Como sabréis, desde hace tiempo en Xataka Foto miramos a los smartphones como un dispositivo más con derecho propio de ser la herramienta usada por el fotógrafo, ya sea un simple aficionado, entusiasta o, incluso, profesional. Y sin duda unos de los móviles más populares del mercado (y objeto de deseo de muchos) son los iPhone 13 Pro y Pro Max, las versiones más dotadas del terminal icono de Apple. Pues bien, tras analizar el iPhone 13 ahora hemos puesto bajo la lupa el Apple iPhone 13 Pro Max y os contamos lo que puede dar de sí como cámara fotográfica y de vídeo.
Tal y como decimos en la otra prueba, se trata de la primera vez (y esperamos que no la última) que tenemos la oportunidad de tener un smartphone para llevar a cabo un análisis extenso. Y, claro, llamándonos Xataka Foto es lógico que prioricemos su función como cámara de fotos (y vídeo) y tratemos de hacer una review que vaya más allá de las generalidades que hemos visto en otros medios.
De modo que vamos a poner a prueba las capacidades del iPhone 13 Pro y Pro Max para tomar imágenes (ya sea con o sin movimiento) intentando exigirle lo mismo que haríamos a una cámara cualquiera que llegara a nuestras manos. Por supuesto, como no ha sido posible actuar de la manera habitual, hemos tratado de adaptar la mecánica de nuestros análisis, pero siempre desde una perspectiva fotográfica y con la debida exigencia.
Así que vamos allá pero, como siempre, empezamos haciendo un repaso por las principales especificaciones del dispositivo probado:
Características principales del iPhone 13 Pro Max
APPLE IPHONE 13 PRO MAX | |
---|---|
PANTALLA | Super Retina XDR 6,1 pulgadas ProMotion 120 Hz 2.532 x 1.170 px, 460 ppp 1.000 nits, contraste 2.000.000:1 |
PROCESADOR | Apple A15 Bionic |
CÁMARA TRASERA | Principal: 12 MP f/1.5, 1,9um / Ultrawide: 12 MP f/1.8, 6P, 120º / Telefoto: 12 MP f/2.8, 77mm, 3x óptico |
CÁMARA FRONTAL | 12 MP f/2.2 |
PRECIO | Desde 1.159 euros |
Apple iPhone 13 Pro MAX (128 GB) - en Azul Alpino
La configuración de cámaras es muy similar a la del modelo anterior, aunque con algunas diferencias. La más importante es que el sensor principal es de mayor tamaño, 1/1,65 pulgadas; de hecho, es el sensor más grande que se haya implementado nunca en un iPhone y que ya supone un tamaño mayor que los sensores de cámaras compactas de gama baja.
Este captor está asociado a una óptica de 5,7 mm (distancia focal equivalente de 26 mm), con siete elementos ópticos y una luminosidad de ƒ1.5, ligeramente mejor que los ƒ1.6 del modelo anterior. También ha mejorado la luminosidad de la dupla objetivo-sensor ultra angular, que pasa de ƒ2.4 a ƒ1.8 aunque mantiene la distancia focal (1,5 mm equivalente a un 13 mm) y, por tanto, el ángulo de visión (120º) y está construida con seis elementos ópticos. En cuanto al tele, la luminosidad esta vez baja, de ƒ2.2 a ƒ2.8, pero a cambio crece en alcance: de 65 a 75 mm (equiv. en 35 mm, aunque la distancia focal real es de 9 mm) ofreciendo por tanto una mayor capacidad de zoom en un objetivo que también cuenta con seis elementos ópticos.
La cámara del iPhone 13 Pro Max equivaldría a un hipotético zoom 13-75 mm de luminosidad fija entre ƒ1.5 y ƒ2.8
Por tanto estamos hablando de un conjunto que equivaldría a un hipotético objetivo zoom 13-75 mm con una luminosidad entre ƒ1.5 y ƒ2.8 que, eso sí, es fija según la distancia focal que usemos. Y es que, por si hay algún despistado, hay que recordar que las cámaras de los móviles raramente tienen diafragma variable (salvo excepciones) y, por tanto, la luminosidad de cada lente es fija.
Lo que se mantiene invariable es la cifra de resolución de los tres sensores (también en la cámara frontal): 12 MP, aunque el tamaño haya cambiado respecto a la versión anterior. En cualquier caso una resolución "modesta" con la que Apple, en principio, sigue apostando por la calidad antes que la cantidad. Tengamos en cuenta que en el mercado de la fotografía móvil la media de resolución, al menos en el sensor principal, estaría en unos 64 MP, con muchos modelos ya que cuentan con el sensor Samsung de 108 megapíxeles y ya está anunciado uno de 200 MP (aunque aún no ha aparecido en ningún móvil).
A Apple esto le ha venido funcionando bien desde hace ya tiempo, así que ¿por qué cambiar? De hecho, por los datos que hemos comentado queda claro que los cambios respecto al iPhone 12 no son revolucionarios, y se resumen en una mejora general de muchos apartados; incluso se traduce físicamente en un módulo de cámaras de mayor tamaño, pero nada espectacular.
A diferencia de lo que ocurría en el iPhone 12, en la última versión las cámaras del Pro y Pro Max son exactamente iguales
Esa "revolución" quizá se produzca en la próxima generación, ya que hace tiempo que se especula con que el iPhone 14 sí que vendrá con cambios notables, pero eso ya entra dentro del ámbito de la rumorología que ahora no nos interesa. Sí nos interesa, para acabar este apartado, hablar también de las diferencias entre distintos modelos del mismo terminal.
Si nos fijamos en los modelos Pro y Pro Max, hay buenas noticias ya que ambos tienen el mismo sistema de cámaras y por tanto sus mismos resultados. La diferencia principal está en el tamaño de la pantalla (además de la autonomía), lo cual no es baladí porque supone un cambio importante respecto a la generación anterior. En el iPhone 12 si querías tener la mejor cámara tenías que comprarte un Pro Max, asumiendo el sobrecoste que supone el mayor tamaño de pantalla; en el iPhone 13 ya puedes elegir entre el Pro y el Pro Max porque sus cámaras son idénticas.
