de la necesidad de dar un “empujón” hacia arriba a la pantalla cuando la queremos situar en modo selfie, algo que resulta un poco desconcertante.
En cuanto al conjunto cámara-objetivo aquí es donde la cosa cambia respecto a lo que dijimos del otro modelo. Precisamente entonces comentábamos que a una cámara así le vendría muy bien una óptica de tipo retráctil, y eso es justo lo que ha ocurrido gracias al nuevo objetivo que viene en el kit de la cámara (y que por separado cuesta 299 euros). Un conjunto de lentes que no sólo es más pequeño sino que además es motorizado, de tal manera que evita el engorroso trabajo de tener que abrirlo/cerrarlo de forma manual cada vez que encendemos/apagamos la cámara (como ocurre con modelos de otras marcas).
Así, con la nueva óptica, el conjunto resulta más compacto que la X-A10, aunque a pesar de todo el resultado final no es una cámara realmente pequeña. No queremos decir que sea grande, pero sí es evidente que hay modelos sin espejo más pequeños de otras marcas. No es culpa del diseño de este modelo, sino simplemente fruto de la elección de Fuji por un sensor de tipo APS-C que hace que la firma tenga las de perder respecto a los fabricantes acogidos al formato Micro Cuatro Tercios (cuyo sensor más reducido permite modelos más pequeños).
Manejo de tipo táctil
Si de nuevo echamos la vista atrás para ver lo que dijimos de la X-A10, vemos que otra vez algunas de las peticiones que hicimos como posibles mejoras se han cumplido, aunque hay que recordar que no estamos hablando de un modelo que haya sustituido a otro sino que son dos cámaras de distinto nivel y ambas están a la venta actualmente.
En concreto, como ya adelantábamos, la incorporación de una pantalla táctil, que cobra protagonismo indiscutible en el área del manejo y acerca a la Fujifilm X-A5 a lo que sería la experiencia de disparar desde la pantalla de un móvil. En este sentido la respuesta táctil es bastante buena pero, aparte de cambiar mucho el modo de manejo, presenta varias pegas.
La primera y fundamental es que la pantalla tiene un tamaño de tres pulgadas, lo habitual en cámaras de fotografía pero muy por debajo de lo que ofrecen los móviles, que fácilmente sobrepasan las cinco pulgadas. Si a esto añadimos un montón de iconos en la pantalla necesarios para su manejo (normalmente bastantes más que los que suelen tener los smartphones, que también suelen ofrecer menos opciones) y una alta sensibilidad de la interfaz táctil, el resultado es confuso.
Es bastante fácil activar cosas sin querer por un toque involuntario en la pantalla y, por otro lado, no es difícil perderse entre tanto icono. Por supuesto es cuestión de acostumbrarse, y además no es algo que sea exclusivo de esta cámara (le sucede igual a casi todas las sin espejo similares que funcionan exclusivamente vía LCD trasera). Por eso, nos parece más bien que es algo que deberían replantarse los fabricantes, empeñados en que ciertos usuarios dejen el móvil a un lado a favor de una cámara como ésta, pero que quizá no habían caído en que no es lo mismo el manejo desde una pantalla sensiblemente más pequeña.
Por cierto, otra cosa que hay que mejorar en este sentido es la conectividad con dispositivos móviles. Una vez más nos costó mucho conectar la cámara con el teléfono (y no siempre lo conseguimos), cuando es algo que debería ser muchísimo más sencillo si queremos seducir a quien está acostumbrado a hacer una foto con el smartphone e, inmediatamente, compartirla.
Del manejo poco más tenemos que decir estrictamente de la cámara; bueno sí que el tacto de los botones es demasiado “esponjoso” hasta el punto de ser algo desagradable en el caso de los de la cruceta. Por otro lado, sí hay que volver a hablar del nuevo objetivo estrenado con la X-A5. Como avanzábamos, se trata de una óptica motorizada con lo que el zoom se realiza a través del anillo principal. Pues bien, lo cierto es que la respuesta no es muy buena y resulta un poco impreciso y "perezoso". Lo mismo si queremos usar la LCD para variar la distancia focal haciendo “pinza” con los dedos.
