Sebastião Salgado ha recibido en Rio de Janeiro el Premio Personalidad de la Cámara de Comercio Franco-Brasileña, aprovechando la ocasión para sentenciar de muerte a lo que él considera fotografía declarando que "no creo que la fotografía viva más de 20 o 30 años" y que el valor fotográfico ha cambiado a algo virtual que no destila calidad ni pretende perdurar en el tiempo.
Sebastião Salgado, el fotógrafo de lo perdido
Salgado es sin ninguna duda uno de los fotógrafos contemporáneos más importantes, pero también ha vivido de forma completa un cambio en el paradigma de la fotografía con el arrollador paso de los sensores digitales. Hoy, la fotografía ha perdido su valor para pasar a un plano virtual en el que perdemos la conservación del trabajo pero ganamos en alcance y difusion, dando uno de los mayores pasos en la democratización desde el desarrollo de cámaras y carretes domésticos.
Sebastião, de 72 años, afirma que no sabe encender un ordenador y reniega de cualquier tipo de red social. Que en ocasiones echa un ojo al smartphone de sus sobrinos y es testigo del acto con el que la mayoría de personas comparten su vida en redes sociales. Usa cámaras digitales, pero si lo pusiéramos delante de Photoshop no sabría crear unas sencillas curvas.
De una persona que ha trabajado la fotografía como algo artesanal toda su vida, solo podemos esperar que un cambio tan fuerte en el paradigma fotográfico le suponga un muro insalvable. "No creo que la fotografía viva más de 20 o 30 años. Pasaremos a otra cosa" ha declarado ante los periodistas que cubrían su premio.
Más allá del materialismo fotográfico
"La fotografía se está acabando porque lo que vemos en el móvil no es fotografía. La fotografía se debe materializar, se debe imprimir, ver, tocar [...] Hoy tenemos imágenes, no fotografías". Con esta demoledora frase, Salgado va más allá del materialismo fotográfico. El problema es la inmediatez y la 'fotografía hueca' que no responde a ninguna pretensión más allá del puro consumo visual, dejando de lado el materialismo de la fotografía.
El hecho de perder la forma material y física de la fotografía implica una serie de facilidades para la producción de imágenes que ha desembocado en la pereza mental por la búsqueda de la imagen. El hecho de poder disparar 200 fotografías en vez de las 36 a las que nos limita el carrete hace que en ocasiones perdamos la perspectiva sobre la imagen y no la trabajemos durante la preproducción.
Tomarte la molestia de fotosensibilizar una placa para realizar un colodión húmedo para revelarlo mientras aún se encuentra mojado implica una serie de cuestiones logísticas, técnicas y creativas que ningún usuario casual está dispuesto a asumir. Si alguien está dispuesto a solucionar todas esas trabas para conseguir una imagen, es quien realmente res considerado fotógrafo.
Valores tradicionales para la fotografía del futuro
La fotografía no está muerta ni va a morir durante las próximas décadas. Aunque en parte Salgado tiene razón en que hoy por hoy la fotografía no se disfruta ni se desentraña sino que se consume, hay muchos fotógrafos que empujan los horizontes de la fotografía con una visión muy vanguardista alejada del 'hacer fotos por hacer'. En el campo que me ocupa como es la fotografía de moda, las novedades y las vueltas de tuerca se suceden de autor a autor para conseguir atrapar la retina del espectador.
Muchos fotógrafos contemporáneos incluídos el propio Salgado trabajan con sensores digitales con los valores con los que se dispara una formato medio de 12 exposiciones. No es posible cambiar la forma de ver la fotografía de quien usa un smartphone para fotografiarse, pero lo que sí podemos hacer quienes nos dedicamos a la producción fotográfica es ser más exigentes con nosotros mismos y crear una fractura entre la fotografía casual y la profesional exprimiendo nuestros equipos y elevando nuestros trabajos.
Fuente | El Universal, La Información
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