Y respecto a los iPhone 13 y iPhone 13 mini, las diferencias que de alguna manera afectan a la experiencia fotográfica se resumen en una pantalla de tamaño más reducido (6,1″ en el primero, 5,4″ en el mini, frente a las 6,1″ o 6,7″ del Pro y las 6,7″ del Pro Max) y sobre todo una cámara que pierde el teleobjetivo. Por tanto, los modelos más modestos sólo tienen dos duplas objetivo-sensor en la parte trasera; además, aunque las dos cámaras de estos iPhone sean similares a las de los Pro (con su misma resolución y focal), son ligeramente menos luminosas.
A esto se suma la pérdida de algunas funcionalidades importantes; entre otras el modo Macro, que es una de las mayores novedades de los modelos Pro, y la imposibilidad de disparar en formato RAW. Todo ello, evidentemente, hace que la versión Pro y Pro Max sea sin duda las más indicadas para un fotógrafo que se plantee adquirir un iPhone con el fin de convertirlo en su herramienta de trabajo.
Diseño, pantalla y ergonomía
Vamos entrando ya en materia con el móvil que hemos probado, pero antes de meternos en "harina fotográfica" hay que hacer algunos apuntes sobre el diseño general del móvil: puede gustarnos más o menos pero no cabe duda de que el iPhone 13 Pro Max ofrece un aspecto premium. Respecto a la pantalla, monta una OLED Super Retina XDR display de 6.7", una resolución de 2532x1170 píxeles, una tasa de refresco de hasta 120Hz, un ratio de contraste de 2.000.000:1 y un brillo de 1.200 nits.
Su pantalla es de gran calidad y está optimizada para que las fotos se vean estupendamente; la habitual "trampa" de los móviles en la que no debemos caer
¿Qué significa todo esto? Pues más allá de aspectos técnicos que sí resaltan nuestros compañeros de Xataka en su análisis, se traduce en que tiene sin duda una de las mejores pantallas del mercado, con un aspecto simplemente excepcional. Los niveles de brillo, contraste y resolución hacen que las fotos luzcan estupendamente y rápidamente den aspecto de "fotazas".
Claro que ésta es la habitual "trampa" de los móviles (cuyas pantallas están optimizadas para que las fotos se vean muy bien) en la que, evidentemente, no vamos a caer fácilmente. Aun así, es un hecho que la pantalla es muy buena y hay que decirlo.
Otro tema es de la ergonomía; y es que, del mismo modo que hablamos de este aspecto y del diseño cuando analizamos una cámara especializada, este apartado no podía faltar al hablar de un smartphone. Aunque desde luego la cosa cambie bastante, ya que a pesar de llevar muchos años utilizando móviles para hacer fotos, no podemos dejar de constatar que su ergonomía es pésima para esta misión.
Eso sí, en el caso del iPhone 13 su cuerpo ayuda un poco más que en otros smartphones gracias a que es bastante grueso y tiene bordes planos (la mayoría de móviles del mercado los tienen redondeados), que sirven para sujetar el teléfono de forma un poco más eficiente. De todos modos, hay que reconocer que, aunque Apple nos intente convencer con su publicidad de que el móvil es prácticamente indestructible, el conjunto pide a gritos usar algún tipo de funda que lo proteja, con lo que al final el agarre lo haremos a través de otro tipo de material.
Esto nos lleva a hablar del diseño del módulo de cámaras, aunque realmente sea un aspecto que no tiene demasiada importancia. Como en el modelo anterior, está situado en una esquina de la parte superior trasera del terminal dentro de un cuadrado que sobresale del cuerpo. De hecho, aunque el diseño es muy, muy similar al iPhone 12 Pro, en el decimotercero las lentes aún sobresalen más porque son algo más gruesas (en teoría buenas noticias para nosotros porque anuncian un mejor rendimiento).
Sin embargo, en el día a día esto implica que al colocar el móvil con la cámara hacia abajo quede "bailando" sobre el módulo de cámaras y acreciente la sensación de que este elemento puede dañarse con facilidad. Lo cierto es que las lentes están protegidas por cristal de zafiro pero volvemos a lo de antes: se hace necesario utilizar algún tipo de funda que proteja el móvil y, en especial, este módulo de cámaras.
Aunque llevemos muchos años usando móviles para hacer fotos, no podemos dejar de constatar que su ergonomía es pésima para esta misión
Dispuestos a disparar, por supuesto hay que olvidarse de las posibilidades de usar el visor de una cámara y tener cuidado con no meter nuestros propios dedos en el encuadre. Sí, ciertamente esto es algo común a cualquier móvil y lleva siendo así desde siempre; sin embargo, por mucho que ya estemos acostumbrados a esta forma de hacer fotos de los smarphones no podemos obviar que no es la mejor.
Apuntado esto, en el iPhone 13 podemos disparar usando el típico botón virtual que ofrecen las aplicaciones de cámara o con los botones de volumen. Para ello hay que activar en los ajustes (que no están en la app de cámara como contamos más adelante) la posibilidad de utilizar estos botones para la ráfaga. Una vez lo hagamos, evidentemente podremos disparar en serie con ellos (si no nos equivocamos, no se puede hacer de otra forma) pero también usarlos como disparador físico para una sola toma.
Manejo y app de cámara
Como buen móvil, la idea del iPhone 13 Pro Max es la de dar la posibilidad de hacer fotos sin complicaciones, ofreciendo una cámara de "apuntar y disparar" que se lo pone todo muy sencillo al usuario; por este motivo, la aplicación nativa para la toma de imagen, llamada simplemente Cámara, apuesta por el minimalismo y la sencillez (aunque con matices).
En la parte inferior tenemos el típico botón de disparo flanqueado por una cuadro donde se muestra la última imagen tomada y un icono para seleccionar la cámara frontal (o viceversa). Justo arriba tenemos los modos que, en principio, están disponibles para nuestras tomas: Foto, Retrato y Panorámica, por el lado de la imagen fija, y Vídeo, Cinematográfico, Cámara lenta y Time lapse, para la imagen en movimiento.
Así en principio echamos de menos cosas como un modo Nocturno, HDR o Macro (que ya hemos dicho es una de las grandes novedades de este iPhone), pero siguiendo con la filosofía de hacer el trabajo por nosotros, son modos que se activan de forma automática (y de los que hablamos más adelante).
En cualquier caso, los distintos modos pueden seleccionarse pulsando sobre el nombre que aparece en el centro en amarillo; éste se puede cambiar deslizando hacia la derecha o izquierda sobre él, pero también con una pulsación rápida sobre el propio marco. Esto, que debería facilitar la tarea, tiene el inconveniente de que a veces saltemos de un modo a otro sin quererlo.