Claro que éstas no fueron las únicas pegas que notamos, ya que en general el comportamiento de la cámara fue algo “perezoso”, quedándose colgada en varias ocasiones. Como solemos hacer en estos casos, es algo que no hemos tenido muy en cuenta para la nota final porque tiene toda la pinta de ser un problema de nuestra unidad o bien algo que podrá solucionarse con una futura actualización de firmware.
Prestaciones y autonomía
Si el sensor y la respuesta táctil de la pantalla son algunas de las cosas que diferencian claramente a la X-A5 de la X-A10, la “tercera pata” sería la incorporación de grabación de vídeo en formato 4K. Una característica que no sólo van a aplaudir los que tengan idea de usar la cámara para capturar imagen en movimiento, también los que sólo hagan fotos porque de la mano vienen varias posibilidades...
Hablamos de la opción de extraer fotogramas fijos de películas en ultra alta definición para captar secuencias de movimientos muy rápidos o para elegir el enfoque a posteriori. Una serie de características que especialmente una marca de la competencia lleva bastante tiempo explotando para vender sus cámaras. Nuestra experiencia en este sentido ha sido bastante buena, y nos parece que el sistema se ha implementado correctamente para obtener buenos resultados, siempre teniendo en cuenta que las fotos resultantes tienen menos definición que las que se obtienen directamente.
Por lo demás, en cuanto a prestaciones, si apenas echábamos nada en falta en la X-A10 mucho menos lo hacemos en esta X-A5 porque realmente es muy, muy completa. Una de las más completas que hemos probado, de hecho, ya que ofrece un sinfín de opciones como panorámicas, HDR, doble exposición, timelapse, horquillados con varias posibilidades.
Por supuesto también se han incluido los modos de película clásicos de todas las Fujifilm y los modos para distintos tipos de escena que suelen incluir lass cámaras de gama media y baja. Mención especial para los modos basados en inteligencia artificial que localizan los rostros y disparan, por ejemplo, cuando se esboza una sonrisa. Una posibilidad que probamos y que nos pareció que funcionaba un poco aleatoriamente.
Por último, en el ámbito de las prestaciones hay que hablar del siempre importante tema del enfoque. Un ámbito que también se ha mejorado respecto a la X-A10 aunque no nos ha gustado mucho el resultado. Mientras que aquella cámara nos parecía que enfocaba de forma bastante rápida y precisa, esta nos ha parecido más imprecisa. Por supuesto es difícil comparar sin tener ambas cámaras en la misma situación, pero con la X-A5 tuvimos bastantes problemas para enfocar, incluso en situaciones que no eran especialmente complicadas.
Lo peor cuando tratamos de enfocar desde muy cerca (es posible hacerlo desde cinco centímetros con el objetivo en angular), donde era difícil que la cámara respondiera bien a pesar de que, cambiando a manual, comprobamos que sí era posible el enfoque. De nuevo tiene toda la pinta de ser algo que puede corregirse con una actualización que esperamos llegue rápido.
Por último hay que hablar de la autonomía, otro apartado mejorado y en el que, esta vez sí, no tenemos pegas. La firma declara la posibilidad de hacer hasta 450 fotos con una sola carga y nosotros no llegamos a tanto pero sí que nos aguantó una sesión completa sin problemas y nos hizo casi olvidarnos de la batería. Un problema que hasta ahora era importante en las sin espejo y que por fin parece que se va solucionando.
Ruido y calidad de imagen
Pasamos ya al epígrafe normalmente más determinante en nuestros análisis pero que, en este caso, nos parece menos importante. No es que no sea relevante la nitidez, el nivel de detalle y la relación señal-ruido que ofrece la Fujifilm X-A5, pero sí que pensamos que mirando al usuario objetivo de este modelo quizá deberían pesar más algunas de las cosas que hemos venido comentando anteriormente.
