Presentada hace unos meses, la Canon EOS 250D llegó al mercado haciendo poco ruido. No ya porque las réflex estén a la baja (no lo decimos nosotros, sino el mercado) sino porque llegaba para sustituir a la EOS 200D sin apenas novedades. Ahora nosotros hemos tenido la oportunidad de probarla y os contamos qué tal se comporta.
A pesar de (como decimos) ser la típica renovación que parece hecha más porque tocaba que por otra cosa, la cámara sí tiene un par de novedades destacadas. Primero una actualización de su procesador (del DIGIC 7 al 8), y segundo, lo más interesante de cara al público, la incorporación de grabación de vídeo 4K. Una característica a la que Canon se resistió “con uñas y dientes” y ahora está incorporando en todos sus modelos para ponerlos al día.
Por lo demás, la cámara tiene unas especificaciones calcadas de su antecesora. Por tanto, es una DSLR de entrada con sensor APS-C, que destaca por un cuerpo compacto y ligero y un look algo diferente. Así, como decíamos al presentarla, sigue siendo una réflex dirigida a familias, personas que empiezan en este mundo y todos aquellos que quieren buena calidad en un formato pequeño y a precio razonable. Pero veamos sus principales características:
Especificaciones técnicas de la Canon EOS 250D
Sensor | CMOS APS-C de 24,1 megapíxeles efectivos |
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Sensibilidad | 100 a 25.600 ISO (ampliable a 51.200) |
Procesador | DIGIC 8 |
Visor | Óptico con pentaespejo (cobertura 95% aprox.) |
Soporte de almacenamiento | Tarjetas SD, SDHC y SDXC (UHS-I) |
Formatos de archivo foto/ vídeo | JPEG (EXIF 2.31) y RAW / MP4 y MOV |
Sistema AF | Diferencia de fases con 9 puntos (por visor óptico) / sistema AF Dual Pixel CMOS con 143 puntos a través de la LCD trasera (live view) |
Disparo continuo | 5 fps (aprox.) |
Monitor | TFT Clear View II de 3 pulgadas (1040K puntos) de ángulo variable |
Calidad de vídeo máxima | 3840 x 2160 (23,98, 25 fps) intra-frame |
Conectividad | WiFi 2,4 (GHz) 802.11b/g/n y Bluetooth de bajo consumo |
Dimensiones | 122,4 x 92,6 x 69,8 mm |
Peso | 449 gramos (con batería y tarjeta de memoria) |
Precio | 689,99 euros con el objetivo Canon EF-S 18-55 mm f/4-5,6 IS STM |
Diseño, construcción y ergonomía
Si sus especificaciones son casi idénticas a su antecesora, el diseño también parece que no haya cambiado, al menos a simple vista. Como la EOS 200D se presenta en tres acabados: El tradicional negro, uno blanco con detalles en plata y un tercero, el que hemos probado, de color plata con detalles en bronce negro. En estos dos últimos casos el resultado es un look que (hay que reconocer) resulta diferente y hace que sea una cámara bastante atractiva a la vista.
Eso sí, tal y como contamos sobre su antecesora al analizarla hace un par de años, sus líneas generales de diseño tienen poco de actuales ya que derivan del cuerpo de la EOS 300D que data de hace unos 16 años (nada menos). Por cierto, nada que ver la similitud de nombre con la actual EOS 250D; Si acaso (quién sabe) ésta última podría ser la cámara que cierre el círculo…
Sea como fuere, hay que reconocer que sigue siendo un cuerpo pequeño pero bastante ergonómico (salvo para manos grandes) y muy ligero. De hecho, dentro del catálogo de réflex de entrada la sitúan como el modelo (con pantalla móvil) más liviano. Una característica que hace años podía ser vista como un síntoma de fragilidad y ahora se ha convertido en una de sus mayores virtudes, importante para competir con las pujantes (y pequeñas) cámaras sin espejo.
Hay que fijarse muy bien para encontrar alguna variación del diseño respecto a la EOS 200D, pero la hay y en un caso no es baladí
En cuanto a los mandos y controles, ya decimos que parece que no haber cambiado nada pero fijándonos bien sí que encontramos alguna variación. El conmutador de encendido es de nuevo diseño y, juraríamos, algo más pequeño. Por ello nos parece un poco más incómodo de accionar, pero también parece más duradero y preciso en la operación.