Justo encima de los modos tenemos tres círculos con número que corresponden a los tres objetivos que podemos seleccionar: 1 para el angular, 0,5 para el ultra gran angular y 3 para el tele (equivalentes a un 26, 13 y 75 mm, respectivamente). Esto no significa que también podamos hacer pinza sobre la imagen, como en cualquier otro móvil, pero en principio lo suyo es seleccionar uno de estos tres porque si no estaremos recurriendo al zoom digital.
En la parte superior de la interfaz tenemos algunos iconos más: a la derecha el del flash y el del modo Nocturno (si es el caso porque hay poca luz); a la izquierda, el que permite activar/desactivar el formato RAW (si lo hemos hecho previamente en ajustes), y el de las Live Photos, modalidad que apareció en el iPhone 6s y graba un pequeño vídeo del que se extraen imágenes fijas.
En el centro una pequeña flecha que da acceso a un desplegable con más opciones que dependen del modo en el que estemos. Si es en el habitual del modo Foto las opciones incluyen (además de cosas que ya hemos visto arriba) la posibilidad de elegir el formato de la imagen (entre 4:3 que es el que viene por defecto, 16:9 para fotos más panorámicas, y el 1:1 cuadrado típico de Instagram), el temporizador, los filtros y los "Estilos fotográficos". Estos últimos son otra de las novedades del iPhone 13 y, aunque la marca haya hecho bastante insistencia en ellos, a nosotros nos parece demasiado similares a los filtros (hablamos de ello más adelante).
Aunque minimalista, la aplicación requiere de cierta práctica si queremos sacarle todo el partido porque tiene su "miga"
También encontramos aquí la opción para compensar la exposición de la imagen, pero esto es algo que se puede hacer directamente si pinchamos en un punto de la pantalla. Automáticamente veremos un cuadro y, si insistimos, se producirá el bloqueo del enfoque y aparecerá un icono de una luz que podemos mover hacia arriba o hacia abajo para sub/sobreexponer. Eso sí, aunque en líneas generales la respuesta táctil del móvil es extraordinaria, para esta operación resulta un tanto reacia y cuesta un poco.
Curiosamente, si tenemos activado el modo Retrato o el de Cine entre estas opciones tenemos la posibilidad de elegir el diafragma a usar para obtener mayor o menor profundidad de campo. Teniendo en cuenta que, como hemos dicho, el diafragma es fijo en las cámaras de los móviles, se trata de un pequeño "engaño" y lo que hace es activar en mayor o menor medida el desenfoque por software.
Como vemos, muchos de los ajustes disponibles dependen de algunas elecciones que hagamos, y por tanto el manejo de la aplicación requiere de cierta práctica si queremos sacarle todo el partido porque tiene su "miga". Aparte, también influyen los ajustes que hayamos establecido en la configuración de la cámara que, como hemos adelantado, se encuentra fuera de la aplicación de cámara.
Esto es algo típico de los iPhone, ocurre con la gran mayoría de aplicaciones que se instalan, y no deja de ser un poco contradictorio e incómodo ya que obliga a tener que salir de la aplicación para realizar los ajustes. Hay que irse a los ajustes del teléfono y bajar hasta encontrar el apartado Cámara. Ahí tenemos varios apartados que podemos configurar (no demasiados, la verdad) empezando por los formatos de foto.
Aquí es donde debemos elegir para nuestras fotos el formato JPEG convencional o el de Alta eficiencia (HEIF/HEVC, que ofrece archivos más pequeños) y también activar si queremos tener disponible el formato Apple ProRAW (luego en la app podemos usarlo o no).
También aquí debemos seleccionar la calidad del vídeo a grabar y otros detalles como la posibilidad de conservar ciertos ajustes entre disparos, activar una cuadrícula de ayuda al encuadre, priorizar la velocidad a la calidad al hacer fotos, desactivar la vista fuera de marco o activar la corrección de la lente ultra angular. Además, aquí también hay un apartado especial para los "Estilos fotográficos" antes comentados, aunque no deja de ser un apartado más bien informativo para darle mayor visibilidad a esta novedad.
Por cierto que tampoco podemos olvidarnos de una funcionalidad nueva que se ha introducido en la aplicación hermana Fotos, y que resulta bastante interesante: un icono de información que aparece al ver las fotos y permite acceder precisamente a eso, a información de la imagen.
Esta se visualiza junto a la foto y permite ver con qué cámara se ha hecho (es válido para todas las fotos del carrete, con lo cual pueden aparecer las fotos que nos hayan enviado por WhatsApp, etc), la fecha, formato, resolución e incluso datos como la cámara usada y los ajustes del triángulo de exposición. Permite ir pasando las fotos, e incluso ver los vídeos con movimiento, sin que desaparezca esta información que puede ser bastante útil.
En cualquier caso, ya volviendo a la app de cámara, no encontramos ni posibilidades de personalizar los controles de la aplicación ni rastro de un modo de disparo profesional o similar. Algo que nos permita ajustar esas "cosas raras" de las que siempre hablamos los fotógrafos; ya sabéis, velocidad de obturación, sensibilidad ISO... Es, como decíamos, una cámara de apuntar y disparar, preparada para hacer fotos sin más complicaciones, y las que tiene (Live Photos, filtros, estilos, etc.) son ajenas a lo que solía ser la fotografía tradicional.
Por esta razón para nuestras pruebas hemos alternado la toma de imágenes entre la aplicación Cámara y Adobe Lightroom, una herramienta que además de permitir la edición de imágenes también incluye una aplicación para hacer fotos. Esta también es de tipo minimalista pero sí incluye un modo Pro donde se puede controlar a qué sensibilidad y/o velocidad de obturación se hacen las fotografías.
Por supuesto las imágenes se graban en formato RAW, pero como en nuestro caso la aplicación Cámara sí permite acceder a las fotos en crudo, nosotros hemos usado Lightroom mucho menos que nuestro compañero Fernando en su prueba del iPhone 13; básicamente para las pruebas comparativas de ruido.
