Que Instagram se ha convertido en todo un fenómeno que va más allá de la fotografía es algo innegable, por lo que cada vez que se habla con un fotógrafo profesional interesa conocer su opinión sobre este popular servicio. Sin embargo, parece que muchos profesionales no están demasiado conformes con esta aplicación. Te explicamos por qué.
Es común escuchar comentarios no muy halagadores por parte de muchos fotógrafos profesionales hacia Instagram, que no miran con excesivos buenos ojos el servicio comprado hace poco tiempo por Mark Zuckerberg, dueño de Facebook.
Un posicionamiento que tiene sentido desde la óptica de un fotoperiodista profesional. Frente a trabajos de largo tiempo de ejecución con una gran inversión de tiempo, esfuerzo y dinero en equipo, Instagram ha impulsado legiones de fotógrafos que disparan rápido, publican al instante en Internet y se esfuerzan menos al poder editar su trabajo en el mismo teléfono ahorrando mucho tiempo.
Y esto conlleva grandes problemas para los profesionales:
- ¿Para qué va a invertir un periódico en gran cantidad de fotógrafos en plantilla si hoy prácticamente todo el mundo tiene un Iphone y puede valer para cubrir con mejor o peor resultado el 50% de las noticias? Los redactores se convierten en fotógrafos, y cada vez mejores fotógrafos. Esto es debido a que entre otras cosas, Instagram ha disparado el número de personas que se acercan a la fotografía y que cada vez tienen mejor ojo. ¿La consecuencia? Cada vez menor número de fotógrafos con equipo profesional en los medios de comunicación.
- El fotógrafo profesional cada vez se encuentra rodeado de más fotógrafos y por lo tanto, mayor competencia, directa o indirecta. ¿Quién no conoce a varias personas que se han aficionado a la fotografía a raíz de Instagram? Si encima algunos son fotógrafos talentosos, nos encontramos con que a nivel mundial hay gran cantidad de personas documentando todo tipo de historias, las cuales, en algunos casos pueden ser vendibles a medios de comunicación. Y es que no hay mejor fotógrafo que el que trabaja en su propio terreno.
- Aunque a muchos no les guste, los teléfonos móviles cada vez hacen (y harán) mejores fotos que son fáciles de editar a través de Instagram y las aplicaciones móviles, con la imparable mejoría que han experimentado en los últimos tiempos estas aplicaciones. Para la mayoría de consumidores de historias, fotografías y relatos visuales, comienza a ser aceptable la calidad que nos ofrecen los teléfonos móviles. Ya tenemos portadas de revistas disparadas con un Iphone y parece que el mundo de la moda cada vez coquetea más con la estética del teléfono móvil. Es un proceso imparable.
En resumidas cuentas, el fotógrafo profesional que hace una inversión monetaria muy fuerte en equipos de muy alta calidad, viajes y documentación de sus historias, se encuentra con fotógrafos locales que ya están contando la historia que tiene pensada a base de teléfono móvil y sin invertir apenas dinero, además de moverse en un mercado, (el periodístico especialmente), que cada vez paga menos por reportajes debido a la saturación de fotógrafos que hay.
Todo depende de según como se mire (o del filtro que quieras usar para ver)
Por lo que es de entender la frustración de cualquier fotógrafo profesional, ya que se avecina una nueva era en la que la competencia, es feroz, sin más rodeos.
Sin embargo, por otro lado, Instagram ha supuesto probablemente la mayor revolución en la fotografía desde que las cámaras réflex comenzaron a convertirse en cámaras de vídeo (y causantes a su vez de una crisis en el mercado del cine).
Conozco varias abuelas que usan Instagram y a las que nunca antes había visto realizar una fotografía en su vida. Además se mueven de maravilla con los filtros, no abusan de retoque, y consiguen fotografías muy decentes. Lo que Flickr no consiguió (que acabó siendo una red para semi-profesionales y amantes de los datos técnicos) lo ha conseguido Instagram: mostrar que todo el mundo puede hacer fotografías y sentirse, aunque sea por un momento, fotógrafo.
El mundo está cambiando y nos encontramos en una transición imparable hacia sociedades donde la principal herramienta de comunicación es la imagen, y donde, nos guste o no, los textos tienen cada vez menos presencia, menor longitud y se les presta menos atención. Y en este mundo, donde Internet es el canal estrella de comunicación, Instagram se va a convirtiendo poco a poco en el canal en el que expresamos lo que vemos, lo que pensamos y en definitiva, de lo que existe. Fotografío, luego existo.
Y frente a la manida crítica de que no todo el mundo por subir una fotografía a Instagram es fotógrafo (al igual que no todo el que tenga una cámara Full Frame lo es), está la realidad de que una legión de maravillosos fotógrafos, frescos, novedosos y con diferentes formas de mirar, están copando Instagram e Internet. Si los móviles e Instagram han convertido a todo el mundo en fotógrafo, inevitablemente el porcentaje de nuevos talentos fotográficos va a crecer como nunca en la historia. Así que va siendo hora de hacerse a la idea de ver fotografías procedentes de Instagram en museos o ganando el World Press Photo.
Adaptarse o morir
Así que el panorama sin duda es desolador para el profesional, que ve como se multiplica la competencia, y sin duda atractivo para los que disfrutamos de la fotografía, ya que estamos siendo testigos (y aun queda mucho por ver) de una explosión creativa que no tenemos claro a donde nos llevará. Aunque como más de un crítico y comisario ya ha vaticinado, la fotografía tal y como la conocemos ha no ha muerto, pero si que ha dado un triple salto mortal hacia nuevos caminos y formas.
Todos estos cambios no implican sin embargo, que al final todo se pueda combinar, mezclar y hasta rebujar, con el fin de adaptarnos a los nuevos tiempos. Un fotógrafo profesional puede utilizar Instagram como un canal de marketing y publicidad, tal como hace Samuel Aranda, y un fotógrafo habituado a trabajar con su teléfono móvil, se puede embarcar en una aventura fotográfica con equipo profesional en un momento dado.
Lo que está claro es que cada vez somos y seremos más fotógrafos, y nos guste o no, el mercado se está haciendo cada vez más y más pequeños a la vez que peor remunerado.
Imagen de portada | Thomas8047
Segunda imagen | smjbk
Tercera imagen | socialautomotive
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