Es verano y es época de festivales de música por toda la geografía española. Pero de vez en cuando podemos encontrar un festival dedicado a las manifestaciones artísticas, y es una muy buena noticia para los fotógrafos. SANFest, un festival multidisciplinar nómada, ha contado este año con el apoyo de AFAYA para incluir exposiciones de fotografía dentro de su oferta cultural.
En un mundo en el que el arte no es valorado y cada vez se aleja más de los colegios es interesante encontrar festivales como el que se acaba de celebrar este fin de semana en Nuevo Baztán, un remoto y desconocido pueblo de la Comunidad de Madrid. Fue el sueño ilustrado y utópico de Juan de Goyeneche, que ideó un pueblo industrial para favorecer el comercio de la zona. Pero todo cayó en el olvido, y donde hubo industria, hoy solo quedan palacios olvidados y ruinas.
SANfest es un proyecto multidisciplinar nómada que se desarrolla en un entorno de patrimonio histórico adoptando el formato de los festivales de música, pero aumentando su campo a la creación artística, escénica y literaria. Un espacio para recoger la alta cultura y acercarla a un público curioso y con ganas de vivir nuevas experiencias de una forma lúdica y accesible.
Precisamente la idea de los organizadores del SANFest es recuperar durante unos días estos entornos olvidados por el paso del tiempo y darles nueva vida a través de la cultura, con intervenciones, exposiciones y música. Todo un placer para la vista de los fotógrafos. Desde luego es un plan estupendo para olvidarse de las tensiones de la semana y disfrutar mirando el mundo a través de una cámara. Todos los años se celebra, así que espero que después de leer estas líneas os animéis a acudir el año que viene.
La vida de los festivales como fotógrafo
Como fotógrafos tenemos que pensar que nosotros vamos con un objetivo claro, que no es otro que conseguir buenas imágenes. Pero no podemos olvidar que somos parte de una totalidad. ¿Qué quiere decir esto? Algo que la mayoría entendemos pero que a mucha gente le cuesta. Nosotros no somos los protagonistas. Estamos ahí para documentar, procurando que todo siga su curso, sin molestar a los muchos artistas que están ahí pintando, esculpiendo, tocando... Vi muchos fotógrafos, y todos seguían este principio. Como dato curioso me llamó la atención que los que más incomodaron fueron unos supuestos creadores que obligaron a todos los demás a estar a oscuras sin poder enseñar su obra. Es lo que yo llamo insolidaridad. Pero menos mal que tuve tiempo de ver y fotografiar todo.
La idea es ir con una cámara discreta, con una actitud amable y con la mente abierta para fotografiar todo lo que se despliega ante tu mirada. En esta ocasión acudí con una cámara de Canon que estoy probando y de la que muy pronto tendréis noticias. No hay que llamar la atención, y hay que estar muy atento para detener en el tiempo todo lo que te atraiga: un detalle de una escultura, un músico, una luz... Si quieres disfrutar (algo fundamental para hacer buenos disparos) tienes que ser capaz de mirar con y sin cámara.
En este caso, en el que los artistas mostraban su forma de trabajar en las antiguas caballerizas del palacio de Nuevo Baztán, o exhibían su trabajo en las salas dispuestas ( y muchas veces a oscuras por culpa de un grupo teatral con poca empatía), es muy cómodo trabajar con una cámara con la función de ISO automático activa, para evitar fotografías trepidadas y poder centrarte en la creación de imágenes sin pensar demasiado en aspectos técnicos.
Es importante acercarse a los artistas, fuentes directas de inspiración. Como fotógrafos nos tiene que llamar la atención todo, como un escultor de escayola directa, un pintor que golpeaba literalmente el lienzo con sus pinceles destrozados u otra que no dejaba de mirar el móvil mientras sacaba un maravilloso rostro con la ayuda de sprays. Todas estas cosas, en un lugar como un antiguo palacio barroco olvidado, imaginado por Churriguera, el mismo que hizo la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, siempre merecen un ojo fotográfico.
Como todo, es cuestión de echar tiempo, de mirar de otra forma y de encontrar inspiración. Y en este caso es mucho más fácil, porque por primera vez el SANFest ha contado con el comisariado de AFAYA, una asociación para la difusión de la cultura a través de la fotografía. Ellos han llevado a este festival nómada el trabajo en papel de Manuel Capón, Irene Cruz, Iván Hidalgo y Alberto Olivares.
Las exposiciones de fotografía del SANFest 2017
De la mano de Antonio Carralón tuve la suerte de poder conocer el trabajo de estos fotógrafos que han colgado su obra en los espacios recuperados de Nuevo Baztán, además de varias proyecciones. Acostumbrados como estamos a grandes exposiciones en sitios impolutos es una sensación única disfrutar de la fotografía en sitios llenos de historia y polvo viejo. Os aseguro que la percepción cambia. Y la posibilidad de hablar con los autores es siempre muy bien recibida.
El libro de las relaciones es un proyecto de Alberto Olivares. La idea de entrar en la exposición con una linterna en la mano sugiere que no vamos a ver algo habitual. Son las interpretaciones matemáticas de las relaciones entre los hombres y las mujeres, sin tapujos, con la magia del primer encuentro y el erotismo de la primera noche en la que terminas durmiendo juntos. Y todo a través de los números vistos por un hombre de letras.
El trabajo de Irene Cruz, The muses, es un homenaje a las mujeres que han pasado por su vida artística, con flores señalando las zonas favoritas de sus cuerpos. Nunca podemos identificar a una u otra. De nuevo una forma diferente de mirar.
El cielo, de Manuel Capón es un título en homenaje a su abuelo. Su serie, de impecable corte clásico, está dedicada al mundo del circo de Graciela, una trapecista. Directo y conciso, un reportaje puro en el que busca la complicidad del espectador para encontrarse con ella detrás de unas cortinas, como si fuera la entrada a su mundo.
El último trabajo fotográfico que pude ver fue la propuesta de Iván Hidalgo. Por primera vez hemos podido ver su espacio de creación, el desarrollo de sus pinceladas a partir de fotografías propias. Rodeado de sus obras colgadas en uno de los patios del palacio, Iván Hidalgo pintaba en el suelo, mezclando impresiones y color. Y el resultado es espectacular.
Estas ideas son las que mueven el mundo de la cultura. Por fin la fotografía está dentro de festivales de este tipo, como una forma más de expresarse. Ver a los artistas creando, con la música en directo de fondo, con la posibilidad de hablar con ellos es una forma perfecta de acercar el arte a la gente, precisamente cuando más quieren alejarlos. Y si encima los fotógrafos podemos disparar con nuestras cámaras, creo que es motivo más para que los lectores de Xataka Foto se animen a pasarse el año que viene a la próxima convocatoria del SANFest.
Más información| SANFest
En Xataka Foto | Un paseo por las exposiciones del festival PhotoEspaña 2017 de Madrid
Ver 2 comentarios