La aplicación Cámara permite acceder a las fotos en crudo, pero no tiene un modo de disparo profesional o similar
De todos modos conviene aclarar algunas cosas respecto al formato en el que hemos hecho las pruebas. Como decimos, nos hemos basado principalmente en el formato RAW, o ProRAW como lo denomina Apple. Un tipo de archivo que se introdujo en los iPhone 12 Pro y Pro Max y, según la marca, "combina la información de un formato RAW estándar con el procesamiento de imágenes del iPhone, lo que te da más flexibilidad a la hora de editar la exposición, el color y el balance de blancos de tus fotos.".
Sea como fuere, el iPhone guarda las fotos en RAW directamente en el formato universal DNG (por una vez bien por Apple por lo que esto supone en cuanto a compatibilidad). Pues bien, el caso es que al volcarlas al ordenador (proceso que tuvo su complejidad dado que Apple no permite que podamos conectar directamente el móvil al PC) e importarlas en Lightroom Clasic nos encontramos con que muchas de las imágenes aparecían oscuras y faltas de detalle.
Dado lo complicada que fue la exportación de las fotos nos descartamos que al transferirse se perdiera algo de información (la que permite que las fotos se vean perfectamente en la pantalla del terminal) , o que nuestra versión de LR no se lleve bien con el Apple Pro Raw; afortunadamente se solucionó aplicando el ajuste de Tono automático en Lightroom y, en algunos casos, añadiendo algo de Luz de relleno y/o incrementando la exposición. Todo ello, eso sí, sin problemas de pérdida de calidad al estar trabajando sobre archivos RAW.
Vídeo y Modo Cine a prueba
Antes de entrar a valorar los resultados fotográficos vamos a hablar del vídeo, un apartado que (como sabréis) suele ser secundario en nuestros análisis. Al ser un medio especializado en fotografía nos confesamos incapaces de distinguir un vídeo grabado en 4K a 24 fps de otro en 4K a 30 fps (aunque estamos abiertos a aprender), aunque en este caso había que prestarle más atención de la habitual.
Primero porque el iPhone tiene fama de ser el mejor móvil para grabar vídeo; segundo porque, al contrario que los modelos más básicos, este iPhone en concreto (el 13 Pro Max) sí podrá grabar en ProRes (ojo, cuando esté disponible), un formato equivalente al RAW pensado para que los profesionales del vídeo tengan la máxima información posible de la imagen. Eso sí, si queremos hacerlo en resolución 4K sólo podremos si hemos elegido el modelo de 256 GB de memoria o más. La razón es de peso: un minuto de vídeo en ProRes a 4K y 30 fps ocupará la friolera de 6 GB de memoria.
Y la tercera razón para fijarnos especialmente en el campo de la imagen en movimiento es el nuevo Modo Cine del que nosotros mismos hemos hablado con antelación porque es una novedad muy interesante. Un equivalente del modo Retrato pero en vídeo, donde el terminal se encarga de desenfocar el fondo, algo que sin duda otorga un look diferente a los vídeos.
Además esta función viene con varios añadidos: uno que es el propio terminal quien se encarga de decidir automáticamente cuál es el sujeto que se debe enfocar (y consecuentemente desenfocar el resto), aunque es cierto que nosotros podemos indicarle dónde hacerlo simplemente pinchando con el dedo. El otro plus es que la operación de enfoque puede realizarse a posteriori, lo que abre muchas posibilidades. Por supuesto esto teníamos que probarlo, empezando por hacerlo en modo selfie, desenfocándonos a nosotros mismos en una suerte de grabación tipo Vlog:
Como habéis visto, el resultado es bastante bueno. El recorte no es perfecto (equivalente al del modo Retrato, claro) pero cuenta con la ventaja de que en este caso, al ser imagen en movimiento, y por tanto fugaz, es más difícil de apreciar los fallos. Por otro lado, no hay que desdeñar la cantidad de datos que necesita grabar el iPhone para lograr este efecto, y hay que reconocer que no parece tener ningún problema en ello.
Lo siguiente fue probar con la cámara trasera en distintas situaciones para ver qué tal funcionaba y cómo se comportaba el enfoque dejándolo actuar de manera automática:
Como habéis visto, parece claro que el sistema se basa en el reconocimiento de rostros y, por lo tanto, funciona mejor siempre que haya personas y, preferentemente, que éstas se encuentren en primer término. De hecho parece dar preferencia siempre al primer término, incluso con objetos inanimados, lo que resulta lógico porque así el propio efecto de desenfoque del fondo se hace mucho más patente.
Lo siguiente fue intentar que el efecto funcionara de forma "inteligente" tal y como sugiere alguno de los vídeos difundidos por Apple. Es decir, que el terminal fuera capaz de elegir a quien enfocar en cada momento de acuerdo a los movimientos de la escena. Hicimos unos cuantos intentos pero fue casi infructuoso... Aunque finalmente lo conseguimos:
Como habéis visto es una escena muy, muy corta pero en la que los cambios de enfoque que se aprecian fueron realizados de forma automática por el terminal. Eso sí, tuvimos que ayudarle con algo de "dirección", indicando a las "actrices" adónde debían mirar o cuándo tenían que hablar.
Por tanto, con una escena bien planificada se puede conseguir pero, francamente, es mucho más sencillo ir marcando con el dedo dónde queremos enfocar, o incluso hacerlo a posteriori, ya sea en la propia aplicación Fotos o en iMovie para iOS (más tarde se podrá hacer también en iMovie para macOS y Final Cut Pro).
Otro tema muy distinto es que, a partir de ahora, todos los vídeos tengan que tener el fondo desenfocado para parecer profesionales. Como cuentan los compañeros de Applesfera, "es un recurso narrativo que sirve para ayudar al espectador a fijarse en aquello que requiere su atención en la historia. Mediante el enfoque y desenfoque de determinados sujetos, objetos o partes de una escena, se puede guiar de un lado a otro la vista del espectador". Por tanto es un recurso que debería estar al servicio de directores de fotografía y realizadores, que lo podrán usar o no según sus propias decisiones creativas.
El modo Cine da un toque profesional a cualquier vídeo casero de forma sencilla; pero ojo porque, como cualquier efecto, no conviene abusar
Eso sí, ciertamente, su introdución abre unas posibilidades muy interesantes para el futuro; y para usuarios no profesionales es cierto que este efecto le da un toque "profesional" (así, con comillas) a cualquier vídeo digamos, "casero" (de nuevo comillas) sin complicaciones. Pero ojo porque, como cualquier otro efecto, bien utilizado puede estar bien, pero si se abusa acabará resultando aburrido.
