No es ninguna broma. Al menos esto es lo que asegura Jonathon Keats, el polifacético artista conceptual, filósofo experimental y escritor que ha «parido» este invento. Y es que asegura haber construido no una, sino dos cámaras estenopeicas, ideadas para exponer el material fotosensible durante la friolera de 1.000 años.
Para conseguir que estas cámaras soporten impertérritas el paso del tiempo, Keats ha utilizado cobre en la fabricación del recinto, un elemento que resiste muy bien la corrosión, y el material sensible a la luz es un pigmento orgánico extraído de la planta Rubia tinctorum que se utilizó sobre todo durante los primeros años de la fotografía, en el siglo XIX, y que permite prescindir de cualquier técnica de revelado a posteriori. Basta abrir la cámara y mirar la imagen plasmada sobre el sustrato.
Una de las cámaras estenopeicas que ha fabricado Keats está siendo expuesta en el Mead Art Museum de Massachusetts, en Estados Unidos, pero irá a parar al campus de una universidad cercana, que es el lugar en el que comenzará esos prometidos 1.000 años de exposición. Y la otra cámara la ha colocado en Tempe, Arizona. Esta última ya ha comenzado a tomar su «matusalénica» fotografía. ¿Logrará su objetivo? Quién sabe. Pero, desde luego, es apasionado. En este vídeo Keats nos explica qué le motiva.
Vía | The Daily Mail
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