Pero los cambios más importantes están en la parte superior izquierda, donde han desaparecido dos botones y la luz de ayuda para el enfoque. Uno de los botones que ya no están es el de la conectividad WiFi y el otro el que se utiliza para levantar el típico flash pop-up. Esta labor ahora se hace tirando de unas muescas situadas a ambos lados de la mocheta.
Esto, que puede parecer un cambio menor, en realidad tiene su importancia. No tanto por la comodidad o incomodidad en la operación, sino porque (si no nos equivocamos) eso significa que el flash ya no se levanta de forma automática cuando la cámara (usándola en modo completamente automático) detecta que necesita de luz artificial. Esto es algo que perjudica directamente al usuario tipo; uno con pocos conocimientos de fotografía y que, casi con toda seguridad, utilizará la cámara de forma totalmente automática.
Por ello, nos parece una reducción de costes perjudicial para un modelo que no es de lo más básico (ni barato). De hecho, este sistema sólo lo habíamos visto en la Canon EOS 4000D, la cámara más económica de todo el sistema DSLR de la casa, y dos escalones por debajo de la EOS 250D (aunque sus diferencias no sean enormes).
Desde luego sigue siendo una cámara para un usuario que no quiere complicarse, por lo que sólo tiene un acceso directo para la sensibilidad ISO y una rueda de control para manejar diafragma o velocidad. Esto la hace poco amigable para su uso en modo manual, con lo que lo no resulta recomendable para principiantes que lo que quieran es aprender fotografía.
Una pena porque, los modelos para principiantes tienen menos ruedas y botones, características que precisamente facilitan la labor del que empieza y quiere aprender los conceptos de la fotografía. Un sinsentido que no nos cansamos de repetir, y que hace que los modelos más al alcance de quien empieza sean los menos adecuados para su aprendizaje.
Manejo y rendimiento
Comenzamos, cómo no, asomándonos a su visor para constatar una cosa. De entre las posibles ventajas que, como ya os contamos, aún tienen las réflex frente a las sin espejo, sin duda una de las principales está en el visor óptico. Sin embargo, si éste es como el de esta Canon, la verdad es que nos parece que sale perdiendo frente a los modelos actuales de CSC.
Y es que el visor, aunque sea el mismo de la EOS 200D, es realmente pequeño y con un importante efecto túnel. Ciertamente hace dos años no nos llamó tanto la atención este tema, pero es que dos años en la fotografía actual es bastante tiempo, los visores electrónicos han mejorado mucho en este periodo y, por qué no decirlo, por nuestras manos cada vez han pasado más cámaras sin espejo y apenas alguna que otra réflex.
Eso sí, además del visor, para hacer las fotos contamos con la pantalla trasera que es articulable y táctil. Esto hace que podamos enfocar (y disparar) directamente con el dedo y también aprovechar las bondades ya conocidas del sistema Dual Pixel CMOS AF (que permite enfocar muy rápidamente incluso cuando hay poca luz). Lo curioso es que esto hace que la experiencia de manejo sea bastante distinta dependiendo de si disparamos a través de esta pantalla o del visor.
De hecho, parecen dos cámaras distintas, porque por el visor apenas hay posibilidad de elegir el punto de enfoque (y eso que son solo nueve puntos) mientras que por la pantalla la flexibilidad es mucho más grande, y el número de puntos de enfoque se multiplica notablemente (143 puntos nada menos). Aún así, hay que decir que el comportamiento al enfocar es bueno en ambos casos, con una operación lo precisa y rápida que se puede esperar de una cámara de este segmento.
Respecto a la velocidad de disparo, por fin notamos claramente la influencia que supone haber renovado el procesador. Y es que, aunque la firma declara una ráfaga máxima “normalita” (cinco fps), si nos fijamos en la cantidad de fotos que puede hacer sin parar puede que nos llevemos una sorpresa.
No es el caso si elegimos el modo RAW+JPEG (que es el que usamos normalmente en las reviews), donde sólo pudimos hacer trece fotos, pero sí del modo JPEG. Lo probamos y fuimos capaces de hacer una ráfaga interminable de fotos. Y cuando decimos interminable no exageramos mucho: Llevábamos 423 imágenes y la cámara no se cansaba, así que los que nos cansamos fuimos nosotros. Con algo de blackout entre las tomas, bien es cierto, pero no olvidemos que estamos en un modelo de gama baja.
Otro aspecto en el que se nota el avance en materia de procesamiento es en la capacidad de grabar vídeo 4K. Esto es algo que ya demandamos de su antecesora y por fin incluye el modelo que ahora estamos probando; No por nada, sino porque estamos seguros de que el público en general demanda que su cámara tenga lo que ya es un estándar del mercado fotográfico, aunque luego apenas unos pocos le saquen provecho.