Claro que no todo es intentar que nuestros vídeos parezcan de cine, de modo que también probamos el vídeo en otras situaciones, empezando por los habituales paisajes con buena luz y algunas escenas urbanas y campestres:
Como se puede apreciar, la calidad es excelente cuando las condiciones lumínicas también lo son, pero ¿y cuándo la luz baja y la cosa empieza a complicarse?
En el primer vídeo, realizado en un interior con bastante poca luz, hay que decir que no podemos ponerle ninguna pega; en el segundo, realizado en exteriores, ya sí encontramos algunos problemas. El primero la gran cantidad de reflejos que se aprecian (muy claros al comienzo del vídeo) provenientes de las luces de la ciudad; el segundo, una bajada general de la calidad de imagen.
Cuando la luz baja el resultado también lo hace, aunque es cierto que es capaz de grabar en condiciones donde otros equipos apenas registrarían nada
De todos modos, la verdad es que el resultado sigue siendo bastante decente y, sobre todo, es capaz de grabar en condiciones de muy baja luminosidad, en donde otros equipos (no ya móviles) seguramente no habrían mostrado más que oscuridad.
Por último, quisimos hacer una pequeña "comparativa" grabando una misma escena en tres modos diferentes (Cine, Cámara lenta y Estándar) para ver posibles diferencias y aquí tenéis el resultado:
Nuestra conclusión es que esa fama de ser uno de los mejores móviles para grabar vídeo (si no el mejor) que tiene el iPhone se mantiene en esta última versión, encima añadiendo ese interesante modo Cine que no nos extraña haya llamado la atención. Otra cosa es eso de que sea un equipo adecuado para realizar una producción de Hollywood (como está promocionando Apple).
Lógicamente con iluminación, atrezzo, decorados, vestuario, etc (como han grabado los vídeo promocionales del terminal) se pueden hacer cosas increíbles. Pero, francamente, si no es con intenciones publicitarias nos parece que hay cámaras muy pequeñas que graban vídeo de manera profesional y tienen ventajas (como las opciones de montar distintos objetivos) con las que no cuenta un iPhone.
Rendimiento y calidad de imagen
Llegamos por fin al momento de hablar del rendimiento fotográfico del iPhone 13 Pro Max y lo vamos a ir haciendo fijándonos en los distintos modos que ofrece, diferenciando según las distintas situaciones en las que lo hemos probado y, también, comprobando el rendimiento de sus tres cámaras. Como podéis imaginar, hemos hecho fotos en escenas muy distintas, desde exteriores con buena iluminación hasta interiores con apenas luz, así que vamos a ir viendo los resultados.
Modos HDR, Nocturno y Macro
Lo primero que hay que aclarar es que no existen ningunos de estos tres modos como tal en el iPhone 13 Pro Max; son funcionalidades que se activan automáticamente cuando el smartphone detecta una de estas situaciones. En el caso del HDR de hecho lo hace de forma totalmente transparente, sin que en ningún momento lo apreciemos (lo cual sí ocurre con los otros dos), si acaso al ver el resultado. Sin embargo, al haber hecho las fotos mayoritariamente en RAW (como en nuestro caso) no tendremos claro sí se ha aplicado tal efecto.
Lo que sí podemos decir es que las imágenes en crudo cuentan con un rango dinámico muy bueno, diría que excelente para tratarse de un terminal móvil. Hay muchas posibilidades para recuperar detalle, sobre todo de las sombras, con lo que es posible obtener imágenes finales muy llamativas (como así las vemos en la pantalla del terminal). Miremos por ejemplo las dos siguientes fotos, la primera tal cual salió del móvil y la segunda retocada para recuperar información en zonas muy oscuras en las que prácticamente no se apreciaba ningún detalle:
En cuanto al modo Noche, aquí sí sabemos cuando se activa ya que aparece un icono amarillo con una indicación de cuántos segundos se va a exponer, permitiendo modificar la duración (o cancelar el modo) a través de una barra situada sobre el disparador y que actuará como una cuenta atrás durante la exposición. Además, una advertencia nos dice que no movamos el móvil (lógico) para conseguir mejores resultados.
Es un modo que hizo su aparición en el iPhone 11 y que incluso dio lugar a un concurso de fotografía a través del cual la marca saca pecho de las posibilidades de su móvil. Pues bien, nosotros lo hemos probado a fondo y logrado fotos como ésta:
El resultado es muy bueno teniendo en cuenta que la luz era mínima (abajo la imagen ampliada al 100%), ya que provenía de un farolillo solar de no más de cuatro centímetros de altura; sin embargo, si os habéis fijado en los datos de exposición, figura una velocidad de 1/9 segundos cuando os prometemos que se hizo con el modo nocturno activado y una exposición de, al menos, un segundo. ¿Qué ocurre?
A pesar de haberlas hecho en modo Noche, muchas tomas figuran con una velocidad superior a medio segundo, lo cual resulta desconcertante
Según nuestros compañeros de Applesfera este modo "utiliza todo el hardware de las cámaras y un complejo sistema de software"; es decir, realmente no sabemos cómo funciona pero, viendo esto, sólo nos lo explicamos de dos maneras: o bien que lo haga a base de realizar varias tomas más cortas (y subexpuestas) que luego interpola, o bien realizando la foto a partir de un vídeo tomado a alta resolución (que, por otra parte, es lo que hace con las Live Photos) y siempre gracias a las capacidades de la foto computacional.
Sea como fuere es algo que francamente nos desconcierta, y eso que es cierto que entre la luminosidad de los objetivos, el ISO y la estabilización de imagen es muy difícil que necesitemos exponer un segundo o más. De hecho, incluso en una toma como la que tenéis debajo, claramente una escena nocturna (aunque en la imagen parezca que había aún bastante luz) que se hizo con trípode, tampoco figura en los metadatos como una larga exposición:
Si entendéis de fotografía quizá estéis pensando ¿por qué demonios no la hicistéis con el ISO al mínimo y a una velocidad más larga? La hicimos, pero no con la aplicación de Cámara, que no lo permite como venimos contando. Por eso ahí entró en juego la otra app que utilizamos, Lightroom, donde obtuvimos esta otra toma:
Así a simple vista no parece que haya mucha diferencia, quizá de luz pero ¿y de detalle? Por eso hemos ampliado ambas fotos a sus píxeles reales y las comparamos:
El resultado puede ser sorprendente, sobre todo al repasar los datos técnicos y ver que la de la app Cámara se hizo a ISO 25 y la de Lightroom a ISO 500. Así montadas incluso parecen la misma foto, con el mismo nivel de detalle y un ligero grano producido por el ruido de la imagen. ¿Cómo se explica esto? De nuevo la solución se resume en dos palabras: fotografía computacional.
