El de los nombres propios en el mundo de la fotografía es un tema no dominado por todos. Es posible que a alguno se le escape el de Alfred Eisenstaedt, no así una de sus imágenes, icono ya de la fotografía: la del beso del marinero en Times Square celebrando el final de la Segunda Guerra Mundial.
Confieso que ni conozco ni comprendo el mundo del coleccionismo, que se escapa a mis entendederas el cómo se pueden pagar desorbitadas sumas de dinero por una fotografía o una cámara. En este caso, incluso, por una cámara que se supone es la utilizada por Alfred Eisenstaedt para tomar la famosa fotografía.
La cámara que, como decimos, supuestamente tomó la fotografía es una Leica IIIa y ha alcanzado un valor en subasta de 114.000 euros, superando de largo los 25.000 euros estimados. Además de la cámara se ha subastado también una copia de la fotografía original, firmada por el autor y que ha alcanzado un precio de 25.000 euros.
Es un tema controvertido el de las subastas y ventas. Recordad el caso de Gursky y aquella fotografía suya vendida por más de 4 millones de euros. Supongo que a cualquiera le gustaría tener en su poder alguno de esos iconos inmortales, pero... ¿a qué precio?
Vía | Amateur Photographer
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3 comentarios
xavich
Hace poco leí (no esta nota pero sirve de ejemplo: j(dot)mp/11yxyIv) que en vez de romanticismo en realidad se trata de un abuso; ello aunque la fotografía en si pueda evocarnos lo primero.
La explicación es que el marinero tomó por la fuerza a la muchacha, al estilo de la época: "It wasn't my choice to be kissed," she said then. "The guy just came over and grabbed!" dijo la mujer.
Cada fotografía tiene sus historias, las que imaginamos y que aparentan, y otras que muchas veces son difíciles de probar. Es parte de su magia, o no?
armandgiacomoni
Según yo se, lo que sucedió es que el marinero estaba tan feliz (todos en realidad) que estaba besando mujeres al azar.