No creemos que se vaya a utilizar mucho, pero la EOS 250D por fin incorpora la demandada opción de grabar vídeo en Ultra Alta Definición (4K)
En cuanto al resultado, como sabéis el campo del vídeo no es algo a lo que le prestemos mucha atención (salvo modelos muy específicos) pero en la breve prueba realizada nos pareció que la calidad de vídeo era buena, quizá un poco ruidosa con muy poca luz y algo perezosa en el AF, pero aceptable para el tipo de cámara que es.
Por lo demás, como siempre y aunque no haya mucho que decir, no podemos dejar de mencionar otros aspectos de la cámara que hemos pasado por alto, como los modos de disparo, los filtros creativos o funciones como el Modo selfie (que debutó en la EOS 200D) y el menú para novatos. Todas ellas características interesantes para el público potencial y que completan este modelo.
Calidad de imagen y niveles de ruido
Y llegamos por fin a la parte más crucial de todo análisis, y donde la Canon EOS 250D por fin brilla con algo más de esplendor. Y es que casi todas las pegas que le hemos podido poner a su diseño, controles, visor, etc, se disipan al ver las fotos obtenidas en nuestras pruebas.
No es una sorpresa desde luego, porque tengamos en cuenta que lleva el mismo sensor que su antecesora (que a la vez es el mismo que la EOS 800D, modelo inmediatamente superior), y encima cuenta con el apoyo del nuevo procesador. En cualquier caso es destacable que esta “pequeña haga fotos tan grandes”.
Sin duda se nota el trabajo y la experiencia de Canon que se manifiesta en unos resultados de calidad, con mucho detalle en las fotos y unos niveles de ruido bastante aceptables. Sobre esto último, como ya ocurría con su antecesora, es perfectamente utilizable incluso a 6400 ISO sin demasiados problemas. Además, y esto también lo destacamos de la 200D, la cámara hace un buen trabajo reduciendo el ruido en los JPEG directos de manera que la diferencia entre los RAWS sin aplicar ninguna reducción de ruido es importante.
Por otro lado, la EOS 250D también mantiene un muy correcto rango dinámico, buen nivel de detalle al ampliar las fotos y unos colores bastante fieles a la escena real y, al tiempo, atractivos para la vista. Y todo ello con un objetivo modesto (el EF-S Canon EF-S 18-55 mm f/4-5,6 IS STM, osea el habitual en el kit de los modelos Canon), lo que hace pensar que con una óptica superior debería mejorar la calidad.
Canon EOS 250D, la opinión de Xataka Foto
Por tanto, es pequeña, ligera, bonita y hace buenas fotos ¿Se puede pedir más? Desde luego que sí, pero ciertamente las pegas que le vemos no creemos que sean graves problemas para sus usuarios potenciales, salvo los que busquen un modelo para aprender, tal y como hemos comentado antes.
Lo malo es que es demasiado parecida a su antecesora pero dos años después. Tiempo más que suficiente para que el mercado haya cambiado y la EOS 250D se enfrente a retos distintos. Porque si queremos una cámara con esas características (ya sabéis, pequeña, ligera…) ahora hay un montón de opciones en el ámbito sin espejo que antes no existían y pueden eclipsar el modelo probado en esta ocasión.
Y encima una de las bazas principales que deberían hacernos decantarnos por una réflex (el visor) en este caso pierde fuerza por sus características. Además, aunque debería ser un modelo de precio contenido, los casi 700 euros que cuesta se nos antojan demasiado altos, situándose ya en niveles similares a sin espejo de gama media.
Así las cosas, no pretendemos decir, ni mucho menos, que esté anticuada, pero sí que nos parece que este tipo de modelos empieza a perder claramente la batalla frente a las modernas sin espejo. Seguro que se seguirán vendiendo bien, porque es una buena cámara, pero quizá sería deseable que Canon se planteara una reorganización de su catálogo y ajustara mejor su amplia oferta de cámaras de gama media y baja.
La nota de la Canon EOS 250D en Xataka Foto
A favor
- Nivel de detalle y calidad de imagen
- Bajo ruido a ISOs altos
- Buena reproducción del color
En contra
- Visor óptico pequeño
- Escasez de controles para el modo manual
- Precio elevado para el usuario tipo
El equipo ha sido cedido para la prueba por parte de Canon España. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
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