Básicamente porque el nivel general que ofrece la X-A5 es muy satisfactorio, más que suficiente para un usuario medio y desde luego mucho más para uno que provenga de un móvil. Porque por muy bueno que sea el smartphone, y aunque una buena foto tenga que ver con cosas que van más allá de lo técnico, las imágenes de los móviles siguen dejando que desear examinadas al 100% en una pantalla grande.
Así, la X-A5, ofrece buenos resultados en general. Quizá a las fotos les falte algo de "garra" a nivel de contraste y saturación, por supuesto corregible si disparamos en RAW, pero lo compensa con un gran nivel de detalle y un buen comportamiento a sensibilidades relativamente altas. Como podéis ver en las fotos, a 1.600 ISO el ruido es casi inexistente y es a partir de 3.200 cuando empieza a dar problemas (aunque no deja de ser utilizable).
Eso sí, como suele ser habitual, disparando en JPEG el procesado que hace la cámara es bastante agresivo haciendo que las imágenes resultantes parezcan acuarelas. En cuanto al nuevo objetivo, nos ha parecido que está a la altura en líneas generales. Como era de esperar el rendimiento en las esquinas no es perfecto, pero no hemos apreciado aberraciones de ningún tipo que llamaran especialmente la atención y los resultados son aceptables para ser un objetivo de kit (que, evidentemente, se empleará sobre todo en modelos para usuarios menos exigentes que sus hermanas de la Serie X).
Galería a máxima resolución | Fujifilm X-A5 en Flickr
Fujifilm X-A5, la opinión de Xataka Foto
Así las cosas, si en principio la Fujifilm X-A5 nos recordaba mucho (quizá demasiado) a la X-A10, al final con la experiencia de uso la cosa cambia bastante. Eso sí, pensando en un hipotético usuario que acude a una tienda y tiene ambos modelos en la mano, creemos que la decisión no es nada fácil a pesar de las diferencias.
Y es que a nivel de resultados cualquiera de las dos le va a bastar, sobre todo si viene de un móvil. Además, todas las características que incorpora la X-A5 (que como hemos dicho son muchas) no creemos que vayan a ser muy utilizadas por el tipo de usuario al que se dirige la cámara, por ejemplo esos vloggers y youtubers que mencionábamos en el título.
Para ellos sí que puede ser importante la incorporación de una entrada de audio tipo minijack para introducir sonido desde un micrófono (como el Fujifilm MIC-ST1 diseñado para esta cámara y que habéis podido ver en una imagen anterior), pero lo que debería ser realmente determinante es el tipo de manejo. Es decir, a través de la pantalla táctil o no, una diferencia que va a ser muy importante en la práctica. En este sentido, nos parece crucial que el futuro poseedor considere las ventajas de la interfaz táctil, pero también los problemas que hemos señalado y que perjudican a quien busque una experiencia de uso similar a la de un móvil.
De cualquier modo, la Fujifilm X-A5 es un modelo bastante compacto, de diseño muy atractivo y características interesantes, muy similar por ejemplo a la Canon EOS M100 que probamos hace un par de meses y que podría ser podría ser su competencia directa. Todo ello a un precio bastante razonable (sobre todo teniendo en cuenta el precio de los últimos y más exclusivos móviles), que gustará a quien pensaba que necesitaba gastarse mucho más para tener una cámara con este look.
La nota de la Fujifilm X-A5 en Xataka Foto
A favor
- Nivel de detalle y calidad de imagen
- Diseño y look atractivo
- Opciones de foto 4K
En contra
- Problemas con la interfaz táctil
- Tamaño no tan pequeño
- Sin visor
El equipo ha sido cedido para la prueba por parte de Fujifilm España. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
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