Esto también explica que en ninguna de las fotos veamos prácticamente ningún tipo de ruido, tampoco al ampliarlas al 100%. Veamos algunos ejemplos más:
Ya veis que incluso ampliadas a los píxeles reales las fotos ofrecen muy buena calidad, por cierto sin los molestos reflejos que sí observábamos en el vídeo. Con todo ello, podemos decir que el modo nocturno funciona y cumple lo que promete: buenas fotografías incluso cuando hay muy poca luz.
Vamos ahora con el modo Macro, algo exclusivo del iPhone 13 Pro y Pro Max (aunque se puede utilizar con muchos otros modelos mediante aplicaciones de terceros) y que es novedad en esta familia de teléfonos. De nuevo se trata de un "modo fantasma" ya que no se puede seleccionar, simplemente se activa cuando acercamos mucho la cámara trasera a algo.
En ese momento, cualquiera que sea la lente que tuviéramos seleccionada, el iPhone 13 Pro Max automáticamente elige la ultra angular (de 1,5 mm, 13 mm equivalente) que es capaz de enfocar desde apenas dos centímetros. Gracias a esto se obtienen fotos bastante curiosas, con unos niveles de ampliación notables y buen nivel de detalle:
Eso sí, enfocar tan de cerca es complicado, porque que la foto esté en foco o no dependerá básicamente de que seamos capaces de mantener el terminal a la distancia adecuada en una situación en la que la profundidad de campo es ínfima.
Por otro lado, al estar tan cerca es muy fácil que tapemos el objeto que queremos inmortalizar con la sombra que produce el cuerpo del terminal. Por tanto, una característica que hacía falta para hacer frente a la competencia y que está bien implementada (aunque no es perfecta).
Modos Retrato y Selfie
Saltamos a un nuevo apartado para hablar de otros dos modos muy característicos de los móviles. El primero, el modo Retrato, uno de los que más ha dado que hablar en los últimos años. Y es que, al no contar con un diafragma variable, la tarea de desenfocar un fondo y lograr el siempre ansiado bokeh resulta complicada para los smartphones. Sin embargo, hace tiempo que se logró, recurriendo al software lograr un efecto bastante conseguido desde que apareció en el iPhone 7 (hace más de cinco años ya).
Aquí arriba tenemos un ejemplo realizado con la cámara principal, que en teoría es la de mayor capacidad. A simple vista el resultado es bastante bueno pero al ampliar la imagen para ver el detalle del recorte nos encontramos con esto:
Como se puede ver, el corte del cabello y el fondo no sólo dista de ser perfecto sino que incluso hay zonas (abajo a la izquierda), donde algunos rizos del pelo son tomados como parte del fondo. Evidentemente si hemos puesto este ejemplo es porque un pelo de este tipo es de los más complicados para el efecto y queríamos complicarle las cosas. Claro que esto no pasa solo con el pelo:
Como se puede comprobar, el efecto tiene mucho margen de mejora; sin embargo, con pelos lisos (o al menos no tan complicados) o elementos con bordes regulares y bien definidos ofrece buen resultado. Sobre todo podríamos decir que "da el pego" perfectamente, y salvo que ampliemos la imagen será difícil ver un recorte que llame demasiado la atención.
Por otro lado, en tomas de otro tipo, como la que tenéis debajo, puede ser una excelente forma de conseguir un efecto de escasa profundidad de campo.
Saltamos a hablar del modo Selfie, una modalidad estrechamente ligada al modo Retrato, toda vez que en muchas ocasiones lo usaremos al autorretratarnos buscando que el fondo aparezca desenfocado. Como en el caso del selfie de abajo, donde el recorte se "camufla" muy bien con la luz de contra:
Para esta tarea la cámara delantera tiene una resolución de 12 MP (como las traseras) y una lente de 2.71 mm (no hemos encontrado la equivalencia en 35 mm) ƒ2.2; con una calidad equivalente a las cámaras traseras y funciones similares ya que es compatible con prácticamente todos los modos (Nocturno, Retrato, Cine...), y en vídeo es capaz de grabar vídeo 4K 60p.
Los resultados son lo esperado: selfies con la calidad necesaria y sin distorsiones apreciables en el rostro del autoretratado.
Estilos fotográficos, filtros y otras características
Otra de las novedades del iPhone 13 son los denominados "Estilos fotográficos", según lo cuales es posible "personalizar el aspecto de las imágenes en la app Cámara". Para ello hay que seleccionar uno de estos ajustes preestablecidos (no disponibles si disparamos en RAW) eligiendo entre Brillante Cálido, Brillante, Cálido e Intenso Frío. Una vez activado, siempre según Apple, "es posible modificar el tono y la temperatura para conseguir un ajuste más preciso".
Sin embargo, francamente no le vemos gran diferencia respecto a los filtros clásicos que, por supuesto también están presentes. La única está en que estos estilos se pueden aplicar ajustando por separado algunos elementos, aunque se limitan al Tono y la Temperatura.
Por esta razón, y porque este tipo de cosas suele ser algo a lo que los fotógrafos no prestan mucha atención, ciertamente no le hicimos mucho caso (otra cosa sería si imitaran películas fotográficas clásicas). Aunque hay que reconocer que no deja de ser una manera más de ofrecer al usuario la posibilidad de personalizar sus fotos; eso sí, a costa de perder la versatilidad que ofrece el formato RAW.
Por último, en este apartado hemos reservado un hueco para hacer una mención a la ráfaga de disparo. Como hemos contado, se realiza con los botones de subir o bajar volumen (lo cual hay que activar previamente en los ajustes) y permite obtener secuencias como ésta:
Evidentemente no vamos a hablar de la capacidad del iPhone 13 Pro Max para disparar a "x" disparos por segundo (entre otras cosas porque no es un dato que ofrezcan), y está claro que no es un dispositivo pensado para escenas de acción, pero queríamos dejar constancia de que la ráfaga que ofrece no está nada mal.
Nivel de detalle y ruido
Llegamos al que probablemente sea el epígrafe más decisivo hablando de analizar con detalle las fotos obtenidas en esta review del iPhone 13 Pro Max. Aunque ya en los anteriores apartados hemos hecho comentarios sobre estos temas que os han dado una pista de los resultados. Empezando por el nivel de detalle que, hay que reconocer, es muy bueno:
Estas con el objetivo principal pero ¿qué tal con el teleobjetivo? Pues veamos más ejemplos:
Un dicho muy popular entre los fotógrafos es que las imágenes realizadas con un móvil se suelen ver muy bien en su pequeña (y preparada) pantalla pero que al ampliarlas al 100% en un ordenador no aguantan la comparación. Pues bien, parece que vamos a tener que empezar a cambiar esta idea. Los numerosos ejemplos que os estamos mostrando dejan a las claras que esto no es así en este caso.
No queda más remedio que empezar a desterrar aquello de que las fotos de móvil no aguantan en un monitor al 100%
Lógicamente hay que tener claro que la resolución de las cámaras es modesta (recordamos, "solo" 12 megapíxeles) por lo que las ampliaciones no son muy grandes. Y evidentemente no todas las fotos son tan buenas y muestran tan elevado nivel detalle, pero las que hemos seleccionado demuestran la calidad que se puede conseguir (sin usar iluminación profesional, por cierto).
Por eso si tenemos que buscarles pegas a la cámara del iPhone 13 Pro Max hay que buscar por otros lados. Por ejemplo cuando los rayos del sol inciden directamente en las lentes, como en los siguientes ejemplos:
Como veis, los reflejos son más acusados cuanto más horizontalmente llegan los rayos al objetivo (es decir, en los amaneceres y atardeceres), llegando a ser escandalosos en la última imagen. Evidentemente se trata de algo asociado a las pequeñas lentes del sistema de cámaras, y difícilmente solucionable, pero ahí está y había que decirlo.
Por contra, apenas hemos visto las típicas aberraciones cromáticas que se producen en siluetas y zonas muy contrastadas como en la imagen de abajo:
En cuanto a la sensibilidad y los niveles de ruido, como dijimos arriba, con la app Cámara nunca sabremos si estamos disparando a un ISO alto o no, pero gracias a Lightroom sí pudimos probar las distintas sensibilidades del móvil y saber que se mueve entre 40 y 6.400 ISO en la lente principal, y entre 25 y 2.000 ISO en el tele y el ultra angular. También, por cierto, que puede disparar entre 1/10.000 y 1 segundo, aunque si en la app nativa se activa el modo Noche se puede disparar hasta 10 segundos.
Los resultados del ruido son muy significativos si nos atenemos a nuestra habitual foto comparativa. Una imagen que en esta ocasión realizamos montando el móvil en un trípode para retratar un bodegón que creamos a propósito (para esta toma, por cierto, no usamos el ultra angular por cuestiones de perspectiva):
Ahora os mostramos el resultado al elegir la máxima sensibilidad disponible con ambas lentes ampliando al 100%:
El ruido es más que evidente a partir de 400 ISO con el tele y desde los 1.600 ISO con el angular... y resulta bastante exagerado a la máxima sensibilidad respectiva. Sin embargo, esto sólo nos ocurrió usando la aplicación Lightroom para forzar el ISO pero ¿y con la app nativa? Pues evidentemente con ella no pudimos elegir el ISO pero sí hacer la misma toma con el resultado que veis abajo, en el caso del angular, y la primera foto del bodegón que habéis visto (un poco más arriba) en el caso del tele.
No hace falta que os mostremos la imagen ampliada para ver que el ruido no existe (aunque, para ser justos, la app tampoco tiró de ISO en estos casos). Por eso, hemos buscado tomas realizadas con la aplicación Cámara en las que sí se utilizó un ISO elevado y os mostramos resultados:
Como podéis ver, en las fotos realizadas con la app nativa el ruido es inexistente (y recordamos que son fotos hechas en RAW); de nuevo la única explicación está en el procesado que lleva a cabo el móvil gracias a la fotografía computacional. Parece imposible ver algo de ruido en una foto, porque el procesador se encarga de que así sea. Esto implica, lógicamente, una pérdida de detalle, y hace que algunas imágenes al ampliarse parezcan más una pintura que una foto.
Aún así, hay que reconocer que el resultado es bastante decente, y que sólo resulta exagerado en tomas que no han terminado de salir bien, ya sea por un mal enfoque o por trepidación, como la siguiente:
Por tanto, estamos ante un sistema que ofrece unos muy buenos resultados en cuanto a calidad de imagen, equilibrio entre nivel de detalle y ruido, reproducción del color y rango dinámico. Pero ojo que decimos "sistema" y no "cámara" porque aquí, más que nunca, el procesador y la inteligencia artificial juegan un papel casi tan importante como el sensor y la óptica. Como venimos diciendo, todo (o casi todo) recae en la fotografía computacional, que en este terminal demuestra todo lo que es capaz de hacer.
De cualquier manera, como siempre para acabar este apartado y que podáis valorar mejor los resultados, os dejamos con una amplia galería de muestras realizadas en la prueba:
Comparando cámaras
Por supuesto teníamos que hablar de las diferencias entre objetivos, pero antes nos gustaría comentar una cosa que nos pasó durante la prueba: en varias tomas que realizamos con los objetivos angular y tele para comparar los resultados nos dimos cuenta, al revisar a posteriori, que en los metadatos figuraba que en ambos casos se había usado sólo el primer objetivo, el principal de 5,7 mm.
Os mostramos un ejemplo de dos tomas (de una escena que ya habéis visto) en las que seleccionamos el objetivo angular y el tele y, a pesar de ello, tienen exactamente los mismos datos técnicos:
La explicación que le damos es que, al estar enfocando a una distancia relativamente cercana, el móvil directamente descarta el teleobjetivo. Sin embargo, al seleccionarlo en la aplicación de Cámara si vemos un recorte en la imagen y además cambia la perspectiva, como si realmente hubiera pasado de una lente a otra. Entendemos que lo que hace es aplicar un zoom digital realizado a partir del sensor principal, aunque no nos explicamos lo de la perspectiva.
En algunas circunstancias, al elegir el tele la cámara nos engaña y nos hace creer que estamos usando esa lente cuando en realidad está haciendo un zoom digital
En denitiva, otra "trampa" que nos hace el iPhone, similar a la que realiza con el modo Macro, pero que esta vez pasa inadvertida (en nuestro caso hasta casi el final de las pruebas) y, además, nos complicó la vida a la hora de tratar de valorar las diferencias entre objetivos.
De todos modos nos parece complicado, y un poco inservible, tratar de decir si tal o cual cámara es mejor que las otras. Y para muestra un botón:
Con estas tres fotos (y algunas más que realizamos) de una misma escena, hechas con cada uno de los tres objetivos de la cámara trasera... ¿podemos decir cuál es mejor teniendo en cuenta que es imposible hacerlas con la misma abertura, sensibilidad, etc? Nuestra opinión es que no, y que el propio tamaño del sensor, y el de sus fotodiodos, ya hablan claramente de que la cámara principal tiene que ser a la fuerza la que mejor resultados ofrezca, y los valores ISO hasta los que puede llegar (6.400 ISO por los 2.000 de las otras dos cámaras) lo confirman.
Aún así es interesante hablar de algunas peculiaridades de cada uno de los tres objetivos, empezando por el ultra angular que, como tal vez ya os habéis dado cuenta, fue el que menos utilizamos en las pruebas por una cuestión evidente: su acusada distorsión. La verdad es que el trabajo realizado para que no se note en exceso es bueno, pero la distorsión es muy evidente a poco que estemos cerca de algún objeto:
Esto no pasa por cierto en las fotos macro, que como hemos dicho se realizan con esta óptica. Por todo ello hay que decir que la calidad de esta lente está a la altura del resto del sistema de cámaras. Sin embargo, en el día a día parece más lógico utilizar la lente principal alternándola con el teleobjetivo.
Eso sí, hay un salto bastante importante entre ambos, ya que recordemos estamos hablando de un 26 y un 75 mm equivalentes. Las distancias intermedias se pueden cubrir con el zoom digital aplicado en el sensor de mayor tamaño, pero desde luego no es la mejor manera.
Por otro lado, el tele resulta bastante corto para lo que los fotógrafos solemos entender como un teleobjetivo y su alcance se queda corto cuando vemos algo que está un poco alejado y queremos captarlo más grande. Sólo si el objeto es relativamente grande obtendremos lo que buscamos.
Pero ¿qué le vamos a hacer? Se trata de un movil, con un sistema de lentes embutido en un espacio muy reducido, así que no le podemos pedir mucho más que esos 75 mm que ofrece. Aún quedan aspectos en los que quedan patentes las ventajas de las cámaras especializadas, y éste es uno de ellos.
iPhone 13 Pro Max, la opinión de Xataka Foto
Visto lo visto, tal y como concluía nuestro compañero Fernando en el análisis del iPhone 13, nos confesamos sorprendidos por los resultados. Aunque nos cueste, hay que reconocer que las fotos que se pueden conseguir con el iPhone 13 Pro Max son realmente buenas en líneas generales. Eso sí, que nadie piense que todas las fotos que vaya a hacer con él le van a salir bien (aproximadamente un 20% de las que hicimos nosotros no sirven para mucho).
Hay que reconocer que las fotos son muy buenas, pero recordemos que estamos hablando de uno de los mejores (y más deseados) móviles del mercado
Tampoco significa esto que eso vaya a pasar con todos los smartphones; es difícil negar que los teléfonos móviles son el futuro de la fotografía y, por ello, la herramienta principal con la que miles de usuarios van a tomar millones de fotografías. Pero recordemos que estamos hablando de uno de los mejores, objeto de deseo de muchos por su calidad y (normalmente) alto precio.
Pero sí, el iPhone 13 Pro Max hace unas fotos que perfectamente se pueden comparar con una cámara compacta de cierta calidad. Eso sí, siempre que no nos importe trabajar con una "cámara para tontos", que actúa por su cuenta, utiliza ciertas "trampas" y no deja apenas margen a la intervención del fotógrafo (salvo para cosas que poco tienen que ver con técnica fotográfica). Hablamos, claro está, de cuando usamos la aplicación dedicada, una herramienta que no incluye ninguna opción para que los que entendemos de fotografía podamos jugar con los ajustes.
Es cierto que usando una app como Ligthroom podemos lograrlo pero, como hemos visto, los resultados dejan mucho que desear; así que lo ideal sería que Apple nos dejara hacer, aunque luego pasara los resultados por el tamiz de la foto computacional para conseguir lo que hemos visto puede hacer.
Por cierto que nos preguntamos cómo evolucionará en la próxima versión, y si serán capaces de implementar sensores más grandes y mantener la calidad. No hablamos de uno tan grande como el de 1" del último Sony Xperia Pro-I, pero al menos algo con mayor resolución que los 12 MP de esta versión que se quedan algo cortos.
¿Puede servir para un profesional? Sí, siempre y cuando no se necesite una mayor resolución como para poder realizar impresiones de cierto tamaño (a 300ppp el tamaño de las fotos físicas se quedaría en unos 34x25 cm, aunque a 150ppp se puede llegar a 68x51 cm) y no le preocupe el control de los ajustes ni que la cámara tome todas las decisiones por él. Sin embargo, como dice el gran Martin Parr puede ser una buena herramienta para el género documental, sobre todo por su discrección.
Y si te estás planteando comprarte este móvil para sustituir a un iPad 12 Pro o Pro Max, y te preguntas si se nota la evolución, la respuesta es que no parece haber grandes cambios, y que difícilmente se va a notar en las fotografías (quizá sí si partes de un iPhone 11 o anterior). Por tanto, no merece la pena la actualización a menos que tengas especial interés en alguna de las novedades de esta versión (como el modo Cine o el Macro) y el dinero no te importe.
Sobre este asunto, el dinero ¿qué decir? Los 1.609 euros que cuesta la versión que hemos probado (de 512 GB de memoria interna) difícilmente se justifican si nos planteamos su compra como herramienta para hacer fotografías. Sin embargo, para el que le guste tener un móvil a la última, sea usuario de la marca (o quiere serlo) y puede hacer el esfuerzo, parece claro que con este iPhone 13 Pro Max va a tener en la mano uno de los mejores móviles del momento en el ámbito fotográfico.
8,0
A favor
- Diseño
- Modos Macro y Cine
- Formato RAW
En contra
- Alcance del teleobjetivo
- Sin modo manual en la app nativa
- Algunas "trampas" que realiza
El smartphone ha sido cedido para el análisis por parte de Apple. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
Ver 2 comentarios